viernes, 8 de marzo de 2013
LA CAIDA DEL REY NAN ULTIMA PARTE
Li echó un rápido vistazo al ave y siguió comiendo y tomando cortos sorbos de vino sin hacer comentarios. Nan prosiguió:
—Me parece que por primera vez veo las cosas. Sonidos, colores. Con la realidad de los sueños pero mejor, pues aquí soy dueño de mi persona.
—¿Por qué "la realidad de los sueños"?
—Porque los sueños son violentos y reales, pero te dominan. Y este sitio es tan verdadero como un sueño pero incomparablemente superior. Durante cincuenta y ocho años he sido un Emperador de fantasía, que ni siquiera fue Rey...
—Has sido un gran Rey y quizás el más noble de todos los Emperadores Chou.
—Pero no tenía poder verdadero y mis órdenes no se cumplían. Todo me salió mal y, aparte, el Dragón Negro de los Ch'in está muy alto en el Cielo. Pero no es de esto que deseaba hablarte. Por más Emperador de pacotilla que yo haya sido lo fui durante cincuenta y ocho años, y con las mismas obligaciones y servicios que un verdadero Hijo Celestial. Nunca tuve una mañana para mí. No hemos sido campesinos ni tú ni yo, Li.
—Yo sí.
—Ah: es verdad que tú vienes del Ducado de Lu, lo mismo que Confucio.
—Y fui muy pobre. Hasta que tú me elevaste, mi Señor.
—Me olvidé. Han pasado tantos años. Pena que no fui campesino. Lamento no saber qué es la expectativa de levantarse cada mañana y ver el bosque. Sus sonidos y colores. Ya no podré hacerlo. Es una lástima.
—Si te sirve de consuelo te diré que el campesino tampoco puede. No tiene tiempo.
—No lo había pensado. El campesino es una de las cosas que nunca miré. —El Rey (o quizás Emperador) Nan se quedó meditando. Luego preguntó: —¿Entonces nadie tiene tiempo de ver el bosque, en China?
—Solamente los poetas. Esos que algunos tontos llaman desocupados, ociosos e inservibles. Por eso siempre sostuve que el Estado debe protegerlos, para que alguien pueda ver y oír. Dicen que las montañas no cambian, pero es mentira. Sí que cambian. La montaña respira y su mole se mueve. Las aguas del Wei no son las mismas hoy que ayer. ¿Cómo van a saber, las personas de dentro de dos o tres mil años, la forma que tenía un árbol mientras vivían los Chou? La poesía es la historia secreta de nuestro país.
Nan miró el sol que seguía subiendo.
—¿Qué harías tú, Li, si yo te ordenase viajar al Oriente y salvar tu vida?
—Sentiría mucha pena porque nunca desobedecí una orden de mi Emperador. Me aterra la posibilidad de terminar toda una vida de servicio con un acto tan reprochable.
Nan suspiró.
—Podríamos aún concedernos dos horas para hablar de las cosas buenas que vivimos: de las sopas de tortuga y nido de golondrina, de las codornices cocidas en queso, de las hierbas aromáticas y los picantes, de la infancia y los juegos del amor... —recordó de pronto a Ciruelo Dorado y a las otras siete—. Pero todo ello haría más difícil la tarea inevitable. Es preciso entonces no vacilar y endurecer el corazón.
Li asintió y procedió a tomar la cajita de madera que tenía grabados el Pa Kua y el símbolo Yin—Yang. Corrió la tapa mostrándole al Rey Nan su interior:
—Hay aquí dos perlas negras, tal como puedes ver. Las obtuve de las amapolas (3). Son una sustancia muy particular, que sirve para curar, apagar el dolor o viajar a los Torrentes Amarillos sin dificultades ni molestias. Caerás en un sueño cada vez más profundo. Al principio raro pero placentero. Después aparecerán algunos monstruos, pero no temas: no es más que la vida, ansiosa de seguir viviendo y que se defiende. Por último aparecerán en lontananza las Nueve Cisternas, señal de que falta poco. Para ese entonces la vida habrá dejado de luchar y los Torrentes te conducirán en forma placentera hacia el fondo. Toma esta perla y bébela con un poco de vino. —Nan se apresuró a obedecerlo. Luego Li prosiguió:— Mientras esperamos... aguarda un instante a que yo tome la otra... te contaré un cuento. Es uno que inventé para mi hijo, que cuando era pequeño tenía mucho miedo a la muerte. Tú ya seguramente recuerdas que murió catorce años atrás, como oficial tuyo, combatiendo contra Ch'in (4) ¡Cómo los derrotamos en aquella ocasión! Pero eran otros tiempos. El cuento se llama El Fantasma y el Dragón. Un hombre perdió la vida y su espectro dirigióse a los Torrentes Amarillos. Caminó y caminó por un páramo desolado, con cenizas de un metro de alto. Luego de vadear la ceniza se encontró con la horrenda Catarata que, oro y espectral, se precipitaba desde una enorme elevación. Parte de la ceniza del camino caía en copos, revoloteando como la nieve. El hombre, para cumplir con su muerte, se arrojó. Tardó cien años en llegar al fondo, tan profundo es ese abismo. Abajo encontró un dragón que acababa de morir. Empezaron a caminar juntos hasta el Castillo de los Muertos, donde los esperaba el Prinape Yen. Hacía mucho frío. —Li vio de reojo que Nan, con los ojos cerrados, temblaba levemente—, y debieron atravesar ríos de mercurio a cuyas márgenes crecían plantas de piedra. Caminaron días y días. El dragón se limitaba a mirarlo cada tanto, pero sin responder a ninguno de sus comentarios. Caminaron meses y meses. El hombre empezó a cansarse de tanto silencio. "Oye, dragón, ¿por qué no me hablas? Después de todo estás tan muerto como yo." El dragón lo observó con lástima y afecto. Se ve que no podía hablar. Caminaron años y años. El Castillo de los Muertos estaba cada vez más cerca. El umbral de la entrada solo era más alto que las montañas de la cordillera Tsinglin. "Pronto deberemos trepar el altísimo umbral y aún no te has dignado dirigirme la palabra. Quisiera saber, por ejemplo, los motivos de tus cambios de color. Cuando te encontré eras azul. Luego, al marchar, te tornaste negro, verde, rojo. Ahora eres como de plomo, con partículas doradas. ¿Cuál es el misterio?" —Nan ya estaba inmóvil.— El dragón parecía a punto de hablar, pero justo en ese momento se oyeron tres fuertes golpes que conmovieron todo, hasta el Castillo de los Muertos. Las partículas doradas del dragón crecieron hasta ocupar su cuerpo, que se hizo de oro esplendente, como en fragua. El hombre despertó en su cama. A un lado vio a su mujer llorando de alegría y a cierto médico taoísta. "Estuviste sin sentido durante tres días y muerto por completo durante un minuto", dijo el médico. "Felizmente, luego de golpearte tres veces en el pecho, logré mutar el dragón a tiempo." Y le mostró un vaso lleno de líquido dorado. Cuatro días más tarde el hombre trabajaba otra vez en el arrozal.
Li auscultó a Nan y pudo verificar que el Hijo del Cielo estaba muerto. El mago, tal su intención, había tragado una falsa perla, inofensiva e inocua. Ahora, ya cumplido el servicio, sacó de entre sus ropas el opio verdadero y se apuró a tragarlo con la ayuda de un poco de vino.
El anciano Rey Chau Siang, de Ch'in, no tomó Lo, capital de Chou. Tal como Nan había predicho la "reservaban como postre": todo Chou cayó siete años después de la muerte de Nan Hwang, el último Emperador Chou. En cuanto a los Trípodes Sagrados de los Shang, que estuvieron nueve siglos en manos de la dinastía Chou, fueron capturados por Ch'in en el año 255 antes de la era cristiana (uno después del suicidio del glorioso rey Nan).
(1) Los Torrentes Amarillos o Las Nueve Fuentes Arnarillas: el Mundo de los Muertos, para los antiguos chinos.
(2) Los Nueve Trípodes Sagrados eran de bronce y fueron fabricados durante la dinastía Shang. En ellos estaban grabados los rnapas del Imperio y sus nueve divisiones. Los Chou los conservaron novecientos años en su poder, pues representaban el poder imperial. Quien no tenía los Trípodes no era reconocido como Hijo del Cielo.
(3) La introducción del opio, en China, es muy posterior a la muerte del rey Nan. El mago Li, con seguridad, descubrió la droga por su cuenta. En su casa tenía arnapolas para sus magias.
(4) Si bien el Emperador Nan no se involucró directamente en ese conflicto, envió oficiales a luchar, disimuladamente, contra Ch'in. Este último Estado advirtió a Nan que la repetición de tales acciones bélicas encubiertas desembocaría en guerra franca.
[De "La mujer en la muralla" ©1990 Alberto Laiseca. ©1990 Editorial Planeta]
LA CAIDA DEL REY NAN, PARTE II
Cuando Nan terminó de hablar el escándalo estalló entre las mujeres. Algunas daban gritos, otras lloraban; las menos permanecían en silencio, pálidas, de rodillas y mirando el suelo. Una de estas últimas, Ciruelo Dorado, era joven y hermosa. Levantó el rostro, miró a Nan y le pidió sin aspavientos ni lágrimas: "Déjame permanecer contigo". Ciruelo Dorado era su favorita y, al ver su rostro de niña, él siempre se conmovia. La sola idea de suponerla muerta lo ponía loco, de modo que ideó una estratagema a fin de salvarla: "En mi hora final no necesito mujeres. Esta noche dormiré solo". Dio media vuelta y se marchó raudo, a fin de que su rostro no denunciara la debilidad. Ciruelo Dorado, impenetrable, miró el diminuto fénix del techo de las concubinas.
Esa mañana, al ver la puerta de madera polícroma del gineceo, decidió entrar a fin de verificar si alguna se había quedado ganándose el derecho a morir con su Emperador. Pero tuvo una horrible sorpresa: Ciruelo Dorado y otras siete se habían quitado la vida.
Ternura, horror y culpa. Por salvarlas perdió la felicidad final de morir juntos. Qué omnipotencia pensar que los demás siempre obrarán como uno espera.
Una tos discreta, a su espalda, lo hizo volver. Era Li, su último mago fiel. Éste entendía todo sin preguntas y dijo, luego de una respetuosa reverencia:
—Mi Señor. ya nada puedes hacer aquí. Salgamos al jardín pues quiero hablarte.
—Li. Ella, anoche... Ciruelo Dorado me dijo que deseaba quedarse, pero yo creí que podía...
—Cuando uno trata de mejorar ciertos destinos sólo consigue complicarlos. Vámonos de este sitio, te lo suplico.
Las puertas del Palacio estaban abiertas y también las del muro externo. El pasto de los jardines había sido cortado pocas jornadas atrás pero era tal la sensación de abandono, en aquel desolado erial, que el espejismo de imaginarios yuyos se levantaba entre las junturas de las losas, al pie de las plantas frutales, los pinos y los macizos de flores. Nan y Li cruzaron un pequeño puente sobre un arroyuelo y desembocaron en una pequeña pradera esplendorosa. La persistencia enjoyada del pasto debíase a que los ladrones y la gente entrada en pánico no lo habían pisoteado. No por respeto, ciertamente, sino debido a una superstición. Las residencias reales, en China, siempre fueron descentralizadas. Los reyes europeos, y también muchos asiáticos, ordenaron para su gloria la erección de grandes edificios compactos, con cientos de habitaciones y poderosas murallas, capaces de resistir un asedio. En tal sentido se dan la mano los palacios asirios y egipcios, babilónicos e ingleses. Los chinos, en cambio, más individualistas y respetuosos de los distintos estadios del alma (que, a veces, desea estar sola), construyeron para sus Emperadores sistemas arquitectónicos discontinuos. Para ellos era inconcebible que las mujeres, los guardias, los eunucos, el Museo, las armas y el Tesoro Real estuviesen confundidos en el mismo edificio con el Hijo del Cielo, en un mazacote único, promiscuo, sin flores y sin belleza. Ríos artificiales y pequeños puentes separaban las distintas partes del todo. Si en el Palacio Imperial del último Chou el dormitorio del soberano era contiguo con el recinto de las concubinas, ello se debió a una orden de Nan a sus arquitectos. Darles tanta importancia y jerarquía a las mujeres, tanta como para desear tenerlas excesivamente cerca, fue una decisión muy criticada por los cortesanos. De todos los puentes que salían de la residencia propia de Nan, sólo uno estaba reservado con exclusividad al soberano. Por una curiosa superstición, muy difícil de explicar, los mismos que no se hicieron matar por él y que incluso robaron sus pertenencias en la huida respetaron en cambio el imperial Puente del Fénix. Como nadie pasó por allí, la pequeña pradera esplendorosa de la cual hablamos pudo salvarse de la destrucción.
Nan y Li se sentaron sobre el pasto. El mago había traído una diminuta caja de madera, en cuya tapa corrediza estaba grabado el símbolo Yin—Yang rodeado por los ocho trigramas del Pa Kua, y un envoltorio más voluminoso. Dejando la cajita a un lado procedió a desenvolver el paquete grande.
—Traje un poco de comida de mi casa, pues imaginé que en tu Palacio tan enorme los cobardes no habrían dejado ni un puñado de trigo con gorgojos. A ver. Veamos qué tenemos aquí: verduras en salmuera, arroz con pollo, el Huevo Chino de los Cien Años y algo de vino. Te propongo que comamos sin más ceremonias. —Li peroraba a fin de distraerlo. No quería que el Hijo del Cielo muriese domesticado por el dolor. Miró de reojo a su Rey y prosiguió: Estás muy silencioso, mi Señor. Quizá te ofende que haya violado el protocolo.
—Ciruelo Dorado, pobrecita... ¿Por qué me habrá querido tanto, si no soy más que un viejo?
—Y no era la única en quererte. Otras siete se mataron con ella.
—Es cierto. Aun ahora soy inhumano. No tendrán funerales, pobres hermosas, ni tableta ancestral que las recuerde.
—Hazles funerales dentro de ti. Que tu propio corazón sea la tableta con ideogramas.
—Pronto arrasarán el Panteón de los Chou. Yo mismo padeceré en el otro mundo por falta de ofrendas, recién ahora se me ocurre.
—No es que te recomiende que lo hagas, pero es mi obligación recordarte que aún puedes huir al Este. Tengo caballos.
—Si huyo a Chou Oriental quedaré transformado en un Emperador irrisorio. Caeré cada vez más bajo. Cuando los Imperios cambian su Capital es porque ha llegado el fin de la dinastía. Bonito espectáculo daría yo, huyendo, cuando hasta mis mujeres han tenido el valor de matarse. Estos cobardes han huido porque creen que Ch'in tomará Lo. Yo no lo creo. La reserva como postre, para cuando tome todo Chou, incluyendo la parte del Este.
Más allá de la pradera esplendorosa, donde reposaban Nan y Li cruzando un riacho y al lado de un macizo de flores amarillas pisoteadas, al aire libre pero frente a la puerta del Museo, podían verse unos objetos cilíndricos de basalto negro: los famosos tambores de piedra de la dinastía Chou. Eran rocas con más o menos la apariencia de tambores. Allí estaban grabados setecientos ideogramas que daban cuenta de cierta expedición de caza que realizó un Emperador quinientos cincuenta años antes de Nan. Esta expedición había sido importante, y sobre todo lo fue consignarla, pues así como se caza se guerrea. Las palabras comenzaban a borrarse pero aún eran legibles.
Mientras Li partía el Huevo Chino de Cien Años en partes iguales, dijo Nan luego de tomar un sorbo de vino:
—Si no fuera por lo que pesan, esos bandidos se hubiesen llevado hasta los tambores de piedra.
—No te preocupes: ya se los llevarán los Ch'in a su Museo de la Guerra —comentó Li con indiferencia, tendiéndole la mitad del Huevo.
—Los Ch'in. Pensar que seis siglos atrás uno de mis antepasados nombró Duque de Ch'in a un tal Fei Tzi, que no era otra cosa que un caballerizo. Sin duda mi antecesor no se soñaba que los descendientes de ese hombre se tragarían a Chou como el gusano devora la manzana. Incluso es probable que el buen rey Chau Siang corte la cabeza de mi cadáver para construirse con ella una copa y tomar vino. Éstas son algunas de las bonitas costumbres que tomaron de los Hsiang Nu, los Hu y otros bárbaros.
—Si quieres puedo quemar tu cabeza para que Chau no pueda darse ese gusto.
—No, nada de eso. No lo prives de ese placer. Después de todo se lo ha ganado. Ch'in esperó seiscientos años este glorioso momento. Pienso, en cambio, crearle una preocupación menor con los Nueve Tripodes Sagrados (2). Hace tres días los saqué de Lo. Al fin, claro, caerán en sus manos, pero lo hago para molestarlo.
En ese instante, del Oeste al Este pasó volando una grulla negra. El rostro de Nan ensombreció:
—Es la Grulla de Ch'in.
La caída del rey Nan Por Alberto Laiseca PARTE I
La caída del rey Nan
Por Alberto Laiseca
El rey Nan se despertó solo, naturalmente. ¿Quién iba a despertarlo si sus sirvientes habían huido? Siempre fue un hombre muy animoso que por las mañanas revisaba decenas de expedientes, aun cuando ello no tuviera utilidad alguna ya que sus órdenes no se cumplían, incluso en aquella época. Obligábase a ello para evitar desmoralizaciones, propias y ajenas. Siempre se levantó de un salto, el último soberano de la dinastía Chou. El protocolo establecía que su sueño fuese interrumpido por el Mandarín del Despertar. Éste lo hacía, en efecto, claro que con miles de cuidados y gestos de disculpas: agitaba una campanilla de jade en su oreja, si esto no daba resultado apelaba a una campanilla más grande, y luego a otra aún mayor, hasta llegar a la súper, gigante y de bronce, idónea para príncipes parranderos y remolones. Como es lógico, aquel instrumento de broncíneo acento no podía usarse así como así: este acto dramático requería poco menos que una consulta de Estado. Se recordaban por lo menos tres casos de Mandarines del Despertar que debieron —absolutamente horrorizados y lívidos— poner en funciones tan fastidioso e impopular instrumento. Uno de los Mandarines fue enterrado vivo. Otro debió padecer el suplicio de la Arena del Viento de Mongolia y el tercero sufrió la legendaria Muerte de las Mil Heridas, ya citada por Confucio. Esta última constituye un fin de naturaleza tan atroz que evitaré detallarlo, a fin de que el lector no se horrorice por anticipado. Claro que todo esto no ocurrió con el rey Nan sino con otros monarcas Chou, sus predecesores; en primer lugar porque Nan siempre fue muy humano y jamás dio suplicio sin motivos o por un arrebato o un ataque de furia inspirado por faltas insignificantes (ni siquiera lo daba, muchas veces, cuando el otro lo merecía de sobra). En segundo lugar digamos que tenía el sueño muy ligero y acostumbraba levantarse solo, sin ayuda del Mandarín del Despertar, ni del de la Primera Colación, ni del Horóscopo del Día, ni de la Lectura de las Audiencias, ni del Ayudante de las Babuchas Imperiales u otras estupideces. Tales protocolos le parecían estúpidos, al menos. Sus faltas contra el ceremonial de la madrugada le trajeron no pocos problemas.
"El ritual abastece al príncipe en su concordia. Lo calma, lo comunica con los ancestros y así es como éstos pueden ayudarlo", decían sus Consejeros. Y él: "Qué tontería. Aunque tengan algo de razón igual estoy en desacuerdo. Si mi destino es ser ayudado lo seré de todas formas. Los tiempos se aceleran. El enemigo se acerca". "Justo por eso, mi Señor. Más que nunca debes tener la calma que otorga el ritual. No procedas como un bárbaro que lo primero que toca es su espada, no bien se despierta. Las armas pierden su filo con el transcurso del día. ¿No es más prudente acercarse a ellas por la tarde, para que así su poder se conserve intacto?" Pero él, con frialdad: "Ordena que traigan mis expedientes".
Y ahora, por fin había llegado su mañana postrera. Ya nadie lo importunaría por no haber esperado a la campanilla de jade. La Cámara Real de Nan estaba casi vacía pero cubierta de azul: tal el cromatismo de las losas del piso y de la seda que ocultaba las paredes. Sólo su cama era roja y parecía una cuevita o la caparazón de una tortuga. Esto es: la cama constaba en la parte superior de una suerte de dosel cóncavo, de madera, como ella, semejante a la defensa de un gliptodonte. En el centro del techo de la cámara, pintado, un fénix de oro: tan diminuto que para distinguirlo hubiera sido preciso treparse a un taburete. El azul descansa, el rojo potencia, el fénix protege.
Ahora, en el extremo de su vida, el rey Nan se despertó por última vez. Como siempre le costó salir de su gliptodonte. Miró el fénix y se vistió de prisa. Los ladrones no se habían animado a entrar en la cámara, aunque nada demasiado valioso hubieran podido encontrar en ella, pero Nan no ignoraba que el resto del Palacio, a estas horas, estaría totalmente desvalijado. Salió al corredor gigantesco lleno de columnas y dragones. Ni risas de mujeres ni órdenes lejanas de guardias. ¿Qué se había hecho del cuchicheo de los eunucos, siempre charlatanes? El Palacio estaba tan desierto que parecía Gobi. Sobre el pavimento, Nan pudo ver sangre, ropas tiradas, porcelana rota y hasta el cabo de una lanza sin su punta de hierro. Muy cerca, a la derecha del ancho pasillo, se abría la puerta policromada del sector de las concubinas. La tarde anterior, antes de encerrarse en su aposento, el Emperador habló con sus mujeres a fin de explicarles la situación. Los ejércitos de Chou habían sido derrotados y las tropas de Chau Siang, Rey de Ch'in, se acercaban. Ignoraba si la intención del enemigo era tomar Lo, la Capital, pero esto era lo de menos: la dinastía estaba muerta. "No esperen clemencia. Ustedes, como mis esposas, serán maltratadas y usadas como pasto de tropa. Quizá las maten o las vendan como esclavas. A nada las obligo. La que quiera escapar al Este, y así sobrevivir un tiempo más, puede hacerlo. Yo permaneceré aquí, pero nadie tiene por qué acompañarme a los Torrentes Amarillos (1). Quedan, como mis guardias y asistentes, liberadas del servicio. Sólo les recomiendo que tomen su decisión cuanto antes. Dejo veinte monedas de oro a cada una y mis últimos veinte hombres, que se harán matar con tal de abrirles paso hasta Chou Oriental. Allá gobierna mi pariente, pero no se hagan ilusiones pues él también está en grave peligro y su caída es sólo cuestión de tiempo. Les digo adiós y que el Cielo las acompañe."
EL OTRO PERIODISMO
El otro periodismo
Por Malena Azcona | Debate
Mundo Villa y La Garganta Poderosa son dos modelos de periodismo hecho en las villas y que muestran la cultura barrial.
El periodista Sebastián Deferrari entra a la redacción exultante.
-¡Conseguimos los doscientos pares! -dice.
-¿De qué números? -quiere saber, práctico, Walter.
-Del 22 al 45; y no son sólo zapatillas, también hay botitas de lluvia.
-Genial, porque con las inundaciones las botitas les van a venir rebien -piensa en voz alta Paula.
Luego del improvisado festejo, Deferrari termina de llegar y, entonces, saluda a sus compañeros de redacción. La escena ocurre en las oficinas de Mundo Villa, “el periódico de los sin voz”, pero que, en realidad, hoy ya es un canal de televisión, una radio y un diario digital.
Todo empezó en 2008, a partir de la filmación de La 21 Barracas, una película de ficción en la que los protagonistas son los mismos vecinos del barrio donde transcurre una historia de pandillas. Su realizador, el director de la ONG SOS Discriminación y ex titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), Víctor Ramos, vio la necesidad de comunicación que había en ese sector de la sociedad y tuvo la iniciativa de hacer Mundo Villa: el primer ejemplar salió en octubre de ese año.
El trabajo diario empieza a las nueve de la mañana, hora de entrada a la redacción, un departamento en Congreso, en el que también funciona la sede de SOS Discriminación. Allí, Paula Stiven se encarga de actualizar el portal de noticias, en base a las informaciones que recibe de los catorce corresponsales que tienen en los barrios carenciados de la Ciudad de Buenos Aires. Para la versión “papel” -un mensuario que se distribuye gratis y que para este año planean hacer dos ediciones al mes-, “todos hacemos de todo”, cuentan, desde la redacción, la edición y el diseño.
También participan jóvenes de los talleres de periodismo que Mundo Villa da en los barrios. Por ejemplo, en el número de agosto de 2012, tres adolescentes de Villa Soldati hicieron una crítica a la película de Pablo Trapero, Elefante blanco.
Stiven y Walter Felipe son los encargados de dar el taller de periodismo en la Villa 31: los sábados de 11 a 13 se encuentran con los alumnos en una escuela que les cede el lugar. “Hacemos una primera hora teórica, que es un repaso de las noticias de la semana, lectura de diarios y después, la segunda parte, práctica, salir a filmar, sacar fotos, escribir notas”, explicó Felipe.
“En mi barrio hay un montón de talleres, desde culturales hasta deportivos, pero el de periodismo fue el primero”, cuenta Israel Ledezma (18 años), quien participa del taller y, también, es cronista del canal de televisión. Israel es hijo del periodista Adams Ledezma, asesinado en setiembre de 2010, quien fue el primer director de Mundo Villa TV.
El canal se transmite dentro de un circuito cerrado de televisión dentro de la Villa 31, que tiene tres mil abonados.
Parte de la programación, se puede ver en el canal de YouTube “mundovillatv” y, también, se hacen informes especiales -ya llevan 42 realizados- para el noticiero de los miércoles de la Media Mañana de CN23. A fines de 2012, comenzaron a preparar clips informativos para el programa Con sentido público en Canal 7 y la idea es retomarlos próximamente.
En la redacción de Congreso, está el estudio de radio, desde donde transmite Mundo Sur, FM 106.4, que se puede escuchar desde el sitio www.mundosurfm.com. “La radio tiene un sentido más latinoamericanista, más amplio; si bien la temática de la villa está presente, no lo es todo”, indica Felipe.
“Lo novedoso de nuestro proyecto es que se da la información con la mirada de la gente de los barrios, por eso se siente identificada y además sabe que puede contar con el medio de comunicación, creo que ahí radica el éxito de Mundo Villa”, afirma Stiven.
UNA REVISTA PODEROSA
El primero de enero de 2011, con la cara en primerísimo primer plano del jugador de fútbol Juan Román Riquelme, irrumpe en el mundo editorial La Garganta Poderosa, una revista sobre cultura villera, que sale de los barrios y se comercializa en los quioscos de diarios. Luego vendrían portadas con personajes no menos famosos: Charly García, Estela de Carlotto, el Indio Solari y hasta el mismísimo Diego Maradona. Todos con la boca abierta, en un grito: la marca registrada de esta publicación.
De todos modos, los integrantes de esta organización -que prefieren mantener una identidad colectiva- aclaran que la revista es fruto del trabajo de quince asambleas barriales, un conjunto llamado “La Poderosa”, que funciona en diferentes provincias del país, desde hace nueve años. Ellos crearon diferentes cooperativas de trabajo: gastronómica, textil, de recolección de residuos y hace más de dos años, la de comunicación, de donde surge “La Garganta”.
“La revista nace para promocionar las virtudes de nuestros barrios”, señala uno de sus integrantes. Y continúa:
“Tenemos muchas buenas costumbres, como la de construir colectivamente. Cuando muere un vecino, se hace una colecta para pagar el funeral. Cada uno colabora con lo que puede hasta que se junta la plata: nunca en la historia de Zavaleta hubo alguien que no pudiera pagar un cajón. La televisión no da informes sobre esto”.
Desde el 15 de diciembre de 2012, “La Garganta” tiene redacción nueva, que queda dentro del Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA). Así resolvieron el problema que tenían con el espacio físico, ya que antes trabajaban desde la casa de uno de los periodistas en Zavaleta. Además, explican, ese lugar tiene mucha carga simbólica: “Sentimos que es lo máximo a lo que podíamos aspirar, porque es lo que soñaban muchos de nuestros compañeros, porque acá (en la ex ESMA) intentaron desaparecer las ideas de los que soñaron lo mismo”, explican.
La nueva redacción es un espacio físico muy amigable, en el que la luz entra sobre los murales de colores y sobre los retratos del padre Mugica, Paulo Freire, Camilo Cienfuegos y Julio López. Al fondo, en un lugar destacado, un cuadro de una de las fotos que lo encuentran más serio a Rodolfo Walsh.
http://www.revistadebate.com.ar/2013/03/01/5926.ph
YO HUBIERA VOTADO POR CAPRILES II
“Yo hubiera votado por Capriles”
El ex gobernador Hermes Binner dijo que en las últimas elecciones en Venezuela "hubiera votado por Capriles". Claudio Lozano respondió que fue una frase "desafortunada" y afirmó: "Nuestra apuesta es exactamente la contraria".
"Yo hubiera votado por Capriles". La frase podría pertenecer a muchos políticos argentinos, pero sin dudas jamás a otros. En especial si esos otros pertenecen a partidos que se identifican con valores e ideales opuestos a los del candidato opositor a Hugo Chávez en Venezuela, Henrique Capriles Radonski. Pero para el presidente del Partido Socialista argentino y referente del Frente Amplio Progresista, Hermes Binner, no parece ser una contradicción.
El ex gobernador de Santa Fe la dijo anoche, en un programa emitido por la señal 26 TV y al ser consultado respecto sobre cuál hubiera sido su voto de haber participado en las elecciones presidenciales de octubre pasado en Venezuela, e hizo estallar una fuerte interna dentro del espacio que integra, en especial entre quienes apoyaron a Chávez y manifestaron el dolor por su muerte.
El primero en responder fue el economista de la CTA, Claudio Lozano, quien calificó la declaración de Binner como "desafortunada", ya que el candidato de la coalición de derecha venezolana (Mesa de Unidad Democrática) representa "una apuesta exactamente contraria" a la del FAP. "No sólo por Capriles sino por lo que está detrás de él, es decir, el viejo sistema político venezolano que jamás pudo darle una respuesta al pueblo", afirmó, y agregó: "Nuestra apuesta es exactamente la contraria. Queremos alejarnos de los que empujan una opción conservadora al gobierno para proponer otra cosa."
Por su parte, la referente de Libres del Sur, también integrante del FAP, Victoria Donda, se limitó a responder que "así es la diversidad" y evitó confrontar con el referente de su espacio.
El apoyo de Binner a Capriles, sin embargo, no es nuevo. La diferencia es que hasta ahora no había sido manifiesto. Luego del triunfo de Chávez, en octubre pasado, el socialista argentino dijo que era "un horror" que no haya renovación democrática en ese país. "Nos preocupan las reelecciones indefinidas. No es bueno para la democracia que ese modelo no tenga recambio", sostuvo por entonces, y agregó: "Creo que realmente es un horror porque hay que pensar en la renovación como uno de los valores más importantes".
El líder del FAP también se manifestó en contra de la asunción del presidente bolivariano debido a su estado de salud, a pesar de haber sido avalada por los mecanismos institucionales de Venezuela. “Si no puede jurar tampoco puede asumir”, opinó, descalificando así la decisión que había tomado el Tribunal Supremo de Justicia del país caribeño.
Rossi: "Al FAP tendrán que ponerle Frente Amplio No Progresista"
El titular de la bancada del Frente para la Victoria de la Cámara de Diputados, Agustín Rossi, dijo que el espacio liderado por Hermes Binner debería llamarse "Frente Amplio no Progresista", a raíz de las recientes declaraciones del dirigente socialista quien dijo que él hubiera votado al líder de la oposición en Venezuela, Henrique Capriles Radonski.
"Al FAP tendrán que sacarle la última palabra: serán Frente Amplio pero no Progresista", dijo Rossi en declaraciones a radio Del Plata desde Venezuela, donde se encuentra acompañando a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Rossi salió así al cruce de las declaraciones del ex candidato a presidente por el Frente Amplio Progresista, quien afirmó que -de haber sido ciudadano venezolano- en las últimas elecciones hubiera votado al candidato de la oposición a Hugo Chávez.
En tanto, el diputado kirchnerista contó que ayer "se vio una movilización conmovedora e impresionante" y agregó que "el pueblo venezolano está despidiendo al comandante tal cual es”.
"Yo no tenía duda de la obra transformadora de Chávez y esto lo reconfirma. Pero hay algo más, y es el vínculo que sólo unos pocos pueden construir con su pueblo, como lo hizo Néstor”, consideró.
Por último, recordó que en el año 2003 "cuando las puertas de ayuda a la Argentina estuvieron cerradas, ahí estuvo Chávez”.
07/03/13 Infonews
MUJERES EN SU DIA.
VERA JARACH, MAMA DE FRANCA, DESAPARECIDA DE LA ESMA, DECLARO EN EL MEGAJUICIO
“A la Justicia le pedimos justicia”
Vera Jarach, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, ayer, en los tribunales de Comodoro Py.
Imagen: Bernardino Avila
Les habló a los jueces de su hija, para “que la conozcan, que sepan quién fue, cómo fue esta muchacha maravillosa, alegre, pero también muy pensativa”. Aportó una grabación con un llamado que Franca hizo desde la ESMA.
Por Alejandra Dandan
El pelo blanco, los ojos chiquitos, la voz de roble. En un momento, Vera Jarach buscó casi a tientas algunas caras en la sala: “No veo si están los acusados, pero con los ojos de mi alma sí los veo –les dijo–. Y si están, les pido a ellos que rompan ese tan cruel pacto de silencio alguna vez, que nos digan qué pasó con todos y cada uno de nuestros hijos, y a la Justicia, a la Justicia, le pedimos justicia”.
Frente suyo una hilera de Madres llenó la sala de Comodoro Py con sus pañuelos. Vera fue a declarar a la segunda audiencia de testigos de este juicio por los crímenes de la Escuela Mecánica de la Armada para hablar de su hija. A Franca la secuestraron el 25 de junio de 1976, en la esquina de un bar del centro de Buenos Aires; había sido abanderada del Nacional Buenos Aires, delegada por el centro de estudiantes e integrante de la UES.
“Nosotros también tuvimos un calvario, un muro de silencio, pero antes de eso quiero enfrentarlos con Franca”, dijo al tribunal y también a la sala. “Que la conozcan, que sepan quién fue, cómo fue esta muchacha maravillosa. Amada y admirada por muchos, dejó mucho y eso es una herencia también. Alegre, pero también muy pensativa. Defendía lo justo y cuanta causa hubiera. Era muy, muy generosa y atenta a todo, apasionada y también tenía un profundo sentido critico, incluso en la militancia, de la que voy a hablar.”
Vera, que era periodista en ANSA cuando secuestraron a su hija, hilvanó trazos de la vida política de Franca. Contó cómo la expulsaron del Buenos Aires en tiempos de la Triple A, después de una asamblea ya prohibida y organizada por los estudiantes para evitar el desplazamiento del rector. Echaron a 14 y por una gestión de los padres volvieron a incorporarlos a todos excepto a Franca, que no quiso volver. Rindió exámenes libres “brillantes”, se disponía a estudiar Ciencias de la Educación “porque pensaba en los grandes cambios sociales, que era la meta de todos estos jóvenes”. Empezó a trabajar en un pequeño taller, hacía cajitas y se anotó en un curso poligráfico. “Como tengo que decir toda la verdad, pero no puedo asegurarlo, digo que creo que tuvo militancia dentro de ese ámbito. Como tenía ese espíritu crítico, tardó mucho en militar en una institución organizada; cuando lo decidió, entró en la UES, y cuando tomaba una decisión lo hacía muy, muy en serio, quería decir que estaba convencida de lo que hacía.” Para entonces pasó de la UES a la Juventud Trabajadora Peronista.
El llamado
A Franca la secuestraron un viernes. Vera la esperaba al otro día en el Tigre. La buscó en hospitales, en la morgue, presentó hábeas corpus y durante años no supo nada. “Tenía 18 años de edad; mi marido y yo tratamos de localizarla, de salvarla; desgraciadamente fue en vano. Pasaron muchos años, más de veinte, antes de que yo pudiera saber la verdad, y esa verdad es el lugar donde Franca fue llevada después del secuestro.”
Franca estuvo en la ESMA. “Fue un verdadero infierno”, dijo. Vera supo eso a través de Marta Alvarez, una de ex detenida. “Quizá no sea mucho –dijo–, pero para mí es muchísimo, tengo algunas pruebas y en esas pruebas, una de las fundamentales es una grabación de la que ahora les cuento.”
Franca llamó a sus padres el 11 de julio desde un lugar de la ESMA que Vera reconoció años mas tarde. “Para nosotros significó que estaba viva, ahí están las voces de Franca y de mi marido que contestó, para mí es estremecedor volver a escuchar esas voces, pero sé que es una prueba importante por su contenido, así que estoy dispuesta a escucharlo de nuevo.”
En la sala se oyó esa grabación. Vera se quedó en la silla. Franca, rápida, joven, apurada, perforó el tiempo desde otro lado del espacio. Preguntó por todos: “¿Cómo están? ¿Cómo está mamá?”. Les dijo: “Estoy detenida”. Su padre preguntó un poco en italiano y en español. “¿Dónde estás? ¿Cómo estás? ¿Cuándo volvés?” Franca responde y responde: “No sé, la verdad, es que no sé”, dice.
–Bueno, chau...
–Que Dios te bendiga –dice su padre.
–Chau, papito, chau.
“Es como que hay dos grabaciones en mi memoria”, dijo Vera. “Todo lo que nos dijo Marta Alvarez y después esto, que es una prueba. Hacían esos llamados para frenar, se supone, nuestras denuncias y búsquedas, cosa que por supuesto no hicimos.”
Vera no paró de hablar; sólo en una ocasión los jueces le preguntaron si necesitaba un momento, porque los ojos se le llenaron de lágrimas. Alguien en el fondo murmuró: “¡No la conocen!”. Claro, no dejó de hablar. Cuando empezó, habló de Auschwitz y de las dos cosas que marcaron su vida. “La historia nos enseña que lo que ha sucedido una vez puede volver a ocurrir, y de hecho en mi historia esto se ha demostrado. En 1943 deportaron a Auschwitz a mi abuelo materno; más tarde mi hija Franca, secuestrada y llevada a la ESMA; dos historias, no hay tumbas, están la cámara de gas y los vuelos de la muerte.”
Al final, el presidente del tribunal le preguntó si quería decir algo más. Ella recordó a un chico de una escuela de Italia que le preguntó si estaba satisfecha con su vida. “¿Qué pregunta, no?”, dijo Vera con humor. “Le dije que sí, realmente he tenido mucho en mi vida, nos salvamos de la Shoá y tuve una vida normal hasta que suceden las dos tragedias: en el ’43 mi abuelo y luego mi hija, y tengo que decir que es como esa canción de Violeta Parra: la vida me ha dado tanto, pero también me ha quitado. Quiero decirles a ustedes que agradezco haber estado acá. Y acá Franca conmigo pide justicia...”
—¡Mírenla, mírenla! –les dijo a los jueces. Y dejó a Franca, en la foto, arriba del escritorio.
MARIA EVA BASTERRA Y DANIEL TARNOPOLSKY
Una beba en el centro clandestino
Por Alejandra Dandan
La audiencia del juicio unificado de la ESMA fue intensa. Declararon durante el día otras tres víctimas: María Eva Basterra, la hija de Víctor Basterra, el fotógrafo que sacó las primeras fotos de los marinos del centro clandestino de la Armada; la madre de Cecilia Viñas y Daniel Tarnopolsky, el único sobreviviente de una familia sobre la que los marinos dieron uno de sus mayores golpes, al secuestrar y asesinar a sus padres, dos hermanos, su cuñada y una de sus primas. Durante la audiencia, Daniel sacó una foto con unas quince personas y les habló directo a los jueces: “Esta es la peligrosidad de mi familia”.
La jornada empezó con el testimonio de María Eva. Cuando los jueces le preguntaron si estaba allí para que se hiciera justicia, ella les hizo una aclaración: “Que se haga justicia, y vayan todos presos”, explicó. María Eva estuvo en la ESMA una semana secuestrada, tenía dos meses de edad, estuvo detenida-desaparecida con sus padres. Cuando uno de los marinos la entregó en custodia a una ex detenida, le dijo que no se le ocurriera pronunciar el nombre de la niña. “Como tenía los pirinchos parados me ponen Cepillito de sobrenombre”, dijo ella. Durante los años que siguieron, la vida estuvo marcada por las entradas y salidas de su padre a la ESMA, las mudanzas en casas de amigos y familiares, los cambios de escuela y el escape de los tres a Neuquén ya en democracia, cuando los marinos todavía seguían manteniendo controles sobre los ex detenidos.
“Yo quería decir que todo, más allá de mi paso por la ESMA, que no fue poco, las consecuencias de esta vivencia, me gustaría que se tomen como parte de lo que se condena”, dijo al final. “El desarraigo, los miedos al abandono, son parte fundamental de las consecuencias y del plan que los tipos pensaron. No es sólo el paso de cinco días por un lugar terrible, sino todo el miedo y amedrentamiento que sufrimos todas las personas que pasamos por ese lugar y los familiares. Sería bueno que se tome en cuenta. Estoy feliz por ser parte de este momento histórico en el que al fin tenemos voz los hijos y los sobrevivientes y los familiares después de todo el tiempo de silencio por los miedos o por preservación o por las dos cosas. De alguna forma soy feliz, pero sé que falta mucho.”
Un dato molesto de la audiencia fueron algunas de las intervenciones de los abogados de la defensa. María Eva había hablado de la militancia de sus padres, de sus búsquedas. Dos de los abogados defensores de los marinos, además de continuar con la línea de preguntas que intenta impugnar esa militancia, ahora le preguntaron a ella por sus propias inscripciones políticas. “¿Usted pertenece a alguna agrupación?”, lanzó Guillermo Jesús Fanego, voz cantante del grupo. Los abogados de las querellas se opusieron.
08/03/13 Página|12
LULA Y HUGO
Valió la pena
Por Luiz Inácio Lula da Silva *
La muerte del compañero Chávez, para la política de América del Sur, para América latina y diría que para el mundo, es una pérdida irreparable. Chávez era un hombre 80 por ciento de corazón y 20 por ciento de razón, como creo que deben ser todos los grandes hombres del mundo. Chávez pensaba mucho en su pueblo y, sobre todo, en las personas más pobres. Tuve el placer de conversar con Chávez muchas veces. Lo conocí en los tiempos del Foro de San Pablo. Después tuve la oportunidad de conocerlo mejor cuando él ya era presidente y yo había sido electo también presidente, pero aún no había asumido, para atender un pedido de petróleo de Venezuela, en ocasión de una huelga de los trabajadores de Pdvsa. A partir de mi aporte establecimos una relación muy fuerte porque teníamos muchas afinidades. Si teníamos divergencias ideológicas, teníamos muchas afinidades políticas, coincidíamos en el papel que debía jugar la relación estratégica entre Brasil y Venezuela, compartíamos la relación estratégica que debíamos tener con los países de América latina y comprendíamos el papel de los países pobres, sobre todo los de América del Sur, en el enfrentamiento construido con los países del Norte, sobre todo en la cuestión comercial y política. Eso hizo que un día, en 2007, pasáramos a tener una relación, más que entre dos presidentes, entre dos compañeros. Es decir que para evitar que hubiese cualquier problema en la relación entre Brasil y Venezuela, acordamos con Chávez que podríamos organizar tres o cuatro reuniones bilaterales por año: un encuentro en Brasil, otro en Venezuela para que pudiésemos generar una asociación que permitiese equilibrar el comercio entre nuestros países. De ahí surgió la idea de instalar una refinería en Berlinda.
Mucha gente dice que Chávez era un hombre polémico y era bueno que él fuera así, porque Chávez hacía que las reuniones de Unasur y de los encuentros en los que hemos participado fueran siempre muy intensos, donde había mucho debate. El no permitía que las personas paralizaran una reunión. Incentivaba el debate con temas polémicos. Lo que importaba era que él estaba ahí presente, vivo, discutiendo los intereses de Venezuela y de América latina y, sobre todo, discutiendo los intereses de los pueblos más pobres. Pienso que no basta un siglo para producir un hombre de las cualidades de Chávez. No se ve todos los días a un país que elige a una persona que tiene un compromiso diferente con su pueblo. Chávez sabía que las razones para estar en el gobierno eran hacer que el pueblo de Venezuela se sintiese orgulloso, que pasase a tener derechos, trabajo, salud y la posibilidad de estudiar. Obviamente, enfrentó una oposición muy férrea, como todos enfrentamos en América latina. Todos los gobiernos progresistas se enfrentan a muchas adversidades. Pero creo que el paso del compañero Chávez por el gobierno de Venezuela valió la pena. Valió la pena no sólo por las conquistas; valió la pena por el símbolo de lo que hizo en defensa de su país: recuperó la autoestima de un pueblo, de los niños, y provocó que su pueblo pasase a creer que Venezuela era mucho más grande de lo que las elites intentaron hacerles creer. Creo que las ideas de Chávez, como las Bolívar, perdurarán por mucho tiempo, porque América latina vive un momento excepcional y Chávez tiene mucho que ver con eso, en la creación de la Unasur, la Celac, el Consejo de Defensa de la Unasur, el Banco del Sur y tantas otras ideas que volcábamos en un papel y debatíamos, cuestiones que hemos ido concretando de a poco. Espero que el pueblo venezolano comprenda que en este momento se necesitan mucha paz, madurez, tranquilidad y unidad porque Venezuela no puede retroceder. El pueblo de Venezuela aprendió a confiar en su gobierno, el pueblo de Venezuela aprendió a sentir orgullo de su país y eso representa un valor inestimable que no se puede olvidar. Hay divergencias políticas que continuarán existiendo, pero eso debe ser menor en la relación de los partidos políticos y de las fuerzas políticas para construir un clima de paz y mucha tranquilidad, porque Venezuela necesita continuar creciendo, generando trabajo, riqueza y mejorando la vida de su pueblo. ¡Que Dios cuide de Chávez como él lo merece! Tuve el placer de compartir con él ocho años de presidente y siento el orgullo de haber compartido con él la construcción de tantas cosas positivas. Y también guardo la tristeza de no haber hecho más. De cualquier forma, valió la pena. ¡Compañero Chávez: si usted no existiera, debería volver a nacer porque el mundo necesita dirigentes como usted! ¡Que Dios lo bendiga!
* Ex presidente de Brasil
08/03/13 Página|12
Suscribirse a:
Entradas (Atom)