miércoles, 6 de marzo de 2013

CHAVEZ Y LA HABANA

CHAVEZ MANTUVO UN VINCULO AMISTOSO Y CERCANO CON FIDEL Y RAUL CASTRO La simbiótica relación con La Habana Desde que Chávez visitó Cuba en 1994 por primera vez hasta su última operación en la isla, él y los Castro dieron muestras de que marchaban por el mismo camino. Por Gustavo Veiga Aquella vez, el 13 de diciembre de 1994, Hugo Chávez, mucho más delgado, con la sonrisa de siempre y vestido con una chaqueta de cuello Mao, llegaba a Cuba por primera vez. Apenas se paró delante suyo, Fidel, con su clásico uniforme verde olivo, le dijo al pie del avión: “Es un gran honor conocerlo después de tantos años”. Ese fue el inicio de una relación simbiótica, política, internacionalista, pero también entre dos nuevos amigos. El teniente coronel venezolano tenía 40 años y el legendario líder cubano, 68. La visita duró apenas dos días. Desde aquel momento en que se conocieron hasta la última vez en que el comandante Chávez estuvo en La Habana y lo recibió el actual presidente Raúl Castro, pasaron 18 años. En esas casi dos décadas de estrecha relación, hicieron de sus idearios revolucionarios uno solo. Fidel enfatizaba en su discurso de bienvenida en el aula magna de la Universidad Nacional de La Habana conceptos que hicieron ruborizar a su huésped: “Chávez es un hombre modesto, muy modesto, considera que no es acreedor a ninguna de las atenciones recibidas y que, en todo caso, espera ganárselas con su conducta en el futuro. Pero quien se pasa diez años educando a oficiales jóvenes, a soldados venezolanos en las ideas bolivarianas, podemos decir que es acreedor a éste y muchos mayores honores”. A esas palabras, Chávez respondió con un cálido recuerdo de sus años de formación: “Es la primera vez que vengo físicamente, porque en sueños, a Cuba vinimos muchas veces los jóvenes latinoamericanos”. Cuatro años después, llegaría a la presidencia de Venezuela. Y nunca se separaría de Cuba y su revolución en los principios rectores de su política. Tanto significaba el presidente bolivariano para la isla que, en Cuba Debate, una de sus principales publicaciones, se podían leer sus textos junto a los de Fidel y Raúl. “Las líneas de Chávez” aparecían debajo de “Las reflexiones de Fidel” y “Los discursos de Raúl Castro”. Ayer, cuando se conoció su muerte ocurrida a las 16.25, los principales medios de comunicación cubanos la informaron en sus portadas, con un tono despojado de adjetivos y ciñéndose al discurso del vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro. A una fotografía precedida por el título “Falleció el presidente Hugo Chávez”, más tarde se le agregó el video del trágico anuncio desde Caracas. La columna del politólogo Atilio Boron, que salió primero en la web de Página/12, también había sido subida a Cuba Debate. El Granma y Prensa Latina difundieron el deceso del líder bolivariano en un tono semejante. Este cronista coincidió en La Habana con los últimos días de Chávez allí, hasta que, aún convaleciente de su última operación, regresó el 18 de febrero a su país. En las calles de esa capital tan colorida y movilizadora, queda muy claro cuánto representaba el venezolano para el pueblo y gobierno cubanos. En una escenografía dominada por los almendrones, esos autos de colección, modelos ’50 o ’60, marca Buick o Chevrolet, pueden verse imágenes del amigo de Cuba con alguna frase del tipo: “Vamos a hacer realidad el sueño de Bolívar y Martí”. Un ex combatiente de Playa Girón, de 85 años, tan flaco como sus cigarros, llamaba la atención de turistas y cubanos por igual en el Paseo del Prado. “Dios dice que Fidel y Chávez son grandes humanistas”, escribió en una cartulina blanca, entre varias que tenía a su lado, en un banco de plaza. Por esos días, había recrudecido la batalla mediática por la salud del presidente ahora fallecido. Pero ése, un tema de Estado, lo reflejaban las principales cadenas de televisión. La gente de a pie, en la bulliciosa Habana Vieja o en el Vedado, sabía hacía tiempo que el petróleo venezolano les había mejorado la vida. Un sistema de transporte más ágil y moderno tenía mucho que ver con ese abastecimiento que Cuba ha pagado con miles de profesionales en educación, salud, agricultura o deporte. Un intercambio fraterno entre dos países que rompe con la lógica de los mercados tradicionales. Tan cierto como que, en la senda de Bolívar y Martí, Fidel y Chávez, Cuba y Venezuela, se percibe el advenimiento de una forma tan vital de hacer política en las relaciones internacionales. Aun cuando la desaparición del presidente venezolano sea para esa manera de ver el mundo una pérdida irreparable. gveiga12@gmail.com

CHAVEZ POR TATO PAVLOSKY

Chávez Por Eduardo “Tato” Pavlovsky * Te moriste Negro Cabrón, y Latinoamérica está de luto. La derecha debe estar de fiesta. Tengo rabia de imaginar no verte nunca más. Te voy a extrañar. No ver tu imagen revolucionaria. Tu potencia revolucionaria irrenunciable de los principios fundamentales de la igualdad. Tu lucha contra la indignidad de los indiferentes. Hace muchos años tuve la oportunidad de ser invitado a dar un curso de Psicodrama para un grupo de jóvenes profesionales. Todas las casas de los médicos tenían un gran lujo y piscina. Clase media en ascenso. Cuando terminamos de trabajar pregunté con ingenuidad por la ausencia de transporte público. Veía coches último modelo por todas partes. A las siete vi una multitud haciendo cola y pregunté “¿Esa gente cómo viaja, dónde viaja?”. Esa gente, me respondieron, sólo viaja en esas camionetas pequeñas. Es la gente que habita los morros, allá arriba. Eran pequeñas camionetas destartaladas que llevaban 50 personas por viaje. “¡Pero en la cola hay miles!” Los cargan y siempre llegan. Los dejan y después a pie suben hasta sus casas caminando. Son gente fuerte. Lo decían en un tono naturalista. La tremenda desigualdad ya estaba interiorizada como un fenómeno obvio, cotidiano. Cuando el horror se construye día a día, hasta los niños deformes se vuelven cotidianos. Pensé en los “cabecitas negras” de Perón lavándose las patas en Plaza de Mayo. Allí se inscribían como Hombres. Se les dio la dignidad de ser “humanos”. De las patas de los cabecitas surgió el peronismo. Ese fue su primer movimiento de liberación. De auténtica liberación. Hugo: cuando la oposición quiso sacarte del poder los negritos bajaron de los morros y te liberaron. Ya se habían vacunado contra la indignidad. El contubernio demócrata conservador repartiéndose el poder durante años. La subjetividad de la desigualdad se había quebrado. De la ignominia. De la prepotencia del poder inventado. De los morros bajaron ellos y esa herencia no se olvidará jamás. Frente al estupor de la oligarquía y de los liberales. Ya no hace falta que no te mueras. Ya está el acto consumado. Vivirás siempre como el Che y Evita. Devolviste la dignidad y eso no se olvida nunca, ya estaba consumado el gesto. Tenés 3000 médicos cubanos trabajando allí, curando enfermedades y haciendo labores pedagógicas. Podés morirte tranquilo, son muchos los que te llorarán. Saliste al mundo. Predicaste justicia social a los desamparados. Y eso no se olvida nunca. Ni tampoco se olvida tu antiimperialismo constante. Irrenunciable. Sin concederles “ni un poquito así”, como decía el otro inmortal del “Che”. Chau, Chávez. Me alegro de haber vivido en tu época. Haberte conocido. Haberte admirado. Pero me detengo aquí porque tengo ganas de llorar y cuando lloro no puedo escribir. Chau, Negro. Hasta la victoria siempre. * Psicoanalista. Autor, director y actor teatral.

CHAVEZ NESTOR CRISTINA

LA CONFIANZA DE CHAVEZ CON NESTOR Y CRISTINA KIRCHNER Una relación consolidada por el No al ALCA El trato entre Chávez y Néstor Kirchner, o también con Lula, Cristina y Dilma, daba para algún reproche privadísimo porque había un acuerdo fuerte de integración. Por Martín Granovsky Asumió antes que Néstor Kirchner y Luiz Inácio “Lula” da Silva, pero hizo falta que la Argentina y Brasil encarasen juntos la etapa posterior al desastre neoliberal para que Hugo Chávez quedase potenciado por los dos principales países de Sudamérica. Chávez llegó al gobierno en febrero de 1999. Lula asumió el 1º de enero de 2003. Kirchner, el 25 de mayo de 2003. Aunque su presidencia, en buena medida, se debió al estallido económico del modelo de emirato petrolero, basado en la renta no repartida de un solo producto, y al estallido político del viejo sistema venezolano, y por lo tanto hay cierto parentesco con el “Que se vayan todos” de la Argentina de 2001, Chávez pasó sus primeros años en soledad. En la Argentina gobernaban primero Carlos Menem y Fernando de la Rúa. En Brasil, Fernando Henrique Cardoso. El rigor histórico debe constatar una diferencia en Eduardo Duhalde, quien era presidente cuando el empresario Pedro Carmona derrocó a Chávez en 2002. A la vez que criticó al venezolano por una supuesta “falta de habilidad para llevarse bien con la gente” y por “actitudes ina-mistosas con algunos de sus vecinos, lo que realmente enturbiaba la situación”, Duhalde no dudó en calificar el movimiento como “un golpe de Estado”. También dijo que no era “una buena noticia para América latina”. Luego de Fidel Castro, Chávez fue uno de los personajes extranjeros más populares en la asunción de Kirchner. Los dos construyeron de entrada una buena relación, de la que Cristina Fernández de Kirchner participó como senadora y asesora dilecta de su marido, y luego como Presidenta desde 2007. Igual que Evo Morales, Chávez solía hablar de Kirchner como de un “hermano mayor”. Kirchner era de enero de 1950. Hoy tendría 63. Chávez, de julio de 1954. Murió antes de cumplir 59. Cristina, de 1953, acaba de cumplir 60. Con Lula, del 27 de octubre de 1945, la diferencia de edad era mayor. Lo determinante en el acercamiento de todos ellos fue la sintonía sobre el pasado, el énfasis en la integración y la decisión de aproximarse por encima de las diferencias nacionales y personales, que ninguno diluyó en ningún momento. La primera necesidad compartida fue salir de la crisis impuesta por el modelo neoliberal de desregulación y dependencia del endeudamiento y del capital externo. La segunda fue acumular poder común de negociación en un mundo que abría oportunidades de crecimiento, por la valorización de las commodities provenientes de América latina, pero que bien podía cerrar esas oportunidades de un momento a otro. La tercera, imaginar una región dotada no sólo de soja, petróleo o mineral de hierro, sino de condiciones de paz que pudieran otorgarle una ventaja comparativa en relación con las zonas más calientes del planeta. Un ejemplo de la tercera necesidad fue la mediación que Néstor Kirchner emprendió como secretario de la Unión de Naciones Suramericanas en agosto de 2010, poco después de que Venezuela y Colombia rompieran relaciones y crecieran las amenazas de una guerra entre los dos países. Con fuerte apoyo de los presidentes de los dos países grandes, Lula y Cristina Fernández de Kirchner, el ex presidente argentino logró la confianza suficiente en el colombiano Juan Manuel Santos como para que los Estados belicosos volvieran a enviarse embajadores. Lo ayudó en esa tarea su mano derecha para las negociaciones en América latina, Rafael Follonier, que trata personalmente a todos los líderes de la región y a menudo a sus segundas líneas. También fue de la partida entonces el actual jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. La gran prueba que habían sorteado juntos Kirchner, Chávez y Lula databa de noviembre de 2005. El primer recuerdo que aparece revisando la memoria o los archivos es el de un acto en Mar del Plata contra la creación de un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), donde además de Chávez participó, entre otros, Diego Maradona. Pero lo decisivo fue la determinación de la Argentina, Brasil y Venezuela de no aceptar que el ALCA quedara constituida en esa cumbre de Mar del Plata a la que asistió el presidente norteamericano George Bush acompañado en su meta de liberalización por su colega mexicano Vicente Fox. Los presidentes de los países más grandes de Sudamérica no plantearon esa determinación como predominantemente ideológica, aunque tenía un componente de ese tipo, sino práctica: un ALCA sería contradictorio con el objetivo de reindustrialización y corrimiento respecto de los organismos multilaterales de crédito que buscaban ya en 2005 tanto Brasil como la Argentina, y también Venezuela. Con esa visión sobre el futuro a evitar se movieron los negociadores técnicos del momento, el argentino Alfredo Chiaradía, vicecanciller económico, y el brasileño Adhemar Bahadian. Como suele pasar en las relaciones internacionales, la base de la confianza personal se teje en los momentos de mayor tensión, cuando de verdad se juegan opciones capaces de alterar el futuro. Eso explica que cada cual jugara su juego y que hubiera espacio no sólo para las diferencias, sino para alguna reconvención muy privada. Ante un discurso incendiario, Chávez podía escuchar sin ofuscarse frases como ésta de Kirchner: “Hugo, se te fue la mano, porque así nos jodés a todos”. Lo aceptaba porque al mismo tiempo ni Kirchner ni Cristina Kirchner dudaron en agradecerle públicamente lo que creyeron oportuno –la asistencia financiera y energética de comienzos del gobierno– y porque ni ellos ni Lula, o Dilma Rousseff después, vacilaron en la decisión tomada según la que Chávez debía estar cerca y no lejos. A tal punto cerca que en 2012 Venezuela terminó incorporándose como miembro pleno del Mercosur. Más allá o más acá de los Estados y sus instituciones, lo cierto es que los líderes políticos de cada país y las fuerzas gobernantes buscaron siempre un acercamiento que potenciara sus afinidades y les permitiera discutir con sinceridad las diferencias. Hacía tiempo que, en persona, Dilma y Cristina seguían las alternativas de la salud de Chávez, del mismo modo que se alegraron por la designación de Nicolás Maduro como vicepresidente. Ninguno de los dos Estados participará como tal de las próximas elecciones venezolanas, pero está claro dónde se ubica el corazón de cada uno. martin.granovsky@gmail.com 06/03/13 Página|12

CHAVEZ POR WAINFELD

Más grande que lo posible Por Mario Wainfeld Si hay un lugar común pavote y mediocre es hablar de (o esperar) un veredicto de la Historia sobre los líderes o grandes dirigentes. No existe ese tribunal impersonal (ejem), “independiente”. Los que van juzgando son los pueblos, portadores y defensores de intereses. El presidente Hugo Chávez se fue glorificado en las urnas por su pueblo, revalidado en numerosas ocasiones, repuesto en su lugar por movilizaciones masivas tras el nefasto golpe de 2002. La última elección fue una más (porque ratificó una tendencia) y fue única porque se produjo en medio de su enfermedad: quedó como el pronunciamiento final y tajante. Lo que Chávez fue para Venezuela lo plebiscitaron sus compatriotas. Los números y la recurrencia hablan solos, poco hay que agregar. Tenía un gran manejo mediático e histriónico... Lo que concretó es bien tangible. Es difícil mensurar la proporción internacional de Chávez sin puntualizar que Venezuela no es una potencia económica ni militar. Que jamás un presidente de ese país fue tan conocido, amado u odiado, funcionando como referencia en esta América y en el mundo. Hay que saber mucha política, tener mucho don de mando y capacidad de negociación para conseguir tanto con una “base material” tan acotada. - - - En la región fue un líder formidable y constructivo. Central para un nuevo diseño del Mercosur, que aglutinó a los tres países con mayor PBI. Determinante para el “No al ALCA”, que sepultó una propuesta política norteamericana en la Cumbre de Mar del Plata. El hombre, claro, supo aliarse. Primero que nada, con Argentina y Brasil. La narrativa dominante sobre esta etapa se saltea la conjunción entre los dos países más relevantes de América del Sur, durante las presidencias de Lula da Silva, Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner y Dilma Rousseff. La unión estratégica es un eje de la época, que en estas pampas se subestima o se niega para demostrar que lo de Brasil es formidable y lo nuestro un engendro. La sincronía en tantas medidas, la articulación y comunicación permanentes refutan esa lectura perezosa. Chávez captó ese cuadro de situación y supo jugar dentro de él. Un ejemplo redondo fue la mentada Cumbre de Mar del Plata, donde aceptó (divertido, desde ya) hacer de chico malo cuando Kirchner y Lula se lo pedían o manejar la extensión de sus discursos para dilatar o acortar una reunión. El saldo fue el rechazo a una tremenda iniciativa imperial, conseguido a pulso. Otro logro, chocante con la caricatura que dibuja la derecha, es cuán importante fue Chávez para la sostenida paz en la región. Y para el firme rechazo conjunto a la violencia norteamericana en Medio Oriente o la instalación de un centro de detención y tortura en Guantánamo. Entre tanto “el concierto de las naciones” acompañaba, hacía de comparsa o, en el mejor de los casos, miraba para otro lado. Se habla de un bravucón (que podía serlo de palabra, si venía al caso), pero fue un pilar en tiempos de trabajosa integración regional, connotada por la ausencia de conflictos bélicos relevantes. - - - A la hora de la hora, el orador impenitente sabía escuchar. Aceptó, a instancias especialmente de Kirchner, someterse al referéndum revocatorio: una elección a todo o nada durante un mandato vigente, algo que casi no existe en ninguna Constitución del mundo. Debía descomprimir la tensión interna. El mejor camino eran las urnas. Supo entender, le sobró cuero para jugarse. Y ganar, esa arte tan esquiva para varios republicanos de opereta que sólo convocan minorías. - - - Venezuela, como tantos países, se benefició con el alza sideral del petróleo. No hay datos de otras naciones que, sin ser potencias y arrastrando necesidades importantes, usara esa riqueza para trabar relación con otros menos afortunados, para ayudarlos. De nuevo, abundan traducciones esquemáticas, provenientes de aquellos que no registran los cambios históricos y usan siempre las mismas categorías. El ladrón cree que todos son de su condición; el imperialista, también. Por eso subestiman o encasillan mal lo que concretó Chávez trasfundiendo petróleo a precio de regalo a aliados vecinos: Nicaragua o Cuba son los más característicos. O hasta ideológicos: llegó a vender nafta barata para abaratar el bus de Londres cuando lo gobernaba Ken Livingstone, un cuadro izquierdista apodado “el alcalde rojo”. Venezuela no se constituyó en una metrópoli sino en una peculiar variación de aliado. El ejemplo de Cuba es el más complejo y evidente. Iba dinero a Cuba, desembarcaban médicos y maestros cubanos en Venezuela, se formaban médicos de toda la región en La Habana con financiamiento venezolano. ¿Había pujas por ver quién “conducía” a quién en esta relación o en la que lo ligó con Brasil y Argentina? Seguro que la hubo, siempre está presente entre aliados o compañeros de ruta. Pero no se plasmó en la relación imperio-colonia. - - - Citaba a Bolívar, a Tupac Amaru, a Fidel, a Mariano Moreno, a Dorrego, a San Martín, a Salvador Allende... Ninguno de los presidentes argentinos de los últimos años evoca tanto al ex presidente Juan Domingo Perón en sus modos retóricos ni lo cita tanto en sus discursos. Era un autodidacta ávido y se aggiornaba continuamente, vaya a saberse en qué momentos o ratos libres. Regalarle al presidente Barack Obama Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano, fue un gesto ingenioso, pleno de simbolismo. Conocía la historia de nuestro país mejor que la mayor parte de los dirigentes argentinos actuales. Alguna vez se enzarzó con Cristina en una charla sobre el revisionista Jorge Abelardo Ramos, lo tenía en su biblioteca. Sus discursos eran largos, seguramente caribeños, podían albergar un tramo musical cantado a voz en cuello o un gesto teatral, como cuando se sacudió el azufre dejado por George Bush en las Naciones Unidas. Pero distaban mucho de la parodia, al contrario, eran ejemplo de comunicación de masas. Conjugaban la lógica de la retórica dirigida a pueblos y militantes: síntesis histórica, semblanza y glorificación de los próceres. Nadie se iba sin tener una pintura de lo que quiso expresar, sin un par de consignas, de mensajes para trasmitir a sus compañeros o en sus barrios. - - - Cuando el rey de España le espetó “por qué no te callas” sinceró una verdad honda, que trascendía la levedad de la anécdota. En el centro del mundo querían acallarlo, anularlo. No porque fuera exagerado y ruidoso, sino por lo que decía y representaba. Lo aborrecieron en Estados Unidos y en la Europa central. No odian a los dictadores: auparon a muchos. No odian la violencia que ellos ejercieron en Irak o Afganistán. Odian el desafío político e ideológico que le propuso nuestro Sur, en una era de relativa independencia y autonomía, sin un ápice de olor a pólvora. El cronista le debe al periodista y ensayista Ernesto Semán esta caracterización del antagonismo ideológico, que tiene más de cien años y reflorece vital en el siglo XXI: “Chávez capturó como pocos un común denominador regional que precede al populismo: una idea de republicanismo, que pone en el centro político los derechos sociales e ideas de bien común (que muchas veces pueden ser al mismo tiempo inclusivas y autoritarias) por sobre ideas de libertad individual y derechos de propiedad privada que caracterizan al liberalismo en su versión norteamericana”. - - - Se lo evocará mostrando una edición de bolsillo de la Constitución bolivariana, bailando, abrazando a sus pares, pronunciando palabras conmovedoras frente al féretro de Kirchner. El cronista se lleva en la memoria un acto realizado en Ferro, en contrapunto con la presencia de George W. Bush en Uruguay. Este escriba corría contra el cierre. El discurso se rizaba y era imposible saber cuándo llegaba a su fin. La razón profesional del cronista le ordenaba partir, para darle al teclado. Su corazón lo clavaba ahí. Le era imposible, como a muchos millones de latinoamericanos, no quererlo y disfrutar de su palabra. Que no era hueca, además. Esa vez describió a “Cristina y Néstor” como “mis hermanos porque somos hijos de la misma crisis”, una frase tan afectuosa como precisa. Y agregó que creía más en los procesos históricos que en los hombres providenciales. Que si Bolívar hubiera muerto de disentería en la infancia o si San Martín no hubiera regresado de España, la independencia de sus países hubiera llegado igual. Tratemos de combinar, a pluma alzada, las dos afirmaciones. El determinismo absoluto no existe, las condiciones propicias sí. La sincronía de gobiernos de matriz popular, críticos de los desvaríos y de la entrega noventista, es consecuencia de un marco general: el fracaso del neoconservadorismo. En cuanto a lo de los dirigentes providenciales, acaso no existan, estrictamente. Y por cierto de nada sirven si no “embocan” el momento histórico en que les toca vivir. Pero hay protagonistas que llegan al tope de las posibilidades disponibles. Que saben interpelar a sus pueblos y articular alianzas como pocos o nadie. Chávez fue uno de ellos, en ese sentido es irremplazable. En todo lo demás, se abren todos los enigmas acerca de cómo se suple, en pleno proceso de cambio, a un jefe carismático consagrado merced a sus acciones rompiendo la tradición y reformando a fondo las instituciones. Instituciones y tradición marchitas y estériles, por si hace falta resaltarlo. Entre tanto, seguramente sin mayor originalidad, pero presumiendo que en sintonía con los lectores de este diario, el cronista llora a su modo la pérdida de un compañero y de un referente. mwainfeld@pagina12.com.ar 06/03/13 Página|12

CRISTINA VIAJO A CARACAS

Cristina viaja a Caracas para despedir a su amigo y decretó tres días de duelo Por Ana Clara Pérez Cotten La presidenta suspendió toda la actividad oficial. El ministro De Vido y el canciller Timerman, en la comitiva. El gobierno afirmó que la gestión de Chávez es "paradigma" en la región y recordó la colaboración que ofreció al país. La reacción fue inmediata en la Casa Rosada. Minutos después de que se conociera el fallecimiento del presidente venezolano Hugo Chávez, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner decidió viajar a Venezuela para despedir a su par y amigo y decretó tres días de duelo en los que la bandera estará a media asta en nuestro país. En su despacho en la Casa de Gobierno, la mandataria recibió la noticia de que el vicepresidente venezolano Nicolás Maduro había anunciado por cadena nacional la muerte de Hugo Chávez. Minutos antes, había estado reunida con el alcalde de París, Bertrand Delanoë, quien se encuentra de visita en el país. Inmediatamente, suspendió su agenda pública de toda la semana, dispuso –por el decreto 250– tres días de duelo y que se izara la bandera a media asta. El decreto, además de la una formalidad necesaria, fue el primer pronunciamiento político del gobierno argentino después de la muerte de líder latinoamericano. El texto repasa los logros de Chávez desde 1999 para "distribuir la riqueza" en Venezuela y considera que "su gestión se ha transformado en un paradigma para América Latina". Además, recuerda su rol preponderante en la formación de la Unasur y resalta que "a la República Argentina le ha prestado la colaboración en tiempos difíciles". A pocos metros, en el Salón de las Mujeres del Bicentenario, militantes y funcionarios –que aún no estaban enterados de la noticia– esperaban a la presidenta, quien tenía pensado anunciar la compra y distribución de libros para el sistema educativo. Cuando la locutora anunció que se suspendía el acto, el intendente de Quilmes "Barba" Gutiérrez gritó: "¡Compañero Chávez presente, ahora y siempre!" A pocos metros, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, gritó "Viva Chávez" y el auditorio en el Salón le respondió con un aplauso cerrado. Militantes y funcionarios se retiraron cabizbajos, algunos lloraban. El secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, quien participaba de la firma de un convenio con representantes de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) al momento de recibir la noticia, evocó que el líder bolivariano fue "un gladiador genuino de la integración de la Unasur y de América Latina en su conjunto". El funcionario recordó que el mandatario venezolano "tenía un vínculo muy especial con Néstor". Y agregó: "Era una relación de amistad que iba más allá de lo que era un tema de países o fronteras", porque además "estaban totalmente convencidos de lo que era la región latinoamericana." A las 21:00, en helicóptero, la presidenta abandonó la Casa Rosada rumbo a la quinta de Olivos, donde ultimó los detalles para el viaje a Caracas. En principio, decidió que la acompañarían el canciller Héctor Timerman; y el ministro de Planificación, Julio De Vido. Además, la comitiva argentina decidió esperar al presidente uruguayo José "Pepe" Mujica para que viajara en el Tango 01. Con el correr de las horas, ministros, funcionarios y militantes de La Cámpora comenzaron a alistarse en otros vuelos a Caracas. Al cierre de esta edición, estaba previsto que la presidenta abordara el Tango 01 a la 1 de la madrugada. A principios de enero, alertada por el empeoramiento de la salud del venezolano, Cristina viajó a Cuba para visitarlo y acompañar a su familia. Días después, de regreso en la Argentina, contó que le había entregado una Biblia y la imagen de la Virgen de Luján y de San Benito, de parte de un argentino que él quería mucho. En aquel momento, los familiares de Chávez y funcionarios venezolanos agradecieron públicamente el gesto de la presidenta argentina. 06/03/13 Infonews

Rivas: “Espero poder seguir colaborando con el proyecto que lidera Cristina”

Un reportaje con el líder socialista que no repitió la historia y revisó los prejuicios partidarios de otrora. Un balance de la gestión kirchnerista y de su paso por la Cámara. Binner y la vereda de enfrente. Los jóvenes y la política. Lo que fue y lo que vendrá: el FREPASO, el escenario previo y el posterior a la sucesión presidencial de 2015 y el socialismo de 1955 y el actual. Por esas paradojas, ironías o meros guiños por anticipado a lo que será la biografía naciente, a Jorge Rivas –militante socialista, hincha de River y Temperley, diputado nacional y ex Vicejefe de Gabinete- la Historia le reservó para nacer el séptimo Día de San Perón desde la proscripción de ese nombre: nació en Lomas de Zamora, el 18 de octubre de 1961. Eran otros tiempos. O no. Hoy, el Partido Socialista que responde a Hermes Binner se ocupa de mostrarse opositor no sólo al gobierno kirchnerista sino también a aquellas medidas que toma y que mayor consenso y apoyo social reúnen, sin molestarse en explicar demasiado el por qué. Pero Rivas y su Confederación Socialista marcan otro rumbo, han revisado lo que él mismo llama sus “prejuicios históricos”. Se diferencian de la izquierda que, como reconoció explícitamente el presidente uruguayo José Mujica en el último número de la revista Correo Socialista, no puede entender el peronismo en ninguna de sus formas. Y hoy acompaña, desde la criticidad lúcida, al gobierno nacional, que –dice- rescató a la política como herramienta de transformación. Sin dejar de marcar sus diferencias en aquello que no representa un avance e, incluso, marca un retroceso, tal el caso de la nueva legislación de seguros de la clase trabajadora. Su oficina atesora libros, fotografías que lo muestran junto a Néstor Kirchner y Cristina Fernández y adornos del Che y El Eternauta. Allí bromea, responde las preguntas de esta entrevista y deja saludos para Roberto Cimatti, el amigo de la Confederación bahiense que gestionó el reportaje. Maravillas de la esencia humana: las limitaciones motrices que al diputado Jorge Rivas le dificultan, a primera vista, la expresión, en realidad permiten observar en él un talento natural para comprimir, en pocas palabras, definiciones sustanciosas sin que nada de esa densidad del pensar se pierda. Y así, ofrece opiniones sin medias tintas. Ironías sobre los que se caricaturizan a sí mismos. Respuestas que ofician como disparadores, que esconden dentro de sí, secretamente, nuevas preguntas. Y otras que resumen mejor que esta parrafada introductoria una posición. A tal punto que no puede el cronista hallar mejor título a la nota que la cita textual de la última respuesta. Hace un tiempo, usted dijo que lo que más lo entusiasmaba del gobierno nacional eran “sus enemigos”. Pero a esos enemigos el gobierno se los debe haber ganado por algo. ¿Cuáles cree que son los puntos más destacables de estas tres últimas gestiones? Un ser político también se define por su contrario. Aquello contra lo que confrontamos debe formar parte de nuestra identidad ideológica. Por eso me parece central tener claro quiénes son nuestros enemigos. En cuanto a los puntos más destacados de los últimos tres gobiernos, son muchos, pero el más importante sin duda es el haber rescatado a la política desde el 2003 como herramienta de transformación popular. También hay otros puntos en que, por acción u omisión, el gobierno ha cedido o, al menos, aminorado la marcha en el avance. Me refiero a proyectos varados como el de la Ley de Servicios Financieros, u otros que sí salieron como la nueva legislación de ART. ¿A qué cree que responde esa situación? Son las naturales contradicciones que se dan en un proceso de transformación social, en un contexto de disputa política permanente. Pero no tengo dudas que la impronta general del gobierno sigue siendo de avanzada. Se avecina un 2015 donde se dará la particularidad de que Cristina Fernández no podrá ser candidata a las presidenciales. El peronismo no tiene una buena historia digiriendo este tipo de situaciones, donde sus máximos dirigentes deban enfrentarse al recambio o la sucesión. ¿Cómo cree que se desarrollarán los hechos en estos dos años de interna por la sucesión presidencial? Creo que primero hay que superar el obstáculo electoral del 2013, y seguramente ese resultado electoral va a incidir en el diseño del escenario político con vistas al 2015. ¿Qué conclusiones saca al cabo de dos periodos de gobierno del sector que se dice socialista y responde a Hermes Binner, en una provincia importante como Santa Fe? La conclusión es que no se produjo ninguna transformación estructural en la provincia de Santa Fe en estos últimos años. Para nosotros no ha sido ninguna novedad, porque el Partido Socialista santafecino nunca nos generó alguna expectativa. ¿Qué evaluación hace de la inclusión política de las generaciones más jóvenes? La inclusión de los jóvenes a la política en esta última década me parece un dato muy positivo. No solo porque le da garantía de renovación y perdurabilidad a nuestra democracia, sino que también oxigena a la política. No dudo de que uno de los mayores legados que nos dejó Néstor, es jerarquizar la militancia, a partir de devolverle a la política su poder de decisión. ¿Qué evaluación hace de este paso actual suyo por la Cámara de Diputados? Si bien es mi cuarto mandato como diputado nacional, las limitaciones motrices que me acompañan en este mandato hacen que casi todo sea una experiencia nueva. Lo que sí puedo asegurarte es que este es el momento parlamentario más rico en materia de sanción de nuevos derechos que personalmente he vivido en el Congreso. Desde la oposición y la tribuna de doctrina liberal muchas veces se alude a una supuesta falta de respeto del Ejecutivo actual a la independencia de los poderes del Estado. Usted fue también Diputado entre 1997 y 2001. ¿Qué diferencias y similitudes encuentra en ambos momentos históricos respecto de la relación de los poderes, desde su lugar como legislador? Hoy nuestra democracia es más genuina que nunca. Es común que la derecha arme un relato cuestionando la calidad institucional, cuando ven afectados sus privilegios. “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”. ¿Qué lectura hace hoy, a la distancia, de la experiencia del FREPASO? ¿Qué similitudes guarda con el kirchnerismo? La del FREPASO fue para mí una experiencia muy interesante, ya que fue una construcción política de mujeres y hombres que proveníamos de diversas identidades ideológicas, y priorizamos nuestras afinidades por nuestras diferencias. Salvando las distancias, algo parecido a lo que ocurre hoy con el Frente para la Victoria (FpV). ¿En qué medida el proyecto de país que encarna el FpV es un proyecto federal? Es muy complejo en Argentina articular una masa crítica que sostenga y profundice el actual proyecto nacional y popular con una visión sectaria de la política. Necesitamos tener una mirada desdogmatizada y entender que el único sujeto social que podemos y debemos articular, es diverso ya que responde a distintas realidades territoriales y diversas tradiciones ideológicas. Lo importante es que podamos garantizar el rumbo de desarrollo con inclusión social y ampliación de derechos. La política no es lineal y es ingenuo suponer que podemos contar con un sujeto social homogéneo. Cuando usted y su grupo, dentro del Partido, se encontraron con la irrupción de Néstor Kirchner y su programa de gobierno y comenzaron a pensar en el nuevo escenario que con ello se abría, ¿se encontraron con una evaluación histórica sobre el rol del socialismo ante la irrupción del primer peronismo? ¿Son equiparables ambas situaciones? Muchos socialistas entendimos en el 2007 que lo que estaba sucediendo en el país nos exigía que revisáramos nuestros prejuicios ideológicos respecto del peronismo. El lugar de la izquierda democrática, sosteníamos entonces, estaba junto a ese proyecto que enarbolaba muchas banderas que también eran nuestras, y que concitaba un masivo apoyo popular. Sobre todo cuando estaba claro que en la vereda de enfrente se amontonaban los sectores políticos y las corporaciones más reaccionarias de nuestra sociedad, dispuestas a sabotear de cualquier manera ese proceso. Y por otra parte, tampoco creo que puede sorprender a nadie este debate en el socialismo, pues estamos en presencia de una de las tantas recurrentes crisis, con cierto aire de familia, con diferencias y parecidos con las producidas a lo largo del siglo pasado. Entre las diferencias, se encuentran el contexto histórico, la calidad intelectual de los actores que intervienen en la discusión, y el hecho de que el socialismo era por entonces una importante corriente, no solo de acción sino de pensamiento, capaz de proyectar una idea de futuro. Entre los parecidos, la cuestión de qué actitud política asumir ante un gobierno popular no socialista. ¿Cuál es el personaje histórico (de cualquier campo) que más admira? Me es muy difícil elegir un solo personaje histórico. ¿Cuáles son los desafíos para la Confederación Socialista en los próximos dos años? Estamos dándonos una organización democrática, en la que las ideas van a circular libremente. Una organización de izquierda, con un fuerte compromiso con el pueblo trabajador. Una organización popular, en defensa siempre de los sectores sociales más vulnerables. Una organización, por fin, latinoamericanista, ya que si bien no renunciamos a la realización de una humanidad socialista, somos conscientes de que nuestro mejor aporte a esa causa es contribuir a la transformación de nuestro país y de nuestra región. No es un dato irrelevante el hecho de que estemos convocando a conformar esta Confederación Socialista dentro del marco del Frente para la Victoria. Ello debe leerse con toda claridad: no somos ni seremos neutrales o indiferentes, ante las disputas y tensiones que se dan y se seguirán dando dentro del Frente. Tenemos claro que el bloque de derecha es el principal enemigo del progreso social. Pero también sabemos, porque ha sucedido con frecuencia a lo largo de nuestra historia, que suele usarse a ciertos actores del campo popular como arietes o mascarones de proa, para penetrar en el tejido social. Debemos estar muy atentos para evitar que prosperen esos miserables intentos. ¿Y para Jorge Rivas? Espero poder seguir colaborando con el proyecto que lidera CFK. Textuales de Jorge Rivas sobre… … la Confederación Socialista, el Partido Socialista y los roles que ambos juegan en este momento histórico: “Creo que la Confederación Socialista, más allá del bagaje de los valores históricos del socialismo, pretende ahondar la mirada de una izquierda consustanciada no sólo con el proyecto nacional y popular que se lleva adelante en nuestro país sino con los distintos gobiernos populares de la región. Concretamente, para nosotros el socialismo debe contar con un sujeto social o masa crítica popular para lograr la transformación social. Si no, sencillamente es una caricatura de izquierda, que es en lo que se ha convertido el Partido Socialista en la Argentina”. … CFK y su rol después de 2015: “Es un cuadro político muy valioso, y si a eso le agregamos su experiencia como presidenta creo que va a ocupar un importante lugar en la conducción política del proyecto nacional y popular”. … su futuro. Y una mirada sobre Bahía Blanca: “No imagino mi futuro político. Espero seguir trabajando por una sociedad más justa desde cualquier lugar. En cuanto a Bahía Blanca, veo con entusiasmo los pasos que se vienen dando para conocer la Verdad sobre los horrores de la última dictadura. Y por supuesto poder hacer Justicia con los responsables de tales atrocidades. No dudo que eso va a contribuir para que tengamos una Bahía más justa”.

Declaración del Gobierno de Cuba: HASTA SIEMPRE, COMANDANTE

Declaración Con hondo y lacerante dolor, nuestro pueblo y el Gobierno Revolucionario han conocido del deceso del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías y se aprestan a rendirle sentido y patriótico homenaje en su entrada en la Historia como Prócer de Nuestra América. Expresamos sinceras condolencias a sus padres, hermanos, hijas e hijo y a todos sus familiares que ya son nuestros, como Chávez es también hijo de Cuba y de la América Latina y el Caribe, y del mundo. En este momento de profunda tristeza, compartimos los más entrañables sentimientos de solidaridad con el hermano pueblo venezolano al que acompañaremos en todas las circunstancias. La Revolución Bolivariana tendrá nuestro resuelto e irrestricto apoyo en estas difíciles jornadas. A nuestros compañeros de la Dirección Político-Militar bolivariana y del Gobierno venezolano reiteramos nuestro respaldo, aliento y fe en la victoria. El Presidente Chávez ha protagonizado una extraordinaria batalla a lo largo de su joven y fecunda vida. Lo recordaremos siempre como militar patriota al servicio de Venezuela y de la Patria Grande; como honesto, lúcido, osado y valiente luchador revolucionario; como líder y comandante supremo que reencarnó a Bolívar para hacer lo que él no pudo terminar; fundador de la Alianza Bolivariana Para los Pueblos de Nuestra América y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Su heroica y denodada lucha contra la muerte es un insuperable ejemplo de firmeza. La admirable entrega de sus médicos y enfermeras ha sido una proeza de humanismo y consagración. El regreso del Presidente a la Patria venezolana, que tanto quiso, cambió la historia. “Tenemos Patria”, exclamó Chávez con emoción el pasado 8 de diciembre, y regresó a ella para afrontar los mayores riesgos que imponía la enfermedad. Nada ni nadie podrá arrebatar al pueblo venezolano la Patria rescatada. Toda la obra de Chávez aparece invicta ante nosotros. Las conquistas del pueblo revolucionario que lo salvó del golpe de abril del 2002 y lo ha seguido sin vacilación, son ya irreversibles. El pueblo cubano lo siente como uno de sus más destacados hijos y lo ha admirado, seguido y querido como propio. ¡Chávez es también cubano! Sintió en su carne nuestras dificultades y problemas e hizo cuanto pudo, con extraordinaria generosidad, especialmente en los años más duros del Período Especial. Acompañó a Fidel como un hijo verdadero y su amistad con Raúl fue entrañable. Brilló en las batallas internacionales frente al imperialismo, siempre en defensa de los pobres, de los trabajadores, de nuestros pueblos. Enardecido, persuasivo, elocuente, ingenioso y emocionante, habló desde las entrañas de los pueblos, cantó nuestras alegrías, y declamó nuestros versos apasionados con perenne optimismo. Las decenas de miles de cubanos que laboran en Venezuela le rendirán homenaje con el ferviente cumplimiento del deber internacionalista y seguirán acompañando con honor y altruismo la epopeya del pueblo bolivariano. Cuba guardará eterna lealtad a la memoria y al legado del Comandante Presidente Chávez y persistirá en sus ideales de unidad de las fuerzas revolucionarias y de integración e independencia de Nuestra América. Su ejemplo nos conducirá en las próximas batallas. ¡Hasta la victoria siempre!