miércoles, 27 de febrero de 2013
SOLANAS-CARRIO CINE DE CIENCIA FICCION
SOLANAS RECONOCIO CONVERSACIONES CON CARRIO Y GENERO REVUELO
El frente menos pensado
Solanas imaginó que juntos podrían conformar un “frente anticorrupción”, él como candidato a senador y Carrió a diputada. La idea generó rechazos entre integrantes de Proyecto Sur que consideraron a la diputada “de derecha”.
Por Werner Pertot
El líder de Proyecto Sur, Pino Solanas, admitió que podría llegar a un acuerdo con Elisa Carrió para armar un “frente anticorrupción” en la ciudad. “Le tengo respeto por su coraje y compromiso ético. Ella y yo pusimos el pecho ante las causas de corrupción en la Argentina”, le regaló Solanas a Carrió. De inmediato, diversos dirigentes de su espacio salieron a cuestionar esa posibilidad. “No iremos a una alianza con Carrió”, advirtió el legislador del Partido Socialista Auténtico (PSA) Jorge Selser. En tanto, el diputado del MST Alejandro Bodart afirmó que “hay que armar un gran frente y tienen que estar las fuerzas del FAP” y el legislador Rafael Gentili estimó que las negociaciones quedarán en nada.
La idea de sumar a Carrió fue conversada anteayer en una reunión de Proyecto Sur. No compartirían lista: irían con colectoras o bien la Coalición Cívica porteña no llevaría boleta de senadores. Los principales impulsores de la iniciativa fueron Mario Cafiero y Julio Raffo, que conduce el soliviantado bloque de la Legislatura. Uno de ellos comentó en la reunión de anteayer que habían arreglado para que saliera en Clarín la posible alianza. Algunos dirigentes le contestaron que era una locura. “Con este acuerdo, Proyecto Sur estalla”, advirtieron. “¿Porque tenés problema con el FAP vamos a terminar con Carrió?”, se preguntaron. Dentro del partido de Solanas interpretan que hay más ganas de mandarle un mensaje a Hermes Binner que de acordar con Carrió. Solanas desconfía de Binner desde el fallido acuerdo de 2011. El dirigente del FAP Humberto Tumini les contestó por Twitter: “Pino Solanas y Elisa Carrió. Suena como a viejo ese acuerdo, pero, bueh, todo es posible en la viña del señor”. “La alianza con Elisa Carrió no fue discutida ni aprobada por el PSA. Las conversaciones fueron iniciadas por Pino Solanas, pero no fue discutido en el movimiento de Proyecto Sur. Lejos está la propuesta de Carrió de las causas que nosotros levantamos”, sostuvo Jorge Selser, quien forma parte de la bancada de Proyecto Sur junto con otros dos dirigentes del PSA, Adrián Camps y Virginia González Gass.
La Juventud del PSA, que conduce la comunera Julieta Costa Díaz, fue todavía más directa: “Carrió es de derecha y no tiene nada que ver con el modelo de ciudad que queremos construir”, se tituló un comunicado. También recordaron que Solanas “invitó al partido del Momo Venegas al congreso del Movimiento Proyecto Sur el año pasado” y que compartió una mesa con Rodolfo Terragno. “Queremos creer que éste no es otro de los atajos electorales de la vieja dirigencia, los que no hacen otra cosa que volcar hacia la derecha las construcciones de los movimientos populares y de izquierda”, remarcaron. “Carrió es la representante de los sectores más antipopulares y retrógrados de la Argentina. Esperemos que Pino no nos defraude y se acuerde de lo que decía en 2010: ‘La Coalición Cívica está en posiciones muy antagónicas a las nuestras, tanto en materia económica como en las políticas en torno de los derechos humanos’”, recordaron.
Por su parte, Rafael Gentili minimizó la posibilidad de un acuerdo: “Son escaramuzas propias de las negociaciones. No le doy ningún tipo de entidad a esa posibilidad. Ahora, si Carrió quiere apoyar la candidatura a senador de Pino –sin compartir ninguna lista– no se lo vamos a impedir”. El legislador del MST Alejandro Bodart estimó que “son conversaciones. No es un acuerdo. Una cosa es lo que diga un diario y otra es la realidad. No veo mal dialogar con Carrió así como dialogamos con el FAP. Me gustaría dialogar también con el Frente de Izquierda y construir un gran frente opositor en la Ciudad”.
27/02/13 Página|12
POLITICA OPOSITORA Y MEDIOS POR JORGE DORIO
Política opositora y medios
Las razones de Estado y los estados de la razón
Por Jorge Dorio
Si bien la propia dinámica de las confrontaciones cotidianas habilita ciertas licencias para intervenir con picardías, varios sucesos de la última semana han corrido ese límite hacia una peligrosa dimensión, en la cual sectores de la oposición y medios que les sirven de faro ideológico, aprovechan cualquier tragedia para obtener algún rédito inmediato al enfrentarse al oficialismo.
En las confrontaciones cotidianas y con pequeñas variantes según el escenario, la lucha política obliga algunas veces a prescindir de modales cortesanos y despejar el terreno para fintas y agachadas que, pese a su picardía heterodoxa, no transgreden los límites de la ética ni se asoman al barrio del delito.
Los últimos tiempos nos han sometido al molesto asombro de comprobar que esas “licencias” han avanzado hacia la peligrosa dimensión de otros desbordes.
Es el caso de los entuertos en los que debiendo primar la lógica de la Razón de Estado, se da prioridad a las ventajas eventuales de la disputa partidaria.
Casos como el de la Fragata Libertad, la cuestión Malvinas, los conflictos en tribunales neoyorkinos o la apertura de mercados alternativos, son algunos de los temas que, con honrosas excepciones, han mostrado un perfil de la oposición signado por la inmadurez, la mezquindad, la obnubilación del corto plazo y, de manera más alarmante, la pérdida de una perspectiva nacional sacrificada por la obsesión por obtener algún rédito inmediato al enfrentarse al oficialismo. Este campo, por su parte, asentado en un grado de diversidad que no es menor, ha mostrado también en alguna ocasión el exabrupto de voces disonantes. Pero ha contado con la ventaja de un timón firme y un rumbo preciso, elementos que rápidamente transforman cada traspié en una mera anécdota.
Esa óptica alterada de lo nacional parece acentuar aún más las dificultades opositoras para erigir una alternativa convocante, no solo en términos político-ideológicos sino también en el más inmediato terreno electoral.
La tediosa necesidad de reiterar este panorama narrado ya en anteriores ocasiones radica en su condición reveladora de otros rasgos que han ido acentuándose en las últimas jornadas. La discusión sobre el memorando argentino-iraní partió del citado desapego por la Razón de Estado y empezó a transitar otro campo no menos sensible.
"Esa óptica alterada de lo nacional parece acentuar aún más las dificultades opositoras para erigir una alternativa convocante, no solo en términos político-ideológicos sino también en el más inmediato terreno electoral."
La existencia de una tragedia con víctimas fatales en la base de una discusión exige, en primer lugar, un respeto sin mácula por el dolor y la pérdida irreparable de una vida. Al mismo tiempo, los responsables de dirimir tales conflictos no deben perder de vista la necesidad de no asumir el natural dolor de los damnificados como única guía para garantizar que su lectura se ajuste estrictamente a derecho. Ese posicionamiento es el único emblema de aquello que sostiene el tejido conectivo de una comunidad, el corpus de obligaciones y garantías consensuado por todos aquellos que reclamen para sí la condición de ciudadanos.
La responsabilidad fundante de mancillar este terreno le cupo en su momento a los medios. Primero los que asumieron sin ambages su condición amarillista. Luego los que pretendieron disimularla. Hoy, tristemente, a los que sirven de faro ideológico a desorientados representantes que, con tal de lograr una figuración virtual, abandonan todo pudor y dignidad.
La cima de esa montaña de degradación se alcanza cuando un hecho trágico se torna atractivo para esta fauna carroñera al encontrar en él una vinculación cualquiera que, merced a un alambicado movimiento, permita salpicar a quienes en mayor o en menor medida estén alineados con algún postulado del Modelo.
Esa canallada, ni más ni menos, es la que nutre la difusión escandalosa del suceso que vinculó en un trágico accidente la muerte de Reinaldo Rodas y la vida de Pablo García.
Si a ese siniestro momento hay ligados otros nombres debe buscárselos en noticieros y editoriales que han usado al hecho en cuestión como excusa para exhibir su propia inmundicia.
26/02/13 Télam
LA SINTAXIS DE MOYANO (Y DE CLARIN)
La sintaxis de Moyano
Julián Maradeo presenta un estudio sobre de qué manera se fueron registrando en Clarín los cambios de imagen de Hugo Moyano.
Por Julián Maradeo *
Los cambios en las relaciones de fuerza afectan, mediáticamente, la imagen que se elabora sobre los actores políticos. La propuesta es observar cómo mutó la forma de aludir a Hugo Moyano y a aquello que da sentido a su potencialidad política por parte del diario Clarín.
Las tres caras de Moyano construidas por el matutino exponen a un sujeto relacional, cuyo poder, campo de acción y características están determinados y valorados según el tipo de relación que mantiene con el Gobierno.
Para Clarín, hay tres Moyano: el adjetivo, el sustantivo y el verbo. Lo que también se puede expresar con el trinomio: “disciplinado K”–“autonomía”-movilizar/presionar.
El Moyano adjetivo (va desde el 1/6/10 hasta el 26/10/10) tiene diferentes aspectos que, a la vez, exponen su complejidad: “Disciplinado K”-“sindicalista con prácticas mafiosas”-“amenaza potencial para el matrimonio”. Es definido como “táctico”: un jugador “incapaz de trazar una estrategia de largo alcance” que, por sus maneras “patoteriles”, se convirtió en “el sostén más importante de la estrategia oficialista”.
Para Clarín, el camionero era imprescindible en el dominio de la calle por parte del Gobierno y, en paralelo, un problema, porque Moyano “es el vivo ejemplo del rechazo” de la clase media. Clave: mientras aparece subordinado al Gobierno, como su punta de lanza, por ejemplo, contra los empresarios “díscolos”, es descripto como alguien reñido con la ley, pues están omnipresentes las sospechas que se cernían sobre él. Por caso, Covelia y la relación con José Pedraza. No obstante, era eje de numerosos cuestionamientos por el bloqueo a Siderar, de Techint y, entre otros, el lanzamiento de la Juventud Sindical Peronista (que para Clarín poseía reminiscencias del “sindicalismo que en los ’70 se cobijó bajo el ala de la Triple A”).
La segunda etapa (entre el 27/10/10 y el 15/8/11) marca el pasaje de adjetivo a sustantivo –es decir, un sujeto con “autonomía” y capacidad de movilización no subordinada–. Al principio, aparece enfrentado con los intendentes del conurbano, Daniel Scioli y la UIA. A su vez, se acentúa que tanto la Justicia de Suiza como la local lo acechan –busca “fueros para guarecerse de investigaciones judiciales en marcha”, afirmó Julio Blanck– y que esto comienza a alejarlo del Gobierno.
De aquí que, para Clarín, el momento que determina que la relación está “quebrada” es cuando, de cara a las primarias, se da a conocer la ausencia de moyanistas en las listas. A partir de este hito, empiezan a mermar las alusiones a sus problemas legales.
Desde ese momento emergerá, paulatinamente, un nuevo Hugo Moyano en el diario insignia de este grupo mediático-agroindustrial. Cual protagonista de una novela de aprendizaje, el cual debe sortear difíciles obstáculos para forjar su personalidad, se inicia el tránsito a la tercera etapa bajo las versiones de que “Moyano define su alejamiento de la CGT”. De ahí en más, sus apariciones serán acompañadas por un laborioso cambio de imagen y escenarios.
Anclada en su capacidad de movilizar organizadamente, sirviéndose de la estructura sindical, la etapa de verbo (desde el 16/8/11 hasta el 21/11//12) –cuando desaparecen las denuncias en su contra– tiene dos momentos. El de baja intensidad, el del alejamiento, marcado por demandas como la de “profundizar el modelo”, lo erige como “un opositor desde adentro”. Y el de alta intensidad, el de la ruptura, consumado en el acto de Huracán, por los festejos del Día del Camionero –ahora ungido como “inesperado referente opositor”–, que conllevará un cambio discursivo de dos pasos. Primero, reconocer que “de Moyano se podrían pensar y sospechar muchas cosas. Pero es público que en la era menemista fue una voz disidente del sindicalismo (...)”; así se legitimarían sus comparaciones: “La sintonía fina suena como lo que proponía Menem”.
Asimismo, mientras, ahora, su destinatario es el binomio trabajadorespueblo, se modifican las imágenes de las coberturas de sus actos. Por ejemplo, al cotejar la tapa de los festejos del Día del Camionero de 2009 con la de 2011, en ésta aparece el perfil “duro” de Moyano, reemplazando las imágenes de jóvenes acostados en las afueras de los estadios.
El anillo se cierra con el paro del 20 de noviembre. Por un lado, conjugando los verbos movilizar y presionar, la imagen de tapa muestra la 9 de Julio desértica, a la vez que el título anuncia que fue “otra protesta masiva contra el Gobierno”. Sólo Moyano es nombrado en la bajada. Por el otro, una nota de Eduardo Van der Kooy deja en claro los límites trazados, por Clarín, al sindicalista: “El camionero, en la nueva circunstancia, supo mutar su habitual sectarismo por una estrategia de brazos abiertos (...) Como ensayo asomó interesante salvo que, ante el vacío existente, Moyano empiece a presumirse como posible eje de una alternativa electoral cuyo primer paso serían las legislativas del año próximo. En ese caso, podría desmadejar rápido todo lo que ha tejido en este tiempo”.
* Periodista.
27/02/13 Página|12
EL SUCESOR DE SAN PEDRO
La elección del sucesor de San Pedro
Por Frei Betto
Tras la renuncia de Benedicto 16, el gobierno de la Iglesia pasa automáticamente a las manos del Colegio de Cardenales, según la normativa dada por Juan Pablo II en 1996, en el documento Universi Dominici Gregis. Una vez llegados a Roma los cardenales, se les lee este documento. Y con juramento los prelados quedan obligados a guardar secreto.
Con la renuncia del papa todos los cardenales de la Curia Romana, incluso el Secretario de Estado, que equivale a un primer ministro, quedan dimitidos automáticamente. Y sólo tres permanecen en sus funciones: el camarlengo, responsable de la transición y la elección del nuevo pontífice; el penitenciario mayor, para que se mantenga abierta la puerta del perdón de los pecados reservados a la Santa Sede, o sea aquellos de los cuales sólo ella puede conceder el perdón; y el vicario de la diócesis de Roma.
Los poderes del colegio cardenalicio, en la fase transitoria, son limitados. No puede, por ejemplo, modificar las reglas que rigen la elección papal, ni nombrar nuevos cardenales (que serán los electores del nuevo papa), ni tomar ninguna decisión que pueda recortar la autoridad del futuro pontífice.
Se prepara la Capilla Sixtina para el cónclave. Quedan suspendidas las visitas turísticas, y un equipo de seguridad examina cada detalle en busca de aparatos electrónicos. ¿Pero quién garantiza que alguno de los miembros del equipo no actúa bajo soborno de algún cardenal o de gobiernos interesados en manipular a la Santa Sede?
Son convocados a recluirse los cardenales que todavía no hayan cumplido ochenta años dos días antes del inicio del cónclave. En esta ocasión se prevé que serán 117 los electores.
Hasta la elección de Karol Wojtyla quedaban todos alojados en el Palacio Apostólico, cuyas dependencias eran poco confortables para bastantes de los huéspedes. Las habitaciones necesitaban ser divididas por tabiques, y los servicios higiénicos compartidos.
Juan Pablo II autorizó la inversión de veinte millones de dólares en la construcción de la Casa Santa Marta, hospedería para funcionarios del Vaticano y visitantes eclesiásticos. Los cardenales electores se trasladarán en bus hasta la Capilla Sixtina. En el cónclave la ocupación de sus 108 suites y 23 cuartos individuales, todos con servicios higiénicos privados, se hace por sorteo, excepto para los cardenales que exigen cuidados especiales por motivo de edad o de salud.
El cónclave comienza tan pronto haya habido el tiempo suficiente para que todos los cardenales lleguen a Roma. En 1922, en la elección de Pío XI, los cardenales de Norteamérica y de Sudamérica perdieron el cónclave porque los barcos no llegaron a tiempo. Hoy día los viajes aéreos lo hacen todo más fácil.
Si un cardenal se atrasara tiene derecho a entrar en el cónclave y participar en la elección. Pero una vez dentro, ninguno de ellos puede salir hasta que sea elegido el nuevo papa, excepto en caso de enfermedad o accidente con peligro de la vida y con el consenso de la mayoría de sus pares.
Junto con los cardenales electores entran también en el cónclave el secretario del Colegio de Cardenales; el maestro de ceremonias papales; dos religiosos de la sacristía papal; un asistente del cardenal decano; unos pocos frailes o monjes de diferentes idiomas para actuar como confesores; dos médicos; y el personal del servicio de cocina y limpieza, que suelen ser religiosas.
Ningún cardenal puede llevar asistente personal, excepto un médico particular en caso de enfermedad grave. Cero computadoras, celulares, periódicos, televisiones, radios, tablets o aparatos de grabación de sonido o imagen. Se mantiene una sola línea telefónica, para uso del camarlengo en caso de emergencia.
Sólo tres cardenales tienen derecho a disponer de un escritorio: el penitenciario mayor, el vicario de la diócesis de Roma y el párroco de la basílica de San Pedro.
Las normas de la Iglesia prohíben pactos o confabulaciones electorales antes del cónclave. Esto remonta al papa Félix 4° (526-530), quien presionó al clero y al senado de Roma para elegir como sucesor suyo a Bonifacio, su arcediano. Los senadores promulgaron un edicto vetando cualquier discusión sobre la elección del futuro papa mientras el actual siguiera vivo.
Según las normas cualquier católico varón mayor de 35 años es candidato virtual a papa y podría calzar las sandalias del pescador, aunque sea laico. Si resultare elegido, primero debería abandonar a su familia y ser consagrado obispo inmediatamente, como sucedió con Juan 19 (elegido en 1024) y Benedicto 9° (elegido en 1032).
Cubadebate
GB
PARA QUE SIRVEN LOS CARDENALES???
¿Para qué sirven hoy los cardenales y sus colas de seda?
Por Juan Arias
Con Pío XII la cola de seda púrpura de la capa magna de los cardenales era de 12 metros. Los papas fueron acortándolas hasta llegar a cinco metros con Pablo VI, quien hubo de soportar rebeldía de muchos de los purpurados. “Es como si le cortaran las plumas al pavo real”, llegó a decirle, irritado, uno de ellos. Sedas, encajes, sombreros de 30 borlas, anillos de oro con escudos (por cierto, todo ello muy femenino) acompañarán también esta vez a los 115 cardenales que se encerrarán en el cónclave para elegir al nuevo pontífice.
Siempre con fuerte sabor medieval y renacentista.
Lo peor, sin embargo, no es toda esa parafernalia de vestiduras fuera del tiempo, sino su misma finalidad. Hay quién asegura que podría ser la última vez que sean los cardenales los que elijan al papa, dado el desprestigio en el que está cayendo dicha institución. Lo veo difícil, aunque no imposible. Sin duda, el cardenalato ha perdido su finalidad original. Ha pasado de ser una función a ser una "dignidad", tanto personal como la de la sede que se le adjudica al purpurado.
Ni siquiera la función de elegir al papa es ahora fundamental para el nombramiento de un cardenal ya que hoy sólo los que no han alcanzado los 80 años pueden ser electores. Y sin embargo se siguen eligiendo cardenales mayores de esa edad, solo como prestigio. De ser los sacerdotes romanos asesores y ayudantes del obispo de Roma, pasaron -cuando el Papa se convirtió también en rey y emperador- a ser los príncipes de su Corte.
Los reyes llegaron a tener a su servicio a un cardenal como “representante de Dios”, que le asesoraba. El cardenal, al servicio del rey era la expresión máxima de la elegancia y de la estética, con sus ropajes de seda y bordados. Eran llamados “príncipes”.
Desde el Concilio Vaticano II, los cristianos han continuado defendiendo que la elección del papa no debería ser restringida a ese grupo de “príncipes de la Iglesia”, casi a subrayar que el papa es más un rey y monarca absoluto que el “siervo de los siervos” del Evangelio. Podrían elegirlo las conferencias episcopales; las comunidades cristianas más empeñadas en la ayuda a los pobres y olvidados; podrían ser personalidades cristianas del mundo seglar de absoluta respetabilidad moral y riqueza humana e intelectual... Y el cardenalato podría ser abolido.
Conversando Jesús con los apóstoles sobre el profeta Juan Bautista les recordó que “los que visten de seda están en los palacios de los reyes” (Mt.11,7).
Monseñor Oscar Romero, asesinado por los militares en El Salvador
Sin contar que hoy ni los reyes visten de seda ni llevan cola de púrpura y oro, lo cierto es que, como estamos observando en este cónclave, la institución misma del cardenalato está en profunda crisis: cardenales que se avergüenzan de ir al cónclave; cardenales condenados por sus mismas comunidades cristianas; cardenales que si se presentarán a Roma serían visto hasta por su colegas como un engorro por las acusaciones de carácter moral que pesan sobre ellos.
Cardenales que se han convertido en una especie de jarrones chinos preciosos de la Iglesia, que viven muchas veces más para sí mismos y para sus achaques que para la comunidad de fe cristiana.
Recuerdo en Roma cómo las monjitas que asisten a los cardenales de la Curia -todos ellos generalmente ancianos y jubilados- se espiaban unas a otras para ver donde cada cual compraba las mejores golosinas para “su cardenal”. Una de ellas me dijo que sabía donde comprar el “mejor solomillo” para el suyo, quien después alardeaba de tal cosa ante sus colegas.
No sin motivo se dice “boccato di cardinale”, porque en la mesa del cardenal tiene que llegar “lo mejor de lo mejor”. Me pregunto por qué nunca hicieron cardenal a personajes proféticos como a Mons. Oscar Romero, asesinado sobre el altar; al obispo Pedro Casaldaliga con una vida al servicio de los campesinos pobres de Brasil. O, también en Brasil, a un obispo como el fallecido Helder Cámara, cuya casa estaba acribillada por las balas de los militares que intentaban matarle.
Quizás porque la profecía no se encuentre a gusto entre sedas, borlas y encajes ni sea capaz de soportar el título de príncipe.
¿Será el próximo papa capaz de abrir las puertas de nuevo a la profecía en la Iglesia, para limpiarla de esos demonios que según el papa emérito Benedicto XVI se están apoderando de ella, empezando por sus mismos cardenales?
Blog Vientos de Brasil | El País
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LOS MEDIOS Y SU SILENCIO, SIEMPRE
El silencio más doloroso
Por Jack Fuchs *
En Rusia celebraron recientemente el 70° aniversario de la batalla de Stalingrado. Me provoca cierto escozor. Muchos medios, entre ellos la BBC de Londres, hicieron alusión a este evento en la historia como un punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial. No tengo interés en detenerme en los hechos bélicos, los detalles sangrientos de la batalla; ni siquiera en lo que muchos llaman la primera derrota nazi. En realidad, quiero preguntarme sobre el silencio, sobre la prensa, en fin, nuevamente sobre la indiferencia del ser humano.
En 1943, la situación en Europa era lejana a la de una victoria. La destrucción era total. El aparato para liquidar al pueblo judío en Europa estaba en marcha, en plena vigencia. En toda Europa, en Polonia, en Francia, en Grecia, en Hungría, por nombrar algunos países, había cerca de 3.000.000 de judíos para ese entonces. Dos guerras se daban simultáneamente: una contra el mundo libre y, a la par, una guerra contra el pueblo judío, perseguido metódica y sistemáticamente.
En 1943, los trenes de Roma, de Bélgica, de Hungría, de Checoslovaquia hacia Auschwitz no cesaban de andar. Su destino: las fábricas de la muerte, que no dejaron de funcionar hasta 1945.
Todo esto no hace más que revivir en mí una pregunta: ¿Cómo fue posible el silencio de la prensa mundial? ¿Por qué se mantuvo ajena a lo que ocurría con los judíos en Europa, especialmente en Polonia? ¿Ignorancia, insensibilidad, existencia de pactos de silencio? ¿Qué noticias se publicaban en el “mundo libre” durante la Segunda Guerra Mundial? ¿Qué sabía la gente común de lo que ocurría con los judíos en Europa?
¿1943, derrota del nazismo en Stalingrado? ¿Qué pasó ese año y los dos subsiguientes en Europa? Millones de muertos, entre los aliados, entre los nazis. Sólo en 1943 murieron tres millones de judíos. La batalla de Stalingrado no fue ninguna derrota definitiva del nazismo. Tampoco fue luego la victoria de quienes le arrancaron el poder al nazismo posteriormente.
A partir de 1940, se formaron muchos guetos pequeños que no duraron mucho y otros más grandes en los cuales se encerraba a los judíos. Lodz, mi ciudad natal, que contaba con una población judía de 200.000 personas, es un ejemplo. En mayo de 1940, los nazis deciden tomar un barrio de la ciudad y cerrarlo, sellarlo. Lo llamaron gueto. Los habitantes no judíos debían abandonarlo y todos los judíos que vivían fuera de él se vieron obligados a ingresar. Setenta y tres años después, me pregunto si en algún diario del mundo se publicó la noticia en ese momento.
¿De qué victoria me hablan? Incesantes transportes a los campos de la muerte, sin interrupción, sin pausa y el mundo se mantenía indiferente a la matanza de judíos. Durante los cinco años que duró la Segunda Guerra Mundial no se publicaron casi noticias sobre la persecución sistemática, sobre las muertes que se iban sumando día a día.
Entre septiembre de 1939 y mayo de 1945, la prensa mundial se enfocó en el desarrollo de las batallas, las estadísticas de soldados caídos, tanques destruidos, ciudades y edificios destruidos. Leyendo las memorias de Winston Churchill sobre la Segunda Guerra Mundial, encontré muchos detalles de las distintas batallas, pequeñas y grandes, y nada sobre la matanza del pueblo judío. La información sobre ella salió a la luz a finales de la guerra. A pesar de que algunos viajaban hacia el mundo libre con la información de la tragedia, ésta no se transformó en titulares de la prensa.
Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, éramos nosotros, los sobrevivientes, quienes debíamos responder a las preguntas: “¿Qué pasó con Varsovia? ¿Qué sucedió con las comunidades judías europeas que desaparecieron por completo, como tragadas por la tierra?”. Qué ironía. Nosotros, los que veníamos de aquellos lugares inimaginables para los que no estuvieron allí, nos convertimos en los “informantes”. Pero no sabíamos nada tampoco, más allá del horror vivido.
La prensa mundial reflejó, en los años previos a la Solución Final, las distintas medidas y acciones perpetradas por los nazis. Los corresponsales extranjeros comentaban las principales acciones antijudías que llevaban a cabo los nazis en Alemania, Austria y Checoslovaquia previo al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Una vez comenzada la guerra, la información empezó a ser más escasa. De todas formas, menos de un año antes de que se iniciara la matanza sistemática de los judíos europeos, miembros de una organización política judía (Bund) lograron llevar información de manera clandestina al mundo libre y a su vez reportes con detalles de lo que ocurría fueron transmitidos por informantes y por grupos clandestinos polacos (Jan Karski, emisario de uno de ellos, informó personalmente a Franklin Roosevelt y al ministro británico Eden al respecto). Corría el año 1942.
No cabe duda de que la información estaba disponible y en una fecha bastante temprana, pero por motivos desconocidos, por lo menos para mí, no había interés en difundirla.
Hoy pienso y me pregunto si en Argentina se sabía lo que estaba ocurriendo en esos años. Yo sé que la prensa tenía información de los movimientos de los ejércitos, las bajas, los detalles de las invasiones. Todo ello aparecía en los titulares. Pero los cinco años que duraron los transportes desde distintos países de Europa hacia los campos de exterminio no se vieron reflejados en ese entonces en los diarios.
El mundo despertó al horror cuando ya millones habían muerto en el horror más silencioso.
* Pedagogo y escritor. Sobreviviente de Auschwitz.
27/02/13 Página|12
GB
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