jueves, 6 de diciembre de 2012

YPF TECNOLOGICA, MODELO NACIONAL

LA PRESIDENTA EXPLICO POR QUE PARA EL GOBIERNO LA RECUPERACION DE LA EMPRESA ES “UNA CAUSA NACIONAL”
“YPF es el eje central de una política pública”
Lino Barañao, Juan Manual Abal Medina, Amado Boudou, Cristina Fernández de Kirchner y Miguel Galuccio, en el acto en Tecnópolis.
Imagen: Télam.

Procurar el autoabastecimiento energético, promover el desarrollo científico, generar un proceso de sustitución de importaciones y atraer ahorro de inversores minoristas, en el plan de acción de la petrolera.

Por Sebastián Premici

“La recuperación de YPF fue una decisión estratégica. Fue una causa nacional. Si no hubiéramos tomado esta determinación, probablemente (la empresa) habría terminado como Aerolíneas Argentinas. Recuperamos también la aerolínea de bandera, a pesar de las críticas internas, cuyos ex dueños hoy están procesados.” La presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró ayer la primera Expoindustria de Petróleo y Gas realizada en Tecnópolis. Durante el encuentro quedó formalmente constituida la empresa YPF Tecnológica SA, un proyecto del que participan el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y el Conicet. El objetivo será impulsar la formación de recursos humanos que puedan aportar su conocimiento al desarrollo de la industria nacional de los hidrocarburos (ver aparte). “Recuperamos la compañía para incrementar nuestros proveedores locales y una mayor sustitución de importaciones, como eje central de una política pública”, remarcó la Presidenta.

La inauguración de la exposición fue en la llamada “Nave de la Ciencia”, un amplio espacio dentro de Tecnópolis donde confluyen los stands que representan las distintas áreas productivas del país. No bien la mandataria entró al lugar del acto, los distintos militantes que forman parte de Unidos y Organizados comenzaron a cantar. “Ay ay ay, ay...”, y Cristina los interrumpió: “Sí, ya sé, YPF ya es nacional”.

El Gobierno apuesta a que YPF sea la nave insignia que condense el proyecto de reindustrialización del país. Para alcanzar tal objetivo, es vital lograr la formación de una amplia cadena de valor local, como así también la preparación de los recursos humanos que crucen las distintas áreas de las ingenierías. “Queremos que esta nueva empresa sea la Invap del petróleo. Lo vamos a hacer, lo vamos a lograr porque tenemos la voluntad política”, remarcó la Presidenta.

En esta primera exposición, que finaliza mañana, confluyen empresarios petroleros de toda la región, científicos y los gobernadores que integran la Ofephi. Durante su exposición, el titular de YPF, Miguel Galuccio, ponderó la realización del Plan Sustenta, una iniciativa que involucra a más de 400 empresas y dispone una serie de “herramientas de gestión para vincular y coordinar las políticas públicas, el plan estratégico de la empresa y las expectativas de la región”.

Hace dos meses, la petrolera lanzó un plan de sustitución de importaciones de la mano de su cadena de proveedores. ¿Por qué se hace tanto hincapié en la ampliación de esta cadena de valor? Básicamente en función de los planes para aumentar la cantidad de pozos en exploración y explotación, lo que traerá aparejado una mayor producción, la empresa necesitará contar, por ejemplo, con 46 nuevos equipos perforadores. Esto representará un incremento del 45 por ciento en relación con la situación anterior a la llegada del Estado nacional. Para 2015 esos equipos deberán aumentar a 80 y en 2017 deberán ser 90.

“Esto es lo mismo que hizo Brasil. Ellos potenciaron toda su industria nacional alrededor de Petrobras. Esto indudablemente trae aparejadas ciertas tensiones entre aquellos que prefieren importar barato antes que el desarrollo local. Ocurrió en Brasil y seguramente pasará en nuestro país. Pero la clave será dejar esas presiones de lado y apostar por lo local”, enfatizó a Página/12 Víctor Bronstein, académico y especialista en temas energéticos.

En el mediano plazo, YPF necesitará comprar 400 equipos de bombeo. En los últimos tres años, la empresa estuvo trabajando con un promedio de 250 equipos. “Tenemos que dedicar más tecnología a la producción que nos permita poner en valor los pozos maduros. Ahí estarán ustedes”, le había dicho Sergio Anfronti, responsable del Plan Estratégico de Compras, al conjunto de proveedores de la empresa, durante un evento similar al de ayer, también realizado en Tecnópolis.

“En estos pocos meses hemos detenido el declive de la producción. Y esto se ve en algo muy sencillo. Hemos vuelto a tener nafta. Misteriosamente, en los fines de semana no había nafta, y ahora hay. Argentina decidió levantar otros paradigmas. Se trata de sumar y multiplicar. Para eso estamos aquí, para sumar recursos para todos los argentinos”, concluyó la Presidenta, quien luego recorrió la exposición con una comitiva de ministros, gobernadores y empresarios.

Así como el Gobierno apuesta a que YPF sea un nuevo catalizador de la industria local, también pretende que la empresa sea una interesante opción para los pequeños inversores. La Comisión Nacional de Valores aprobó esta semana la emisión de obligaciones negociables que van de los 1000 pesos hasta un máximo de 250.000 pesos. El objetivo es captar a los pequeños inversores que antes ahorraban con un plazo fijo o apostaban al dólar. El bono será a un año, con una tasa del 19 por ciento y rendirá sus intereses mensualmente (ver aparte).

Sin embargo, la empresa tampoco abandona su objetivo de conseguir financiamiento externo para lograr su plan quinquenal. Mañana Galuccio estará en Londres para reunirse con empresarios interesados en invertir junto a la petrolera nacional. El directivo participará de un encuentro al que concurrirán más de 200 petroleros de todo el mundo.

spremici@pagina12.com.ar

06/12/12 Página|12

GB

GUERRA EN PAZ POR JORGE RACHID, OPINION

Una guerra en paz
Por Jorge Rachid

Orden General del 18 de Julio de 1819

"Compañeros del Ejército de los Andes: La guerra se la tenemos que hacer como podamos: si no tenemos dinero; carne y tabaco no nos tiene que faltar. Cuando se acaben los vestuarios, nos vestiremos con la bayetilla que nos tejan nuestras mujeres y si no andaremos en pelota como nuestros paisanos los indios, seamos libres y lo demás no importa. Compañeros, juremos no dejar las armas de la mano hasta ver el país enteramente libre, o morir con ellas como hombres de coraje."
José de San Martín

Decía en sus libros sobre La Guerra, Carl von Clausewitz, este soldado general prusiano en el siglo XVlll, “que la guerra, es la prolongación de la política, por otros medios”. Para fraseando esta lógica podemos decir que los argentinos hoy, estamos librando una sucesión de batallas casi una guerra, pero gracias a la madurez del pueblo y el convencimiento del “nunca mas”, lo hacemos en el marco de la confrontación democrática, lo cual brinda a las nuevas generaciones su incorporación a la política, sin miedos ni temores, sin otros desafíos que la eterna búsqueda por la verdad, la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación.

Algunos prefieren no hablar de confrontaciones invocando intensos llamados al consenso y al perdón ecuménico. El consenso es sinónimo de seguidismo con los poderosos dueños del poder. Acuerdos con la oposición siempre, pero desde la política, no en el reparto de favores y prebendas. como en la Constituyente del 94, que por unas bancas a la oposición y participación en organismos públicos, se permitió hipotecar al país, se internacionalizó el marco conceptual, equiparando acuerdos internacionales a la Carta Magna y otorgando poder judicial extranjero a las claúsulas de la entrega del patrimonio nacional en las empresas del estado privatizadas.

Cualquier confesión religiosa, por otra parte, otorga el perdón a partir del arrepentimiento previo, nunca en la reafirmación militante de los genocidios perpetrados en nuestro país. Los poderes terrenales lo hacen, como en nuestro país con memoria, verdad y justicia que es una forma de construir futuro asentado en valores morales, que no deberían ser arrollados por supuestas construcciones ideológicas o macroeconómicas, fundadas en modelos extranjeros, imperiales e incluso en pensamientos eurocentristas, cuando se visten de “progresistas”.

La política es lucha, ya que dirime los modelos nacionales confrontados, modelos de acumulación concentrados con los sectores financieros y monopólicos como eje, de un modelo de construcción social y productiva, de marco solidario, siendo este camino el único apto para avanzar en la conquista de los nuevos derechos sociales, que van surgiendo de los nuevos escenarios nacionales. Es mas el peronismo tiene su razón de ser en la búsqueda permanente de generar políticas que desde el estado nacional, blinden las vulnerabilidades sociales, producto de 40 años de neoliberalismo, que lastimaron el cuerpo social argentino de manera estructural, conformando núcleos pétreos de pobreza y marginación, inequidad absoluta en la distribución de la riqueza, desprotección de los trabajadores, descenso abrupto en los sistemas educativos y de salud, avance del lucro por sobre la solidaridad, diáspora social y fragmentación, en una historia colectiva que había conocido, hace mas de 60 años, de un modelo solidario con Justicia Social como proyecto de vida.

Por eso la guerra en la política es la lucha por un núcleo de intereses antagónicos, unos asentados en la idea de la acumulación de ganancias y el alineamiento automático a nivel internacional y otro por la distribución de la riqueza y la recuperación de soberanía a nivel nacional y regional. Esa guerra en paz no quiere decir que los contendientes se tiren con flores y se presenten obsequiosos entre ellos, en el mejor nivel de hipocresía política. Al contrario quienes presentan la batalla apelan a las mejores estrategias en pos de defender lo suyo, los privados defienden intereses económicos sectoriales y el estado como ordenador social, los intereses del pueblo. Esto que resulta tan sencillo de describir, es presentado como el Apocalipsis de la democracia, que lleva a adjudicarle al Gobierno la ilegalidad de sus actos y la destrucción de las instituciones, entre ellas la justicia porque se nombran jueces en ejercicio constitucional, o cuando el parlamento vota es llamado una escribanía, cuando el ejecutivo fija políticas es despótico además de tirano y cuando se quieren cobrar impuestos, es persecución a quienes piensan diferente, un verdadero dislate, un insulto a la inteligencia.

Muchos argentinos no estamos dispuestos a convivir con asesinos y genocidas, ni con corruptos ni ladrones de guante blanco. No aceptamos tampoco en forma acrítica cualquier desatino, ni callamos ante quien debemos hacerlo cuando no coincidimos. Pero nuestro núcleo de ideas, asentado en la necesaria ruptura con los sistemas de intereses, que imposibilitan el acceso de las mayorías populares a una calidad de vida superior, no pueden ser furgón de cola de esos mismos intereses que decimos combatir.

Tenemos la experiencia histórica que cada vez que las fuerzas de intereses antipopulares comenzaron con la retórica de “tiranía”, “despotismo”, “avasallamiento de las instituciones”, “falta de libertad” entre otras, estaban preparando los bombardeos sobre Plaza de mayo en el 55 con muerte y desolación por miles de argentinos, fusilaron a sus propios camaradas de armas por indicación de esos mismos intereses, como “espadas sin cabezas” parangonando con el fusilamiento de Dorrego por Lavalle así denominado por Echeverría, siguieron con las proscripciones por 18 años, inauguraron las desapariciones con Vallese y el cadáver de Evita, reprimieron al movimiento obrero, a los estudiantes, con sus secuelas de muertos y encarcelados, volvieron a golpear en cada ocasión de avance del movimiento nacional y finalmente eligieron el genocidio en el 76 en nombre de la “libertad y la democracia”, funcional a los negocios y la entrega del patrimonio nacional y causante de la falta de libertad de de los argentinos.

Los peronistas siempre fuimos gobierno por elecciones democráticas, siempre fuimos víctimas nunca victimarios, defendimos la Constitución Nacional en cada dictadura como esa misma constitución manda, cuando gobernamos como ahora, ampliamos los derechos sociales y las leyes laborales, fuimos propulsores permanentes de la industria nacional, cuestión nunca perdonada por los sectores terratenientes agroganaderos, retomamos las funciones sociales del capital financiero desde el Banco Central, privilegiamos el ahorro interno, construimos la Seguridad Social desde la concepción de la Justicia Social, no como estado paternal, sino como Comunidad Organizada es decir con participación popular plena, defendimos junto a Madres y Abuelas los derechos humanos conculcados, y hoy los juzgamos con las leyes de la democracia, además de verdad y memoria como aporte cultural histórico a las futuras generaciones. No le perdonan al Movimiento Nacional semejante desatino y son ellos, los poderes hegemónicos y fácticos, los que “vienen por todo”, de la mano del capitalismo global en una verdadera pulseada por la prevalencia imperial del llamado “centro” sobre la llamada” periferia”.

El mundo se está moviendo, nuevas hegemonías aparecen y nuevos paradigmas escriben los pueblos en su lucha por sobrevivir. En esa búsqueda de nuevas certezas en un mundo “central” que se derrumba en crisis sucesivas producto de políticas neoliberales, los llamados “periféricos” o “emergentes” no podemos ser el colchón sobre el cual descansen sus necesidades económicas de ellos, para salir de sus propias crisis, después de décadas de explotación y expoliación de los pueblos latinoamericanos, como segunda conquista de la cual debemos liberarnos, como nuestros patriotas fundantes.

Eso es guerra aunque sea con modales siglo XXl en marcos democráticos y en paz que es como el mundo elige vivir, aunque los imperios en decadencia no cejan en invadir, someter, arrasar siempre en nombre de la democracia a países que no aceptan sus políticas expansivas en pos de recursos naturales.

Perón nos alertó en su discurso del 1* de mayo del 74 sobre que “el imperialismo vendrá por las buenas o por las malas por nuestros recursos naturales, incluida el agua dulce”, en su mensaje de apertura de las sesiones legislativas de ese año, dos meses antes de su fallecimiento.

Habrá sin dudas argentinos que querrán que sea por las “buenas” ya que eso garantiza menos lucha, menos conflicto, menos abismos, inserción internacional, capitales de inversión, alfombras rojas de visitantes ilustres, ser galardonados en foros internacionales, privilegiados en la prensa nacional e internacional, aplaudidos por la llamada “comunidad mundial”, grupo de países que se asumen como dueños y señores tutelares del resto del mundo.

Por las “malas” esto es en defensa de la soberanía nacional, la defensa de los intereses de nuestro pueblo, privilegiando la solidaridad social antes que el lucro, promoviendo la cultura del trabajo y de las condiciones dignas de vida de los trabajadores, fortaleciendo nuestra relación con el mundo a partir de apuntalar el UNASUR y asociándonos al BRICS, desde nuestra relación estratégica con Brasil, profundizando las relaciones con aquellos países que muestran su disposición a crecer juntos, no sometidos ni extorsionados por organismos multinacionales de crédito. Esto nos llevará a luchas importantes, de alta confrontación a medida que logremos avanzar, como lo hicimos con las AFJP, los juicios de lesa humanidad, la ley de medios audiovisuales, la reforma del Banco Central y ahora el Mercado de Valores, desendeudarnos en esa soga de ahorcamiento esgrimida por el sector financiero, recuperando YPF, entre otras cosas intolerables en lo “políticamente correcto” de la globalización.

San Martín nos instaba a ir a la guerra en la primer emancipación porque lo importante era ser libres, Perón nos instó a defender los recursos naturales frente al imperialismo, las dictaduras nos enseñaron el camino de la lucha de un pueblo, hoy sin embargo en Paz podemos dar las batallas necesarias para construir un destino soberano en el caminos de construcción del Modelos Social Solidario del siglo XXl, con Justicia Social e Independencia Económica.

Nunca nos perdonarán pretendiendo evitar que cunda el mal ejemplo que es la Argentina para el mundo financiero, intentarán frenarnos, desviarnos, comprarnos, embargarnos, junto a quienes aplauden y se alegran difundiendo algarabía ante determinados hechos, desde los Fondos Buitres, a fallos judiciales norteamericanos, reclamos ante el CIADI de vaciadores profesionales como Repsol, como antes Aerolíneas, la fábrica militar de aviones de Córdoba, los trenes y tantas otras empresas que adujeron “inseguridad jurídica” cuando fueron puestas en evidencia, de no cumplir con sus compromisos. No perdonarán haber pagado al FMI y librarse de su tutela, ni combatir por Malvinas, ni haber construido un sistema de Defensa UNASUR con nuestros hermanos latinoamericanos.

Nos deben sancionar para evitar que seamos tomados como modelo de dignidad de los pueblos. Los argentinos seguiremos nuestro sendero de paz, en democracia y con la convicción que da la lucha por una causa justa en el fortalecimiento del Movimiento Nacional de Liberación Nacional que es el Peronismo y aquellos sectores que concuerdan con el núcleo de pensamiento que nos lleva a la emancipación nacional en el marco sudamericano, que nunca debió fragmentarse.

JORGE RACHID
CABA, 5/12/12
jorgerachid2003@yahoo.com.ar
GB

PALESTINA E ISRAEL, BLANCO SOBRE NEGRO

Palestina: parto con dolor
Por José Steinsleger

Triunfo de la razón frente al atropello, el reconocimiento de Palestina como Estado "observador no miembro" de la ONU (29 de noviembre de 2012) fue también el del legítimo derecho a la resistencia y lucha armada de los pueblos contra el racismo, el belicismo, el expansionismo y el apartheid.

Resolución histórica y algo más que simbólica. Pues fuera de su innegable legitimidad la ONU rectificó, implícitamente, las presiones a las que fue sometida por Washington en su primera reunión extraordinaria, obligándola a violar su carta constitutiva (San Francisco, 1945) con el apoyo de 13 gobiernos lacayos de América Latina que volcaron la votación en favor de la partición de Palestina en dos "estados": el uno "árabe", y el otro "judío" (resolución 181, 29 de noviembre de 1947).

Mejor conocido es lo que vino a continuación. Unilateralmente, los sionistas declararon la independencia de Israel (14 de mayo de 1948). Y al día siguiente se lanzaron contra los países árabes, ocupando territorios palestinos, practicando la "limpieza étnica" y montando una insidiosa propaganda de "esclarecimiento" (hasbará) pensada para satanizar al árabe (o al persa) y victimizar al judío "por-lo-que-nos-hicieron-los-nazis".

Nada de aquellos atropellos se hubiese podido realizar sin el apoyo de Estados Unidos, una de las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial. Pero cuando, hacia finales del decenio de 1980, la Unión Soviética y el "mundo socialista" se vinieron abajo, el sueño sionista de acabar con los palestinos pisó con fuerza el acelerador.

Pues bien: esa historia de confusión deliberada, impunidades planificadas y desolación se acabó. El estatus de "observador" permitirá a Palestina señalar a Israel como potencia ocupante, denunciar sus crímenes de guerra, la ignominia del muro en Cisjordania y agonía de los habitantes de Gaza, y la exigencia para el retorno de millones de refugiados de la "diáspora" palestina.

De ahora en más, al hipermilitarizado enclave neocolonial israelí le será difícil erigirse en "país agredido". Una visión que, junto a la del cínico "derecho a la defensa", la perversa manipulación del sufrimiento judío en Alemania nazi, y el antisemitismo a la carta, Israel explotó con relativo éxito durante 65 años.

Palestina recibió el voto a favor de 138 países, en tanto 41 se abstuvieron, y apenas nueve se manifestaron en contra: Estados Unidos, Canadá y República Checa, líder mundial del consumo de cerveza, que duplica el de los gringos y triplica el de México, lo que ya es decir algo.

¿Y qué decir de los cuatro estados independientes de Oceanía (Islas Marshall, Micronesia, Naurú, Palau), que viven de Washington? Seguramente que el tamaño no importa cuando la suerte de los pueblos va en juego. Pues otras repúblicas igualmente minúsculas del Pacífico (Kiribati, Vanuatu y Tuvalú), más los reyes de Islas Salomón, Samoa y Tonga, fueron más dignos que Ricardo Martinelli, presidente del país emblema de las luchas anticoloniales y antimperialistas de América Latina.

La votación fue precedida por la enésima masacre aérea de Israel en la desolada y desnutrida franja de Gaza, el campo de concentración a cielo abierto más grande del mundo. Sin embargo, los israelíes recibieron lo suyo: cohetes que cayeron en Tel Aviv y Jerusalén por primera vez en muchos años, y hasta un desconocido que consiguió llegar al edificio de la embajada de Washington en Tel Aviv y apuñaló a un guardia en la pierna.

Desesperada, Hillary Clinton y el premier de Israel, Benjamin Netanyahu, se dieron cita en El Cairo y, con la mediación del gobierno egipcio, aceptaron la apertura de todos los pasos fronterizos de la sitiada Gaza, entre otras condiciones para el cese de fuego.

La verdad es que Washington empieza a cansarse de Israel y el mesianismo de los políticos sionistas que, con creces, superan sus propias doctrinas ultramontanas. Mientras, la comunidad de inteligencia estadunidense revisa documentos como el titulado Preparativos para un Oriente Medio sin Israel, y oye con atención al decrépito genocida Henry Kissinger decir que “…en diez años no habrá más Israel”.

Posiblemente, la alienación y desinformación de la sociedad israelí permitirán que Netanyahu se alce con el triunfo en las elecciones previstas para el próximo 22 de enero. Pero Ehud Barak (ministro de Defensa y arquitecto de la política de Tel Aviv frente al programa nuclear de Irán y de las grandes masacres de Gaza en 2008, más la que acaba de fracasar) renunció al cargo y dice que no se presentará a elecciones porque está "cansado de la política" y quiere dedicarse a su familia.

A Netanyahu sólo le queda reforzar su alianza con el canciller nazisionista Avigdor Lieberman, quien, según el analista argentino Santiago O’Donell, habría filtrado un documento a sus embajadores diciendo que Israel podría disolver la ANP y reocupar Cisjordania si la delegación palestina presentaba su pedido en la Asamblea General (Página 12, 18/11/12).
La Jornada, México
GB

miércoles, 5 de diciembre de 2012

MANUEL UGARTE, IN MEMORIAM

MANUEL UGARTE, UN HOMBRE DE SUEÑOS
Por Osvaldo Vergara Bertiche


El 2 de Diciembre de 1951, hace 55 años, muere Manuel Ugarte.

Luchador notable. Sintetizó uno de los rasgos esenciales de nuestras falencias: la falta de unidad Iberoamericana, unidad que fuera frustrada por las intrigas de las grandes potencias y la europeización de las clases dirigentes locales.La unificación de Latinoamérica, lograr definitivamente la Nación inconclusa, fue la gran bandera de Ugarte.

Ugarte fue un socialista criollo, sin la concepción europea de la cuestión social. Su prédica contenía un marcado antiimperialismo nacionalista e hispanismo intransigente impregnado de una conceptualización socialista profundamente humanizada.

Afirmaba en cada ocasión su condición de argentino, pero sobre todo de latinoamericano en esa pasión por recuperar la Patria Grande.

En 1923 decía en un artículo titulado “El nuevo nacionalismo”: “existen dos ideas muertas: el internacionalismo ciego y el nacionalismo cerrado”. Se pronunciaba por un nacionalismo democrático y por una democracia nacional como la única solución posible, justamente cuando en América algunos intelectuales propiciaban el advenimiento de “la hora de la espada”. Y en 1940 señala que: “Lo peor del imperialismo Inglés así como del norteamericano no consiste en que se lleva lo más valioso de las riquezas del país sino en que arrasa los valores morales estableciendo una prima a la inferioridad y al renunciamiento de los hombres”.

No se mantuvo ajeno a las circunstancias políticas de nuestro país y señaló, en directa referencia al Gobierno del General Perón: “Los prisioneros del pasado que se resisten a admitir este momento nuevo, esta mentalidad diferente, este ideal de porvenir, no perturbarán la marcha de la nación hacia sus nuevos destinos. La revolución no ha sido de un hombre, ni de un grupo, ni de un momento político, ha sido fruto de una conmoción geológica, de un cambio de clima, y aunque las individualidades que gobiernan no llegaran a desaparecer, la revolución seguirá su marcha, superior a las contingencias, bajo la sombra tutelar y las inspiraciones del que supo dar forma a los hechos a los que la inmensa mayoría de los argentinos deseábamos y esperábamos desde hace largas décadas. Todos los presentimientos y las esperanzas dispersas de nuestra juventud, volcada un instante en el socialismo, han sido concretadas definitivamente en la carne viva del peronismo, que ha dado fuerza al argentinismo todavía inexpresado de la Nación. Ahora sabemos lo que somos y a dónde vamos. Tenemos nacionalidad, programa, derrotero”.

Para la década de 1950 su proyecto abarca la industrialización como el gran pivote del desarrollo, como asimismo la formación de un mercado interamericano. No elude afrontar el problema de la identidad nacional con su base aborigen y su inmigración europea.

Su mejor cualidad fue adaptarse a los tiempos sin perder su coherencia ideológica, pero sin temer a los rótulos que sus detractores le colocaron. Lo olvidó la historiografía oficial, justamente, por esclarecer la realidad. A la luz de los tiempos que corren, las propuestas de Manuel Ugarte tienen plena vigencia. Sostenía Manuel Ugarte que “en ninguna forma ni bajo ningún pretexto podemos aceptar la hipótesis de quedar en nuestros propios lares en calidad de raza sometida ¡Somos indios, somos españoles, somos latinos, somos negros, pero somos lo que somos y no queremos ser otra cosa!”.

Fue “un hombre de sueños”. Seamos herederos de su pensamiento.
Abracemos la Gran Causa Hispanoamericana. Hoy, en el continente, la coyuntura política lo hace posible.

Osvaldo Vergara Bertiche
Rosario, 2 de diciembre de 2006

Fuente:
www.lagazeta.com.ar
Prof GB

LOS VELAZQUEZ, IN MEMORIAM

(Por Jorge L. Devincenzi)

El 1° de diciembre de 1967 fueron abatidos en un amplio operativo desplegado por la Policía Federal, dos peligrosos delincuentes: Isidro Velázquez y Vicente Gauna. Sucedió en Machagai, Chaco, en el nordeste argentino, a la vera de la ruta 16, en una zona de obrajes madereros y algodonales, junto al Impenetrable. Pudo haber sido otro compás de la eterna contradanza de policías y ladrones, pero algo lo diferenciaba: a Velázquez se le atribuían cualidades sobrehumanas que infinidad de testigos jurarían haber constatado. En sus correrías solía tener el apoyo de la población más humilde, y sus víctimas eran personajes odiados por su condición social y económica.

Velázquez recompensaba monetariamente esa solidaridad, y eso fue interpretado por algunos como una suerte de redistribución violenta de la riqueza, la de un Robin Hood del siglo XX.

Su captura se había convertido en una obsesión para Guillermo Borda, entonces ministro de Interior, y para la Sociedad Rural del Chaco, que puso precio a su cabeza: dos millones de pesos para acabar con los secuestros de ganaderos y consignatarios, los robos a mano armada y los asaltos a bancos y acopiadores de cereales. Sin embargo, no se sabe de que haya existido alguna delación, o dato confidencial, tendientes a cobrar la recompensa.

Velázquez parecía conocer todos los secretos, aparecía tan sorpresivamente como se esfumaba y había adquirido cierto dominio sobre las mentes de los milicos de la policía provincial.

El objetivo del gobierno es político: terminar con el apoyo y la protección que recibía de la gente del lugar, cuando la doctrina de la seguridad nacional señalaba el peligro de que hubiera grupos armados disimulados entre la población.

Comenta el diario La Razón del 3 de diciembre de 1967: “el halo de leyenda que rodeaba a estos salteadores de la selva, como a los bandoleros de todos los países y de todas las épocas, los hacía acreedores del afecto y la simpatía de las poblaciones campesinas, que en no pocas oportunidades recibieron los beneficios de sus manos, sobre todo entre la gente más pobre. La gente de campo los ampara en su vida errante, de eternos prófugos de la justicia, los ayuda en la procura de abastecimientos y en oportunidades los oculta o les facilita los medios para ocultarse”.

Ángel Persoglia, uno de los productores rurales raptado a principios de ese año, declaró que le había sorprendido “la corrección del bandolero”, agregando: “se despidió de mí diciendo que ya era tarde para cambiar de vida”.

“Vivo o Muerto”, señalaban los carteles pegados en todo el territorio chaqueño por el gobierno, y que solían amanecer arrancados o enchastrados con leyendas tales como: “Isidro Velázquez no se entregará”.

Quién fue

Las primeras noticias sobre Velázquez son de enero de 1952, por el hurto de unas rejas de arado. Los hermanos Isidro y Claudio Velázquez se defendieron argumentando que el dueño, un tal Cuéllar, les debía dinero y ellos habían pretendido cobrarse de esa manera. Fue inútil: se los detuvo y envió a Resistencia.

En mayo, Isidro quedó en libertad pero a Claudio le comprobaron otras raterías y lo condenaron a cuatro años de reclusión.

Luego Isidro se radicó en Colonia Elisa, donde obtuvo un lote de terreno para cultivar algodón y, casoriado, tuvo cuatro hijas. Con ellas, y miembro de la cooperadora escolar del único establecimiento primario del pueblo, no parecía candidato a un destino relevante.

Un año mayor que Claudio, los hermanos eran dos paisanos delgados, de estatura mediana, nacidos en Corrientes del matrimonio de Feliciano Velázquez y Tomasa Ortiz, que habían emigrado al Chaco en busca de trabajo. Radicados en La Verde, se dedicaron a changuear en obrajes y algodonales. Los chicos se hicieron baqueanos del monte donde solían marisquear, esto es, vivir de la caza de animales silvestres: corzuelas, liebres, gallinetas, nutrias, carpinchos, etc., costumbre ancestral de la zona que aún se conserva.

Cuando volvió Claudio después de purgar la condena, los vecinos recuerdan que la policía comenzó a acosarlos, acusándolos de todos los delitos que se cometían en la zona.

A Claudio le gustaba el juego y, no obstante tener mujer e hijos, su presencia era habitual de las bailantas y prostíbulos de la zona, donde se lucía compadreando con un poncho colorado.

En 1958, Isidro fue procesado por marisquear en el campo de un vecino. Al ser detenido la policía maltrata a su madre.

Es acusado de un hurto menor en el 61, y en el interrogatorio en la comisaría de Colonia Elisa sufre una violenta paliza. En un descuido, logra fugarse, y junto a su hermano, se interna en el monte.

Los testigos de la huída sostienen que Isidro repite que está decidido a no dejarse prender nuevamente.

En 1962 se los identificó robando un almacén en Lapachito: el propietario se resistió y mataron al hijo del dueño y a un vecino.

Cometieron otras fechorías por la zona y aunque se enfrentaron a tiros con la policía, no pudieron ser detenidos.


Claudio era desafiante.

Claudio Velázquez.   
En mayo de 1963 llega a un almacén en Costa Gaycurú acompañado por un muchacho. Después de asaltar al dueño del boliche, ambos se quedan a beber, y ya picados por la ginebra, dan gritos desafiando a la policía. Dos agentes logran sorprenderlo -Claudio estaba escuchando radio en el local, completamente borracho- y los bajan a tiros.

Al principio se creyó que los muertos eran los dos Velázquez, una noticia impactante para los vecinos, pero luego la investigación policial constató que el acompañante de Claudio era un tal Vega, otro proscrito de Colonia Elisa.

Isidro se esfumó después de la caída de Claudio, y algunos sostienen que está escondido en Formosa. Reaparecería luego en la banda del Chiflón Gauna. No se sabe que tras huir al monte se haya preocupado por el bienestar de su familia.


Vicente Gauna

La ruta 16 es una recta paralela a las vías del hoy abandonado F.C. Belgrano, el de trocha angosta, que atraviesa en dirección sudeste-nordeste el Chaco desde Resistencia hasta las zonas boscosas de Salta y el río Juramento, rasando el extremo norte de Santiago del Estero.

El camino fue abierto por las avanzadas militares dirigidas por el subcomandante Fontana, que a principios del siglo XX pacificaron a los pueblos indígenas, estableciendo allí la frontera agropecuaria. Detrás de Fontana llegó el sistema de producción capitalista: obrajes madereros, caña de azúcar y refinerías, algodonales. En 1964 se producen a lo largo de la ruta varios hechos delictivos caracterizados por una violencia excesiva.

Según la investigación de la policía provincial, sus protagonistas son cuatro o cinco sujetos dirigidos por Juan Vicente Gauna, alias “Chiflón”, un correntino nacido en Empedrado en enero del 42. Es notable la ferocidad con que actúan, rematando a balazos a sus víctimas aun después de haber obtenido el botín que pretendían.

Un viajante de comercio que hace el circuito Resistencia - Charata recibe dos balazos en la cabeza a cambio de unos pesos.

Años más tarde, cuando los hechos se suelden y confundan con la leyenda, se intentará oponer a ambos protagonistas: Gauna es cruel e inflexible, y no elige sus víctimas, que pueden ser tanto pobres hacheros como hacendados.

Velázquez, en cambio, es un hombre común arrastrado fuera de la ley por alguna injusticia pasada, y lucha en desventaja contra su destino. Al contrario de Gauna, sólo roba a gente adinerada y paga generosamente el poder moverse con libertad entre el pobrerío.

Algunos han exagerado esta cualidad de robar a los ricos para repartir entre los pobres.

Lo cierto es que Isidro no realizaba ningún proselitismo o reivindicación: sólo pagaba protección, y lo hacía con generosidad.

Gauna y Velázquez

Viejos militantes de la Resistencia Peronista relatan que Gauna tuvo tratos con Carlos Caride, un miembro de la FAP y luego de Montoneros, que caería en un enfrentamiento armado durante la década del 70.

Protagonista de hechos resonantes que le conferían, a los ojos de la juventud de entonces, un perfil de héroe, Caride era conocido por ser un partidario de la lucha armada, un “fierrero” que se entrevistó con Gauna por algún contrabando de armas desde el Paraguay, para planificar en conjunto algún secuestro resonante, o lo que es menos probable, intentado comprometerlo en la fantasía de abrir un foco guerrillero en el Chaco.

A fines de 1964, son secuestrados en Zapallar Carlos y Gabino Zimermann, productores forestales de General San Martín.

Ya para entonces, Isidro era conocido como “El Vengador” por los vecinos, quienes celebraron su vuelta: la carta donde se exige rescate por los Zimermann lleva su firma, Isidro Velázquez.

En la fantasía popular, algunos dicen que no es Isidro sino Claudio, o su alma en pena; otros, que está vengando al pueblo por sus desventuras.

Con el secuestro de los Zimermann se inicia el accionar conjunto de Gauna y Velázquez. Pero hay dos cambios: el primero se convierte en líder del grupo, y ya no se ataca a los pobres.

Otros hechos que se les atribuyen: en 1966, asalto en La Verde. Asalto en Laguna Blanca, donde muere el dueño del comercio mayorista, un tal Panzardi.

Un comisario provincial comentará años después: “Velázquez, con segundo grado aprobado, tenía la rapidez de un guazuncho y la inteligencia de un zorro”.

Gobierna el Chaco en ese entonces el escribano Deolindo Felipe Bitel, y al país el médico Arturo Illia, cordobés nacido en Pergamino, que había llegado a la Casa Rosada con el 25% de los votos y la proscripción del peronismo.

Mas tarde senador y candidato a vicepresidente, Bitel pertenecía a esa corriente conservadora, muy arraigada en las provincias argentinas de economía agraria, denominada “neoperonismo”, y que combina patrones de estancia, dueños de vidas y hacienda, y folklore justicialista.

El Chaco es una provincia extremadamente pobre, cuya producción se limita hoy -y en ese entonces- casi exclusivamente al cultivo del algodón, soja, y la explotación forestal, esta última en franca retirada. Según cifras oficiales del Indec, el 51,7% de la población del nordeste argentino (2 millones de personas) vive actualmente con menos de 120 pesos mensuales. Para la CTA, la pobreza es mayor.
Velázquez menospreciaba a sus perseguidores.

Solía enviar mensajes humorísticos a la policía y en unos cuadernos les hacía dibujos, como los de las historietas. En uno de ellos se burlaba del jefe policial que pedía refuerzos a un teniente coronel para prenderlos; y en otro escribía con una trabajosa letra de imprenta acerca del ofrecimiento de ayuda de algunos policías de Corrientes: “Acéptenles, para que engorden los mosquitos chaqueños. Nosotros no peligramos ni aunque se vengan todos los correntinos”.

Llevaba encima varios de esos cuadernos ilustrados cuando la policía lo abatió, años después.

También asaltan la casa del intendente de Laguna Limpia y luego de robarle, lo matan.

Una patrulla de la policía provincial -que ya tiene 800 efectivos afectados a la búsqueda- sale a perseguirlos por el monte. Los rodean en la zona de General Obligado, cerca de Cote Lai. El agente Juan Ramón Mierez le apunta a Isidro con su arma pero antes que pueda gatillar, recibe un tiro en el pecho y cae muerto.

Ahora firman sus pedidos de rescate como “Velázquez y Gauna, los vengadores”. Revista Gente n° 111, del 7 de septiembre de 1967, entrevista a un policía provincial:

- ¿Cree que lo van a apresar a Velázquez?

- No. Es imposible. Él tiene el payé, y estoy seguro que por más que le tiremos, las balas no le van a entrar. Ustedes saben que el agente Mierez vació su pistola y no hubo caso. Después Velázquez, con un solo disparo, le atravesó el corazón.

- ¿Si se encuentra frente a frente con los bandoleros, que hace?

- Por más que quisiera hacer algo, no podría, pues él nos paraliza con sólo mirarnos.


Por la coincidencia de que también se llamara Mierez un capataz de La Forestal que abatieron las bandas de Mate Cosido y Juan Bairoletto en la década del 30, crece una corriente de simpatía religiosa entre el pueblo, el payé, la protección divina, y los uniformados provinciales no escapan a esa influencia. Un anciano de Resistencia lo explicó así: “ese Gauna es el mismo que las tropas nacionales degollaron en 1906”.

Cacería

En quechua, Chaco significa “tierra de cacería”, y así se la denominaba en la época del dominio incaico. Según cuenta Gracilaso de la Vega, el Inca dirigía personalmente una gran batida anual con miles de soldados y cazadores a través de una zona fitogeográfica de más de 675.000 km² que abarca las actuales provincias argentinas de Santa Fe, Salta, Formosa, Chaco y Santiago del Estero, sur de la república del Paraguay y este de Bolivia.

El Imperio se abastecía de pieles, lanas y carnes y reafirmaba cada año su dominio sobre los pueblos seminómadas de la región: abipones, mocovíes, chulupíes, guaycurús, chorotes, tobas, pilagá, vilelas y matacos. No siempre alcanzaría esa meta, como lo comprobarán los mismos españoles más tarde: Juan de Ayolas murió a manos de una partida belicosa del pueblo carcará.

En la rigurosa estratificación social incaica, la lana de llama se distribuía entre el pueblo; las de alpaca y vicuña, más suaves, se reservaban para la familia real. De aquel gran bosque sólo quedan hoy algunos retazos cuadriculados por algodonales, establecimientos madereros, desiertos y vinales.

La mayor parte de la selva fue comida por la explotación irracional de la madera: para el carbón que alimentaba los ferrocarriles ingleses y el tanino con el que se curtían los cueros argentinos.

El principal enemigo del poblador chaqueño es el vinal, el impenetrable, el avance irresistible de la selva. El gobierno argentino continuó la tradición de la cacería: primero contra los pueblos aborígenes, a quienes diezmó por exterminio y enfermedad. Después fue la súper explotación de los obrajes.

Ahora persiguen a Isidro Velázquez.

Diario La Nación del 4 de setiembre de 1968:

“En inspecciones efectuadas por funcionarios del gobierno a centros de trabajo instalados en la región del Chaco santiagueño, especialmente en establecimientos dedicados a la explotación de productos forestales, se han comprobado, según la información oficial suministrada al respecto, graves transgresiones a normas legales que amparan la actividad del trabajador rural, particularmente en los tradicionales negocios surgidos durante el otrora auge de la industria taninera, vulgarmente conocidos con el nombre de proveedurías... Pese a la evolución alcanzada en este aspecto se advierten aún prácticas que se creían desterradas para siempre, que lesionan el patrimonio moral, espiritual y material del ser humano, puesto que algunas firmas siguen burlando impunemente disposiciones de la ley, pagando con vales el trabajo de sus obreros. Estos documentos que se entregan como pago al hachero, sólo pueden ser negociados en la misma firma que los emite, lo que significa que por las manos del trabajador jamás pasa dinero en efectivo alguno”.

El Vengador

Gobierna el país un general llamado Juan Carlos Onganía, que acabó con la democracia proscriptiva en junio de 1966 e impuso algo peor. Los políticos, incluyendo el neoperonista Bitel, se han ido a su casa o colaboran con la administración militar que promete quedarse cien años.

Onganía llega disfrazado de dictador bananero sobre una carroza descubierta, arrastrada por cuatro caballos negros, a la inauguración de la exposición rural de 1966: se cree un ser providencial, especie que la historia argentina criará y reproducirá.

Muy lejos de Buenos Aires, un personaje hosco, arma en mano, ordena al borde de la ruta:

- ¡Vos quedate allí y avisá si viene algún camión!

El paisano obedece, lleno de miedo. Su servicio será generosamente pagado.

En una escena similar, el mismo personaje irrumpe de noche en un rancho.

- ¡Sírvanme comida - ordena - y prepárenme un lugar para dormir!

El puestero obedece. A la mañana siguiente, el desconocido se ha retirado sin saludar ni agradecer, dejando sobre la mesa un fajo de billetes, muchos más de los que el paisano haya imaginado nunca.

Ciertas o no, las anécdotas se repiten, multiplican y adornan con nuevos detalles.

Lo que conocieron a Isidro aseguran que llevaba siempre un pañuelo anudado en los cuatro vértices, y que el rectángulo de tela le señalaba con exactitud cuál era el rumbo de donde venía la partida policial.

Afirman también que, a punto de ser apresado, podía desaparecer o se convertía en animal.

Un agente de la policía provincial mencionó que estando a pocos metros de Velázquez, éste se desvaneció tras un matorral. Al transponerlo, el policía se encuentra con una vaca que, vuelta, lo miraba fijamente.

La policía rodea el lugar donde será entregado el bolso que contiene el rescate de los hacendados Giussano, pero al acercarse el bolso se ha esfumado.

Cuando se producen simultáneamente distintos asaltos a mano armada en localidades alejadas entre sí, todos les son atribuidos a la banda.

Dicen que lo paralizó al agente Ángel Pelozo, de la comisaría de La Verde, en el paraje Rancho Juana, cercano al pueblo de La Eduvigis. Fue poco después de las 10 de la mañana, en octubre de 1966: Pelozo había sido uno de sus más firmes perseguidores, y pagó con su vida.

En marzo de 1967 la mala suerte de la policía provincial se confirmó una vez más: el cabo Pedro Vence, de Quitilipi, volvía hacia Presidencia de la Plaza, luego de participar en un patrullaje en búsqueda de la banda.

Vence viajaba de favor en un camión que chocó violentamente contra otro vehículo detenido en la ruta, sin luces. El suboficial murió instantáneamente y el pueblo señaló en silencio: “Ha sido El Vengador”.

Con la policía provincial paralizada, en el ministerio del Interior con sede en Buenos Aires se consideró que había llegado el momento de intervenir.

Se ordena al capitán Aurelio Acuña, del ejército, que viaje a Resistencia al frente de medio centenar de federales. Al llegar, Acuña pone en marcha el Operativo “Silencio”, rebautizado por el pueblo chaqueño como operativo “Fracaso”.

Dijo un camionero que alguna vez lo llevó por algunos kilómetros: “Velázquez era bueno y se confió, no debió confiar en gente de la ciudad”.

La ametrallada

Según relata Hugo Chumbita, “Isidro se había relacionado con un cartero de Machagai, Ruperto Aguilar, y a través de él con otro empleado de correo, Alberto Cejas. Éste y su esposa Laura Marianovich, preceptora del colegio secundario, lo llevaron en su automóvil Fiat 1500 algunas veces y él les pagaba por sus servicios.

La policía había marcado la numeración del dinero del rescate de los últimos secuestros, lo cual permitió descubrir a Aguilar y obligarlo a colaborar. En ausencia de Cejas, indujeron también a su esposa a tender una trampa a los bandidos. Éstos se escondían en el campo, por Quitilipi, cerca de una reserva toba de la que recibían ayuda. Todo se preparó para el 1 de diciembre de 1967. Al caer la noche, decenas de hombres armados esperaban bajo un pequeño puente de la ruta provincial 9 el paso del automóvil”.

Algunos sostienen que la Marianovich tuvo con Isidro una relación sentimental. Ella lo negará siempre: explica que le tiene compasión, que lo entiende y que a veces lo ha refugiado.

La banda, entretanto, está planeando el golpe maestro: asaltar la sucursal del Banco Nación en Resistencia.

Con la complicidad de los medios de comunicación, el equipo policial que ha llegado de Buenos Aires informa sobre distintos atracos simultáneos en distintos pueblos, atribuidos todos a la banda de Velázquez y Gauna, buscando que el perseguido baje la guardia, que lo pierda su omnipotencia, de modo de usar la mitología popular en su contra.

Detenida por la Policía Federal, la maestra se resiste a hablar. Se le promete no ser juzgada como cómplice y sobre todo, le aseguran que se brindará al bandolero un juicio justo.

Pasan minutos, horas.

Ella termina cediendo (al fin y al cabo le han prometido que la vida de Velázquez será respetada), y confiesa qué camino tomarán desde la población toba hacia Resistencia, rumbo al edificio del Banco de la Nación Argentina.

Se puede conjeturar que, al escuchar los falsos informes trasmitidos por radio, Velázquez y Gauna deben haber creído que tenían allanada su ruta hacia el objetivo.

Se arma la emboscada “en el paraje Pampa Bandera, distrito Machagai...”, como será escrito en el informe policial.

Cuatro de las cinco personas que viajan en el auto, incluyendo el propio Gauna, caen acribillados casi de inmediato.

Ambos bandos utilizan armas largas. Una treintena de policías gatillaron más de quinientas veces sus revólveres, fusiles y metralletas.

A pesar de todo, Velázquez logra abrir una de las puertas del vehículo y se interna unos metros en la picada del monte.

Quizás es presa de su propio mito: al volverse para gritar su sapukay, el grito de guerra de los guaraníes, una bala se le incrusta en la cabeza luego de cargarse al agente Medina.

Algunos sostienen que en su huída se ha topado con otro agente que, presa de miedo, se había bajado los pantalones para evacuar, y que Isidro literalmente choca con él.

¿A usted le parece, que un valiente caiga a manos de un cagón?- sostuvo un vecino.

Según cuenta Chumbita, “Aguilar conducía y detuvo el motor mediante un dispositivo instalado al efecto en el vehículo para cortar la electricidad, simulando un percance. La mujer bajó a ponerse a salvo, e Isidro se dio cuenta.

- ¡Caímos!- habría dicho.

Gauna fue acribillado en el asiento trasero.

Diario La Razón del 3 de diciembre de 1967:

“los efectivos policiales prepararon desde hace tiempo las diversas tramperas entre los sectores más populares de la población, precisamente donde los bandoleros gozaban de más simpatía y prestigio”.Revista Así, edición del 14 de diciembre de 1967: “Desde la época de Mate Cosido no se registraba un hecho policial de tanta repercusión popular en el Chaco. Por eso se explica que millares de personas desfilaran en Machagai, donde permanecieron ante los restos de ambos delincuentes, que terminaron siendo sepultados. Velázquez y Gauna cayeron en su ley, pero jugándose con arrojo cuando ya habían comprendido que el final estaba cercano”. “La gente es ingrata, insidiosa y difícil de entender. Ahora que cazamos a Velázquez están en contra de la policía”. Declaraciones a la Revista Así, enero 1968, del comisario Pujol, jefe del operativo, en enero de 1968).

El diario porteño La Razón titula en primera plana el día siguiente del suceso: “LA MUERTE DE VELÁZQUEZ PROVOCÓ EN EL CHACO UN FORMIDABLE IMPACTO EMOCIONAL”.

El árbol a cuyo pie cayó Isidro Velázquez se convirtió en centro de peregrinación de la gente humilde. El gobernador militar ordenó talarlo, reducirlo a astillas y quemar los restos.

A pesar de ello, el pueblo humilde no dejó de concurrir, llevando como amuleto un poco de ceniza. Ese polvillo negro se guarda con fervor religioso: alguna vez fue el árbol bajo cuya copa murió el héroe.

A pesar de la vigilancia en el lugar, aparecen flores y otros tributos en un pequeño nicho cercano al lugar donde corrió la sangre de los bandoleros.

También depositaban flores naturales o de plástico, y todo tipo de ofrendas sobre la tumba en el cementerio de Machagai.

El gobierno militar decidió sepultar el cuerpo en otro cementerio, quizás fuera de la provincia. Nunca se supo dónde.

Isidro Velázquez es un desaparecido.

“Ya no está Isidro Velázquez / la brigada lo ha alcanzado / y junto a Vicente Gauna / hay dos sueños sepultados” (“El último sapukay”, de Oscar Valles, chamamé cuya difusión fue prohibida durante la dictadura argentina de 1966-1973).

Ese mismo año se instituyó el 1° de diciembre como “Día de la policía provincial”. Todavía se celebra.

Post scriptum

Las andanzas de Isidro Velázquez fueron cantadas en “El último sapukai”, de Oscar Valles; “El puente de la traición”, de Cardozo y Domínguez Agüero, “La ratonera”, de Raúl Barboza; y “Bandidos rurales”, de Gieco y Chumbita.

Los hechos fueron relatados por Roberto Carri en “Isidro Velázquez - Formas prerrevolucionarias de la violencia”, Buenos Aires, Sudestada, 1968, con una segunda edición publicada recientemente por Colihue; y en Luis Bruschtein, “El fugitivo de Pampa Bandera. Historia de Isidro Velázquez” en Crisis n° 62, Buenos Aires, julio de 1988.

El bandolerismo social fue encarado por la literatura argentina en el tradicional Martín Fierro, y por Eduardo Gutiérrez en las biografías noveladas de Juan Moreira y Hormiga Negra.

También se atribuyen poderes sobrenaturales, curaciones y apariciones mágicas a otros delincuentes y perseguidos: los mendocinos Juan Francisco Cubillos y Juan Bautista Bairoletto; el sanjuanino José Dolores Córdoba: el tucumano Manco Bazán Frías; el correntino Francisco López; el catamarqueño Julián Baquisay; Antonio Mamerto Gil Núñez, el gauchito Gil; Aparicio Altamirano, Olegario Álvarez, “el gaucho Lega”; la sanjuanina Martina Chapanai; Juan Cuello; el Gato Moro; Brunel, el Tigre de Quequén; Santos Guayama; el tucumano Segundo David Peralta, alias Mate Cosido; el paraguayo Pelayo Alarcón, que actuó en Salta.

Leguizamón y Castilla le pusieron letra y música a una de esas vidas:

La noche que ande Argamonte / tiene que ser noche negra / por si lo vienen siguiendo / y le brillan las espuelas. / Argamonte por el monte / pasa despacio a caballo / los lazos de su memoria / al aire van cuatreriando. / El gaucho se anda escapando / no desensille / no vaya que andando el vino / me lo acuchillen.

Ver tambien: Bandidos Rurales

http://www.causapopular.com.ar

Fuente: www.lagazeta.com.ar

Prof GB

ISIDRO VELAZQUEZ

Isidro Velázquez, el último Jinete Rebelde
Por Juan Godoy*

“Isidro Velázquez vive,/ donde descansan los sueños,/ donde se pisa la tierra,/ de aquellos montes chaqueños”. (Chamamé en homenaje a Isidro Velázquez, sin datos)

“La pobreza, la injusticia/duele al que las conoció/unos pocos tienen todo,/ los dueños del interior./Y te rebelaste entonces/y el poder te condenó/por eso los mas humildes/te daban su protección” (chamigo Isidro Velázquez – Agustín "Kico" blanco)

“Sí, el asaltaba pero no a los pobres, porque no era un asesino como decía. (…) Plata, daba de todo, él siempre estaba con los otros, acciones que perjudicaban a los ricos sí, a veces “un sustito”, les sacaba a ellos nomás”. (testimonio poblador Machagay)

“Ni idea donde está”, “no sé quién es”, “nunca lo ví en mi vida”, “creo que lo conocía un vecino que ya no está” algunas de las frases evasivas de los pobladores de Chaco ante la insistencia de la policía por saber donde estaba Isidro Velázquez, indagación que venía (en muchos casos) acompañada de golpes, de torturas, etc. ? ¿Qué había hecho él por ellos?, ¿a quién se había enfrentado?, ¿qué lazo unía a Don Isidro Velázquez con estos pobladores, para que no dijeran donde se encontraba, para que no dieran algún dato? nos preguntamos.

Isidro Velázquez, “Jinete Rebelde”, había nacido en Mburucuyá, Corrientes, pero su actividad se desarrolló en el Chaco (Machagay, Colonia Elisa, Laguna Limpia, Laguna Blanca, La Verde, etc.). Isidro, según los testimonios escritos y que uno puede escuchar en Chaco, era buen pagador de sus deudas, trabajador cumplidor, hasta que tuvo un entredicho con un policía de su pueblo y comenzaron a instigarlo sin que hubiera cometido delito alguno. Así pasa a la clandestinidad (queda “fuera de la ley”) y comienza a “delinquir”, roba bancos, comercios, secuestra a estancieros adinerados, el monte es el lugar en el cual se esconde. Su fama traspasaba las fronteras provinciales, su historia se comentaba en todo el norte chaqueño hasta Paraguay, Formosa y Corrientes. Esa zona donde las fronteras se desdibujan y se comparten vivencias, tradiciones, cultura, etc. que nos demuestran la arbitrariedad y artificialidad de muchas de las fronteras de nuestros países y nos re-encuentran con la Patria Grande.

El “Jinete Rebelde” actúa entre 1961-1963 y 1964- 1967, años en los que la policía de Chaco tuvo más de un “dolor de cabeza”, al no poder dar con el “bandido rural”. Incluso la policía va a lanzar un gran operativo en que más de 800 policías salieron en su búsqueda. Velázquez (y su lugarteniente Gauna) pueden evadir el operativo, al cual va a comenzar a llamarse “Fracaso”. Los medios de comunicación (especialmente la revista Así y Gente, y el periódico El Territorio) van a actuar en este caso, ya sea estigmatizándolo como bandido, y difundiendo información falsa por radio para despistar de los movimientos que realizaba la policía.

Nos preguntamos ¿cómo podía huir a tamaño operativo? Muchos le atribuyen poderes mágicos tales como, puntas de pañuelo que le indicaban por donde venía la patrulla policial y lo orientaban en su huida, el sapucay (grito de guerra) que inmovilizaba a los perseguidores como también su mirada, incluso llegaba a burlarse de la policía como cuando al huir dejaba en los árboles pegados carteles burlándose de sus perseguidores . No pretendemos negar las creencias de los pobladores, no consideramos aquí tampoco a la religión como un opio. No obstante sumamos a ello, y consideramos fundamental para sortear la persecución cómo la población lo ayuda, por ejemplo dándole información falsa a la policía, escondiéndolo en sus casas, dándole de comer, etc. ¿por qué lo ayudaban? resulta fundamental para entender la pregunta inicial.
Isidro Velázquez, cómo sostuvimos anteriormente le robaba a los estancieros, hacendados, personajes adinerados de la provincia del Chaco (también llegaba a secuestrarlos y pedir rescate a cambio). Este “botín” era repartido por el “gaucho alzado” entre los sectores populares de los pueblos en los que actuaba, pidiéndole protección a cambio. Así, estos sectores desposeídos se identificaban con la figura de Isidro, porque los ayudaba, porque se enfrentaba a los poderes concentrados, a las clases dominantes, a la oligarquía (la sociedad rural llegará a ofrecer 200 mil pesos moneda nacional por la “cabeza de Isidro”). La población se identifica con un personaje que humilla a los sectores de la sociedad que la oprimen. De ahí, con la relación íntima con los sectores populares, Isidro tejerá un lazo bien fuerte que le permitirá continuar con su accionar. Roberto Carri, sostendrá que allí se encuentra una forma pre-revolucionaria de la violencia.

Recién para 1967 podrán alcanzarlo y darle muerte por la “traición” de una maestra Leonor Marianovich Cejas y de un cartero Ruperto “Lula” Aguilar, lo cual será escrito por Oscar Valles en “El último Sapucay” (chamamé que será prohibido por la canalla dictatorial): “Camino de pampa bandera,/ lo esperan en una emboscada,/ y en una descarga certera,/ ruge en la noche la metrallada./ Isidro Velázquez ha muerto,/ enancando a un sapucay,/ pidiéndole rescate al viento,/ que lo vino a delatar”. Lo matan exactamente el primero de diciembre en un gran operativo, el “Operativo Silencio” ¡que nombre! Nos preguntamos ¿qué querrían silenciar?, seguramente a las masas oprimidas que primeramente se vieron identificadas con el accionar de Isidro Velázquez y luego lo convertirán en santo.

Otras historias se entremezclan con la de Isidro Velázquez, que se relacionan con la conformación de nuestra identidad como pueblo, con nuestras luchas nacionales. Así vemos que años más tarde desaparecerán al joven sociólogo Roberto Carri (con su mujer, Ana María Caruso) quien había escrito sobre Isidro, posteriormente su hija Albertina Carri dirigirá “Los Rubios” que trata sobre la vida y desaparición de sus padres, asimismo algunas versiones señalan que Velázquez y Gauna había entablado relación con las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Pablo Szir quien dirigiera una película en los ‘70’s desaparecerá y no quedarán rastros de su película (otra copia es rota por el editor, por miedo, y algunas versiones señalan que podría haber una copia en Cuba), hace poco tiempo se estrenó una nueva película, diferentes cantantes relatarán su historia. El 1º de diciembre será decretado como el día de la policía del Chaco, por el asesinato de Isidro Velázquez que, al mismo tiempo será santificado y todos los primero de Diciembre los devotos se acercarán al santuario a rendirle homenaje.

* Sociólogo (UBA)

EN REALIDAD NUNCA DIERON LA CARA

Comenzó en Córdoba el juicio por los delitos cometidos en el centro clandestino La Perla
Los acusados no quisieron dar la cara
Algunos de los 45 represores que comenzaron a ser juzgados se escondieron detrás de libros. Otros exigieron a los gritos que el tribunal tomara algunas medidas. El juicio abarca los casos de 417 víctimas de La Perla.

Por Alejandra Dandan

En el comienzo del juicio sobre los crímenes cometidos en el centro clandestino de La Perla, en Córdoba, algunos de los 45 acusados recibieron a los fotógrafos tapándose las caras con libros colocados a modo de máscaras, cuyos títulos hablan del terrorismo de Estado en términos de “guerra”. Las máscaras no fueron todo, sino el preludio. Un grupo de acusados, como con el cuerpo desacostumbrado a estas nuevas reglas del juego, se levantó en medio de la sala a los gritos para exigir distinto tipo de medidas al Tribunal Oral Federal 1, sin la mediación de los abogados. “Esto no es una cancha de fútbol”, les dijo el presidente del TOF, Jaime Díaz Gavier, y ordenó que el grupo de policías abandone la sala.

Entre los títulos de los libros se leía La Tablada, El Vietnam argentino y El negocio de los derechos humanos, el mismo que la semana pasada algunos dicen haberle visto a Alfredo Astiz en el comienzo del juicio de ESMA III. Mientras los represores se acomodaban temprano y posaban para los fotógrafos en esos términos, la sala iba llenándose de familiares y sobrevivientes entre los que “florecían” claveles rojos, como indicó la crónica de HIJOS Córdoba en su sitio web. También llevaron imágenes con las caras de algunos de los desaparecidos, parte de las 417 víctimas del juicio. En ese contexto, el defensor oficial de uno de los acusados, el abogado Juan Carlos Belagardi tiró la primera piedra. Le dijo al TOF que a su defendido lo “ofendía” que los familiares de los “subversivos” sostuvieran los claveles y las fotos. El fiscal Jorge Auat, titular de la Unidad de Coordinación de los Juicios sobre el terrorismo de Estado, tomó la palabra. “Ya hemos tenido que soportar actitudes provocativas de imputados en otros debates de lesa humanidad cuando (los acusados) portaron escarapelas enlutadas durante las audiencias.”

Luciano Benjamín Menéndez, por caso, asistió a los juicios anteriores con un crespón negro, que no se le vio en la imagen transmitida desde el penal de Ezeiza desde donde sigue la audiencia. La intervención de Auat desató una tormenta. El policía Luis Alberto Lucero se puso a gritar en medio de la sala algo así como que “acá nadie tiene escarapelas”. Otros policías se le sumaron.

El presidente del Tribunal Díaz Gavier dijo aquello de que el juicio no es una cancha de fútbol, llamó al orden en alguna otra ocasión y ordenó retirarlos. El grupo de militares, en tanto, siguió en la sala, pero Gavier volvió a intervenir poco más tarde cuando Pedro Héctor Vergez, sentado atrás de Menéndez, en Ezeiza, le hizo “cuernitos” a las cámaras.

Ese fue el clima del comienzo de este “megajuicio”, en el que se empezó a juzgar a 45 represores un día después del aún investigado suicidio de uno de ellos, Aldo Carlos Checchi. Entre los acusados están las figuras emblemáticas de la represión en Córdoba, entre ellos Menéndez y Vergez pero además Ernesto “El Nabo” Barreiro, ex director del centro clandestino de La Perla y emblemático en los levantamientos de la Semana Santa del ’87.

“Lo que está sucediendo es histórico”, dijo Agustín Di Toffino, del Consejo Federal de Derechos Humanos e hijo de Tomás Di Toffino, dirigente gremial de Luz y Fuerza, secuestrado en noviembre de 1976 y ejecutado tres meses más tarde. “Tengo mucha felicidad por un lado de ver a las Madres y Abuelas, que tanto hicieron y lucharon en condiciones desfavorables, llegar a este juicio. Y por otro, ver en una sala a quienes fueron los dueños y señores de Córdoba, creo que es un logro vital de la democracia que fortalece la perspectiva de lo que se está generando a nivel nacional.” Agustín señaló que alguna de las bravuconadas del día hubiesen despertado algo de miedo en otro momento, pero no en este nuevo contexto. “Barreiro en actitud temeraria tiene que ver con un reflejo del tiempo de la impunidad –dice–; Barreiro trabó relación con Amalita Fortabat, con la Iglesia Católica, es el personaje de la Semana Santa del ’87, pero esos gestos que en otros momentos hacían tambalear a una democracia hoy en este contexto son gestos ridículos.”

En la sala estuvo el secretario de Derechos Humanos Martín Fresneda, que llamó a que “todos los que tengan información que se animen a denunciar”: “Es importante que se rompa el pacto del silencio, creo que estamos cerca de lograrlo y sería un paso importante para conocer el destino de los desaparecidos”. También estuvo Sonia Torres, responsable Abuelas de Mayo de Córdoba. En el juicio se examinará la sustracción de su nieto en la primera causa por apropiación en una provincia en la que se busca iluminar las redes burocráticas y religiosas.

La página de HIJOS siguió transmitiendo minuto a minuto durante todo el día. A las 17.45 escribieron: “Suena el celular de un imputado”.

05/15/12 Página|12

GB