domingo, 7 de octubre de 2012

GOLPE? OPINION DE EDGARDO MOCCA.

¿Es un fantasma la amenaza a la democracia?
Por Edgardo Mocca

¿Hay una amenaza golpista en la Argentina? Formulada en esos términos, la pregunta se presta a una fácil manipulación argumentativa: la palabra “golpe” está connotada por la historia de este país y significa para todos nosotros una asonada militar que impone un gobierno de corte dictatorial. Fácilmente, la derecha mediática y política responde que la supuesta amenaza de un golpe es un fantasma que el Gobierno agita para responder a las demandas legítimas de la sociedad.

No hay, efectivamente, una asonada militar en marcha. Pero, claro, tampoco la hubo hace poco en Paraguay ni en Honduras en 2009. Tampoco la insubordinación policial en Ecuador de 2010 ni las más recientes en Bolivia tuvieron esa forma clásica. Pero la fijación del análisis en las formas impide pensar las tensiones y las amenazas a nuestra democracia, tal como se expresan actualmente. Cuando hablamos de amenazas, nos referimos concretamente a las estrategias de los grupos concentrados de poder para someter fácticamente al poder constitucional a sus designios, para enfrentarlo en la medida en que no puedan someterlo y, eventualmente, para derribarlo. Finalmente, el golpe de Estado, como lo hemos conocido, no es sino una forma histórica de esas estrategias.

La impresionante escena de estas horas (gendarmes y prefectos en protesta activa por causas salariales que no es levantada una vez satisfechas las reivindicaciones originales y medios de comunicación concentrados en la amplificación sin límite de ese conflicto) no puede dejar de activar un alerta muy profundo entre quienes queremos vivir en democracia. Nos asalta la sensación de lo ya vivido. Ya hemos vivido los climas. Ya hemos escuchado las palabras que hoy se dicen desde las redacciones de los principales medios: decadencia moral, gobierno autoritario, avances contra la República, demagogia, populismo. Las hemos escuchado profusamente en los días previos a cada usurpación del poder. Se nos pide que no las evoquemos en nombre del cambio de los tiempos y la necesidad de no quedar anclados en viejas percepciones. Pero el parecido es demasiado. No solamente en las palabras sino en quiénes son las que las pronuncian.

El viejo dilema de la política reaparece: ¿quién define el significado de las palabras?, ¿quién dictamina qué es democracia, libertad, pluralidad, normalidad...? Como ya sabemos a esta altura, la definición de las palabras no es un acto de hermenéutica neutral sino el objeto de una lucha hegemónica. Nadie, por ejemplo, puede impedir en un régimen democrático que haya quien opine que la nacionalización de la mayoría accionaria de YPF fue una confiscación o lisa y llanamente un robo, o que la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central a favor de un rol más activo de la institución en el curso económico gubernamental haya sido un avance autoritario del Estado. Esas afirmaciones tienen pleno derecho a la circulación pública y de hecho han tenido a su favor un porcentaje abrumador de las páginas de los diarios y los tiempos de la pantalla televisiva, el micrófono radial y las más variadas formas de divulgación de contenidos hoy existentes. Ahora bien, una cuestión diferente –y bien poco democrática– sería la pretensión de que esa perspectiva parcial, por numerosos que sean o puedan llegar a ser sus adherentes, se imponga a la voluntad mayoritaria libremente expresada en las urnas. Y hace todavía menos de un año...

El organizadamente espontáneo movimiento de caceroleros es una expresión legítima de la diferencia y de la protesta respecto del gobierno. Sus reclamos deben ser tenidos en cuenta y, de hecho, buena parte de los políticos de oposición han procurado erigirse en sus portavoces activos. El hecho es, sin embargo, que las oposiciones son hoy minoritarias en los órganos representativos porque así lo ha decidido el pueblo con su votación de octubre último. Hay que decir también que algunas de las consignas que predominaron en las marchas no son representables en términos democráticos y que la suma de reclamos heterogéneos no constituye un programa político. Pero es válido pensar que, depurada de apelaciones violentas y autoritarias, la escena de las cacerolas pueda ser un impulso “desde abajo” a las oposiciones políticas.

Sin embargo, la hoja de ruta principal del bloque que enfrenta al Gobierno no parece estar dirigida a la construcción gradual, pacífica y política de una alternativa para las elecciones presidenciales de dentro de tres años. En la amplia y variada constelación de quienes están en contra del Gobierno, la voz predominante es la de los más radicalizados de sus enemigos. Los grandes grupos mediáticos no son en sí mismos el bloque social existencialmente enfrentado con el actual rumbo, pero son sus articuladores discursivos y tácticos. Ejercen claramente la iniciativa en el conjunto opositor. Presionan a los políticos de oposición y suelen amonestarlos cuando se muestran insuficientemente entregados a la batalla de todos los días por el debilitamiento del Gobierno. Debilitados los partidos y su conexión orgánica con sus tradicionales bases sociales, los medios proveen a los líderes de visibilidad y una suerte de arraigo imaginario en las audiencias. El intercambio es ominoso: los líderes suelen pagar esa presencia pública con la incondicionalidad en el seguimiento de las agendas políticas que esos mismos medios elaboran. Son agendas cargadas de la ansiedad por la inminencia de un gran test para la democracia argentina como es su capacidad de hacer cumplir la ley que obliga a un fuerte recorte de la posición dominante del Grupo Clarín en el mercado de la comunicación audiovisual. Los grupos mediáticos oligopólicos redoblan la presión sobre partidos y líderes de oposición: con escaso disimulo, el diario Clarín ha amonestado esta semana al casi incondicional diputado Amadeo por firmar la declaración de la Cámara en defensa de la democracia ante la insubordinación de gendarmes y prefectos; no hay grieta alguna que pueda ser admitida en la movilización general antigubernamental que se impulsa desde los estados mayores mediáticos. No es entonces extraño que no emerja de esta situación un liderazgo político opositor; lo inhibe la estructura del propio campo, en el que predominan los francotiradores más o menos exaltados o sensacionalistas en detrimento de los constructores políticos. Hace pocos días, cuando un grupo pequeño de caceroleros cortaba la esquina de avenida Del Libertador y Sarmiento en la Capital, pudo verse una cifra de esa dramática carencia política: no eran pocos los que proclamaban el liderazgo de Jorge Lanata.

Volvamos al principio, a la pregunta por el golpe. Asistimos a un operativo que impulsa la generación de un clima de caos y de ingobernabilidad. No hay, a diferencia de otras épocas, una previsión de la escena final. Simplemente se trata de desautorizar al Gobierno, de ganar la calle en la forma más inorgánica concebible, porque cualquier organización podría atentar contra la unanimidad de la ira que es, en esencia, pura negatividad. Las formas en que este envenenamiento de la atmósfera pueda dar lugar a una fórmula política de desenlace no están previstas ni podrían estarlo. El filo del operativo apunta en múltiples direcciones. Agita las diferencias internas en la coalición de gobierno. Procura establecer la existencia de un “peronismo verdadero” en réplica a la supuesta herencia montonera de los actuales gobernantes. Alienta las tensiones con los gobernadores provinciales en procura del doble propósito de complicar la gobernabilidad y activar la lucha por la sucesión en el interior del justicialismo. Explora las condiciones para la desestabilización financiera, actualmente bastante contenidas con las medidas de control cambiario. Y no excluye la hipótesis de actos de violencia que contribuyan a cerrar el círculo del desmadre; el rapto de un importante testigo en el juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra sirve para ilustrar la capacidad operativa a disposición de los elementos desestabilizadores. Como decía Marx en referencia a la sociedad francesa de los días previos al golpe de Luis Bonaparte, quieren forzar la situación en la que una parte de la población prefiera “un final terrible antes que un terror sin final”. Historia, en fin, conocida y repetida con lamentable frecuencia en la historia argentina relativamente reciente y que incluye más de un episodio en los años posteriores a 1983.

A pesar de la fuerza del operativo desestabilizador, no cabe el desánimo ni el miedo entre quienes defendemos la democracia. Mucho menos la actitud de dejarse arrastrar por el clima provocador y tendencialmente violento que impulsan sus promotores. Los desestabilizadores tienen fuerza destructiva pero carecen radicalmente de fuerza política, entendida por tal la capacidad de construir una instancia de poder con capacidad de establecer un rumbo alternativo y dotarlo de un liderazgo viable. Es posible y necesario obligarlos a que enmarquen sus proyectos políticos en el indeclinable marco de los calendarios y las formas institucionales.

07/10/12 Página|12

GB

 

viernes, 5 de octubre de 2012

CON LA DEMOCRACIA NO SE JODE


Con la democracia no se jode.
 
Una vez más la militancia en las calles para defender un modelo de país que dice no a la injusticia social y a los tiempos oscuros donde los argentinos no están dispuestos a volver.
Miles de compañeros de La Cámpora en el marco del espacio Unidos y Organizados se congregaron la noche del miércoles 3 octubre en todo el país a plasmar en cada paredón en cada uno de sus barios la decisión política de la militancia de no conceder que la manipulación de los medios monopólicos de comunicación, con una clara actitud de desestabilizar y engañar al pueblo argentino,  haga dar un paso atrás a las conquistas logradas a través de un proceso profundamente democrático y transformador.
Equidad e igualdad, son dos de las banderas de un modelo nacional que irrita a los sectores concentrados de poder. La consigna fue clara “Clarín: Con la democracia no se jode.” Acá el pueblo siempre va a estar “Todos con Cristina, Unidos y Organizados” construyendo y trabajando con alegría.
Por mandato popular, por comprensión histórica y por decisión política, los jóvenes de este país se mantendrán unidos y organizados apoyando a la fiel conductora de este movimiento que no cambiará su rumbo frente a ninguna corporación ni operación mediática que intente impedir la felicidad del pueblo argentino y la grandeza de la patria.
 
GB

ROBERTO CARRI, IN MEMORIAM

Roberto Carri y el fetichismo de las ciencias sociales
Por Juan Godoy*

“Es dentro de esta perspectiva de lucha que rechazamos terminantemente las manifestaciones modernas de la ciencia formal y reivindicamos un conocimiento singular o particular que sea expresión de la lucha anti-imperialista de los pueblos del Tercer Mundo y especialmente de las mayorías argentinas” (Roberto Carri, 1969**)

Abordaremos aquí la figura de Roberto Carri, sociólogo, militante popular en el peronismo revolucionario, integrante de las Cátedras Nacionales, experiencia dada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos entre los años 1968 y 1971-1972 (donde participan personajes como Justino O’Farrel, Gonzalo Cárdenas, Alcira Argumedo, Amelia Podetti, Horacio González). Iba a participar de las publicaciones vinculadas a las cátedras: Antropología-Tercer Mundo y Envido, con tan solo 28 años publicaba “Isidro Velázquez y las formas prerrevolucionarias de la violencia”, luego “Poder imperialista y liberación nacional”, etc. Terminaría, juntamente con su compañera (Ana María Caruso), detenido-desaparecido en los años de la última dictadura genocida que azotó nuestro país.

Lo trataremos a Carri, en relación a una idea que va a aparecer en su pensamiento, en sus escritos, que es la de la formalidad de las ciencias sociales y su fetichización, su alejamiento del creador, y el pasaje de éste a ser dominado por su propia creación. Nuestra idea es, al mismo tiempo, abrir perspectivas sobre la forma de construcción de conocimiento dominante en nuestras universidades nacionales, y su vinculación a un proyecto nacional, con basamento en los sectores populares y latinoamericanos.

Nuestro autor va a resaltar el entramado político-científico que se da entre los cientistas sociales y el “campo político”. Es la aparición del conocimiento técnico, de los técnicos al servicio del estado, pero haciendo a un lado su ideología (¿es posible hacerlo?). El técnico, así, a-politizado sirve para cualquier modelo de país. No importa aquí la política, la ideología, etc., solo se busca la “eficiencia”. Carri está pensando, en este punto, en la relación de los profesionales de las ciencias sociales con los sectores dominantes, a éstos como sustentadores de un régimen de dominación, así sostiene que “la dominación imperialista en todo el mundo provocó el desarrollo de la sociología como un medio de detectar problemas en sus países y descubrir los modos de superar las tensiones del mundo moderno”. No obstante esto, la idea de “un estado más eficiente”, suena en la memoria reciente colectiva argentina, como parte del “desguace” del estado nacional.

El autor de Isidro Velázquez…, no es para nada contemplativo con la universidad y su rol en la realidad nacional tal como estaba constituida. Considera que su creación se encuentra ligada a la mantención de un orden social de dominación, “la universidad Argentina fue el laboratorio de formación de ideologías al servicio del mantenimiento del orden”. De esta forma, los cientistas sociales formados en estas universidades, serán fieles exponentes de un pensamiento ajeno a los intereses populares, pues el interés está puesto en “aportar a sus alumnos un curriculum profesional, formar una “personalidad profesionalmente equilibrada”, etc. Tiene como objetivo despolitizar ideológicamente al sociólogo convirtiéndolo en un fiel servidor del estado, en un técnico eficiente”.Separar la ideología de la ciencia, hacerlas dicotómicas, excluyentes, una perspectiva científica que pretende no mezclarse con la realidad social, no apasionarse, que solo admira la ciencia y el progreso. Sociología carente de valores.

Recordemos que Carri llamaba a los cientistas sociales que creen en la objetividad científica, bandoleros sociológicos, en los cuales “su admiración y respeto no es por personas, sino por una entidad impersonal: la ciencia y la tecnología (…) ellos directamente no se sienten partícipes del proceso analizado (…) el sociólogo cree todavía que la llamada objetividad científica es lo más importante”.

Debemos tener en cuenta que Carri, está inmerso en una doble lucha: por un lado, hacia dentro de la universidad, procurando cambiar las formas de construcción de conocimiento imperantes; y por otro, inmerso en las luchas populares contra los procesos dictatoriales, en el corto plazo, y por la liberación nacional en el largo. Asimismo tenemos que resaltar aquí que nuestro autor está polemizando con toda una universidad en general, y con una carrera (sociología) en particular, en el marco primero, del derrocamiento del gobierno democrático, popular de Juan D. Perón, la instauración de una férrea dictadura que a la vez que persigue, reprime, etc., obtura la posibilidad que las mayorías se expresen en forma libre; y segundo, interviene las universidades, por ejemplo, la de Buenos Aires queda a cargo de José Luis Romero, y la del Litoral, a cargo de Halperín Dongui, cesantea a profesores que habían participado como profesores en el peronismo.

Resaltamos en relación a los profesores cesantes que, según consignan Aritz e Iciar Recalde, bajo el gobierno de Aramburu en el mismo decreto que intervenía la universidad, se “establecería que no debería quedar ni un solo docente ligado al peronismo y por eso, a través del artículo 32º se prohibía el ingreso a concurso de los docentes de la gestión anterior”. En este contexto, en el año 1957, surge la carrera de sociología, teniendo como fundador al sociólogo italiano Gino Germani.

Ahora sí, teniendo brevemente el marco general del pensamiento de Roberto Carri, acerca de la universidad, de la carrera de sociología, y de su tradición académica-militante, podemos avanzar en nuestro planteo acerca del fetichismo en las ciencias sociales.

Carri va a ser escéptico acerca de la posibilidad de la sociología de superar esta suerte de destino trazado desde su fundación, dudar acerca de que pueda superar el orden social en el cual es producida, que se encuentra dividido en opresores y oprimidos. La sociología vendría aquí a reproducir estas relaciones asimétricas, al mismo tiempo que ocultaría la politicidad de las relaciones sociales. La intención de nuestro autor es “problematizar la doble inversión fetichista que anida en las ciencias sociales, para denunciar su pretensión autárquica y para, finalmente, enfrentarlas con el fantasma de la política que quisieron eliminar de entre sus fundamentos; y así recuperarlas en su propia dimensión utópica”. Establecer el camino de la politización de las ciencias sociales, es un camino que Carri considera posible para que las ciencias sociales en general, y la sociología en particular, no quede como mero sustento del orden social de dominación.

Pone en consideración el sociólogo y periodista, la preponderancia del método, cómo éste lleva en muchas ocasiones a querer adaptar la cabeza al sombrero y no al revés, que sería lo más lógico, así argumenta que “el individuo poseedor del método aprende la realidad social a través de la combinación de variables en el modelo formal, superando el momento de la operación científica, se “compromete”, se vuelve a meter en una realidad que por un momento consideró exterior (…) si la realidad no se adecúa al modelo la realidad no existe”. De esta forma el método de las ciencias sociales utilizado en este sentido, en lugar de ayudar a comprender la realidad social, a abordarla, nos aleja de la comprensión de la misma. El método, creado por el hombre, pasa a dominarlo, en lugar de servirle como herramienta, lo constriñe en su construcción, pues el hombre “crea la ciencia, pero ésta una vez puesta en movimiento es dejada por su creador –la situación (teológica, deificada)- moverse libremente en su específica legalidad”- Convirtiéndose así en un instrumento de su propia creación.

Acá podríamos considerar la idea de “recortar” que tanto pregonan algunos “teóricos del método”, recortar para que el objeto sea abordable, recortar más y más, tanto que cuando se llega al nivel de “pequeñez buscado”, el tema a estudiar pasa a ser otro. Lo cual, además de lo desacertado en tanto construcción científica, nos permite preguntarnos, pero los teóricos sociales, incluso los que tanto gustan a estos “teóricos del método”: ¿tienen como objeto de estudio temas tan pequeños?

¿Hernández Arregui, Arturo Jauretche, Scalabrini Ortíz estudian siguiendo estas prerrogativas del “recorte”?. Ah, ya sabemos, ¡nos dirán que no son científicos, que son para-sociólogos y demás!, pero… de todas formas esas mismas preguntas podemos realizarlas pensando en Marx, Durkheim, Weber, Bourdieu, Foucault, etc. Es la aparición también de las “sociología especiales”, del conocimiento cada vez más particular, “el conocimiento fragmentado de la sociología –existen también sociologías especiales o aplicadas como campos de interés puedan aparecer al sociólogo- resulta de los supuestos señalados y es incompatible con la práctica política del pueblo”.

Este tipo de construcción científica tiene la característica, en cierto sentido llamativo, de no ir más allá de lo meramente dado, no modifica nada (probablemente en muchos casos no sea esta su finalidad). Pues “el conocimiento formal es empirismo acrítico, el fetichismo de los hechos inmutables, la creencia de una legalidad exterior a la producción humana de la naturaleza y la sociedad”. No hay en esta construcción integración del conocimiento con la práctica (estos dos polos se encuentran separados), la tarea del cientista social es individual, o solo inserto en la “comunidad científica”, no se encuentra la integración con las luchas nacionales, populares, pero en realidad Carri resalta que la teoría aparece “como la expresión de la conciencia social (…) la ciencia es producto colectivo de la sociedad (…) pero los científicos creen que esos conocimientos son la consecuencia de la aplicación individual de su empirismo”. Esto último nos habilita a otros interrogantes, dado que si esto es así ¿para qué las ciencias sociales?, ¿sociólogos para qué?, ¿cuál es el sentido de una universidad pública que solo realice conocimiento formal, ajeno a las necesidades nacionales, del pueblo?

Resaltamos que consideramos que en la visión del autor de Poder imperialista y liberación nacional, la cual compartimos, no se pretende rechazar “el método” totalmente, pero sí criticar ciertos abordajes científicos en tanto venimos poniendo de relevancia en estas líneas.
Aparece en los seguidores más convencidos del método “la creencia en que la realidad fetiche es la verdadera realidad”. Esta realidad, escindida del cientista social, en tanto poseedor del “método científico” objetivo, aparece como la verdadera realidad. Esta forma fetichizada del conocimiento, es la construcción de teoría considerando “lo social” como una exterioridad que se presenta como lo dado, lo inmutable, que no se puede cambiar, o incidir en que cambie, “el conocimiento formal desconoce su propio soporte fetichista (…) la operación objetiva del conocimiento queda reducida a una mera interiorización individual”. Desde esta perspectiva, no es ésta la tarea del cientista social a-valorativo. Olvidan que los hombres (¡entre los cuales están también los cientistas sociales, aunque a veces parecieran creer que no!) tienen valores, ideología, etc., y no pueden abstraerse de ello por más que lo deseen.

Para finalizar, argumentamos que el meollo en Roberto Carri, es la relación entre la política y la ciencia, entre el político y el científico podría decir alguien ajeno a la perspectiva de nuestro autor. Según él mismo, hay una estrecha relación entre estas dos cuestiones, que hacen que sea imposible escindirlas. La sociología es política, ya sea como sustentadora del statu quo y la dependencia o como parte de la lucha por la liberación nacional. No es en Carri el partir de un modelo teórico abstracto para luego procurar aplicarlo a una realidad externa, sino más bien es el involucramiento en la lucha del pueblo, es la producción de teoría desde el pueblo, no intentando establecer caminos ajenos a la capacidad creativa de las masas.

Se trata de pasar de la primacía del método a la primacía de la política, rescatar a las ciencias sociales y a la sociología revalorizándolas en su politicidad, en su intención transformadora de las relaciones sociales. Dejar a un lado una sociología que no puede dar respuestas a las necesidades nacionales y del pueblo, que no puede ser parte de un proyecto nacional, de la lucha colectiva. Así, “si la realización, producción, de la nueva sociedad no es una tarea filosófica o científica sino política, el conocimiento del mundo también es tarea política o no es verdadero conocimiento”


*El autor es Licenciado en Sociología, Universidad de Buenos Aires (UBA) y Profesor de sociología, Universidad de Buenos Aires (UBA)

** Carri, Roberto. (1969). El formalismo en las ciencias sociales (2da. Parte). Antropología - Tercer Mundo. 2, (55-66), página 61. Reedición Facsimilar de la Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, página 63.

Bibliografía citada
-Carri, Roberto. (1968). El formalismo en las ciencias sociales (1ra. Parte). Antropología - Tercer Mundo. 1, (1-6). Reedición Facsimilar de la Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
-Carri, Roberto. (1969). El formalismo en las ciencias sociales (2da. Parte). Antropología - Tercer Mundo. 2, (55-66). Reedición Facsimilar de la Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
-Carri, Roberto. (1968b). Un sociólogo de medio pelo. Revista Latinoamericana de Sociología. 1, pp. 127-129.
-Carri, Roberto. (1970). Pensamiento nacional y sociología anti-nacional. En Touraine, A., Nikolaus, M., Novikov, N. V., Fals Borda, O., Marsal, J. F., Menéndez, E. L., Cárdenas, G. H., Carri, R., Verón, E. Delich, F.. Ciencias sociales: Ideología y realidad nacional (pp. 143-165). Buenos Aires: Tiempo Contemporáneo.
-Carri, Roberto. (2001). Isidro Velázquez. Formas pre-revolucionarias de la violencia. Buenos Aires: Colihue.
-Recalde, Aritz y Recalde Iciar. (2007). Universidad y liberación nacional. Un estudio de la Universidad de Buenos Aires durante las tres gestiones peronistas 1946-1952, 1952-1955 y 1973-1975. Buenos Aires: Nuevos Tiempos.
-Salvi, Valentina. (2000). La ceguera sociológica. Sobre “el formalismo en las ciencias sociales de Roberto Carri., En H. González (Comp.). Historia crítica de la sociología Argentina (pp. 381-386). Buenos Aires: Colihue.


http://forjando125.blogspot.com.ar/2012/10/las-formas-de-construccion-de.html?spref=fb

Prof GB

ESPAÑA EN CRISIS

Culpables de ser pobres
Por Milagros Pérez Oliva
El País, España

La criminalización del parado [desocupado] como sospechoso de holgazanería cala en el discurso político.
Con ese relato, los poderes buscan justificar el abandono a su suerte del más desfavorecido y neutralizar cualquier resistencia a las medidas de ajuste

Si es pobre, por algo será. Si le van mal las cosas, es que no se ha esforzado suficiente. Como una lluvia fina, el pensamiento que culpabiliza al pobre por ser pobre y al parado por no encontrar trabajo va calando en el discurso político. Es en realidad el reverso del ideario del liberalismo económico, que entroniza la figura del emprendedor como modelo social y sitúa la competitividad como motor de cualquier progreso. En fase de bonanza económica, especialmente si está basada en dinámicas especulativas, este ideario tiene una gran aceptación social porque siempre hay historias de éxito fulgurante que mostrar. Pero en tiempos de crisis, puede volverse fácilmente contra los pobres y los parados, a los que se presenta como sospechosos de holgazanería y culpables de haber malbaratado sus oportunidades.

Aunque pocas veces se expresa abiertamente, el desprecio por quienes necesitan ayudas públicas acaba aflorando. A veces de forma inoportuna, como le ha ocurrido al candidato republicano Mitt Romney. Sugerir que casi la mitad de los norteamericanos son parásitos sociales ha arruinado su carrera a la presidencia de Estados Unidos. Otras, de forma estridente, como cuando la diputada Andrea Fabra lanzó en el Congreso de los Diputados aquel burdo “que se jodan” en el momento en que se debatía recortar prestaciones a los parados. Y a veces sibilinamente, como cuando el diputado Josep Antoni Duran i Lleida afirmó que mientras los payeses catalanes lo pasan mal, en otras partes de España “hay campesinos que pueden quedarse en el bar de la plaza y continúan cobrando”.

Estas palabras no son inocentes. “El relato que se hace de lo que ocurre es determinante porque contribuye a construir el marco conceptual que servirá de referencia a la hora de valorar lo que ocurre”, explica Montserrat Ribas, profesora de la Universidad Pompeu Fabra y coordinadora del grupo de investigación sobre Estudios del Discurso. Si en ese relato se introduce la idea de que los parados y los pobres son parásitos, es presumible que cuando se decidan recortes en las prestaciones, estos no encuentren resistencia entre quienes no sufren esa situación.

La crisis se presenta como catástrofe pero también puede verse como estafa.

El sociolingüista George Lakoff, autor del libro No pienses en un elefante, ha definido el papel de estos marcos conceptuales en la conformación de la opinión pública. Cuando la ideología conservadora, afirma Lakoff, utiliza por ejemplo la expresión “hay que aliviar la carga impositiva”, el marco conceptual en el que se inscribe implica una visión de los impuestos como algo que aprieta, que oprime a la sociedad. Del mismo modo, cuando Mitt Romney se refiere a “ese 47% de la población norteamericana que no paga impuestos y depende de las Ayudas del Estado”, que se siente “víctima” y se “cree con derecho a recibir atención médica, comida o vivienda”, está diciendo que ni es víctima ni tiene derecho a esas ayudas. Esa idea forma parte de un marco ideológico según el cual, cada uno ha de espabilarse y si alguien es pobre o fracasa, es por su culpa. Algo habrá hecho mal. En este marco conceptual, los poderes se sienten legitimados para abandonar a su suerte a los desfavorecidos.

Todo discurso político tiene un marco conceptual de referencia. También el de la crisis. Montserrat Ribas ha observado que el relato que se hace de la crisis está orientado a neutralizar cualquier resistencia a las medidas que se aplican. “El relato hegemónico presenta la crisis como una catástrofe natural, que ha ocurrido por una serie de fuerzas que no podemos controlar y que tiene consecuencias graves para todos. Como en las catástrofes, hay que resignarse, aceptar los sacrificios y colaborar para salir de ella”.

Con este enfoque, la crisis no tiene responsables, ni se considera importante determinar cómo se reparten sus cargas. Una vez instaurado este discurso, quienes cuestionan las políticas de ajuste y se resisten a los sacrificios son malos ciudadanos, como sugirió Rajoy en Nueva York al ensalzar “a la mayoría de españoles que no se manifiesta, que no sale en las portadas de prensa”, en referencia a las protestas de la plaza de Neptuno de Madrid.

Corremos el riesgo de pasar del Estado de bienestar al de beneficencia.

Montserrat Ribas invita a imaginar qué ocurriría si en lugar del “relato de la catástrofe” se impusiera “el relato de la estafa”. Estaríamos buscando a los responsables de lo ocurrido, les estaríamos exigiendo responsabilidades políticas y penales, y exigiríamos cambios radicales en la regulación del sistema financiero para evitar que vuelva a repetirse. “En este relato, el papel del ciudadano es totalmente diferente. No es de pasividad y resignación, sino de exigencia y reforma”, señala.

Y aún hay un tercer relato posible: el de la crisis como “golpe de Estado del capitalismo”. En este relato, la recesión es utilizada para limitar la democracia e imponer un sistema autoritario que permita someter a toda la población a los dictados del poder económico, en beneficio de este.

De momento, el relato de la crisis como estafa pugna por abrirse paso desde la plaza de Neptuno de Madrid y desde los foros sociales abiertos al calor del movimiento del 15-M. Pero en el discurso oficial el que predomina es el de la crisis como catástrofe.

La culpabilización de las víctimas aparece, en este contexto, como un mecanismo de legitimación de los recortes sociales. En la presentación del plan Prepara, la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, insistió en que se iban a aplicar medidas contra los parados que no quisieran aceptar un trabajo, como si los parados españoles recibieran muchas ofertas de empleo. Báñez justificó los nuevos criterios de concesión de la ayuda de 430 euros en la necesidad de hacerla más equitativa y evitar abusos. Para justificarlo, declaró sentirse “insultada” al saber que había “hogares que ingresan 8.000 euros, en los que un niñato recibe una paga de 400 por no hacer nada”. De entrada, hogares en los que entran 8.000 euros al mes no hay tantos como para ponerlos como paradigma, pero lo que en realidad la ministra encubría con esta retórica era un drástico recorte en las ayudas, que a partir de ahora solo podrán cobrar quienes estén prácticamente al borde de la indigencia.

Hay un relato que utiliza la recesión para imponer una salida autoritaria

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría anunció también que los parados que reciben una prestación podrán ser requeridos para realizar trabajos comunitarios, como limpiar bosques, y que si se niegan, se les podrá retirar el subsidio. “En realidad, anunciaba algo que ya existe. Los trabajos de colaboración social están regulados desde 1994. Entre 4.000 y 6.000 parados realizan este tipo de colaboraciones y si no hay más es porque las Administraciones deben aportar la diferencia hasta el salario mínimo interprofesional, y no tienen dinero”, explica Paloma López, secretaria de Empleo de CC OO. “Es curioso que cuando la pobreza ha escalado dos puntos en un año y hay 1.737.000 hogares en los que todos sus miembros están en el paro, se insista tanto en la idea de que los desempleados no hacen suficiente esfuerzo para poder trabajar”, añade. “Con este discurso, las víctimas de la crisis se encuentran doblemente penalizadas: además de perder su empleo, son sospechosos de querer vivir a costa de los demás”.

Ignasi Carreras, director del Instituto de Innovación Social de Esade, subraya que la crisis ha aumentado la pobreza, pero muchos de los actuales pobres ya estaban en situación de exclusión social antes de que estallara. En la fase de máximo crecimiento España seguía teniendo un paro estructural del 8%. “En 2007, el 18% de la población se encontraba bajo el umbral de la pobreza. Ahora ese porcentaje es del 22% y lo que ha ocurrido es que quienes ya eran pobres, están mucho peor”. Durante la crisis han aumentado las diferencias sociales. “En 2007, la diferencia del PIB per cápita medio del 20% de los más ricos era 5,3 veces mayor que el del 20% más pobre; ahora es 6,9 veces mayor”, señala Carreras.

Hay pues más pobres que además están peor y tienen menos posibilidades de salir del agujero. Porque justo cuando más se necesitan, la crisis está erosionando también las políticas de inserción social. Así lo confirma Nacho Sequeira, director de la Fundación Exit, una entidad creada en Barcelona para facilitar la inserción laboral de jóvenes de 16 a 21 años con un perfil de fracaso escolar. “Los alumnos con mayores dificultades pueden salir adelante si tienen un acompañamiento adecuado. Pero en un momento en que hay índices de paro tan alto, las empresas demandan un tipo de trabajador que coincide con el perfil considerado de éxito. Los jóvenes menos formados o que necesitan un proceso de preparación más largo, tienen ahora menos posibilidades”, señala. “Se está desmontando el discurso de la promoción social”, corrobora Isidro Rodríguez, director de la Fundación Secretariado Gitano. “Ver que hay gente de clase media que tiene que acudir a Cáritas o a los comedores sociales causa mucha alarma. Todo el mundo teme encontrarse en esa situación y acepta con naturalidad que se destinen los recursos a los casos extremos. Se está instaurando un discurso de la urgencia en el que, como todo está muy mal y hay que atender lo más urgente, los programas de inserción social quedan relegados”.

El discurso culpabilizador genera angustia e insolidaridad.

La consecuencia es bastante previsible: quienes están en esos programas pasarán a engrosar en poco tiempo las listas de quienes tienen necesidades perentorias y han de acudir a Cáritas. “La crisis puede suponer una marcha atrás de varias décadas en las políticas de inserción social”, advierte Isidro Rodríguez.

Esas políticas no solo son necesarias, también son económicamente rentables. Cuando en Francia se produjo la crisis de los campamentos gitanos, toda Europa miró hacia España. En los últimos 30 años, las condiciones de vida de los gitanos españoles han mejorado de forma espectacular. “El éxito se debe a dos factores: nuestro tardío Estado de bienestar ha sido inclusivo con los gitanos; han podido beneficiarse de políticas de acceso a la vivienda, la educación y la salud. Pero además se han aplicado programas específicos de acompañamiento educativo, de realojamiento o de integración en el mercado laboral”, señala Isidro Rodríguez. El resultado es que ahora todos los niños gitanos acaban al menos la enseñanza primaria, y el objetivo ahora es que también terminen la secundaria. Y si en 1978, el 75% de las familias gitanas estaban instaladas en infraviviendas, en 2007 ese porcentaje se había reducido al 12%. Y las que viven en chabolas, hasta el 4%. Estas cifras muestran que la inserción es posible. Que ir al colegio y vivir en barrios normalizados abre oportunidades y no solo ellos, sino todo el país sale beneficiado. Los programas de acompañamiento permiten que el horizonte de un joven gitano no sea ya la chatarra o el mercado ambulante.

Pero el presupuesto de la fundación Secretariado Gitano para 2013, de 17 millones de euros, es un 20% inferior al de este año y se mantiene gracias a que el 60% de sus fondos proceden de la Unión Europea. “Se está aprovechando la crisis para deslegitimar este tipo de programas”, dice su director.

Pero la pobreza no solo se nutre de colectivos en riesgo de exclusión. Hay también nuevos perfiles de pobres que viven su situación de precariedad con una gran angustia pues son personas preparadas que forjaron sus expectativas en los años de bonanza. ¿Quiénes son esos nuevos pobres? Son aquellos para los que el ascensor social, en lugar de subir, está bajando. El discurso oficial no los trata como tales, pero Montserrat Ribas señala dos ejemplos: “Esos jóvenes profesores asociados de la universidad que se han quedado sin trabajo por los recortes, o aquellos que se han quedado cobrando 500 euros al mes. También podría incluirse a muchos de los investigadores que trabajan en una plaza Ramón y Cajal”. Estamos hablando de jóvenes científicos que han hecho una tesis doctoral en el extranjero y hacen investigación de primera línea. No es que fueran unos potentados de la ciencia, pero si a un sueldo de 1.100 euros al mes se le recorta el 25%, lo que queda fácilmente cae por debajo de los índices de pobreza. Estos talentos empobrecidos ven con estupor que no hay dinero para la investigación, pero sí lo hay para rescatar a la banca.

Se ha repetido que para triunfar en la vida se ha de ser emprendedor, estar muy preparado y ser competitivo. Pero, como apunta Ignasi Carreras, no todo el mundo tiene un perfil emprendedor, no todo el mundo ha de hacer un negocio y por muy activo que alguien sea, si cierran las empresas y se destruye empleo, es muy difícil encontrar trabajo. En este contexto, la idea de que solo los mejores saldrán adelante y de que quienes quedan relegados es porque no valen o no se esfuerzan está teniendo efectos psicológicos devastadores en los muchos jóvenes que se estrellan una y otra vez contra la realidad de un mercado laboral en caída libre.

El mismo marco conceptual que permite culpabilizar a los pobres y a los parados es el que opera en los países del norte contra los del sur. El discurso culpabilizador genera angustia, pero también insolidaridad. Y abre la puerta a una nueva ignominia: la competencia feroz entre los mismos pobres por los escasos recursos disponibles. “No quiero ser apocalíptico, pero lo peor que nos puede ocurrir es que después de la crisis económica venga la crisis social”, afirma Isidro Rodríguez. “Los países que mejor resisten la crisis son aquellos que tienen un Estado de bienestar más sólido y una sociedad civil fuerte y cohesionada. No podemos pasar del Estado de bienestar al Estado de beneficencia”, concluye Carreras.

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/04/actualidad/1349374997_487382.html

GB

VENEZUELA DEMOCRATICA.

Venezuela: el peligro de no razonar el voto
Por Ángel Guerra Cabrera

En Venezuela se enfrentan en las elecciones de este 7 de octubre dos concepciones políticas y bloques de fuerzas diametralmente opuestos. Por un lado, el Gran Polo Patriótico, coalición de movimientos sociales vertebrados en torno a la relección del presidente Hugo Chávez Frías, postulado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Su postura es claramente antineoliberal, patriótica, antimperialista, favorable a la unidad e integración de América Latina y el Caribe y a un escenario mundial pluripolar donde se respete la soberanía de los pueblos y se preserve la paz. Contiene una fuerte corriente favorable al socialismo. Mientras mayor la victoria que conquiste el próximo domingo, más contribuirá a la consolidación de la revolución bolivariana en lo interno, así como del frente de gobiernos progresistas y revolucionarios y fuerzas populares de nuestra región.

En la acera de enfrente, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), que agrupa a la mayoría de los partidos de oposición en torno a la candidatura del empresario golpista Henrique Capriles Radonsky, promovida por la oligarquía nativa y el imperialismo. Integrada por viejos y nuevos políticos nostálgicos de la Venezuela subordinada a Estados Unidos, racista, de gobiernos corruptos y represivos en extremo. La táctica de Capriles ha sido enmascarar en lo posible con un discurso pragmático y camaleónico su programa neoliberal de desmantelamiento de las misiones sociales y ruptura con la solidaridad latinocaribeña. Pese a que Lula da Silva dio su firme y fraterna adhesión a la candidatura de Chávez, no tiene escrúpulo en reiterar que el brasileño es su modelo.

Y es que a la par de los extraordinarios logros del chavismo en la reconquista de la independencia, la socialización de la renta petrolera y la integración de nuestra América, la conciencia política de izquierda se ha profundizado y radicalizado a tal grado en la sociedad venezolana, que a la MUD no le ha quedado más alternativa que correrse retóricamente hacia ese lado para preservar y ganar adeptos. Además, ha cargado contra la real o supuesta gestión ineficiente del Estado y aprovechado para sumar votantes el disgusto popular con casos notorios de corrupción o gestión insensible e ineficiente de cuadros locales o nacionales del PSUV o sus aliados. Son hechos que reditúan votos y no escapan en su complejidad a la aguda sensibilidad de Chávez que en su programa político argumenta la necesidad de "pulverizar" el Estado burgués actual para poder avanzar al socialismo.

Después de grandes derrotas la contrarrevolución ha logrado reconstituirse políticamente. Así lo expresa el avance electoral que ha conseguido de manera gradual en su cara de oposición política como se observa en los datos del Consejo Nacional Electoral. Su labor cala en los estereotipos culturales sembrados en las capas populares a lo largo de siglos y se aprovecha de la adicción consumista a que impele la nociva publicidad comercial hoy omnipresente o de las citadas deficiencias del gobierno. Además de sus inmensos recursos propios, es financiada generosamente por Washington y el capital trasnacional y apoyada por los medios de comunicación dominantes a escala planetaria, cuyo objeto preferido de demonización es Chávez.

Por supuesto, la victoria del líder bolivariano no está en duda. Pero como adelanté en mi artículo anterior, ganar no basta para consolidar lo logrado por la revolución bolivariana y continuar radicalizándola. Lo que se necesita es atestar las urnas de sufragios a favor de Chávez. No dejarse llevar por el triunfalismo al extremo de no concurrir a votar. Ni mucho menos ejercer el voto de castigo por problemas irresueltos de la vida cotidiana. En esta votación está en juego el destino de la revolución bolivariana pues una victoria por estrecho margen favorecería a la contrarrevolución y al imperialismo. Sabido es que lo suyo no es la democracia, que se proponen desconocer el resultado electoral, cantar un supuesto fraude y fomentar el caos y la desestabilización. El plan de Estados Unidos –que es lo mismo que decir la contrarrevolución local– para Venezuela es, con sus variantes, el mismo que ha aplicado en Libia y Siria y aplicaría en Argentina, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, por supuesto en Cuba, si pudiera. Lo que no le perdonan a estos países es ser independientes. Menos, si como Venezuela poseen un mar de petróleo.

Twitter: aguerraguerra

La Jornada, México


GB

MAQUIEYRA EL JOVEN PRO INDEPENDIENTE: SUS DATOS

Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
"2012. Año del Bicentenario de la Creación de la Bandera Argentina"
RESOLUCIÓN N° 917-MEGC/12 Buenos Aires, 08 de febrero de 2012
VISTO
:
El Expediente Nº 174349/2012, y
CONSIDERANDO:
Que por Decreto Nº 660/2011, se aprobó la Estructura Orgánico Funcional del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires;
Que entre otras medidas, el Artículo 5 del citado Decreto instituye a partir del 10 de diciembre de 2011, el Régimen Modular de las Plantas de Gabinete de las Autoridades Superiores de este Gobierno;
Que según surge de los presentes actuados, la Unidad de Auditoría Interna, del Ministerio de Educación, solicita el cese a partir del 31 de diciembre de 2011, del Licenciado Juan Ignacio Maquieyra, D.N.I. 32.863.765, CUIL. 20-32863765-1, como Personal de su Planta de Gabinete;
Que por otra parte el precitado Ministerio, propicia la designación, a partir del 1 de enero de 2012, del nombrado como Personal de la Planta de Gabinete, de la Dirección General Carrera Docente;
Que dicho acto administrativo se efectúa teniendo en cuenta las certificaciones obrantes en el presente actuado de acuerdo a lo dispuesto por Resolución Nº 698/MHGC/2008 y sus modificatorias, y no encontrándose inconvenientes para proceder a la designación que nos ocupa;
Que a tal fin resulta necesario dictar la norma legal que posibilite lo requerido.
Por ello, conforme las facultades conferidas por el Artículo 1, del Decreto Nº 638/2007,
EL MINISTRO DE EDUCACIÓN
RESUELVE
Articulo1º.-Cese a partir del 31 de diciembre de 2011, el Licenciado Juan Ignacio Maquieyra, D.N.I. 32.863.765, CUIL. 20-32863765-1, como Personal de la Planta de Gabinete, de la Unidad de Auditoría Interna, del Ministerio de Educación, cuya designación fuera dispuesta por Resolución Nº 9186/MEGC/2011.
Articulo 2º.-Desígnase a partir del 1 de enero de 2012, al Licenciado Juan Ignacio Maquieyra, D.N.I. 32.863.765, CUIL. 20-32863765-1, como Personal de la Planta de Gabinete, de la Dirección General Carrera Docente, del Ministerio de Educación, con 8500 Unidades Retributivas Mensuales, en las condiciones establecidas por el Artículo 5 del Decreto Nº 660/2011.
Articulo3º.-Regístrese, publíquese en el Boletín Oficial de la Ciudad de Buenos Aires y para su conocimiento y demás efectos, remítase a la Gerencia Operativa Proyectos de Normas y Oficios, de la Dirección General de Asuntos Laborales y Previsionales, de la Subsecretaría de Gestión de Recursos Humanos. Cumplido, archívese.
Bullrich.
GB

jueves, 4 de octubre de 2012

Dossier: ¿Qué pasará el 7D? Ley de Medios: cuánto tiene que desinvertir cada grupo económico

A partir del 7 de diciembre se pone plenamente en vigencia la ley de medios. ¿Qué grupos de medios tendrían que desinvertir? ¿Cómo quedaría compuesta la estructura de estos grupos?
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Por Nahuel Placanica I
En la siguiente descripción no se abordará el Grupo Clarín. El mayor conglomerado de medios de la Argentina está abordado en las notas que acompañan éste Dossier.
GRUPO MONETA – GARFUNKEL
Raúl Moneta y Matías Garfunkel se asociaron en el año 2010 para la compra de varias radios, entre ellas FM Metro y FM Rock & Pop. La relación entre ellos terminó mal cuando ambos fueron denunciados ante la Justicia por supuestos “avales truchos” que habrían presentado para llevar adelante una operación. Para el análisis consideraremos a ambos como parte de un mismo grupo.
Como bien señalábamos, en 2010 compraron al grupo mexicano CIE las emisoras FM Rock & Pop, San Isidro Labrador, Blue y Metro, y las AM Belgrano y Splendid, que se sumaron a la ya propia AM Libertad.
Con estas adquisiciones el grupo estaría incumpliendo con la normativa que establece la ley de medios ya que, en primer lugar, posee TRES licencias AM cuando ley permite tan solo UNA, y en segundo lugar, porque posee TRES licencias FM cuando sólo se permite UNA emisora de este tipo (salvo cuando dentro del Área Primaria de Servicio* existen más de ocho licencias).
La compra fue denunciada ante el AFSCA por Gustavo López, Subsecretario General de la Presidencia, por lo tanto, la adquisición de los medios queda sujeta a la decisión del organismo de aplicación.
GRUPO INDALO / CRISTOBAL LÓPEZ – GRUPO HADAD
El grupo del empresario Cristóbal López controla Radio Del Mar en Comodoro Rivadavia y el Canal 9 de la misma localidad. Este año, compró a Daniel Hadad distintos medios: las FM Pop, Mega, TKM y Vale, y la AM Radio 10. La transacción también incluyó el canal de televisión por cable C5N.
De concretarse esta compra, cuya autorización debe resolver el AFSCA, el grupo de López quedaría fuera de la normativa que establece la ley de medios ya que pasaría a tener en su poder CUATRO licencias FM, cuando la ley permite UNA o DOS licencias dependiendo de la cantidad de licencias totales que coexistan en el Área Primara de Servicio. De no autorizarse la transacción, los medios seguirían en manos de Hadad quien automáticamente pasaría a estar nuevamente por fuera de la normativa por exceder la cantidad de licencias permitidas.
Los artículos 24 y 25 de la ley de medios prohiben que personas físicas o ideales que participen en un 10% o más del paquete accionario de una empresa prestadora de servicios públicos por licencia o concesión, controlen también licencias de medios. Si bien se señaló que el Grupo Indalo poseía la concesión por el servicio de transporte público urbano en Neuquén, López vendió el paquete accionario a Autobuses Santa Fe S.R.L y a Gerardo Ingaramo, conservando así sus medios de comunicación. La venta fue recientemente aprobada por el Consejo Deliberante de la ciudad.

GRUPO UNO VILA/MANZANO
El grupo excede el máximo de DIEZ licencias abiertas permitidas por la ley de medios ya que posee alrededor de 27 licencias entre canales de televisión y radios. A nivel local, la ley permite el control de UNA licencia AM y UNA O DOS FM (dependiendo de la cantidad de FM totales en la zona).
La normativa también establece que a nivel local quién opera una distribuidora de cable no puede poseer en simultaneo un canal de televisión abierta en la zona. El grupo Vila - Manzano, es dueño de la empresa de cable SUPERCANAL y distribuye su servicio en varios puntos del paìs, por lo tanto se analizará localidad por localidad la estructura del grupo para saber si debe desprenderse de alguna de sus empresas o medios . En Mendoza, por ejemplo, distribuye el servicio de cable y además es dueño del Canal 7 local, es decir, incumple con lo fijado por la ley.
CADENA 3
Esta extensa cadena de radio desplegada a lo largo y ancho del país, posee alrededor de 28 licencias FM distribuidas en distintas localidad. La ley permite un total de 10 licencias abiertas, por lo tanto, debería desprenderse de buena parte de sus emisoras. Por nombrar algunas de sus emisoras en el interior mencionamos: -105.1 FM Cadena 3 Mendoza; 102.5 FM Cadena 3 San Luis; 90.7 FM Cadena 3 Río Cuarto; 88.5 FM Cadena 3 San Juan; 100.1 FM Cadena 3 Neuquén.
GRUPO PRISA
Este grupo de capitales españoles controla Radio AM Continental, FM Imagina, FM 40 Principales y Cadena Ser. En principio, en referencia al capital social, el artículo 29 de la ley establece que aquellas personas de existencia ideal que fueran una sociedad comercial deben tener capital social de origen nacional, habilitando un máximo de 30% de capital accionario extranjero.
El artículo 29, se basa en los párrafos primero y segundo del Artículo 2 de la Ley de Preservación de Bienes y Patrimonios Culturales (25.750) que establecen:
Párrafo 1: “Establécese, a partir de la entrada en vigencia de la presente ley, que la propiedad de los medios de comunicación, que se definen en el artículo 3º de la misma, deberá ser de empresas nacionales, permitiéndose la participación de empresas extranjeras hasta un máximo del 30% del capital accionario y que otorgue derecho a voto hasta por el mismo porcentaje del 30%”
Párrafo 2: “Dicho porcentaje podrá ser ampliado en reciprocidad con los países que contemplan inversiones extranjeras en sus medios de comunicación, hasta el porcentaje en que ellos lo permiten”.
El grupo posiblemente pretenda apelar a intepretaciones de este artículo para conservar su participacione en distintos medios.
TELEFÓNICA
El grupo de capitales españoles controla NUEVE señales abiertas: Telefé de Buenos Aires, Canal 9 de Bahía Blanca, Canal 8 de Mar del Plata, Canal 5 de Rosario, Canal 7 de Neuquén, Canal 8 de Tucumán, Canal 13 Santa Fe, Canal 8 de Córdoba y Canal 11 de Salta. Si bien no se encuentra excedido en cantidad de licencias abiertas, la composición de capital de la empresa hace que se encuentre en una situación similar a la del Grupo PRISA. Al ser proveedora de un servicio público como es la telefonía fija, incumple con el artículo 25 de la ley de medios que prohíbe la participación por más del 10% de las acciones en personas ideales que presten servicios públicos.
GRUPO PIERRI
Posee los medios: FM Latina y el Canal 26 emitido a través de sistemas de cable. El grupo controla la empresa distribuidora de cable Telecentro que ofrece el conocido “Triple Play”, comercializando los servicios de telefonía, cable e internet en un mismo paquete. Esta modalidad hace incurrir al grupo en una incompatibilidad ya que los servicios de internet y telefonía pueden ser considerados servicios públicos y la ley considera incompatible el control de licencias por parte de personas ideales con participación mayor al 10% en personas ideales prestadoras de servicios de este tipo. El grupo se ampararía en posibles interpretaciones de la ley de protección de industrias culturales, ya que en el artículo 3 de esta ley, las proveedoras de acceso a internet son consideradas medios de comunicación.

* Área primaria de servicio: Se entenderá por área primaria de servicio de una
Estación de radiodifusión abierta, el espacio geográfico sobre el cual se otorga la
licencia o autorización para la prestación del servicio, sin interferencias
perjudiciales por otras señales, de acuerdo a las condiciones de protección
previstas por la norma técnica vigente.

gb