....Según el periodista de Clarín, Jesús Rodríguez de Salta, VHM es un relator y propagandista oficial, no es periodista.
Y nos informa "objetivamente" que Franja Morada de la Universidad Nacional de Salta se opuso vivamente a que de una disertación en dicha casa de estudios con la pregunta
"Qué pasaría si la Franja Morada invita a una charla magistral a un represor de los años de plomo de la Argentina"?
Y uno se repregunta qué pasó con el gobierno de Raúl Alfonsín que declaró la Obediencia Debida y el Punto Final, en el año 1987, (que le costara luego una derrota electoral en el 80% del país), con el objetivo de salvar a represores bautizados por él como "Héroes de Malvinas" los cuales están presos y /o siendo juzgados a lo largo y a lo ancho del país gracias a la política de derechos humanos de este gobierno al cual apoya VHM.???
Bien por Franja Morada cuyas fuentes son LAS INVESTIGACIONES OBJETIVAS E INDEPENDIENTES DE Larata.
Y esta agrupación encima se asombra que VHM era opositor y ahora apoya al gobierno y...Larata cuando decía hace dos años que Clarín era un monpolio abyecto?
Ayyy Franjita, siempre fiel a tus históricos principios golpistas (1955, 1962 y 1976)
Prof GB
PD Cómo, no era que en las aulas no se debe hacer política?
sábado, 18 de agosto de 2012
jueves, 16 de agosto de 2012
DIJO CLARIN
QUE LA CAMPORA TAMBIEN MILITA EN LOS JARDINES DE INFANTE, INFORMACION REPRODUCIDA POR TN Y LA NACION
ESTA FOTO ES UNA PRUEBA CONTUNDENTE DE UN NIÑITO ADOCTRINADO OPORTUNAMENTE, HOY MILICIANO KIRCHNERISTA DISPUESTO A TODO O NADA.
GB
MAS CAMPORISTAS EN TUCUMAN
La periodista Magadalena Ruiz Guiñazú acaba de plantear que las actividades de La Cámpora en las escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires, son similares a las de los fascistas de Mussolini y a la Juventud Hitlerista
Y rmucha razón que tiene sino obsevemos esta foto en la escuelita tucumana obtenida una vez ms gracias a la gentileza del diario Clarín.
Me aprece a mí o La Cámpora está armada???
DENUNCIE, INCRIMINE, ATAQUE ESTE MAL QUE INFILTRA NUESTRO MODO DE VIDA CRISTIANO Y OCCIDENTAL.
GB
LA CAMPORA ADOCTRINANDO EN UNA ESCUELA RURAL.
Jóvnes de La Cámpora en el día de ayer saludando a la bandera en una escuelita rural en Tucumán.
Gentileza del diario Clarín.
Denunciemos estos hechos barbáricos antes que nuestros niños y niñas sean sometidos por el nazi-fascismo-chavista de esta juventud descarriada.
GB
ESCUELAS
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner inaugurará hoy en San Juan la escuela número 1000 construida por la administración kirchnerista en siete años. Así, el período 2003-2010 se convierte en el segundo de mayor construcción de escuelas en la historia nacional, después del plan quinquenal de Juan Perón entre 1947 y 1951.
En los últimos 34 años sólo se habían inaugurado 427 escuelas. El gobierno de Carlos Menem apenas construyó siete; el de Fernando de la Rúa, ninguna. La Secretaría de Obras Públicas, dependiente del Ministerio de Planificación, invirtió 1826 millones de pesos en los mil establecimientos, que brindan educación a más de 500 mil alumnos.
En la misma jornada, pocas horas después, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, inaugurará la escuela 1001 en Córdoba; el ministro de Educación, Alberto Sileoni, cortará la cinta de la escuela número 1002 en Santiago del Estero y el jefe de la cartera económica, Amado Boudou, inaugurará la 1003, en la provincia de Buenos Aires. La escuela número mil se llamará Presidente Néstor Carlos Kirchner.
La escuela que inaugurará hoy la Presidenta se sitúa en la localidad de Campo Afuera, partido del Albardón, en la provincia de San Juan. Es un establecimiento de nivel secundario que el año próximo recibirá a 341 alumnos. El edificio es de 1362 metros cuadrados y cuenta con un laboratorio de informática de 170 metros cuadrados y otro de ciencias y taller de tecnología, de 71 metros cuadrados. La licitación se realizó el 1º de noviembre de 2008, con lo que, con trámites administrativos incluidos, la construcción tardó dos años. El costo de la escuela fue de 3.440.000 pesos.
En 2003 el gasto en educación, consolidado entre la Nación y las provincias, representaba el 3,64 por ciento del PBI; en 2010, representa el 6,02 por ciento. Hace siete años el gasto educativo fue de 14.501 millones de pesos; este año será de 89.924 millones de pesos, un 520 por ciento más.
Este presupuesto incluye el dinero administrado por Obras Públicas para la construcción de escuelas. También la compra de las netbooks, realizada por la Anses, para los alumnos secundarios.
Las 1000 escuelas construidas en los últimos siete años se extienden en todo el territorio nacional. En la Secretaría de Obras Públicas informan que la prioridad fue construir más escuelas en los distritos que más las necesitaban. Pero la culminación de las obras tuvo que ver con la voluntad de los gobernadores de cada provincia, ya que las obras se realizan de manera federal, es decir, están en manos de los gobiernos provinciales.
De las 1000, 166 se inauguraron en la provincia de Buenos Aires; 123 en Tucumán; 65 en Córdoba y otra cantidad similar en Jujuy. En la ciudad de Buenos Aires sólo se construyeron 4.
En el Ejecutivo afirman que a fines de 2012 habrá 1700 escuelas entre las terminadas y las que estarán en ejecución. Además de los 1800 millones que se destinaron a la construcción de las 1000 escuelas, bajo el marco de la Ley de Educación Técnica Superior, este año se comenzó a ejecutar un presupuesto adicional de 800 millones de pesos para la construcción de escuelas técnicas.
En el país funcionan 42.087 escuelas entre establecimientos de enseñanza primaria y secundaria. 31.787 son estatales y 10.300 son privados. A los colegios del Estado asisten 7.523.700 alumnos; a los privados, 2.948.900 alumnos. Según fuentes del Ministerio de Educación, la cantidad de escuelas cubre la demanda escolar. Pero muchas de las escuelas están en pésimas condiciones. Por esa razón, la Secretaría de Obras Públicas también se ocupa de reparaciones en más de 1000 establecimientos.
Si bien la cantidad total de escuelas es suficiente para los actuales jóvenes en edad escolar, la distribución provincial es dispar. Por caso, la provincia de Buenos Aires tiene un 300 por ciento más de jóvenes en edad escolar que la ciudad y cuenta con mil por ciento más de escuelas. Son 16 mil en la provincia y sólo 1580 en la ciudad. La provincia de Tucumán, hundida en la pobreza en los noventa, construyó 123 escuelas nuevas en los últimos siete años y ahora cuenta con 1142 establecimientos, una cantidad, que, según fuentes de Educación, es suficiente para sus 110 mil alumnos.
La construcción de las 1000 escuelas está directamente relacionada con el fuerte incremento del presupuesto de Educación. En 2003, ese monto representaba el 3,64 por ciento del Producto Bruto Interno; en 2006 ya alcanzaba el 4,75 por ciento, y en 2010 es el 6,02 por ciento del PBI. Pero en ese tiempo el Producto creció más de un 70 por ciento. Así el presupuesto educacional, que era de 14.501 millones de pesos en 2003, subió a 31.100 en 2006 y en 2010 es de 89.924 millones.
En los últimos 34 años sólo se habían inaugurado 427 escuelas. El gobierno de Carlos Menem apenas construyó siete; el de Fernando de la Rúa, ninguna. La Secretaría de Obras Públicas, dependiente del Ministerio de Planificación, invirtió 1826 millones de pesos en los mil establecimientos, que brindan educación a más de 500 mil alumnos.
En la misma jornada, pocas horas después, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, inaugurará la escuela 1001 en Córdoba; el ministro de Educación, Alberto Sileoni, cortará la cinta de la escuela número 1002 en Santiago del Estero y el jefe de la cartera económica, Amado Boudou, inaugurará la 1003, en la provincia de Buenos Aires. La escuela número mil se llamará Presidente Néstor Carlos Kirchner.
La escuela que inaugurará hoy la Presidenta se sitúa en la localidad de Campo Afuera, partido del Albardón, en la provincia de San Juan. Es un establecimiento de nivel secundario que el año próximo recibirá a 341 alumnos. El edificio es de 1362 metros cuadrados y cuenta con un laboratorio de informática de 170 metros cuadrados y otro de ciencias y taller de tecnología, de 71 metros cuadrados. La licitación se realizó el 1º de noviembre de 2008, con lo que, con trámites administrativos incluidos, la construcción tardó dos años. El costo de la escuela fue de 3.440.000 pesos.
En 2003 el gasto en educación, consolidado entre la Nación y las provincias, representaba el 3,64 por ciento del PBI; en 2010, representa el 6,02 por ciento. Hace siete años el gasto educativo fue de 14.501 millones de pesos; este año será de 89.924 millones de pesos, un 520 por ciento más.
Este presupuesto incluye el dinero administrado por Obras Públicas para la construcción de escuelas. También la compra de las netbooks, realizada por la Anses, para los alumnos secundarios.
Las 1000 escuelas construidas en los últimos siete años se extienden en todo el territorio nacional. En la Secretaría de Obras Públicas informan que la prioridad fue construir más escuelas en los distritos que más las necesitaban. Pero la culminación de las obras tuvo que ver con la voluntad de los gobernadores de cada provincia, ya que las obras se realizan de manera federal, es decir, están en manos de los gobiernos provinciales.
De las 1000, 166 se inauguraron en la provincia de Buenos Aires; 123 en Tucumán; 65 en Córdoba y otra cantidad similar en Jujuy. En la ciudad de Buenos Aires sólo se construyeron 4.
En el Ejecutivo afirman que a fines de 2012 habrá 1700 escuelas entre las terminadas y las que estarán en ejecución. Además de los 1800 millones que se destinaron a la construcción de las 1000 escuelas, bajo el marco de la Ley de Educación Técnica Superior, este año se comenzó a ejecutar un presupuesto adicional de 800 millones de pesos para la construcción de escuelas técnicas.
En el país funcionan 42.087 escuelas entre establecimientos de enseñanza primaria y secundaria. 31.787 son estatales y 10.300 son privados. A los colegios del Estado asisten 7.523.700 alumnos; a los privados, 2.948.900 alumnos. Según fuentes del Ministerio de Educación, la cantidad de escuelas cubre la demanda escolar. Pero muchas de las escuelas están en pésimas condiciones. Por esa razón, la Secretaría de Obras Públicas también se ocupa de reparaciones en más de 1000 establecimientos.
Si bien la cantidad total de escuelas es suficiente para los actuales jóvenes en edad escolar, la distribución provincial es dispar. Por caso, la provincia de Buenos Aires tiene un 300 por ciento más de jóvenes en edad escolar que la ciudad y cuenta con mil por ciento más de escuelas. Son 16 mil en la provincia y sólo 1580 en la ciudad. La provincia de Tucumán, hundida en la pobreza en los noventa, construyó 123 escuelas nuevas en los últimos siete años y ahora cuenta con 1142 establecimientos, una cantidad, que, según fuentes de Educación, es suficiente para sus 110 mil alumnos.
La construcción de las 1000 escuelas está directamente relacionada con el fuerte incremento del presupuesto de Educación. En 2003, ese monto representaba el 3,64 por ciento del Producto Bruto Interno; en 2006 ya alcanzaba el 4,75 por ciento, y en 2010 es el 6,02 por ciento del PBI. Pero en ese tiempo el Producto creció más de un 70 por ciento. Así el presupuesto educacional, que era de 14.501 millones de pesos en 2003, subió a 31.100 en 2006 y en 2010 es de 89.924 millones.
Fuente (s):
GB
El caldo donde hierve el golpismo
El caldo donde hierve el golpismo
La virtud moral del capitalismo: el dinero; su sentido común: el lucro. Lo demás es populismo.
La "ética" no integra el mapa conceptual de la derecha. Ni la ética periodística, ni ninguna otra. Por cierto, "derecha" no es un cliché pasado de moda, sino el genérico ideológico de nuestras clases dominantes. Si el orden social capitalista –que se cree a sí mismo natural, propio de la especie humana– ubicó a sus eternos ganadores en la cima del poder económico, cultural y político, para qué hacerse problema con planteos de índole moral. Si el capital no tiene ética (ni fronteras, ni patria, ni nada), por qué habrían de tenerla los periodistas a sueldo de él. No hace falta leer a Kant; con la noción de libertad individual que vertebra todo el sistema alcanza: poder comprar.
Concentrar riquezas es, para la derecha, el único certificado de buena conducta pasible de conseguir en el sistema. El único que cuenta. También, y especialmente, el actual esfuerzo gubernamental por alcanzar para los dos tercios de la sociedad desheredados por el capitalismo la felicidad relativa del trabajo y el salario dignos. No es poco. Tras décadas de oscurantismo neoliberal, la apertura nacional y popular es, aún con sus incompatibilidades, un escándalo.
La ley de ética periodística reclamada por la presidenta de la Nación sería al derecho humano a la comunicación lo que la sintonía fina es a la economía. Una normativa contra las avivadas de quienes tratan a diario con la información pública y sus múltiples deformaciones: la constante desinformación pública, la ocultación más sistemática, y hasta la más vulgar de las mentiras.
Como dijo Cristina ante Joseph Stiglitz, "el problema no es saber cosas, sino saber cosas que no son verdad". Quizás la ética pueda servir a crear el nuevo marco teórico, todavía pendiente de formulación, que de cuenta del posneoliberalismo. Pero la ética sin regulaciones estatales, ni la decidida intervención de los poderes públicos contra las "distorsiones" de los mercados, que condenan a millones, es puro cuento. La ética, el deber ser, la virtud son –más que mandatos morales– una decisión política. No es "como el hipo que se mueve solo", al decir del poeta Escudero, sanjuanino.
La derecha, por el contrario, está en otra cosa. El odio, que es constitutivo en ella, nunca es democrático. Se preocupa menos por los procedimientos, y más por los objetivos que se trazan quienes conducen los Estados. Es intrínsecamente golpista, no porque tenga la manía de voltear gobiernos, sino por su endémico interés en vulnerar el interés mayoritario, que siempre ha de rivalizar con el suyo. Más que por las formas del kirchnerismo, son sus contenidos los que le impiden pegar un ojo a la noche.
Para erosionarlo, sus voceros apelan a todos los mitos imaginables. A saber: el gobierno no sólo hace número en sus actos con peligrosos delincuentes, sino también "adoctrina" a niños en la más tierna edad, mientras van a la escuela, tal como lo hacía el primer peronismo. Para la derecha, todo lo que no modela el mercado, formando ciudadanos en el desinterés por el otro y el individualismo, es adiestramiento.
Antes, claro, Cristina se apresta a intervenir Cablevisión con un solo objetivo: conquistar la base de datos de la empresa para quedarse con "sensible" información sobre sus clientes (qué otra cosa que no sean sus nombres, apellidos y elecciones en canales premium).
Desde luego, la escalada estalinista no habría empezado la última semana. Los mismos opinadores habían sugerido que la eliminación progresiva (y, esencialmente, segmentada de acuerdo al nivel socio económico de los usuarios) de los subsidios a las tarifas del transporte público escondía una perversa intención estatal, más que inconfesable: controlar los viajes de cada ciudadano, accediendo al detalle de los horarios y destinos de sus traslados más corrientes. Ni qué hablar del dólar y los crecientes controles al mercado de cambios, los frecuentes "escraches" a periodistas y a los empresarios que incumplen sus obligaciones tributarias (como si la obligación del Estado no fuera cobrárselas).
Evidentemente, semejante trama argumental conduce a una única y drástica conclusión: el gobierno ya no es republicano, sino una peligrosa "dictadura democrática", con notable capacidad de movilización y fuerte legitimación electoral, lo que la vuelve aún más sórdida. Hasta las continuas operaciones de prensa por supuestos casos de corrupción se vuelven anodinas. Los "aprietes" de Moreno rinden más. No importa si el plexo probatorio debe apelar a una moción de censura, como hicieron con el aviso publicitario del gobierno nacional en el que el Ejecutivo da su parecer sobre el conflicto en los subtes. Asistimos a una extraña paradoja: que los denunciadores seriales del gobierno por sus constantes "ataques a la libertad de expresión", reclamen a la justicia contravencional porteña que prohíba y haga levantar del aire televisivo un spot en el que sólo se muestra información pública, que podría ser relativizada fácilmente por otro aviso que afirme lo contrario. ¿Un grosero acto de censura para corregir, en el peor de los escenarios, una noticia errónea?
Dice un diputado macrista de apellido aristocrático: presenciamos la "descomposición" del kirchnerismo. Y luego insiste: "Esto es ya cualquier cosa". Si sus aliados son forajidos y, como mínimo, jóvenes arribistas rentados por el Estado, ¿qué más excusas se necesita para proceder? Hasta Elisa Carrió reaparece en TN, sin contar el regreso al cielo mediático de Domingo Felipe Cavallo. En el medio, claro, la pobre, inocente, ingenua "gente", como en el subterráneo. Si la política vuelve rehenes de sus disputas a los ciudadanos, ¿para qué el sistema de partidos, las elecciones periódicas, la organizaciones gremiales? "Que gobiernen las corporaciones y listo", nos convidan a pensar.
Debido al gran consenso del que goza el proyecto iniciado el 25 de mayo de 2003, a la derecha argentina le van quedando cada vez menos caminos por explorar. Atenti, sin embargo: el Poder sabe cómo mantener su poder, porque lo conserva desde hace décadas. Si no dudó en cometer un genocidio para perpetuar su dominio, por qué no habría de forzar las formas democráticas. Cuando la objeción al gobierno roza zonas mucho más oscuras que la agria crítica, descendiendo hasta el prejuicio más elemental, eso quiere decir que detrás hay otra cosa.
16/08/12 Tiempo Argentino
GB
La virtud moral del capitalismo: el dinero; su sentido común: el lucro. Lo demás es populismo.
La "ética" no integra el mapa conceptual de la derecha. Ni la ética periodística, ni ninguna otra. Por cierto, "derecha" no es un cliché pasado de moda, sino el genérico ideológico de nuestras clases dominantes. Si el orden social capitalista –que se cree a sí mismo natural, propio de la especie humana– ubicó a sus eternos ganadores en la cima del poder económico, cultural y político, para qué hacerse problema con planteos de índole moral. Si el capital no tiene ética (ni fronteras, ni patria, ni nada), por qué habrían de tenerla los periodistas a sueldo de él. No hace falta leer a Kant; con la noción de libertad individual que vertebra todo el sistema alcanza: poder comprar.
Concentrar riquezas es, para la derecha, el único certificado de buena conducta pasible de conseguir en el sistema. El único que cuenta. También, y especialmente, el actual esfuerzo gubernamental por alcanzar para los dos tercios de la sociedad desheredados por el capitalismo la felicidad relativa del trabajo y el salario dignos. No es poco. Tras décadas de oscurantismo neoliberal, la apertura nacional y popular es, aún con sus incompatibilidades, un escándalo.
La ley de ética periodística reclamada por la presidenta de la Nación sería al derecho humano a la comunicación lo que la sintonía fina es a la economía. Una normativa contra las avivadas de quienes tratan a diario con la información pública y sus múltiples deformaciones: la constante desinformación pública, la ocultación más sistemática, y hasta la más vulgar de las mentiras.
Como dijo Cristina ante Joseph Stiglitz, "el problema no es saber cosas, sino saber cosas que no son verdad". Quizás la ética pueda servir a crear el nuevo marco teórico, todavía pendiente de formulación, que de cuenta del posneoliberalismo. Pero la ética sin regulaciones estatales, ni la decidida intervención de los poderes públicos contra las "distorsiones" de los mercados, que condenan a millones, es puro cuento. La ética, el deber ser, la virtud son –más que mandatos morales– una decisión política. No es "como el hipo que se mueve solo", al decir del poeta Escudero, sanjuanino.
La derecha, por el contrario, está en otra cosa. El odio, que es constitutivo en ella, nunca es democrático. Se preocupa menos por los procedimientos, y más por los objetivos que se trazan quienes conducen los Estados. Es intrínsecamente golpista, no porque tenga la manía de voltear gobiernos, sino por su endémico interés en vulnerar el interés mayoritario, que siempre ha de rivalizar con el suyo. Más que por las formas del kirchnerismo, son sus contenidos los que le impiden pegar un ojo a la noche.
Para erosionarlo, sus voceros apelan a todos los mitos imaginables. A saber: el gobierno no sólo hace número en sus actos con peligrosos delincuentes, sino también "adoctrina" a niños en la más tierna edad, mientras van a la escuela, tal como lo hacía el primer peronismo. Para la derecha, todo lo que no modela el mercado, formando ciudadanos en el desinterés por el otro y el individualismo, es adiestramiento.
Antes, claro, Cristina se apresta a intervenir Cablevisión con un solo objetivo: conquistar la base de datos de la empresa para quedarse con "sensible" información sobre sus clientes (qué otra cosa que no sean sus nombres, apellidos y elecciones en canales premium).
Desde luego, la escalada estalinista no habría empezado la última semana. Los mismos opinadores habían sugerido que la eliminación progresiva (y, esencialmente, segmentada de acuerdo al nivel socio económico de los usuarios) de los subsidios a las tarifas del transporte público escondía una perversa intención estatal, más que inconfesable: controlar los viajes de cada ciudadano, accediendo al detalle de los horarios y destinos de sus traslados más corrientes. Ni qué hablar del dólar y los crecientes controles al mercado de cambios, los frecuentes "escraches" a periodistas y a los empresarios que incumplen sus obligaciones tributarias (como si la obligación del Estado no fuera cobrárselas).
Evidentemente, semejante trama argumental conduce a una única y drástica conclusión: el gobierno ya no es republicano, sino una peligrosa "dictadura democrática", con notable capacidad de movilización y fuerte legitimación electoral, lo que la vuelve aún más sórdida. Hasta las continuas operaciones de prensa por supuestos casos de corrupción se vuelven anodinas. Los "aprietes" de Moreno rinden más. No importa si el plexo probatorio debe apelar a una moción de censura, como hicieron con el aviso publicitario del gobierno nacional en el que el Ejecutivo da su parecer sobre el conflicto en los subtes. Asistimos a una extraña paradoja: que los denunciadores seriales del gobierno por sus constantes "ataques a la libertad de expresión", reclamen a la justicia contravencional porteña que prohíba y haga levantar del aire televisivo un spot en el que sólo se muestra información pública, que podría ser relativizada fácilmente por otro aviso que afirme lo contrario. ¿Un grosero acto de censura para corregir, en el peor de los escenarios, una noticia errónea?
Dice un diputado macrista de apellido aristocrático: presenciamos la "descomposición" del kirchnerismo. Y luego insiste: "Esto es ya cualquier cosa". Si sus aliados son forajidos y, como mínimo, jóvenes arribistas rentados por el Estado, ¿qué más excusas se necesita para proceder? Hasta Elisa Carrió reaparece en TN, sin contar el regreso al cielo mediático de Domingo Felipe Cavallo. En el medio, claro, la pobre, inocente, ingenua "gente", como en el subterráneo. Si la política vuelve rehenes de sus disputas a los ciudadanos, ¿para qué el sistema de partidos, las elecciones periódicas, la organizaciones gremiales? "Que gobiernen las corporaciones y listo", nos convidan a pensar.
Debido al gran consenso del que goza el proyecto iniciado el 25 de mayo de 2003, a la derecha argentina le van quedando cada vez menos caminos por explorar. Atenti, sin embargo: el Poder sabe cómo mantener su poder, porque lo conserva desde hace décadas. Si no dudó en cometer un genocidio para perpetuar su dominio, por qué no habría de forzar las formas democráticas. Cuando la objeción al gobierno roza zonas mucho más oscuras que la agria crítica, descendiendo hasta el prejuicio más elemental, eso quiere decir que detrás hay otra cosa.
16/08/12 Tiempo Argentino
GB
miércoles, 15 de agosto de 2012
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