Las cacerolas suenan en el corazón del Barrio Norte de la Capital Federal.
Repercuten tímidas en otras barriadas, con mas fuerza en Caballito, Recoleta, Belgrano, son el 64 % que votó a un Jefe de Gobierno procesado, de derecha, sin ideas políticas, niño mimado del monopolio.
Los vecinos clasemedieros con odio, gritan, insultan, agreden a trabajadores de prensa de un programa de tv oficialista.
Les pegan, y mucho.
Pareciera que la Alemania Nazi que construye el gobierno, según lo que vienen pregonando Susana Viau, Fernando Bravo, o, los temores a ser agredidos físicamente de Morales Solá o Majul, lo escraches que Magdalena ve sobre el periodismo no oficialista, se volvieron hacia 6-7-8.
Pareciera que los Ellos, invasores de este país que lucha por permanecer en un Modelo inclusivo, han desidido declararnos la guerra definitivamente.
No se bancan que el 7 de diciembre tengan que cumplir la Ley de Medios, que Macri está procesado, que Magnetto haya sido mencionado en el juicio por Papel Prensa, como un amenazador de vidas, que la Presidenta siga imponiendo como corresponde en un país democrático la agenda institucional, pagar impuestos rurales, no,no están dispuestos a aceptar su derrota.
Y provocan, con su odio buscan que reaccionemos igual, con violencia.
Pero No.
Hay que dejarlos que caceroleen, que griten, que ingenuamente Clarín se haga el distraído y nos cuente que los motivos son variados.
Sí Clarín, la gente, tu gente, no nuestro Pueblo, tiene variados motivos para putear no?
Desocupación del 17 % como en Europa? o casi del 10% como en EE.UU?
Suicidios de Jubilados como en Grecia, a causa de la crisis tsocial terminal?
O los primeros signos en nuestra economía de freno en su crecimiento después de casi 9 años de ver florecer la industria, el comercio, el turismo, el empleo, la educación, y etc. etc.?
En el marco de una recesión mundial?
O que no se pueden comprar dólares, Lanatta, o ese abuelo que, contento porque su nieto es ABANDERADO CON NUESTRA BANDERA ARGENTINA LE QUISO REGALAR 10 DOLARES?
Paradojas culturales de un parte de nuestra Argentina que se va a seguir resistiendo a las transformaciones, conducida por una clase social cuyo objetivo final es nuestra destrucción como país.
Y Nosotros, pasionales e inteligentes debemos militar por la Paz, el Pan y el Trabajo, y dejarles a los Ellos la Barbarie.
Que provoquen, caceroleen, odien, no saben hacer otra cosa , no saben ser felices, no quieren que lo seamos.
EL AMOR VENCE AL ODIO.
GB
sábado, 2 de junio de 2012
DICEN QUE VIERON UN MENSAJE DE TXT QUE PARECIERA QUE DECIA A LO MEJOR......
Los “gauchiturros” (II): los mensajes de texto de Magnetto
Dispararon el diario y su portal. Los siguieron en las radios y en TN, donde los charlatanes de la primera mañana ponían cara de compungidos. Los mensajes de texto y una operación al borde del ridículo.
Por Víctor Ego Ducrot / Como todos los enamorados de lo ajeno, los “gauchiturros” nunca andan solos, siempre en banda y con buchones. ¿Qué sería de los Biolcati y los Buzzi – y la lista podría incluir a otros – sin los sirvientes de Héctor Magnetto? Pero esta vez se les fue la mano; salieron al ruedo a las apuradas, casi en chancletas y despeinados.
Bajo el título “Una versión sobre sobornos en la sesión del impuestazo” – y dale con el impuestazo, otra palabreja del Grupo-, los medios de Magnetto están en estos momentos en pleno despliegue escénico.
La página digital de TN, en tanto, publica lo siguiente: “tras la sanción del proyecto de ley de Reforma Impositiva impulsado por Daniel Scioli, surge la versión de compra de votos. La prueba está en una imagen tomada por un fotógrafo del diario Clarín (no identificado con nombre y apellido, sino como ‘Agencia La Plata’) que capturó con su cámara a José Ottavis, vicepresidente de la Cámara de Diputados y líder de La Cámpora, mientras chateaba con su compañeros de bancada Miguel Funes y Rocío Giaccone. Según publica Clarín, en ese intercambio de mensajes, Giacconne lo alerta: ‘150 mil x cabeza ofrecen a los diputados de la opo según palabras de Valeria Arata. Se está corriendo eso…’ y Ottavis le responde: ‘Bueno chicos. No contemos más cosas y cuidado…’”.
Hace pocos minutos, TN entrevistó por teléfono a la diputada Arata (UCR) y sus “periodistas” se vieron sorprendidos (todo por salir en chancletas y sin peinarse). Además de recordar que ella y su bancada votaron en contra de la ley sobre revalúo inmobiliario rural y reforma tributaria sancionada ayer, la entrevistada negó haber dicho lo que se le atribuye y aseguró que, desde que asumió su cargo, jamás recibió ofertas de soborno. Los presentadores de TN insistieron en que ella debía estar ofendida y reaccionar. A uno de ellos, quien acababa de decirle que no parecía estar molesta, Arata le respondió “vos no me conocés”.
Habrá que esperar para comprobar quién y cómo se obtuvo esa foto enarbolada por el Grupo Clarín, también si es real o fue trucada. Habrá que esperar, aunque si ese intercambio de mensajes existió, ¿qué estaría demostrando su contenido?: que un diputado relato que otra lo alerto sobre versiones de ofertas de no se sabe qué, ni a quién, ni por qué….sólo un supuesto cuanto…
Los creadores de la flamante obra de Clarín en la especialidad manipulación y desinformacion trataron de ser cuidadosos: si no hubiesen acudido al argumento de la foto estarían ante un problema penal, ¿cómo es que consiguieron los textos de un teléfono ajeno sin cometer delito, podría preguntarse un fiscal?; la sumatoria de nombres en la operación –“que alguien cuenta que otro dijo, que un otro aseguró” -, es una formula para el rumor que figura en los manuales de inteligencia sobre acción psicológica y campañas sucias.
Trataron de ser cuidadosos, pero con el tiempo que tenemos salir en chancletas se resfría, y hasta puedo hacer que a uno le suba la fiebre.
FUENTE AGEPEBA
GB
Por Víctor Ego Ducrot / Como todos los enamorados de lo ajeno, los “gauchiturros” nunca andan solos, siempre en banda y con buchones. ¿Qué sería de los Biolcati y los Buzzi – y la lista podría incluir a otros – sin los sirvientes de Héctor Magnetto? Pero esta vez se les fue la mano; salieron al ruedo a las apuradas, casi en chancletas y despeinados.
Bajo el título “Una versión sobre sobornos en la sesión del impuestazo” – y dale con el impuestazo, otra palabreja del Grupo-, los medios de Magnetto están en estos momentos en pleno despliegue escénico.
La página digital de TN, en tanto, publica lo siguiente: “tras la sanción del proyecto de ley de Reforma Impositiva impulsado por Daniel Scioli, surge la versión de compra de votos. La prueba está en una imagen tomada por un fotógrafo del diario Clarín (no identificado con nombre y apellido, sino como ‘Agencia La Plata’) que capturó con su cámara a José Ottavis, vicepresidente de la Cámara de Diputados y líder de La Cámpora, mientras chateaba con su compañeros de bancada Miguel Funes y Rocío Giaccone. Según publica Clarín, en ese intercambio de mensajes, Giacconne lo alerta: ‘150 mil x cabeza ofrecen a los diputados de la opo según palabras de Valeria Arata. Se está corriendo eso…’ y Ottavis le responde: ‘Bueno chicos. No contemos más cosas y cuidado…’”.
Hace pocos minutos, TN entrevistó por teléfono a la diputada Arata (UCR) y sus “periodistas” se vieron sorprendidos (todo por salir en chancletas y sin peinarse). Además de recordar que ella y su bancada votaron en contra de la ley sobre revalúo inmobiliario rural y reforma tributaria sancionada ayer, la entrevistada negó haber dicho lo que se le atribuye y aseguró que, desde que asumió su cargo, jamás recibió ofertas de soborno. Los presentadores de TN insistieron en que ella debía estar ofendida y reaccionar. A uno de ellos, quien acababa de decirle que no parecía estar molesta, Arata le respondió “vos no me conocés”.
Habrá que esperar para comprobar quién y cómo se obtuvo esa foto enarbolada por el Grupo Clarín, también si es real o fue trucada. Habrá que esperar, aunque si ese intercambio de mensajes existió, ¿qué estaría demostrando su contenido?: que un diputado relato que otra lo alerto sobre versiones de ofertas de no se sabe qué, ni a quién, ni por qué….sólo un supuesto cuanto…
Los creadores de la flamante obra de Clarín en la especialidad manipulación y desinformacion trataron de ser cuidadosos: si no hubiesen acudido al argumento de la foto estarían ante un problema penal, ¿cómo es que consiguieron los textos de un teléfono ajeno sin cometer delito, podría preguntarse un fiscal?; la sumatoria de nombres en la operación –“que alguien cuenta que otro dijo, que un otro aseguró” -, es una formula para el rumor que figura en los manuales de inteligencia sobre acción psicológica y campañas sucias.
Trataron de ser cuidadosos, pero con el tiempo que tenemos salir en chancletas se resfría, y hasta puedo hacer que a uno le suba la fiebre.
FUENTE AGEPEBA
GB
EL CAMPESINADO SIN TIERRAS.
Los “gauchiturros” al ataque
Se visten como gauchos pero son todo lo contrario. Son herederos de aquellos que alambraron la tierra, masacrando al indio y a los peones rurales levantiscos contra el poder. Con ustedes los “gauchiturros”: no quieren pagar impuestos y amenazan a la Constitución.
Por Víctor Ego Ducrot / De bombachas y rastras caras, hacen sus compras en “shoppings” y tiendas elegantes. Las lucen entre amigos y cuando vociferan por TV. Como jefe de milicias tienen a Hugo Biolcati, una barra brava improvisado, y de ideólogo a un tal Eduardo Buzzi, a quien le crecerá la nariz por las mentiras que dice; cree que, comiéndose adrede la letra s cuando habla, parece un hombre del pueblo. Hasta en esas zonceras los “gauchiturros” son despectivos, racistas y discriminadores.
Hay que evitar las confusiones. Lo que los patrones agrarios llaman huelga no es tal, ni es una protesta social; apenas si es un acto de provocación y hostigamiento a las instituciones de la Constitución Nacional y de la provincia de Buenos Aires. Las protestas sociales implican un sustrato de hecho comprendido por los procesos históricos y por el pensamiento político y jurídico, marco desde el cual los sistemas democráticos reconocen jurídicamente a las clase trabajadora y demás sectores no propietarios el derecho a reclamar en acción por sus intereses, dada la asimetría de posibilidades que se registra ante el poder de los propietarios.
La “huelga” de los “gauchiturros” anunciada para este sábado y hasta el 10 de junio en toda la Provincia, en contra de la reforma impositiva sancionada por la Legislatura, es un acto de subversión ante el imperio de la ley, de una ley de la República, establecida con observancia del aparato normativo constitucional.
El gobierno de Daniel Scioli los exhortó a la reflexión y la mesura, y lo bien que hizo; debería interpretarse como un pedio de autocrítica a quienes se pone al borde del delito. El problema consiste en que los “gauchiturros” son herederos de aquellos originales genocidas que alambraron las tierras fértiles a tiro de fusil y filo de sable, en lo que hipócritamente se denominó “conquista del desierto”; porque el despliegue militar, político y económico del diseño oligárquico dependiente de la Argentina se efectuó como expansión de las fronteras agroproductivas sobre un territorio que no estaba desierto, que era el territorio de la nación ranquél. Los “gauchiturros” son como sus antecesores: se creen dueños del país y al margen de las leyes, la idea de delito es para los otros, para los que no tienen, es decir para sus víctimas.
Ya se dejó constancia en este y otros medios periodísticos que las cifras demuestran lo injustificadas que son las quejas y protestas de las patronales agrarias: según un informe del Centro de Estudios Económicos y Monitoreos de Políticas Públicas (CEMOP), en promedio, el pago anual por hectárea pasará de 47 a 61 pesos. Sólo el 2,8% del total de la recaudación provincial; un porcentaje que los “gauchiturros” pueden llegar a asociar con la suba del costo de vida de este año, con la diferencia de que las tierras bonaerenses no son revaluadas desde 1954 (a fondo) o desde la década del ’90 (de manera parcial). Si se aprueba la propuesta oficial, el pago mensual por hectárea será, en promedio, de 5 pesos, conforme publicara el jueves pasado el diario Tiempo Argentino.
Valores tan bajos implican una baja recaudación. Entre 1999 y 2011, el Impuesto Inmobiliario Rural (IIR) aportó a la recaudación bonaerense un 2% del total, un resultado insignificante dada la magnitud del territorio bajo carga tributaria. El valor de la tierra se ha incrementado de manera exponencial desde principios de esta década: pasó de 3.000 a 17 mil dólares en los últimos diez años. Estos valores están directamente relacionados con la suba del precio de los “commodities” (soja, trigo y maíz, especialmente).
Los “gauchiturros” suelen decir que ellos son productores y que por lo tanto no les importa el valor de la tierra y sí el valor de la producción. Pero el incremento del valor de la tierra tiene dos efectos concretos para el propietario. En primer lugar, incrementa su patrimonio; en segundo lugar, aumenta el valor de los alquileres (sea en moneda o en especies). Como el 60% de la producción de soja se desarrolla en campos arrendados, el impacto de la suba del valor de la tierra no es menor sobre la distribución de la renta agraria de conjunto. El incremento del valor de la tierra “generó grandes ganancias patrimoniales para los terratenientes”, indicó el informe de CEMOP.
“Un kiosco paga más que una hectárea de campo”, fue la frase que eligió días atrás el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto, para graficar la necesidad de reacomodar los valores de las parcelas productivas en Buenos Aires.
Ayer, tanto el gobernador Scioli como miembros de su gabinete y legisladores oficialistas salieron a pedirle reflexión a los “gauchiturros”, los que, como escribí en un párrafo anterior, difícilmente oigan. Lo que sí puede hacerlos recular es el propio estado de ridículo en que cayeron sus acciones políticas: mientras las Cámaras legislativas sancionaban la ley, un puñado de patrones trataron de pasar por multitud; hasta las cámaras de la TV hegemónica tuvieron problemas para elegir ángulo desde el cual engañar a los televidentes.
Las “gauchiturros” son personas difíciles, tanto como sus antecesores de fusil y sable, aunque aquellos también los usaron, por interpósitas personas, en cada golpe de Estado que se dio en este país, para defender los intereses propietarios.
Los abuelos, bisabuelos y tatarabuelos de los “gauchiturros” se negaron a oír hasta a algunos de sus congéneres de clases. A fines del siglo XIX, no quisieron prestarle atención, por ejemplo, a Lucio V. Mansilla, el intelectual de la generación del ’80 que, por su condición de “niño terrible”, consideró a los habitantes originales de las tierras requeridas por el modelo oligárquico dependiente, como parte de Argentina; como lo que eran, gentes civilizadas con quienes se debía hacer política, no la guerra.
Los antecesores de los “gauchiturros” optaron por el genocidio; éstos por la “mesa de enlace” contra la Constitución y la leyes. La codicia es capaz de cualquier cosa, incluso de no entender lo que pasa en un país y en el mundo.
FUENTE AGEPEBA
GB
Por Víctor Ego Ducrot / De bombachas y rastras caras, hacen sus compras en “shoppings” y tiendas elegantes. Las lucen entre amigos y cuando vociferan por TV. Como jefe de milicias tienen a Hugo Biolcati, una barra brava improvisado, y de ideólogo a un tal Eduardo Buzzi, a quien le crecerá la nariz por las mentiras que dice; cree que, comiéndose adrede la letra s cuando habla, parece un hombre del pueblo. Hasta en esas zonceras los “gauchiturros” son despectivos, racistas y discriminadores.
Hay que evitar las confusiones. Lo que los patrones agrarios llaman huelga no es tal, ni es una protesta social; apenas si es un acto de provocación y hostigamiento a las instituciones de la Constitución Nacional y de la provincia de Buenos Aires. Las protestas sociales implican un sustrato de hecho comprendido por los procesos históricos y por el pensamiento político y jurídico, marco desde el cual los sistemas democráticos reconocen jurídicamente a las clase trabajadora y demás sectores no propietarios el derecho a reclamar en acción por sus intereses, dada la asimetría de posibilidades que se registra ante el poder de los propietarios.
La “huelga” de los “gauchiturros” anunciada para este sábado y hasta el 10 de junio en toda la Provincia, en contra de la reforma impositiva sancionada por la Legislatura, es un acto de subversión ante el imperio de la ley, de una ley de la República, establecida con observancia del aparato normativo constitucional.
El gobierno de Daniel Scioli los exhortó a la reflexión y la mesura, y lo bien que hizo; debería interpretarse como un pedio de autocrítica a quienes se pone al borde del delito. El problema consiste en que los “gauchiturros” son herederos de aquellos originales genocidas que alambraron las tierras fértiles a tiro de fusil y filo de sable, en lo que hipócritamente se denominó “conquista del desierto”; porque el despliegue militar, político y económico del diseño oligárquico dependiente de la Argentina se efectuó como expansión de las fronteras agroproductivas sobre un territorio que no estaba desierto, que era el territorio de la nación ranquél. Los “gauchiturros” son como sus antecesores: se creen dueños del país y al margen de las leyes, la idea de delito es para los otros, para los que no tienen, es decir para sus víctimas.
Ya se dejó constancia en este y otros medios periodísticos que las cifras demuestran lo injustificadas que son las quejas y protestas de las patronales agrarias: según un informe del Centro de Estudios Económicos y Monitoreos de Políticas Públicas (CEMOP), en promedio, el pago anual por hectárea pasará de 47 a 61 pesos. Sólo el 2,8% del total de la recaudación provincial; un porcentaje que los “gauchiturros” pueden llegar a asociar con la suba del costo de vida de este año, con la diferencia de que las tierras bonaerenses no son revaluadas desde 1954 (a fondo) o desde la década del ’90 (de manera parcial). Si se aprueba la propuesta oficial, el pago mensual por hectárea será, en promedio, de 5 pesos, conforme publicara el jueves pasado el diario Tiempo Argentino.
Valores tan bajos implican una baja recaudación. Entre 1999 y 2011, el Impuesto Inmobiliario Rural (IIR) aportó a la recaudación bonaerense un 2% del total, un resultado insignificante dada la magnitud del territorio bajo carga tributaria. El valor de la tierra se ha incrementado de manera exponencial desde principios de esta década: pasó de 3.000 a 17 mil dólares en los últimos diez años. Estos valores están directamente relacionados con la suba del precio de los “commodities” (soja, trigo y maíz, especialmente).
Los “gauchiturros” suelen decir que ellos son productores y que por lo tanto no les importa el valor de la tierra y sí el valor de la producción. Pero el incremento del valor de la tierra tiene dos efectos concretos para el propietario. En primer lugar, incrementa su patrimonio; en segundo lugar, aumenta el valor de los alquileres (sea en moneda o en especies). Como el 60% de la producción de soja se desarrolla en campos arrendados, el impacto de la suba del valor de la tierra no es menor sobre la distribución de la renta agraria de conjunto. El incremento del valor de la tierra “generó grandes ganancias patrimoniales para los terratenientes”, indicó el informe de CEMOP.
“Un kiosco paga más que una hectárea de campo”, fue la frase que eligió días atrás el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto, para graficar la necesidad de reacomodar los valores de las parcelas productivas en Buenos Aires.
Ayer, tanto el gobernador Scioli como miembros de su gabinete y legisladores oficialistas salieron a pedirle reflexión a los “gauchiturros”, los que, como escribí en un párrafo anterior, difícilmente oigan. Lo que sí puede hacerlos recular es el propio estado de ridículo en que cayeron sus acciones políticas: mientras las Cámaras legislativas sancionaban la ley, un puñado de patrones trataron de pasar por multitud; hasta las cámaras de la TV hegemónica tuvieron problemas para elegir ángulo desde el cual engañar a los televidentes.
Las “gauchiturros” son personas difíciles, tanto como sus antecesores de fusil y sable, aunque aquellos también los usaron, por interpósitas personas, en cada golpe de Estado que se dio en este país, para defender los intereses propietarios.
Los abuelos, bisabuelos y tatarabuelos de los “gauchiturros” se negaron a oír hasta a algunos de sus congéneres de clases. A fines del siglo XIX, no quisieron prestarle atención, por ejemplo, a Lucio V. Mansilla, el intelectual de la generación del ’80 que, por su condición de “niño terrible”, consideró a los habitantes originales de las tierras requeridas por el modelo oligárquico dependiente, como parte de Argentina; como lo que eran, gentes civilizadas con quienes se debía hacer política, no la guerra.
Los antecesores de los “gauchiturros” optaron por el genocidio; éstos por la “mesa de enlace” contra la Constitución y la leyes. La codicia es capaz de cualquier cosa, incluso de no entender lo que pasa en un país y en el mundo.
FUENTE AGEPEBA
GB
jueves, 31 de mayo de 2012
LEUCO Y LANATTA DICEN
http://www.tdt-latinoamerica.tv/foro/aparecio-canal-26-y-telemax-t5712.html
GB
GB
FERNANDO BRAVO AYER COMPARO A ESTE GOBIERNO CON LA ALEMANIA NAZI
...Y EL ERA LA CARA VISIBLE DE ATC EN 1980, CUANDO GOBERNABA VIDELA Y DE PAPEL PRENSA NI HABLAR, MUTIS.
BRAVITO Y LEUCO ( A QUIEN LANATTA LE DIJO QUE ES UN DESAPARECIDO PORQUE PAGINA 12 NO LO MENCIONO EN SU ANIVERSARIO) SON LA REVOLUCION ANDANTE...
BRAVITO Y LEUCO ( A QUIEN LANATTA LE DIJO QUE ES UN DESAPARECIDO PORQUE PAGINA 12 NO LO MENCIONO EN SU ANIVERSARIO) SON LA REVOLUCION ANDANTE...
“Recuerdo más la mirada de Magnetto que la de mis torturadores”
Lidia Papaleo hizo hoy un repaso de su declaración ante el Tribunal de La Plata que lleva adelante el juicio por delitos cometidos en el “Circuito Camps”. También remarcó la importancia de la grabación de los testimonios.
“Ayer por suerte tuve muchos recuerdos durante la declaración, porque cuando uno ha vivido situaciones tan traumáticas, te olvidás mucho porque lo necesitas, entonces bloqueas una cantidad de recuerdos. Pero ayer fue todo lo contrario, fue una apertura al recuerdo”, dijo Lidia Papeleo.
En una entrevista concedida a Radio Provincia, la viuda de Gravier contó que una de las que había olvidado fue que cuando le descubren un tumor cerebral en la cárcel, que se había desarrollado en la zona occipital a causa de los golpes.
Durante la operaron en el Hospital Pirovano, hubo “mucha gente que trató de imponer su presencia para que se equivocara el cirujano en un milímetro y yo pasara a mejor vida”, sostuvo.
También aseguró que en el hospital la tuvieron más de 20 días atada a la cama de pies y manos por lo que perdió la movilidad del cuello por varios años.
“Por suerte yo recordé, porque esto va a ayudar para abrir otras causas y en especial con algo que me interesa mucho que es el de los civiles que colaboraron para todo esto que nos ha pasado” agregó.
Papaleo declaró ayer ante el Tribunal Oral Criminal Federal 1 de La Plata, durante una audiencia del juicio por los delitos cometidos en el denominado “Circuito Camps”, entre ellos Puesto Vasco.
Allí reconoció a personas que la torturaron, pero dijo que las perdonaba porque “no puedo vivir en el odio” y “es gente mandada que no sirve para otra cosa.
“Acá lo importante es (Héctor) Magnetto”, el CEO de Clarín, enfatizó la viuda de Gravier y luego subrayó que, en 2010, cuando declaró por la causa Papel Prensa, “comprendí que había algo de lo cual no me podía salvar: la mirada de Magnetto… Recuerdo más la mirada de Magnetto que la de mis torturadores”.
“Magnetto significa mucho más que Magnetto: significa todos los Magnettos que hay detrás de Magnetto, porque no fue el único”, agregó en alusión a los civiles que también tuvieron responsabilidades en el terrorismo de Estado.
En su declaración de ayer, Lidia Papeleo narró su secuestro y las torturas sufridas en el centro clandestino de Puesto Vasco, meses después de que fuera obligada a vender las acciones de Papel Prensa: “Héctor Magnetto me amenazó a mí y a mi hija para que vendiera Papel Prensa”.
Por otro lado, Papaleo ponderó, como testigo protegido, la importancia de la grabación los testimonios porque “siempre tenemos el temor a que nos pase algo, pero si a la próxima declaración no podemos asistir, ya está documentada la anterior y puede utilizarse en la nueva instancia”.
De todos modos, dijo estar muy tranquila y se preguntó: “¿Qué importa el esfuerzo o el riesgo que yo corro cuando tengo una Presidenta que diariamente hace por el país mil millones de veces más de lo que hago yo?”.
GB
“Ayer por suerte tuve muchos recuerdos durante la declaración, porque cuando uno ha vivido situaciones tan traumáticas, te olvidás mucho porque lo necesitas, entonces bloqueas una cantidad de recuerdos. Pero ayer fue todo lo contrario, fue una apertura al recuerdo”, dijo Lidia Papeleo.
En una entrevista concedida a Radio Provincia, la viuda de Gravier contó que una de las que había olvidado fue que cuando le descubren un tumor cerebral en la cárcel, que se había desarrollado en la zona occipital a causa de los golpes.
Durante la operaron en el Hospital Pirovano, hubo “mucha gente que trató de imponer su presencia para que se equivocara el cirujano en un milímetro y yo pasara a mejor vida”, sostuvo.
También aseguró que en el hospital la tuvieron más de 20 días atada a la cama de pies y manos por lo que perdió la movilidad del cuello por varios años.
“Por suerte yo recordé, porque esto va a ayudar para abrir otras causas y en especial con algo que me interesa mucho que es el de los civiles que colaboraron para todo esto que nos ha pasado” agregó.
Papaleo declaró ayer ante el Tribunal Oral Criminal Federal 1 de La Plata, durante una audiencia del juicio por los delitos cometidos en el denominado “Circuito Camps”, entre ellos Puesto Vasco.
Allí reconoció a personas que la torturaron, pero dijo que las perdonaba porque “no puedo vivir en el odio” y “es gente mandada que no sirve para otra cosa.
“Acá lo importante es (Héctor) Magnetto”, el CEO de Clarín, enfatizó la viuda de Gravier y luego subrayó que, en 2010, cuando declaró por la causa Papel Prensa, “comprendí que había algo de lo cual no me podía salvar: la mirada de Magnetto… Recuerdo más la mirada de Magnetto que la de mis torturadores”.
“Magnetto significa mucho más que Magnetto: significa todos los Magnettos que hay detrás de Magnetto, porque no fue el único”, agregó en alusión a los civiles que también tuvieron responsabilidades en el terrorismo de Estado.
En su declaración de ayer, Lidia Papeleo narró su secuestro y las torturas sufridas en el centro clandestino de Puesto Vasco, meses después de que fuera obligada a vender las acciones de Papel Prensa: “Héctor Magnetto me amenazó a mí y a mi hija para que vendiera Papel Prensa”.
Por otro lado, Papaleo ponderó, como testigo protegido, la importancia de la grabación los testimonios porque “siempre tenemos el temor a que nos pase algo, pero si a la próxima declaración no podemos asistir, ya está documentada la anterior y puede utilizarse en la nueva instancia”.
De todos modos, dijo estar muy tranquila y se preguntó: “¿Qué importa el esfuerzo o el riesgo que yo corro cuando tengo una Presidenta que diariamente hace por el país mil millones de veces más de lo que hago yo?”.
GB
miércoles, 30 de mayo de 2012
LOS DISCURSOS MEDIATICO POLICIALES II
LA VENTANA › MEDIOS Y COMUNICACION
Poli-ladrón
En una perspectiva similar, Roberto Samar asegura que, en la mayoría de los casos, la noticia policial es funcional a modelos basados en el castigo y la exclusión.
Por Roberto Samar *
Desde la primera infancia consumimos a través de las industrias de entretenimiento discursos que van estructurando una sociedad bipolar, esencialmente constituida por buenos y malos. Lamentablemente, con el tiempo estos discursos inciden en una mirada que en la actualidad se presenta como dominante en materia de seguridad.
Ese pensamiento es funcional a modelos basados en el castigo y la exclusión, ya que pone al “otro” en el lugar del “malo”. A modo de ejemplo en este pensamiento que circula en los grandes medios de comunicación, un detenido “es un delincuente”, “es malo” y no una persona que se sospecha que cometió un delito en un momento determinado. Por lo cual, en primera instancia es inocente y luego, si infringió la ley, no necesariamente volverá a hacerlo.
Pensar al otro como “malo” no le permite la posibilidad de cambio, ya que lo define como una característica constitutiva. Por lo tanto cuantos más “malos” podamos encerrar y por mayor cantidad de tiempo, mejor.
En ese sentido, se va construyendo en el imaginario social un “nosotros” los “buenos”. Asimismo, nuestra identidad se define y toma fuerza en relación con un “otro”, sobre quien cargamos la idea del mal o le depositamos las causas de nuestras limitaciones. En otras palabras, lo constituimos como chivo expiatorio.
Como soy lo que no es el otro, cuanto más negativa sea esa imagen, mayor será mi diferenciación.
Según Stella Martini, “el imaginario es el conjunto de imágenes, la representación hecha memoria, experiencias y proyectos y/o utopías, de que se vale un grupo social para explicar, ordenar el mundo social, situarse y actuar en él. Es una construcción tanto consciente como inconsciente”. Asimismo, este “imaginario es el que opera en la construcción de estigmas, en el rechazo del otro, en la aplicación de sanciones sociales al alter”.
En cada momento histórico hubo en los discursos hegemónicos una otredad que fue cambiando con el paso del tiempo de sector social. Fueron los pueblos originarios para la generación del ’80, los inmigrantes a principios de siglo pasado, los “cabecitas negras” en la década del ’40 y los “subversivos” en la última dictadura militar. En la actualidad, cuando en la agenda mediática la inseguridad se presenta como dominante, ese “otro” son el inmigrante de los países limítrofes y los jóvenes de los barrios carenciados.
Sin embargo, la construcción en el imaginario colectivo de ese “otro” que nos da miedo y que se presenta como la causa de nuestros problemas no tiene necesariamente un correlato con la realidad.
A modo de ejemplo, como señala el juez de la Corte Suprema de la Nación Raúl Eugenio Zaffaroni: según el relevamiento de homicidios dolosos del alto tribunal con datos del 2010, “sobre 168 hechos, ninguno fue cometido por un ciudadano boliviano, y hubo sólo dos casos atribuibles a menores de 16 años”.
Sin embargo, este pensamiento estigmatizante incide en la realidad. El miedo aísla, debilita el tejido social. Aumenta la distancia del nosotros y los otros. Profundiza la discriminación y en consecuencia será mayor la exclusión del sector social tomado como chivo emisario.
Recientemente en la presentación del libro que realizaron las internas poetas de la Unidad 16 de Neuquén, uno de los coordinadores de la actividad planteó que debemos derribar muros y construir más puentes. Como comunicadores sociales, si deseamos construir una sociedad más inclusiva, nuestra función debería ser trabajar en derribar los muros discursivos que también producimos en nuestros puestos de trabajo.
* Licenciado en Comunicación Social. Docente de Filosofía Política Moderna UNLZ
LOS DISCURSOS MEDIATICO POLICIALES
http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-195196-2012-05-30.html
http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-195195-2012-05-30.html
El surgimiento de estas novedosas formas de interacción produjo sociedades ampliamente mediatizadas, donde las noticias cumplen la función de visibilizar los hechos considerados de importancia pública. Dentro de este contexto, la noticia policial detenta una particular habilidad para dar cuenta de las amenazas que pueden alterar lo cotidiano e inscribir, entre otras cosas, estereotipos sociales en torno de los sujetos que cometen delitos.
Para Stella Martini, los relatos sobre el crimen en los medios de comunicación masiva se distinguen en el conjunto de la información al poner en escena los hilos frágiles que se tensan entre la vida y la muerte, al separar territorios reales y simbólicos de un lado y otro de la ley y al hablar del poder, la violencia y la impunidad en la sociedad actual. (Martini, S.; 2002, “Agendas policiales de los medios en la Argentina: la exclusión como un hecho natural”. En Gayol S. y Kessler G.., comps., Violencias, delitos y justicias en la Argentina. Buenos Aires, Manantial-Universidad Nacional de General Sarmiento, p. 97.)
Es por ello que la noticia policial, al hacer hincapié sobre la inseguridad de la vida privada y de la vida comunal, no sólo proporciona material para el análisis del orden social, sino que también permite discutir sobre las caracterizaciones que asumen en el relato mediático, y por lo tanto público, los tipos de delitos y los sujetos que incurren en la comisión de algunos de ellos.
Así y todo, estas caracterizaciones no son creaciones abruptas ni mucho menos recientes, ya que el relato criminal tiene sus orígenes mucho antes de la aparición de la prensa de masas. A modo de ejemplo, basta con mencionar las historias reproducidas en los folletines o en los pliegos de cordel.
En estos dispositivos tuvieron lugar las primeras expresiones escritas de los hechos delictivos, con unas formas de narrarlos donde se ponía de manifiesto el pasaje de una cultura centrada en el verso, hacia otra focalizada en la prosa. De esta manera, la figura del bandido-héroe, las epopeyas medievales o las supersticiones populares, se combinaron fructíferamente para el deleite de los fantasiosos lectores.
Fue recién a partir de la nueva realidad comunicativa impuesta por la cultura industrializada y masiva a finales del siglo XIX, donde el pensamiento criminológico moderno encontró, en su amalgama con ésta, la posibilidad de potenciar su influencia hacia casi la totalidad de las sociedades de por aquel entonces.
Por su parte, la criminología surgió como saber separado de la política y asociado al quehacer científico, con aura de neutralidad y verdad. Cesare Lombroso, autor destacado de esta matriz de pensamiento, describió al hombre delincuente por conductas atávicas, determinados rasgos físicos y como ser atrasado en su evolución natural, que constituía un agente patológico del cual la sociedad debía defenderse.
Al mismo tiempo, hubo positivistas inspirados tanto en ideas de izquierda como de derecha. Enrico Ferri, inicialmente socialista y luego fascista, concibió el origen de la delincuencia en la pobreza e intervino “en la clasificación de delincuentes que hizo famosa a la escuela positivista: nato, loco, habitual, ocasional y pasional”. (Anitua, G., 2006, Historia de los pensamientos criminológicos. Buenos Aires, Editores del Puerto, p. 188.)
Ubicado a la derecha de las anteriores perspectivas, incluso la de Lombroso, se ubicó Rafaelle Garófalo. Este autor, eurocentrista y racista, conceptualizó al “delito natural” como enemigo de la sociedad e introdujo la noción de “peligrosidad”, como perversidad constante y activa, hecho por el cual la pena no debería ser proporcional al daño ocasionado sino que a la peligrosidad del sujeto.
En la Argentina, el más destacado criminólogo positivista fue José Ingenieros. Su principal interés radicó en establecer el modo de descubrir a los simuladores que pretendían eludir el castigo penal, aludiendo enfermedad mental.
Este breve y acotado repaso por la obra de los principales autores de esta corriente filosófica, clarifica el origen de palabras, ideas y significaciones todavía muy vigentes en la boca y la pluma de numerosos comunicadores.
Por tanto, es fácil recordar, ante una gran cantidad de acontecimientos transmitidos, la temblorosa voz de la cronista de TN, cuando, cubriendo la inundación de un barrio porteño, confundió a jóvenes ayudando a su madre a desagotar su comercio con delincuentes, por el sólo hecho de tener “gorrita” sobre sus cabezas.
* Presidente del Centro de Estudios para la Inclusión Social.
http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-195195-2012-05-30.html
LA VENTANA › MEDIOS Y COMUNICACION
La herencia positivista
Dos miradas sobre la noticia policial y sus consecuencias en la construcción de los imaginarios colectivos. Juan Pedro Gallardo repasa teorías para sostener que la noticia policial construye caracterizaciones que inciden sobre el orden social.
Por Juan Pedro Gallardo*
La destrucción del Estado social socavó las bases de numerosas instituciones políticas, que regulaban y sostenían la vida cotidiana. Paralelamente, los sujetos, como consecuencia del significativo crecimiento de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, experimentaron importantes cambios en los modos de relacionarse.
El surgimiento de estas novedosas formas de interacción produjo sociedades ampliamente mediatizadas, donde las noticias cumplen la función de visibilizar los hechos considerados de importancia pública. Dentro de este contexto, la noticia policial detenta una particular habilidad para dar cuenta de las amenazas que pueden alterar lo cotidiano e inscribir, entre otras cosas, estereotipos sociales en torno de los sujetos que cometen delitos.
Para Stella Martini, los relatos sobre el crimen en los medios de comunicación masiva se distinguen en el conjunto de la información al poner en escena los hilos frágiles que se tensan entre la vida y la muerte, al separar territorios reales y simbólicos de un lado y otro de la ley y al hablar del poder, la violencia y la impunidad en la sociedad actual. (Martini, S.; 2002, “Agendas policiales de los medios en la Argentina: la exclusión como un hecho natural”. En Gayol S. y Kessler G.., comps., Violencias, delitos y justicias en la Argentina. Buenos Aires, Manantial-Universidad Nacional de General Sarmiento, p. 97.)
Es por ello que la noticia policial, al hacer hincapié sobre la inseguridad de la vida privada y de la vida comunal, no sólo proporciona material para el análisis del orden social, sino que también permite discutir sobre las caracterizaciones que asumen en el relato mediático, y por lo tanto público, los tipos de delitos y los sujetos que incurren en la comisión de algunos de ellos.
Así y todo, estas caracterizaciones no son creaciones abruptas ni mucho menos recientes, ya que el relato criminal tiene sus orígenes mucho antes de la aparición de la prensa de masas. A modo de ejemplo, basta con mencionar las historias reproducidas en los folletines o en los pliegos de cordel.
En estos dispositivos tuvieron lugar las primeras expresiones escritas de los hechos delictivos, con unas formas de narrarlos donde se ponía de manifiesto el pasaje de una cultura centrada en el verso, hacia otra focalizada en la prosa. De esta manera, la figura del bandido-héroe, las epopeyas medievales o las supersticiones populares, se combinaron fructíferamente para el deleite de los fantasiosos lectores.
Fue recién a partir de la nueva realidad comunicativa impuesta por la cultura industrializada y masiva a finales del siglo XIX, donde el pensamiento criminológico moderno encontró, en su amalgama con ésta, la posibilidad de potenciar su influencia hacia casi la totalidad de las sociedades de por aquel entonces.
Por su parte, la criminología surgió como saber separado de la política y asociado al quehacer científico, con aura de neutralidad y verdad. Cesare Lombroso, autor destacado de esta matriz de pensamiento, describió al hombre delincuente por conductas atávicas, determinados rasgos físicos y como ser atrasado en su evolución natural, que constituía un agente patológico del cual la sociedad debía defenderse.
Al mismo tiempo, hubo positivistas inspirados tanto en ideas de izquierda como de derecha. Enrico Ferri, inicialmente socialista y luego fascista, concibió el origen de la delincuencia en la pobreza e intervino “en la clasificación de delincuentes que hizo famosa a la escuela positivista: nato, loco, habitual, ocasional y pasional”. (Anitua, G., 2006, Historia de los pensamientos criminológicos. Buenos Aires, Editores del Puerto, p. 188.)
Ubicado a la derecha de las anteriores perspectivas, incluso la de Lombroso, se ubicó Rafaelle Garófalo. Este autor, eurocentrista y racista, conceptualizó al “delito natural” como enemigo de la sociedad e introdujo la noción de “peligrosidad”, como perversidad constante y activa, hecho por el cual la pena no debería ser proporcional al daño ocasionado sino que a la peligrosidad del sujeto.
En la Argentina, el más destacado criminólogo positivista fue José Ingenieros. Su principal interés radicó en establecer el modo de descubrir a los simuladores que pretendían eludir el castigo penal, aludiendo enfermedad mental.
Este breve y acotado repaso por la obra de los principales autores de esta corriente filosófica, clarifica el origen de palabras, ideas y significaciones todavía muy vigentes en la boca y la pluma de numerosos comunicadores.
Por tanto, es fácil recordar, ante una gran cantidad de acontecimientos transmitidos, la temblorosa voz de la cronista de TN, cuando, cubriendo la inundación de un barrio porteño, confundió a jóvenes ayudando a su madre a desagotar su comercio con delincuentes, por el sólo hecho de tener “gorrita” sobre sus cabezas.
* Presidente del Centro de Estudios para la Inclusión Social.
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