viernes, 27 de abril de 2012

El deporte que soñamos


Por Osvaldo Jara
En marzo de 1974 el Congreso de la Nación sancionó la legislación más importante en materia deportiva que haya tenido el país. Se trata de la condensación de una política impulsada por el peronismo a partir de 1943. La Ley Nacional del Deporte es la concreción de un pensamiento democratizador. Esta legislación abarca todos los ámbitos posibles de esta actividad, constituyendo un pilar fundamental para la participación de la sociedad en las decisiones.
Los dos primeros periodos presidenciales de Juan Domingo Perón significaron para vastos sectores una ampliación en las conquistas sociales. El deporte se transformó en un espacio representativo a partir de una planificación deportiva sin precedentes. Es así como surgen certámenes de profundo arraigo social como los Campeonatos Evita, los Intercolegiales o las competencias desarrolladas por la UES. Este nuevo cuadro produjo un profundo cambio en la sociedad. En 1955 ya se había logrado cumplir el objetivo de que cinco millones de argentinos practicaran alguna actividad física. Por otro lado, desde el Estado Nacional se respaldó a los deportistas que se encontraban en el alto nivel. De esta manera se obtuvieron importantes logros. Los Primeros Juegos Deportivos Panamericanos disputados en Buenos Aires (1951) dieron una muestra de tal avance ya que conquistó el primer lugar en las posiciones finales del medallero, superando a EE.UU.
En esta etapa también se sancionaron normas de fundamental importancia, tanto a nivel masivo como para la alta competencia. Sin dudas, la obligatoriedad de la revisación médica para todo aquel que hiciera deportes fue vital. Significó la herramienta que le dio cuerpo a un plan de salud preventivo de gran magnitud. La Licencia Especial para el Deportista fue otra de las conquistas posibilitando que los atletas pudieran tener el tiempo necesario para prepararse antes de una competencia. A su vez, en el Segundo Plan Quinquenal quedaron estipuladas las líneas de acción para desarrollar y fortalecer la actividad. Sin embargo, hasta ese momento no existía una legislación que trazara un marco general para direccionar al deporte. Se debió esperar diecinueve años para que se produjera una disposición de este tipo.
En la tercera presidencia del general Perón logra concretarse la legislación más importante en materia deportiva y comunitaria. La Ley 20.655 ordena y promueve la actividad previendo su libre acceso al Pueblo y nominándolo como un derecho inalienable. En su artículo primero resalta que el Estado atenderá al deporte en todas sus expresiones teniendo como principal objetivo “la utilización del deporte como factor educativo coadyuvante a la formación integral del hombre y como recurso para la recreación y esparcimiento de la población”. Este punto es esencial ya que resume el pensamiento del peronismo en este ámbito. El deporte es la base principal para el desarrollo de una sociedad.
Una pormenorizada investigación del dirigente e historiador Víctor Lupo en su libro “Historia política del deporte argentino” permite entender los pormenores y el sentido de la normativa. A su juicio, son tres los puntos en que se apoya esta ley. La primera de ellas es la creación del Consejo Nacional del Deporte (Co.Na.De), conformado por todas las instituciones deportivas del país. Este ente es considerado el Organismo Máximo de Conducción, teniendo como principales objetivos dirigir la política deportiva general y manejar el presupuesto. Este cuerpo se apoya en consejos regionales del que participan distintos representantes de organismos e instituciones provinciales.
Por otra parte, el Fondo Nacional del Deporte es la fuente de recursos para construir y ampliar instalaciones deportivas, capacitar a deportistas y profesionales, además de fomentar el deporte a través de distintas competencias.
Otro ítem de importancia es que el texto señala que todas las provincias tienen la potestad de  adherir total o parcialmente a esta legislación, debiendo ser aprobadas por medio de asambleas legislativas. En la actualidad todos los distritos provinciales la adoptaron. No es un dato menor ya que permite discutir y coordinar acciones en conjunto.
Luego de intensos debates en el Congreso Nacional la Ley del Deporte fue sancionada el 21 de marzo de 1974. Luego del fallecimiento del General Perón las reuniones para terminar de concretar esta legislación se suspendieron. La irrupción del golpe militar de 1976 impidió que esta ley llegara a reglamentarse. Durante esta etapa se intervinieron la mayoría de las federaciones y se interrumpieron las manifestaciones deportivas a nivel masivo. A la vuelta a la democracia, y a pesar de los intentos, no se pudo poner en vigencia la ley, hasta noviembre de 1989.

En ese momento se logró reglamentarla a través del Decreto Nacional 1.237. Es así como se convocó a los dirigentes de todo el país para decidir colectivamente los principales temas del ámbito deportivo.  A su vez, se impulsaron  competencias como los Campeonatos Evita o los Intercolegiales. La apuesta estuvo en apoyar a los jóvenes atletas que estaban en su última etapa de formación. Dirigentes como el chubutense  Eduardo Bernal fue uno de los partícipes fundamentales en esta etapa. “Fueron dos años de intenso trabajo, de análisis, discusiones, pero fundamentalmente de respeto por la voluntad de las mayorías. Así se encaró la reconstrucción del CENARD, se lanzó el Plan hacia Mar del Plata 95, que sirvió para realizar los Juegos Panamericanos y reivindicar en parte el brillo que había tenido, cuando su creador y gestor, el General Perón, los llevó a cabo en Buenos Aires”. Se puede decir, que era la primera vez que se ponía en práctica la Ley Nacional del Deporte.

La aplicación de esta legislación ha sufrido constantes variaciones. En 1993 asume la Secretaría de Deportes Livio Forneris e interrumpe las funciones del Co.Na.De. Alegando que los costos para concretar sus reuniones eran excesivos. La voluntad para que este organismo democrático tuviera continuidad encontró ciertas reticencias por parte de distintos funcionarios de gobierno. El licenciado Alfredo Aguirre, un estudioso del tema, sostiene que con las nuevas tecnologías la argumentación del enorme gasto que puede demandar una organización de este tipo queda absolutamente desechada. El país atravesó políticas neoliberales que han dejado al deporte al margen de las prioridades. Cabe recordar que en el mismo gobierno de Carlos Menem se tuvieron dos posturas diferentes con respecto a la planificación deportiva.

Desde 2003 se incrementó el presupuesto nacional para el área de deportes. En 2010 se realizó en Mar del Plata la primera reunión del Co.Na.De. En esta nueva etapa. Los principales problemas a resolver son el sedentarismo y medidas tendientes a propiciar la medicina preventiva. Una de las medidas prioritarias es la creación de un censo de deportistas federados e infraestructura deportiva.
Sin dudas esta legislación trasciende lo deportivo y se inserta en lo cultural. Establece las bases para consolidar un proyecto político-deportivo que permita la inclusión social.
“La Ley 20.655 -dice Eduardo Bernal- quizá reclamaría algún cambio, pero es una herramienta formidable de participación y transparencia. Es un verdadero Parlamento Deportivo.  Los que estuvimos en su gestación y los que tuvimos la oportunidad de verla en funcionamiento, seguimos luchando para que vuelva a ser puesta en valor”.
Osvaldo JaraPublicado en el Suplemento De galera y bastón de Telam.

Peor-distas, lobbystas, albertofernandistas, repsol

Columnas, Medios, Política|abril 25, 2012

El “periodismo” a cirugía mayor

La primera plana de Tiempo Argentino del domingo pasado y el texto de su director sobre quiénes están pagos por Repsol, no sólo revelaron la desfachatez de un tal Alberto Fernández y de ciertas figuras de la prensa hegemónica, sino que incrustaron en la discusión teórica sobre periodismo y comunicación un punto de gravedad que habla por sí mismo.


Por Víctor Ego Ducrot (*) | No se trata aquí de fustigar los posicionamientos editoriales, ni siquiera aquellos que puedan ubicarse en las antípodas del mío propio; ni aun, a título de extremo límite teórico, los que sean pasibles de ser calificados como antidemocráticos, con el solo límite de lo que prescribe la ley, se entiende. Y ese no fustigar no responde a un arranque de generosa amplitud ideológica, menos todavía a un capítulo de tonta resignación. No se trata de fustigar posicionamientos editoriales –de aquí en más en este texto los denominaremos intencionalidades– porque ello significaría una tarea ontológicamente imposible; desde que el periodismo existe como práctica, digamos que a partir de la modernidad, ya que a las prácticas informativas anteriores a ella prefiero ubicarlas dentro del llamado protoperiodismo, no existe registro histórico de caso alguno que no haya respondido a la siguiente premisa: todo acto de nuestra práctica profesional lleva implícita su carga ideológica y política.

Sucede que, originalmente, el periodismo fue una herramienta de construcción de sentido en favor del orden burgués, cuando este no se había terminado de imponer sobre el mundo anterior, que se derrumbaba; y por eso, tanto en la Europa metropolitana como al interior de los procesos emancipatorios de nuestro país y de América Latina, los medios y los periodistas se asumían como militantes y argumentaban desde allí, en pos de sus objetivos y compromisos. Pero cuando ese orden burgués resolvió en su favor la crisis de hegemonía que supone todo punto de inflexión histórica, y en consecuencia su aparato de sentido ya no confrontaba sino que debía imponerse como controlador y disciplinador cultural del conjunto de la sociedad, entonces el periodismo se convirtió en “profesional”, o lo que es lo mismo, decidió ocultar sus intencionalidades editoriales, disfrazándolas de información “objetiva”, de principio de verdad.

Hasta ahí sólo estamos ante un escenario previsible, sobre el cual la prensa hegemónica encubre sus relatos (e intereses) económicos y políticos, y su impronta ideológica, y aquella otra, que disputa esa hegemonía, no sólo se ve obligada a denunciar este tipos de dispositivos, sino que además concurre ante los usuarios de la información con agendas, voces y estilos propios. Me animo a decir que eso es lo que hacemos quienes ejercemos el periodismo en este diario y en otros medios que apuntan contra los monopolios de la comunicación y contra las miradas y acciones del poder oligárquico y antirrepublicano; en una palabra, que nos asumimos como oficialistas de un proyecto político transformar del país desde el año 2003, con una perspectiva democrática con densidad y volumen de inclusión ciudadana, y de confortación ante el poder de las corporaciones.
La primera plana de Tiempo Argentino del domingo pasado y el texto de su director, Roberto Caballero, sobre quiénes están pagos por Repsol, no sólo revelaron la desfachatez de un tal Alberto Fernández y de ciertas figuras de la prensa hegemónica, a esta altura decididamente canalla, sino que incrustaron en la discusión teórica sobre periodismo y comunicación un punto de gravedad que habla por sí mismo.
Ya no se trata, como venimos señalando desde la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), de dejar al desnudo la trama de elementos que algunos teóricos llaman economía política de los medios y nosotros (académicos y periodistas que desarrollamos allí el modelo teórico y metodológico “intencionalidad editorial”) preferimos considerar como “base de materialidad para la producción de contenidos periodísticos”.

Cuando Tiempo Argentino reveló que varios responsables de la línea editorial del Grupo Clarín y de La Nación, como así también familiares de estos y Alberto Fernández y otros “expertos” y “dirigentes políticos”, en tanto “fuentes” informativas y de análisis perpetuas, cuentan con más o menos jugosos contratos con la petrolera expropiada, lo que sucedió fue muy simple; este diario constató y puso en evidencia crítica (atención con la palabra “evidencia” porque más adelante será retomada) otra premisa de las reflexiones teóricas recién aludidas: la capacidad de manipulación y disciplinamiento social de los medios de comunicación hegemónicos es inversamente proporcional a la capacidad de movilización e intervención política concreta de actores individuales y colectivos, con posibilidades ciertas de conmover y desarmar la red de intereses y perspectivas económicas, políticas, sociales y culturales de aquel poder hegemónico.
Sólo desde esa pérdida de capacidad disciplinadora puede entenderse la tendencia de los medios oligárquicos, ya no al encubrimiento de sus respectivas intencionalidades editoriales, mediante las técnicas “profesionales” del periodismo, sino a la recurrencia de modos que nos hablan de cierta perversión del modelo propio, de cierta enfermedad terminal; no sé si curable, incluso con cirugía mayor.

Las noticias necesitan fuentes, que pueden ser diversas y de diferentes naturalezas; aunque, a título de mera síntesis, cabe clasificarlas en testimoniales y documentales, directas o indirectas. Lo afirmado por Caballero en el artículo comentado ofrece una contundencia demoledora, que revela y congela en cuadro fijo el sistema de evidencias preexistente respecto de las barrabasadas acometidas con fruición por las plumas y voces más características del oligopolio mediático, toda vez que reconozcamos las siguientes acepciones de la palabra “evidencia”, conforme al diccionario: “certeza clara y manifiesta de la que no se puede dudar”; “certidumbre de algo, de modo que el sentir o juzgar lo contrario sea tenido por temeridad “; y dejamos de lado la siguiente –“prueba determinante en un proceso”– porque se trata de periodismo, no de fiscales, jueces y abogados defensores.
Cómo dudar entonces del porqué de las andanadas sistemáticas a las que nos tienen acostumbrados el oligopolio, y sus “periodistas” y “fuentes” a sueldo de Repsol y otras empresas. Puestos en el lugar que los puso la enfermedad terminal de esos modos profesionales de la comunicación, es que son capaces de llegar al absurdo, como lo hicieron al borde de la semana, según dos artículos de Clarín comentados por la agencia pública de la provincia de Buenos Aires (www.agepeba.org).
En el primer caso, para el diario de Héctor Magnetto, una decisión de la Cámara de Diputados bonaerense tendiente a prohibir el consumo de tabaco en los bingos y salas de juego no fue otra cosa que una “agresión kirchnerista”; hablaron de una “ley K” contra la empresa Boldt. Pero eso no fue nada; en otra nota, Walter Curia encuentra similitudes políticas entre el fallecido Mao y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, pues afirma que “los cambios en el gobierno (…) se parecen a la Revolución Cultural emprendida por (el líder chino) a finales de los sesenta.
¿Habrá terapias para semejantes patologías?
(*) Periodista, docente universitario, director de AgePeBA (nota publicada hoy en Tiempo Argentino)

gb

modelito...según Macri.

“Es preciso generar empleo, agregar valor y apostar a la tecnología”
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró hoy en Merlo la ampliación de una planta de neumáticos, donde volvió a convocar “a todos a que defendamos las políticas que nos han llevado al crecimiento”.

“Con las empresas que se portan bien, nosotros nos portamos todavía mejor. Esto es una ida y vuelta que se tiene que dar siempre en todos los órdenes de la vida”, declaró Cristina Fernández de Kirchner al participar de la inauguración de las ampliaciones de una planta de la empresa Pirelli.
Desde la localidad bonaerense de Merlo, la Presidenta aseguró que “es preciso generar empleo, agregar valor y apostar a la ciencia y a la tecnología”.
“El gran desafío ahora es producir tecnología”, reafirmó al recordar que “en la Argentina se ha vuelto a fabricar camiones”.
Así como hizo ayer en San Antonio de Areco, junto al vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto, Cristina aprovechó el acto en Merlo para volver a convocar “a todos a que defendamos las políticas que nos han llevado al crecimiento”.

La ampliación de la planta de Pirelli demandó una inversión de 100 millones de dólares, de los cuales el 45 por ciento fue financiado con créditos del programa Bicentenario, según indicó la mandataria.
“Por ahí algunos te tiran con palos y con piedras y cuando vos les contestás se enojan, todavía. Es natural. Yo creo que tenemos que entender que la colaboración y la ayuda tienen que ser mutuas. Vos me ayudás y yo te ayudo y así entre los dos sacamos las cosas adelante”, afirmó Cristina
Fuentes de la empresa indicaron que en la planta se fabricarán neumáticos radiales para camiones, con una capacidad máxima de producción de 4.000 unidades por día, y generará 1.200 puestos de trabajo.

GB

miércoles, 25 de abril de 2012

INVAP: HECHO EN ARGENTINA



 | 19 de Abril de 2012 ≈ 
Modelo de empresa tecnológica en la región, Invap exporta sus productos a todo el mundo. Reactores nucleares de investigación, satélites y radares son solo algunos de sus logros más recientes. DEF viajó a Bariloche para conocer en primera persona cómo es hacer tecnología en el país.
La sala mide unos 30 metros de largo y tiene casi tres pisos de alto. Está rodeada de paredones de un blanco absoluto recortados solo por ventanas de grueso vidrio por las que de vez en cuando se asoma algún curioso. Una grúa gigante pende del techo y, desde el piso, también blanco, andamios sostienen dos paneles de color cobrizo. En el medio, un módulo que, por sus formas, hace pensar que está destinado a ir más allá de los límites de la atmósfera.
No, no es un set de filmación de Kubrick, aunque bien podría haber sido una locación para 2001 Odisea del Espacio. Tampoco piense en un laboratorio de la NASA -la agencia espacial norteamericana-, porque una gran bandera argentina delata que se trata de un predio vernáculo. Es la Sala de Integración Satelital de Invap, una empresa que desde hace más de 35 años desarrolla tecnología de avanzada en diferentes campos de la industria, la ciencia y la investigación aplicada, creando “paquetes tecnológicos” de alto valor agregado.
El último gran éxito de Invap fue el SAC-D/Aquarius, un satélite de aplicaciones científicas para medir la salinidad de los océanos, construido en el país en sociedad con la NASA, pero el portfolio de la empresa tiene más de mil proyectos concluidos que se dividen entre las áreas Nuclear, Aeroespacial y Gobierno, Industrial y Energías Alternativas, y Sistemas Médicos. Si hay que hablar de clientes, Australia, Argelia, Brasil, EE. UU., Egipto y Venezuela son solo algunos de ellos.
Un equipo de DEF viajó a San Carlos de Bariloche para conocer de primera mano cómo es trabajar en esta empresa única en su tipo, no solo por la complejidad de los productos que realiza, sino por la calidad de su capital humano y las condiciones con las que opera: a pesar de ser una empresa del Estado, trabaja y se gerencia como cualquier empresa privada, esto es, a través de proyectos y clientes. Además, sus empleados tienen participación en las ganancias y presencia en el directorio mediante la elección de un representante.



CON LOS PIES EN EL CIELO
El artefacto sobre el que trabajaban afanosamente una docena de técnicos en la Sala de Integración -aquel ambiente enorme y blanco- efectivamente estaba destinado al espacio. Es el ARSAT-1, el primero de una serie de satélites geoestacionarios de comunicación con fines comerciales. El proyecto, que implica el diseño, la fabricación y la puesta en operación de tres artefactos, se dio a través de un contrato con la sociedad anónima de capital estatal ARSAT, la cual tiene los derechos exclusivos para comercializar la posición orbital Geoestacionaria 72º y 81° Oeste, en banda Ku (Norteamérica y Sudamérica) y en banda C (Hemisférica). En términos prácticos, esto quiere decir que Argentina podrá brindar servicios de telefonía y datos, Internet y TV a usuarios en todo el territorio nacional y Cono Sur.
Los satélites de la serie ARSAT, que volarán a una altura de 36.000 kilómetros sobre el nivel del mar y tendrán una vida útil de 15 años, conformarán el Sistema Satelital Geoestacionario Argentino de Telecomunicaciones (SSGAT). Se empezarán a lanzar desde 2013.
No es la primera vez que Invap desarrolla un satélite. De hecho, ya lleva 20 años de experiencia en el área. En 2011 concluyó la serie SAC (Satélite Argentino Científico), fruto de un convenio entre la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), del lado argentino, y su par norteamericana, la NASA, a principios de la década del 90. A diferencia de los ARSAT, la aplicación de los SAC es eminentemente científica y de investigación.
El último de los SAC, el SAC-D/Aquarius, fue lanzado el 10 de junio de 2011 y no ha despertado más que elogios desde aquella fecha. El satélite transporta ocho instrumentos, cinco de los cuales son de factura argentina: radiómetros de microondas, cámaras de alta sensibilidad y cámaras térmicas. La NASA aportó el instrumento principal, el Aquarius, un dispositivo de 200 millones de dólares cuyo propósito es medir la salinidad de los océanos, indicador que, según dicen, sirve para entender mejor el cambio climático. El SAC-D podrá mensurar regiones oceánicas nunca antes medidas.
La serie SAC constó del diseño y la construcción de cuatro satélites, y todos han dado prueba de sus enormes capacidades. El tercero de ellos, el SAC-C, que fue lanzado en el año 2000, debía tener una vida operativa por contrato de cuatro años, pero gracias a sucesivas actualizaciones hechas desde tierra el satélite sigue en operaciones. A fines del año pasado cumplió los once años de servicio.
Aun en situaciones adversas, los satélites de Invap respondieron bien. Según señaló a DEF Tulio Calderón, gerente de la División de Proyectos Aeroespacial y de Gobierno de Invap, en el historial de la empresa se recuerda con una “mixtura de lamento y alegría” el lanzamiento del primer satélite, el SAC-B. El artefacto fue lanzado con un tipo de cohete que estaba en desarrollo en ese momento, que no pudo separar el satélite de la última etapa que lo llevaba. Calderón recordó que “el satélite tuvo su vida corta, aunque virtuosa: pudo desplegar paneles, controlarse desde tierra y estabilizarse un poco en órbita. Nuestra intención era poder cargar baterías y tener capacidad de control mínima a ver si se podía manejar algún parámetro de emisión. Pero era como un pequeño auto con un gigante acoplado atrás. No estaba diseñado para eso, tuvimos tres o cuatro días de intentos y se perdió. Sin embargo, el satélite funcionó perfecto y respondió a esa anomalía completa, así que la gente se quedó conforme con haber hecho todo lo que se pudo hacer y con que lo que se había hecho, funcionaba”.

UN ESTILO ÚNICO
Los logros del área Aeroespacial son una clara muestra de la idea fuerza que da vida a Invap desde su comienzo: “No al colonialismo mental”. En palabras de Héctor Otheguy, gerente general y CEO de la empresa, “no se debe creer que hay cosas muy complejas que solo las pueden hacer los países desarrollados y que no son para países como los nuestros. Esto no es así, la materia gris es la misma aquí que en Europa, EE. UU., Japón o China”, afirmó Otheguy. “Hay que tener la confianza en uno mismo, no hay desafío que uno no pueda afrontar bien planteado y con los recursos necesarios”, resaltó.
Otro concepto que tuvieron muy claro los creadores de la empresa es que Invap viviría de sus ventas. Y así lo hace. A pesar de ser una empresa del Estado (provincial en su caso), no cuenta con subsidios ni aportes del tesoro. “Sí hubo un mínimo aporte inicial cuando se creó la empresa, que hoy no llegaría a los 200.000 dólares”, explicó Otheguy. A partir de allí, se fue incrementando la actividad, capitalizando las ganancias y reinvirtiéndolas un 100% en nuevos proyectos, facilidades, capacitación de recursos humanos, bienes de uso, etc. Es de destacar que la provincia de Río Negro, dueña de la empresa, jamás tomó dividendos cuando los balances fueron positivos.
Y si de ganancias se habla, una particularidad que no se puede dejar de mencionar en tiempos en que se discute la participación de los empleados en las ganancias de la empresa, es que Invap ya lo viene haciendo casi desde sus comienzos. Cuando los ejercicios son favorables, se reparte una porción de sus ingresos -en promedio, un 20%- de manera igual entre todos sus empleados. De esta forma, a fin de año todos cobran el mismo bono, desde el gerente general hasta el último operario. El único requisito es tener un año de antigüedad. En el último ejercicio, el bono fue de 1000 dólares.
“Por supuesto, los sueldos son distintos -aclara el gerente general-, pero el concepto es que para que a la empresa le fuera bien, todos tuvimos que poner nuestro granito de arena desde nuestra área de trabajo. De todas las utilidades, una parte va para los empleados que colaboraron a obtener esa ganancia, y la otra para asegurar la continuidad de la empresa y, eventualmente, el desarrollo y crecimiento. Esto es sinérgico a que la gente considere la empresa como propia”, resaltó Otheguy. En la misma línea, todos los empleados de Invap reciben el mismo plan para su cobertura médica. De nuevo, desde el gerente general al último técnico.



COMPROMISO ASUMIDO
Recorriendo los pasillos y laboratorios de Invap, el equipo de DEF pudo vivenciar cómo los empleados se “ponen la camiseta”. En el laboratorio de Producción Electrónica, dialogamos con Gilberto Hughes, coordinador del área, quien trabaja en Invap desde hace cinco años, después de haberse recibido de ingeniero electrónico en Mar del Plata. Dijo sentir “un gran orgullo” por ser parte de la empresa. “En este lugar se fabrican cosas que solo se hacen en los países de primer nivel, y poder ver reflejada una tecnología de tan altísimo nivel, hecha por argentinos, pensada por argentinos, diseñada por argentinos, enorgullece mucho”, subrayó.
Ese compromiso con la empresa fue fundamental para su sostenimiento y crecimiento a lo largo del tiempo. “Hubo que poner mucho más que el horario para vencer las dificultades de hacer una empresa de tecnología en un país que no estaba preparado o que no tenía esa tradición”, recordó Héctor Otheguy y aseguró que “sin esa dedicación superadicional de gran parte de los empleados de la empresa, Invap no se hubiera desarrollado”.
Por ello, el gran desafío actual, según el gerente general, es que “los más veteranos le transmitimos esa filosofía a la gente nueva”. Durante los últimos años, Invap entró en un proceso de incorporación de gente joven gracias a la expansión de la empresa. “Los chicos de entre 20 y 30 años no son lo mismo que cuando nosotros teníamos esa edad, eran otros valores y expectativas en cuanto a la relación de equilibrio entre familia y trabajo”, señaló Otheguy.
De todas formas, ese espíritu parece mantenerse intacto en las palabras de Gilberto Hughes, representante de la franja etaria más joven: “Quizás en algunos momentos los niveles de exigencia son altos, las rutinas diarias son difíciles, a veces hay que trabajar a contrarreloj, los tiempos de entrega de los materiales no son los que nosotros querríamos que fueran, pero sabemos que formamos parte de un gran equipo y que entre todos podemos ir luchando contra todas las adversidades para poder fabricar satélites, reactores nucleares, radares, toda tecnología de primer nivel”. La llama de Invap sigue ardiendo en las nuevas camadas.



PARECIDO PERO DIFERENTE
¿De dónde viene este modelo tan particular de empresa? En rigor de verdad, el modelo de empresa que adoptó Invap también responde a la máxima de evitar el colonialismo mental, ya que no es copia de ningún modelo particular. Cierto es que Conrado Varotto, el creador del grupo que dio origen a la empresa y su primer gerente general (ver recuadro sobre la historia de Invap), vivenció el surgimiento de Silicon Valley cuando estaba radicado en California y trabajaba en la Universidad de Stanford. Allí pudo ver cómo una universidad de altísimo nivel técnico se relacionaba con empresas y cómo ambos se nutrían de esa relación. Pero también había sido discípulo y trabajado con Jorge Sábato, el padre de los desarrollos tecnológicos en la Argentina dentro de la Comisión de Energía Atómica, por lo que no desconocía cómo se hacían las cosas en su país.
“Cuando empezó Invap, no copió nada, porque no hubiera andado acá -aseguró Héctor Otheguy, quien está en la empresa desde sus comienzos-, pero vio el virtuosismo de la relación entre el alto nivel científico conectado con empresas de alta tecnología”. De manera que Invap se formó como una empresa sui generis de base tecnológica.
Esa organización diferente se expresa, por ejemplo, en su organigrama: a diferencia de muchas empresas de su tipo, Invap presenta una estructura bastante plana, donde la Gerencia General y las Gerencias son prácticamente una sola capa. De allí hacia abajo solo quedan jefes y operarios. Cada área se maneja con bastante autonomía, y en las relaciones inter e intragerencias reina la informalidad. “Todo esto hace que permita responder y cambiar rápidamente frente a los desafíos que hay”, resaltó Otheguy.
La necesidad de adaptación al cambio proviene de que Invap es una empresa de proyectos. A diferencia de una de productos, en las que se hace el mismo objeto en serie, Invap trabaja a lo sumo con una serie corta, pero nunca con un producto masivo y estándar. Recordemos que sus desarrollos son reactores nucleares de investigación, satélites, radares, solo por mencionar algunos.
Los empleados están acostumbrados a comenzar un proyecto y en un par de años terminar su participación en ese y pasar a otro. “Esto significa cambiar de compañero de trabajo, cambiar el lugar de trabajo, a veces cambiar de ciudad de trabajo e incluso de país”, señaló el gerente general. “Estas características son fundamentales para una empresa de tecnología que quiere competir en el mundo, como hace Invap. Si no tuviéramos ese nivel de compenetración de la gente para comprender que eso es necesario, no suficiente, pero imprescindible para hacer este tipo de trabajo, no podría desarrollarse la empresa”.
En este momento, Gilberto Hughes y los técnicos y técnicas del Área de Producción Electrónica están armando todas las placas y cajas que después se montan dentro del satélite, pero quién sabe qué nuevo desafío les deparará un próximo proyecto de Invap.



LOS REACTORES, UNA MARCA REGISTRADA
Un informe sobre Invap no se acercaría siquiera a su objetivo si no tomara en cuenta la División de Proyectos Nucleares, primer motor de crecimiento para la empresa. “En los años iniciales, salvo algún trabajo para privados, lo más voluminoso venía de proyectos nucleares que nos encargó la CONEA”, recordó Héctor Otheguy.
Los reactores que desarrolla Invap son reactores de investigación, llamados así en forma genérica, no centrales nucleares. Las centrales generan energía eléctrica, los de investigación, no, sino que generan neutrones para fines científicos; producen radioisótopos para medicina, o para irradiar materiales y ver qué sucede cuando se los somete a flujos neutrónicos altos. A pesar de que son reactores mucho más chicos que la central nuclear (casi cien veces), su complejidad hace que el monto de fabricación sea solamente entre diez y veinte veces menor que las centrales nucleares.
Quien conoce muy bien el desarrollo del área Nuclear es Juan Pablo Ordóñez, subgerente de esa división y egresado de la primera promoción de ingenieros nucleares del Instituto Balseiro. Ordóñez realizó sus tesis de grado sobre el RA6, el primer reactor de investigación y producción de radioisótopos construido por Invap, que funciona en el predio del Centro Atómico Bariloche. “Gracias a esa plataforma, pudimos salir a vender reactores al exterior. Así lo hicimos en forma sucesiva con los reactores de Argelia, Egipto y Australia”, destacó Ordóñez.
Cuando Argentina, a fuerza de desinversión en ciencia, desmanteló su plan nuclear en la transición de la década del 80 al 90, los proyectos en el exterior fueron un bálsamo para Invap, que se venía desempeñando como un brazo ejecutor de la CONEA. Tanto el reactor de Egipto como el de Australia se ganaron en licitación internacional, compitiendo contra empresas de origen alemán, canadiense, americano, y francés, por ejemplo. El mercado internacional sirvió para que Invap se posicionara como una marca de referencia a nivel mundial en reactores nucleares de investigación.
En ese sentido, el contrato para construir el reactor OPAL en Australia -firmado en julio de 2000- se convirtió en un hito histórico para la ciencia aplicada argentina: el acuerdo se hizo por un monto de 180 millones de dólares, el mayor monto implicado en una venta al contado de una planta de tecnología avanzada “llave en mano” hecha por Argentina. Para los australianos, fue la mayor adquisición de una herramienta de investigación científica en toda su historia.
La construcción del OPAL comenzó en 2002 y concluyó en 2006. Juan Pablo Ordóñez estuvo a cargo de la dirección del proyecto. El reactor es uno de los dos más modernos del mundo: su tanque moderador -fabricado por Invap- es una de las piezas soldadas en zircaloy más complejas del planeta. El OPAL es utilizado para investigación científica en los campos de la salud, el medioambiente y la industria, y para la producción de radioisótopos con fines medicinales.
“Ahora estamos diseñando otros reactores en base al que hicimos para Australia, uno para Argentina y otro para Brasil, que son parte de un proyecto conjunto para tener reactores de investigación similares en cada país”, contó Juan Pablo Ordóñez y agregó que “lo que empezó como un proyecto en Argentina, que sirvió como plataforma para comercializar proyectos en el exterior, retorna ahora al país en los conocimientos que aprendimos afuera con un nuevo proyecto ya de una generación mucho más avanzada que lo que hicimos hace treinta años”.
Invap se ha especializado en este nicho del mercado y, mientras que en el mundo hay cuatro empresas que trabajan en el área de reactores de investigación, la empresa argentina es la que en los últimos 20 años más trabajo ha tenido.



LO QUE VIENE
Invap ha ampliado su espectro de productos a lo largo de su historia. Particularmente, los últimos diez años han sido de gran crecimiento para la empresa. De hecho, comenzó 2012 alcanzando los mil empleados, una cifra que no le era propia desde la crisis que afrontó la empresa a finales de los 80.
En el área nuclear, Invap apuesta a ampliar el mercado internacional. “Hoy Invap es una marca -aseguró Héctor Otheguy-, nos llaman donde hay licitaciones internacionales de reactores de investigación y producción de radioisótopos. Antes teníamos que tratar que nos inviten; hoy, nos invitan”. La idea de la gerencia es capitalizar la excelente reputación que les dejó sobre todo el reactor OPAL de Australia. El gerente general confió a DEF que el año que viene participarán de una licitación en Sudáfrica, y que hubo una muy importante en Holanda, un proyecto de 450 millones de dólares, en la que la oferta de la empresa argentina había sido la preferida. Finalmente, el proyecto no prosperó porque los holandeses no consiguieron armar el paquete financiero y lo desmontaron.
Invap no mantiene un modelo de acción estable, sino que se va adaptando a los requerimientos del mercado. “A diferencia de la década del 90, cuando tuvimos un proyecto muy importante que fue Egipto, y de la década del 2000, en la que tuvimos Australia, ahora desarrollamos unos cuantos proyectos, pero más chicos. Pasamos de ser una empresa monoproyecto muy grande, con algunas cositas chicas, a tener varias cosas medianas”, explicó Otheguy.
En el área satelital, sucede algo parecido al área nuclear: el SAC-D, el último satélite lanzado, se convirtió en un emblema como lo fue el reactor de Australia. “Que la agencia espacial número uno del mundo, la NASA, haya confiado un instrumento de casi 200 millones de dólares (que sumado al lanzamiento fueron 300 millones), a un satélite diseñado y fabricado en la Argentina nos da una chapa importantísima para cualquier licitación internacional”, resaltó Otheguy. La idea, entonces, es también ampliar los mercados en la rama aeroespacial.
Además de la serie ARSAT, Invap está trabajando con la ASI (Agenzia Spaziale Italiana) para hacer dos satélites de radar, el SAOCOM 1A y 1B. Son artefactos de observación por microondas que generan imágenes del territorio. Según explicó Tulio Calderón, “la idea es volar satélites que nos digan qué humedad hay en el suelo en los sectores productivos agrícolas del país. Son radares bastante complicados en los que se miden un montón de parámetros del suelo y además dan información sobre el tipo de superficie que tenemos abajo”.



EL RADAR NACIONAL
Otro desarrollo relativamente nuevo que ha incorporado Invap es la construcción de radares para vigilancia del espacio aéreo. Es un desarrollo que se hizo de cero. Tradicionalmente se hacían licitaciones internacionales entre empresas extranjeras para cubrir la necesidad de satélites, pero en los últimos años los participantes se impugnaban entre ellos y la red de radares no avanzaba. En octubre de 2004, por medio del Decreto 1407, el gobierno nacional aprobó un plan de radarización donde se hacía hincapié en que se procurara la máxima participación nacional. Invap fue la encargada de proveerlos. “Es un hecho desde el punto de la política de defensa y la política industrial del país al que no se le ha dado el mérito que tiene”, dijo al respecto Héctor Otheguy.
Hasta el momento hay dos radares: uno de mediano alcance, en Santiago del Estero, y uno de largo alcance en Las Lomitas, Formosa. Del modelo de mediano alcance (200 km), salió un producto nuevo que en un principio no estaba previsto, pero que también es útil, simple, y barato. De los de largo alcance se están haciendo seis más y se instalarán en la frontera norte.
En cuanto al esquema de negocio, es parecido a los de los casos de los reactores y satélites: “Cuando mostremos todo un sistema funcionando, la idea es también vender afuera”, confió el gerente general y aseguró que “las fuerzas aéreas de países vecinos están mirando a ver qué pasa con esto: les interesaría mucho más tener un proveedor dentro del Mercosur que uno que viene de Europa, Japón o China”.

Otro hecho a destacar para el futuro de la empresa es que las Fuerzas Armadas y las de Seguridad se pusieron de acuerdo en los requerimientos para los sistemas de aviones no tripulados. “Estamos trabajando en un proyecto conjunto para hacer estos desarrollos, utilizando no solo la capacidad de Invap, sino para que actúe como eje conductor de varias empresas”. La idea es hacer un programa que satisfaga requerimientos comunes y después especializar productos para cada una de las fuerzas de acuerdo a las necesidades particulares. “Va a haber un sistema argentino, de manera que después los repuestos, la estrategia y la seguridad dependan de los intereses nacionales. Y genera un montón de trabajo”, resaltó Otheguy.
Sobre ese último punto, el del trabajo, hizo una especial aclaración: “En el objeto social de Invap, al que hemos cambiado hace poco, figura la creación de fuentes genuinas de trabajo. ¿A través de qué? De desarrollos tecnológicos, en la parte nuclear, comunicaciones, espacial, satelital”. De esta forma, la misión fundamental de Invap sigue siendo el desarrollo tecnológico, pero, además, sirve a la creación de fuentes de trabajo reales, que terminan haciendo un producto concreto. “A través de esto no solo crece Invap sino que, a través de nosotros, también lo hacen un montón de empresas que son proveedoras”, concluyó.
Publicado en

martes, 24 de abril de 2012

AISLADOS DEL MUNDO? SI? POR?




Grandes petroleras: ranking de participación estatal




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Fuente: Considerandos del proyecto de (re)nacionalización de YPF.

GB

Análisis del comercio entre España y Argentina: de zonceras y tilinguerías (II)


En esta segunda parte del artículo, el autor Ernesto Mattos pone el foco de su analisis en las relaciones comerciales de Argentina con España.
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Por Ernesto Mattos I Para analizar los datos de comercio exterior de ambos países hemos recurrido a una fuente externa, ante los tilingos y cipayos que argumentan que los datos del Estado son poco creíbles, nos parece que podemos darnos el lujo de trabajar con otros datos que permitan comprender esta relación comercial entre ambos países. Para ello veamos la relación entre los que exporta e importa Argentina de España.


Las exportaciones argentinas sean casi triplicado desde el año 2000 pasando de 914 a 2905 millones de dólares. En tanto las importaciones se han mantenido con un crecimiento lento, en promedio, y siguiendo a la recta roja podríamos decir que fue aproximadamente de 700 millones de dólares. Este cuadro de situación nos confirma el superávit comercial que tuvo la Argentina con España entre 2000 y 2011. Este superávit comercial significa una entrada de divisas a la economía nacional producto del intercambio comercial, en estos 12 años, por un total de 11920 millones de dólares.

Entonces, a mayor exportación de mercancías, mientras se mantiene un nivel por debajo de las exportaciones, nos da como resultado un saldo positivo y entrada de divisas al BCRA.
Ahora, si esta es una de las formas de obtener divisas, en el comercio para el proceso de crecimiento económico iniciado en 2003,  exportando una gran cantidad de mercancía; nos podemos preguntar ¿cuanto pesa, del total de exportaciones argentinas, las exportaciones a España? y cuando nos respondamos esto trataremos de construir otro gráfico con los datos para las importaciones de Argentina.
 El promedio de exportaciones hacia España de la Argentina alcanza sólo 1500 millones de dólares anuales. Eso representa, en promedio, sólo el 4 o 5 por ciento del total de exportaciones de mercancías.

Respaldando ese 4% hemos aportado esto datos, ya que muchos medios buscaran la duda en los datos estadísticos nacionales, dejamos a continuación la tabla de estadística comercial de la oficina comercial española; la oficina comercial española, dice que: "Las exportaciones argentinas registran una menor concentración geográfica que las importaciones. Sus principales clientes son Brasil, Chile, China, Estados Unidos y Países Bajos. Durante los últimos años estos países han mantenido relativamente estable su participación en las exportaciones argentinas"



Las importaciones entre 2000 y 2011, en promedio, suman unos 757 millones de dólares; el total de importaciones del periodo fue de 40296 millones de dólares. En promedio eso representa el 2% de las importaciones anuales que la Argentina demanda de España. El restante 98%, en promedio, lo demanda de otros mercados tradicionales y no tradicionales. Como complemento, como hicimos en las exportaciones totales, Según los datos del Ministerio de Economía y Competitividad, Secretaria de Estado de Comercio (ICEX) :  "Los principales socios de Argentina son, por este orden, Brasil, La Unión Europea, Estados Unidos y China, que supone más de la mitad de las importaciones del país".

Los datos estadísticos aportan al debate del comentario que realizó Beneyto (PP). Comercialmente España, como socio, su participación como proveedor (M) de la economía Argentina es menor a la del Japón, si la comparamos en estos años 2007-2011. El Japón en 2007 representaba el 2,68% y España el 1,81% de las importaciones, relación que se mantiene hasta el 2011 donde llega a ser 1,91% contra 1,89%. Los principales proveedores de la Argentina son Brasil y China que promedian el 40% de las importaciones totales. Entre 2007 y 2011 las importaciones de España, representan en promedio, el 2%.
Resumiendo, Las exportaciones argentinas, hacia el mercado español, sean casi triplicado desde el año 2000 pasando de 914 a 2905 millones de dólares. En tanto las importaciones se han mantenido con un crecimiento lento, y siguiendo a la recta roja podríamos decir que fue aproximadamente de 700 millones de dólares.

 Este superávit comercial significa una entrada de divisas a la economía nacional producto del intercambio comercial, en estos 12 años, por un total de 11920 millones de dólares. El promedio de exportaciones hacia España de la Argentina alcanzo sólo 1500 millones de dólares anuales entre 2000-2011. Eso representa, en promedio, sólo el 4 o 5 por ciento del total de exportaciones de mercancías producidas en la Argentina. A su vez expresa la diversificación geográfica de las exportaciones argentinas entre 2003-2011. En tanto, las importaciones en el mismo periodo, en promedio, suman unos 757 millones de dólares; el total de importaciones del periodo fue de 40296 millones de dólares. Esos 757 millones de dólares, en promedio, representan el 2% de las importaciones anuales que la Argentina demando de España. El restante 98%, en promedio, lo demando de otros mercados tradicionales y no tradicionales. Estos datos nos permitirán evaluar y medir el real efecto de los anuncios realizados por los mandatarios europeos. Aun así este trabajo no esta terminado sino realizamos un análisis del estilo: sintonía fina para ver los sectores y productos vinculados a este intercambio mercantil.

GB

Los Kirchner y un voto que a veces le ha sido esquivo al peronismo La conquista de las capas medias Beatriz Sarlo Para LA NACION

Martes 10 de agosto de 2010


Sonó el teléfono a las siete de la tarde; se presentó con nombre y apellido; dijo que yo no lo conocía, pero que había tenido el impulso de llamarme: "Soy lector de LA NACION y de Perfil . Hasta ahora, fui opositor al Gobierno y creía que iba a seguir siéndolo. Pero te llamo justamente por eso." Hablaba bien, una sintaxis cuidada, de frases completas. "La noche que se aprobó en el Senado la ley de matrimonio gay estuve allí hasta el final. Al día siguiente, en mi trabajo, dije que yo también era homosexual. Mientras se trató la ley, no sabía que la aprobación iba a hacerme tan feliz, que era algo así como el fin de muchos años en los cuales yo nunca había sido del todo yo, ni siquiera con mi familia." Repitió: "No pensé que una ley me cambiaría de ese modo, de la noche a la mañana. Después vi a los dirigentes de la Federación [de Lesbianas, Gay, Bisexuales y Trans] en la Casa de Gobierno y no volví a sentirme opositor como antes. Me pareció que tenía que decírtelo, porque yo me identificaba con lo que leía y no tenía dudas. No soy un militante. ¿Vos qué pensás?".

Pregunta difícil de responder. Me acordé de algo que había visto dos días antes: la foto de una mujer pobre en Pernambuco, que decía sobre las próximas elecciones brasileñas: "No conozco a Dilma, pero está por Lula y va a tener mi voto". Me acordé de viejos y torpes argumentos que descalificaban las políticas sociales del primer gobierno de Perón con la acusación de que así se conseguían los votos. Entonces, le dije al que me llamaba por teléfono que lo entendía completamente, porque él le adjudicaba al Gobierno una ley que le había cambiado de tal modo la vida. "¿Me entendés?"

Lo entiendo, en efecto. Como entendería a los viejos que se jubilaron sin aportes porque su vida laboral había transcurrido en negro, o a las familias que reciben el ingreso universal por hijo, cuya idea original no pertenece al kirchnerismo. Recordamos juntos que la ley de matrimonio gay no fue un proyecto de los Kirchner, sino de la diputada Vilma Ibarra, al que los Kirchner no habían prestado atención hasta que alguien, allá arriba donde se decide qué se trata y qué no se trata en el Congreso, consideró que había llegado el momento de juntar votos para el año que viene. No está prohibido hacerlo. Podrá decirse que es una prueba de oportunismo, pero será difícil demostrar a quienes la ley les cambió la vida que hay que rechazar los oportunismos de manera invariable.

Por otra parte, cuando llega una ley o un subsidio, sólo aquellos que tienen una relación distante con el bien que otros van a recibir se colocan en una perspectiva desinteresada para examinar si habría sido posible hacerlo antes o hacerlo mejor. Quienes acceden al derecho o al subsidio sienten que, por fin, ha llegado. Tampoco piensan si el derecho adquirido forma parte de un programa político explicitado antes, como fue el caso del Partido Socialista Obrero Español, que prometió la ley de matrimonio gay durante la campaña electoral y cumplió no bien fue gobierno. Se celebran las extensiones de derechos o los bienes cuando llegan, sin examinar la coherencia con programas anteriores o futuros.

Durante los cuatro días de festejo del Bicentenario, estuve todo el tiempo en la calle. Yo también quedé impresionada, no porque se tratara de una celebración atribuida al Gobierno, ya que eso no sucedía siquiera en todos los palcos donde aparecía la Presidenta, sino por la relativa abundancia económica de una multitud alegre y distendida que ocupó los restaurantes, pizzerías y cafés del centro hasta la madrugada. Eran los sectores medios altos y bajos los que estaban allí. El treinta por ciento de pobres ni siquiera se presentó el día en que el transporte fue gratis. Pero esas capas medias son, en la Argentina, muy visibles. Llenan el centro de la ciudad, desbordan, se las escucha.

Los Kirchner han entendido la lección de 2008 y del conglomerado que rodeó el Monumento de los Españoles y el de la Bandera en Rosario. Al parecer no quieren cometer un mismo error dos veces. A través de créditos y subsidios al consumo, están dispuestos a ganar un voto que a veces le ha sido esquivo al peronismo, pero que puede elegirlo porque ya lo votó a Menem cuando la convertibilidad fue el invento venenoso que llevó a la crisis. Se habló, entonces, del "voto licuadora" o del "voto cuota". No me parece una fórmula feliz porque implica una descalificación de las razones por las que los ciudadanos apoyan o se oponen a un gobierno. No me parece feliz que el voto contrario a los Kirchner en las zonas rurales reciba el estigma de su traducción económica con el nombre de "voto soja" o "voto retenciones".

Sólo en algunos momentos (o en algunos pequeños partidos), los ciudadanos hacen opciones francamente ideológicas, por principios independientes de sus intereses más inmediatos. Si los Kirchner son los únicos que plantean diferencias claras, económicas y culturales, serán ellos quienes definan el tenor y el estilo de la batalla electoral. Porque tienen la iniciativa, al estar en el gobierno; porque se apuran a dar lo que no dieron en siete años (como los derechos y bienes mencionados antes); porque manejan el presupuesto a su arbitrio, y acogotan a quien se les enfrente. Es difícil que una mayoría de ciudadanos decida su voto por "un nuevo Consejo de la Magistratura" o un "nuevo Indec", y, ni siquiera con toda la repugnancia que causa la corrupción, que defina su voto sólo en términos de "manos limpias", sobre todo, porque nadie está en condiciones de prometer y cumplir con un "manos limpias" como el que arrasó en los años 90 con centenares de políticos italianos, liquidó partidos históricos e hizo surgir otros. Algún cínico dirá: y todo para terminar en Berlusconi, potencial objeto de un nuevo "manos limpias".

Con astucia y sin programa coherente, los Kirchner han girado ahora hacia las capas medias. No se puede subestimar el peso de las victorias culturales en esos sectores. Estamos acostumbrados a la preeminencia del Poder Ejecutivo, y eso quiere decir que los votos de la oposición que hicieron posible la aprobación de la ley de matrimonio gay no van a volcar sobre los opositores un reconocimiento inevitable. La voluntad política fue monopolizada por el Gobierno que, por otra parte, apestilló a varios senadores para que se enfermaran, se ausentaran o votaran en contra de sus convicciones. Eso también es una forma de la voluntad política, cuando el Ejecutivo se pone por encima de la ley para lograr una ley.

Todo esto es demasiado difícil de explicar. En cambio, lo que no necesita explicación es que el consumo ha subido. Es cierto que la inflación devora los ingresos de los que están abajo, pero ellos se oyen hoy mucho menos que los que usan sus tarjetas con descuentos. También el gobierno de Menem enfrentó acusaciones de corrupción y eso no evitó sus victorias electorales mientras duró la bonanza. Los compradores y los turistas en Miami no pensaban en las industrias nacionales ni en los obreros despedidos por dueños que se reconvertían como importadores. Unicamente la política puede crear ese inmaterial lazo de solidaridad.

Las capas medias son influyentes en términos de atmósfera. Sus activistas son móviles y modernos, escriben en la Web, se movilizan por una reivindicación sin necesitar al Estado como sostén de una campaña, pueden pagar sus folletos, son diestros con la prensa. Si a un sector no le importa lo que le parecía fundamental hace dos años, más que lamentarse por el cambio, habría que preguntarse por las razones. La respuesta no es que hace falta una oposición unida para ganar. A los Kirchner no hay que ganarles de cualquier modo, en un rejunte sin principios, sino mejor y para adelante, con ideas que lleguen a la roca dura de la pobreza y también arraiguen en el mundo más volátil de los grupos sociales y culturales. La falta de principios y el rejunte de lo nuevo y lo viejo, de lo progresista y lo inadmisible ya fue una característica del kirchnerismo con la que sería bueno terminar.
© LA NACION .


GB