martes, 3 de abril de 2012

Qué decía Cristina sobre Las Malvinas?


Por Nahuel Placanica I Uno de los argumentos para menospreciar la decisión de afrontar el tema de las Islas como política de Estado, es afirmar que es una pantalla para no hablar de ajuste. En este sentido, resulta importante saber qué decía la presidenta Cristina Fernandez sobre la cuestión Malvinas.
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Esta centralidad que le ha dado el gobierno de Cristina Fernández al reclamo por las Islas Malvinas, fue interpretada por algunos sectores como una mera pantalla que busca desviar la atención de la población para así, llevar adelante medidas de ajuste. Algunos no dudaron en comparar a este gobierno con la última dictadura militar que, con la intención de remontar un gobierno de facto en decadencia, apelaron al sentimiento nacional y decidieron la recuperación de las islas por la vía militar.

En este marco, se inscriben los artículos publicados en La Nación por los periodistas Pablo Mendelevich y Luis Majul.
En su artículo, Mendelevich cita un fragmento del comunicado emitido por la Cancillería Argentina dirigido a Gran Bretaña: "Los gobiernos deben evitar la tentación de incurrir en discursos que transformen el patriotismo en patrioterismo con el objeto de distraer la atención pública de políticas económicas de ajustes en un contexto de crisis estructural y alto desempleo." Tomando este, el autor realiza una interpretación propia y escribe “si hubiera sido para la Argentina habría dicho: con el objeto de distraer la atención pública de políticas económicas de sintonía fina. Ya que ajustes, como se sabe, acá no tenemos ni tendremos.” (La Nación 05/02/2012).

En el mismo sentido, el periodista Luis Majúl, en un artículo titulado “Cortinas de humo”, sostenía “la puesta en escena de la Presidenta para anunciar algo que no es novedoso y que ya se sabía dejó muchas enseñanzas para quienes intentamos comprender los movimientos estratégicos del Gobierno”  y agrega “la más evidente es que Cristina Fernández pretende "malvinizar" la agenda de este año, para que la sociedad y los medios no discutan sobre el ajuste, los aumentos de tarifas de los servicios públicos y los incrementos del boleto del colectivo y el tren en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. Es decir: usar el legítimo reclamo de soberanía sobre las islas como una espesa cortina de humo apta para tapar los asuntos más conflictivos” (La Nación 09/02/2012).
La convicción de la presidenta Cristina Fernández en el reclamo por la soberanía de las Islas, no es nuevo. No es algo sacado del cajón de los recuerdos del inconsciente colectivo nacional con el mero fin de desviar la mirada de nuestra sociedad. Ya en sus años de senadora, Cristina levantaba las banderas de la soberanía nacional.

En 1997, Cristina discutía con el canciller Guido Di Tella porque el viaje del entonces presidente Carlos Menem a Londres, parecía no incluir el tema “Malvinas” en su agenda. Así lo reflejaba una nota del diario Clarín titulada “Polémica por el viaje de Menem a Londres”: “Senadores de la oposición y la justicialista disidente Cristina Fernández de Kirchner polemizaron ayer con el canciller Guido Di Tella en torno al viaje del año que viene del presidente Carlos Menem a Gran Bretaña. A pesar de que Di Tella afirmó que durante la visita Menem va a hablar de Malvinas, ese grupo de legisladores manifestaron su total desacuerdo con el viaje en tanto no se incluya en la agenda de las conversaciones la discusión sobre soberanía en las islas Malvinas” (Clarín 26/11/1997).

En 1998, Cristina criticaba desde el senado la postura del gobierno de Menem con respecto a Malvinas y los acuerdos firmados en 1995 en materia de explotación petrolera. Por esos años, en el diario La Nación aparecían estas declaraciones de la senadora Fernández: "Me preocupa que el tema de las Malvinas no se esté tratando ni con miembros de la Cancillería, ni como una política de Estado en el Congreso, ni en el conjunto de la sociedad argentina”.
Además, en el mismo artículo señalaba: “También critico los pasos que dio la Argentina en materia de explotación petrolera, con los acuerdos firmados en 1995, sobre los que opinó "dieron tranquilidad a los ingleses y fundamentalmente a los kelpers" (La Nación 13/06/1998).
En sintonía con las medidas dadas a conocer por el Canciller Timmerman la semana pasada,  en 1998 Cristina Fernández apoyaba el proyecto de ley que por ese entonces se discutía en el Congreso que sancionaba a las petroleras que operaban en las Islas sin autorización de la Argentina.

De esta manera, lo reflejaba el diario Clarín: “Por su parte, Fernández de Kirchner señaló: Estoy totalmente de acuerdo con el proyecto original pero lo que sancionó el Senado ha sido desvirtuado. El original imponía sanciones a todo aquel que operara, sin intervención del Estado nacional. Aquí se ha modificado, a cambio de un 3 por ciento de la producción. Lo que se sancionó es el cobro de una imposición que no tiene el nombre de regalía, ni de impuestos” (Clarín 10/08/1998).
El mismo Néstor Kirchner demostró su compromiso con la causa Malvinas, incluso antes de ser presidente de la Nación. En el 2002, se realizó una masiva marcha de excombatientes que partieron desde distintos puntos del país hacia Ushuaia, donde se realizó un acto a 20 años del regreso argentino.

El entonces gobernador Kirchner recibió a los veteranos en su provincia, en su camino a Tierra del Fuego. Así lo reflejaba el diario Clarín: “Los veteranos fueron recibidos por el gobernador santacruceño, Néstor Kirchner, y 200 corderos patagónicos humeantes. Se estima que más de 3 mil ex soldados llegarán en las próximas horas a Tierra del Fuego para participar del acto multitudinario, al que asistirá el presidente Eduardo Duhalde” (Clarín 30/03/2002).
La soberanía argentina sobre las Islas, no es un reclamo que la presidenta haya desconocido o ignorado a lo largo de sus años de militancia. Ya sea desde su bancada en el Congreso de la Nación o desde el  sillón presidencial, Cristina Fernández ha demostrado su convicción por abordar la cuestión Malvinas.

Agencia Paco Urondo.

Prof GB

Pilotos argentinos en Malvinas, protagonistas de una hazaña


Agenda de reflexión, 2 de abril.

Hace 30 años fueron la sorpresa de la guerra de Malvinas: privados de tecnología de punta, los pilotos argentinos lograron en vuelos rasantes la hazaña de dejar fuera de combate a una quincena de navíos británicos.
Se conocen muy bien los daños causados por los misiles Exocet lanzados desde los aviones Super Etendard, ambos franceses, a unos 40 km de los buques británicos.
Pero no es tan conocida la hazaña de los bombardeos en vuelo rasante, saludados por el héroe francés de la Segunda Guerra Mundial Pierre Clostermann y estudiado en todas las escuelas de guerra del mundo.
Los pilotos argentinos habían encontrado la fisura para escapar a los radares: volar a 10 metros por encima de las olas.
La lista de buques hundidos o dejados fuera de combate con misiles o bombas es larga: los destructores “Sheffield”, “Coventry”, “Antrim”, “Glasgow”, las fragatas “Antelope”, “Ardent”, “Plymouth”, “Argonaut”, los navíos de desembarco “Sir Galahad”, “Sir Tristam” y el mercante “Atlantic Conveyor”, entre otros.
“Nos conocíamos mucho todos”, dijo a la AFP Pablo Carballo, 64 años, como si ahí radicara el secreto de la Escuela de Aviación Militar de Córdoba (centro) , cuna de pilotos, donde este héroe creyente, recatado y cálido regresó a dar clases después del conflicto bélico.
“Cuando nos decían, cayó éste, murió aquél, ya sabíamos que era un amigo y quién era la viuda y quiénes los huérfanos”, recordó mientras caminaba a través del parque de la Escuela.
La Fuerza Aérea argentina perdió 36 oficiales, 14 suboficiales y cinco soldados durante la guerra de las Malvinas, que se extendió del 2 de abril al 14 de junio de 1982.
Carballo da una clase sobre “armas semi-automáticas” frente a jóvenes de primer año, pero más que nada les da lecciones de vida.
Según él, conocerse bien es fundamental para saber cómo reaccionará el otro en una situación crítica. Conocer al mecánico, también, ya que sin él nada sería posible.
“El 27 de mayo (de 1982) fui alcanzado en seis lugares diferentes del avión. Había un agujero grande como un melón”, contó y destacó que “al otro día estaba impecablemente arreglado. Habían pasado toda la noche trabajando con el frío, el viento y la helada”.
Sin embargo, atacar la flota de una potencia mundial parecía una misión imposible.
“Era como tratar de atacar con una piedra a una persona que tiene un revolver”, ilustró Carlos Rinke, quien tenía 26 años durante la guerra en la que fue compañero de combate de Carballo.
Sobre la mesa de su casa de Córdoba, Rinke despliega los mapas escritos con marcador rojo, que eran utilizados como si fueran computadoras de a bordo.
“Era precario todo. No teníamos radares que nos dijeran dónde estaban los aviones enemigos. No teníamos ninguna defensa aire-aire, ningún misil contra los (aviones británicos) Sea Harrier”, recordó Rinke.
“Con Carballo estuve en el ataque a la ‘Broadsward’ y al ‘Coventry’. Fue a mar abierto”, recordó Rinke mostrando una foto, tomada por un británico, de sus aviones acercándose de frente bajo una lluvia de proyectiles. El “Coventry” se hundió, el “Broadsward” quedó dañado.
Además, era fundamental la cuestión del silencio al acercarse al enemigo.
“Yo soy más bien callado y sabía que si hablaba por radio podía ser detectado. Pero estaba el que hablaba y no podía dejar de hablar”, dijo Rinke.
A diferencia de los aviones A-4 de Carballo y Rinke, el Mirage Dagger de Mario Callejo, de 60 años, era abastecido en vuelo y disponía de breves instantes para bombardear antes de regresar a la base, a unos 500 km de las islas.
“Nuestra principal arma era la velocidad”, contó Callejo en Buenos Aires, pero “tirábamos desde tan bajo que las bombas impactaban antes de los tres segundos y la espoleta no se activaba”.
Pilotos y mecánicos reemplazaron entonces el “cono de penetración” de acero de las bombas por otro de madera, así lograron que se rompa en el momento del impacto, aumentando las chances de que la bomba explote adentro de la nave.
“Nosotros demostramos que el factor humano puede compensar el atraso tecnológico”, afirmó Callejo.
Publicado en ElComercio.com de Ecuador
[Texto gentileza de A. C. Mastropierro y la lista NotiPol]

Prof GB

PARA QUE SE ENTEREN CLARIN Y LOS JOVENES RADICALES.

Economía, La Nación, Novedades|marzo 29, 2012

No faltan libros por las restricciones a la importación

Así lo afirmaron desde la Cámara Argentina del Libro. Su titular explicó que las trabas sólo afectan los ingresos del exterior por montos menores a mil pesos y en paquetes de hasta 50 kilos, “lo demás sigue teniendo un ingreso normal”, aseguró.

Gran revuelo ha provocado en la prensa escrita y multimedia las restricciones adoptadas por la secretaría de Comercio sobre la importación de libros y la resolución que establece niveles mínimos de plomo en la tinta de los textos, en lo que parce ser un nuevo capítulo de la campaña de demonización al  secretario de Comercio Guillermo Moreno.
El presidente de la Cámara Argentina del Libro, Isaac Rubinzal, explicó hoy en Radio Provincia, la posición del sector frente a estas medidas y señaló que las restricciones impuestas por el gobierno sólo afectan a los que importaban libros en pequeñas cantidades y por correo, por montos menores a mil dólares y en paquetes de hasta 50 kilos.

“Lo demás –aseguró Rubinzal- sigue teniendo su ingreso normal con una declaración jurada que se está haciendo y con eso funciona, o sea que no se puede plantear como faltante de libros”.
Por otro lado, aseguró que desde la Cámara del Libro se han hecho mediciones y el nivel de plomo “responde a los estándares técnicos”. Sin embargo, admitió que “hay que hacer los controles como corresponde” y opinó que las resoluciones del gobierno “seguramente tienen una lógica para la salud de la población”.

Fuente agepeba.
Prof GB

lunes, 2 de abril de 2012

CIPAYOS

....son aquellos que servían al ejército de su Majestad británico cuando éstos colonizaban la India.
Eran indios enrolados en el ejército imperial, invasor, que no dudaban en matar a sus compatriotas a cambio de una paga mensual.
Tropas de la India, o Nepal; Sudáfrica, Australia, Canadá (estas dos últimas ex-colonias devenidas en integrantes del Commonwealth) solo por citar algunas, acompañaron a los ingleses en sud derrotero colonial alrededor del mundo en diferentes etapas de sus empresas conquistadoras.

En la Argentina se pueden definir a aquellos que ilustran un día como hoy, la tapa de su medio con una fotografía que hace hincapié en los kelpers (comedores de algas, según los ingleses) antes que, en alguna  imágen vinculada con las Islas Malvinas y nuestro Pueblo soberano recordándola en cada rincón de nuestra Patria.

Bartolomé Mitre, fundador del diario en cuestión, afirmó que, tras la ignominiosa Guera de la Triple Alianza, contra el hermano Paraguay, allí había triunfado el "libre comercio".
De ayer a hoy, el enemigo es coherente con sus alianzas históricas, corporativo solo defenderá los intereses económicos neoliberales de los sajones, no otros.
Cipayos, entonces, serán por siempre.

Prof. GB

Leon Felipe y la inglaterra

En 1937, León Felipe escribe un largo poema titulado La insignia, en el que increpa ácidamente a Inglaterra por su complicidad ante la masacre española:

Inglaterra,
eres la vieja Raposa avarienta,
que tienes parada la Historia de Occidente hace más de tres siglos,
y encadenado a Don Quijote.
Cuando acabe tu vida
y vengas ante la Historia grande
donde te espero yo,
¿qué vas a decir?
<... >
y ahora por cobardía,
por cobardía y avaricia nada más
porque quieres guardar tu despensa hasta el último día de la Historia.
has dejado meterse en mi solar a los raposos y a los lobos confabulados del
/mundo

para que se sacien en mi sangre y no pidan enseguida la tuya.
Pero ya la pedirán,
ya la pedirán las estrellas.

Prof GB

INFLACION Y PODER ADQUISITIVO

Domingo, 1 de abril de 2012
Página12
LA EVOLUCION DE LOS PRECIOS Y LA MEJORA DE LOS INGRESOS

Inflación y poder adquisitivo

 Por Roberto Follari *
Cada tanto algunos medios de comunicación lanzan campañas donde se escandalizan sobre los índices de inflación. Que los útiles escolares aumentaron 20 por ciento en un año; que la verdura subió –nunca se dice cuando baja–, que la indumentaria está 15 o 20 por ciento más cara que el año anterior. Esas campañas chocan con el más elemental sentido común, pues si el poder adquisitivo de la población hubiese bajado en un 15 o un 20 por ciento en un año, no se explicaría que exista aumento del nivel de consumo en casi todas las capas sociales, incremento de venta de automóviles, posibilidad de vacaciones para un amplio espectro social, mejora de las condiciones de acceso a electrodomésticos. Esto ha sido publicado a menudo por los mismos que remiten al aumento de precios, lo cual constituye una contradicción nada menor.

¿Se miente al afirmar que los bienes y servicios han aumentado? Habitualmente, no. Es cierto que existe en el país un alza notoria de los precios; podrá exagerarse mostrando sólo lo que sube y no lo que no sube, o exhibiendo sólo a los que protestan y no a los que tienen otra opinión. Pero no existe mentira abierta, pues es verdad que hay un corrimiento de precios, que el ciudadano reconoce cuando va al supermercado o a comprar al comercio del barrio.
Aunque no es mentira plena, funciona igual que si lo fuera. Porque no se agrega la información de cuánto subieron en ese mismo lapso los salarios, las jubilaciones, la Asignación Universal por Hijo. De esa manera, en realidad, aun con precios mayores la población ha salido ganando. Si la inflación fue del 20 por ciento y aumentaron los sueldos el 23 por ciento, los bienes no están 20 por ciento más caros, sino que ha subido un 3 por ciento la capacidad de compra.

Por ello el tema no es la inflación, es el poder adquisitivo. Esto último casi no se menciona en ese debate. Por ello esas campañas no dejan de dañar, pero no han desestabilizado al actual gobierno. Se sabe, aun cuando no se conozca sobre estos temas, que no se está sufriendo una situación económica afligente, excepto los sectores sociales desocupados y marginalizados, hoy menos que hace ocho años.

Poco aporta la discusión sobre el Indec, cuyos índices poco han interesado a la población en el pasado y hoy aparecen como súbitamente dignos de atención. Si bien los índices del Indec han tendido a mostrar menos aumentos de precios que los que percibimos cotidianamente, sólo una buena investigación podría demostrar su posible distorsión. Pero tal distorsión no habilita a las denominadas “consultoras privadas”. Sus índices son tan interesados como podrían serlo los del Indec, pero en sentido contrario. Tienden a exagerar la inflación, y jamás hablan del poder adquisitivo. Miden mal la inflación (pues no tienen infraestructura ni personal idóneo para desplegar), y disimulan cuidadosamente las mejoras del salario real y del consumo.

Hoy se discuten los salarios en paritarias, con una libertad de negociación sindical que rara vez se ha visto en la Argentina. No serán fáciles las próximas negociaciones. Cabe esperar demandas desmesuradas en algunos casos, y sensatas en muchos otros. Lo cierto es que los salarios van a subir, como hace poco lo hicieron fuertemente las jubilaciones. Eso no aparece en el debate sobre la inflación en una típica maniobra de decir la verdad a medias para terminar configurando una mentira

* Doctor en Filosofía, profesor de la Universidad Nacional de Cuyo.

GB

LA REBELION DEL GAUCHO RIVERO

El 26 de agosto de 1833 se produjo la heroica sublevación de un grupo de gauchos e indios en las Islas Malvinas, acaudillados por el gaucho Rivero, un precursor de la unidad de las banderas de la justicia social y de la soberanía nacional en las luchas populares. Antecedentes 1833 no fue un buen año para la Confederación Argentina. Don Juan Manuel de Rosas, a pesar de la ayuda que ha brindado a los Treinta y tres orientales es, todavía, solamente el astuto estanciero de Los Cerrillos; no se ha plasmado aún en plenitud su personalidad de gran caudillo nacional. Ha finalizado su primer gobierno de Buenos Aires en diciembre de 1832, ha rechazado en varias oportunidades su reelección en la Sala de Representantes, y marcha a la expedición al desierto. Lo sucede en el gobierno de la provincia Juan Ramón Balcarce, un federal íntegro aunque moderado, que empieza por cometer el error de designar ministro de guerra a su primo Enrique Martínez, cabeza de los “lomonegros” y de la política antirrosista. Al déficit económico público habría que sumar los estragos producidos por las continuas sequías, y ahora también el reclamo por parte de la Casa Baring del préstamo otorgado durante la administración de Rivadavia en 1824. Port Louis - Acuarela de Conrad Martes. La esposa de Rosas, doña Encarnación Ezcurra, acosada en Buenos Aires, le escribe al brigadier general en campaña: “... lo mismo me peleo con los cismáticos que con los apostólicos débiles, pues los que me gustan son los de hacha y tiza”. Es que se está gestando -misteriosamente, en forma lenta pero firme- la Revolución de los Restauradores. Mientras, muy lejos de Buenos Aires, se había producido la usurpación británica a las Islas Malvinas por los marinos ingleses de la corbeta Clío. El capitán Oslow había dejado encargado al colono irlandés William Dickson la administración del archipiélago, y la misión de izar el pabellón británico cada vez que un barco se aproximara a puerto. El gobernador Luis Vernet había renunciado a su cargo en marzo de 1833 a fin de evitarse problemas con Gran Bretaña; regresó a Buenos Aires, pero siguió desarrollando normalmente, con la autorización inglesa y a través de sus capataces, la administración de sus negocios particulares en la colonia de Puerto Louis. Desde tiempo atrás, un vivo descontento cundía entre los peones de Vernet, en razón de la explotación a que eran sometidos. Además, la paga se les abonaba no en dinero, sino en vales emitidos por el propio ex-gobernador, y que para colmo Dickson, que oficiaba a la vez de despensero de la colonia, no aceptaba. Por otra parte, les prohibían matar ganado manso para alimentarse, obligándolos a cazar animales chúcaros. La indignación creció cuando luego de la usurpación se comprobó que los explotadores actuaban en perfecta armonía con los extranjeros que izaban la insignia británica. La rebelion de los gauchos. El 26 de agosto de 1833 un grupo de ocho peones, todos analfabetos, acaudillados por el gaucho entrerriano Antonio Rivero, se sublevó y atacó a los encargados del establecimiento, dando muerte a cinco personas, entre ellas al capataz Simón y al despensero William Dickson. Luego se instalaron en la vivienda principal, arriaron la bandera inglesa e izaron la azul y blanca. En días subsiguientes, el resto de los colonos cuyas vidas habían sido respetadas pudieron escapar y permanecieron refugiados en el pequeño islote Peat. Así, ambos grupos vivieron separados durante varios meses, sufriendo avatares diversos. Finalmente, los primeros días de 1834, dos buques británicos llegan a la isla Soledad para recuperar la usurpación, organizando una partida armada para capturar a los gauchos, los que a su vez sufren una traición y una deserción antes de huir al interior de la isla. No les resultó fácil a los ingleses, que necesitaron enviar varias expediciones, pero por fin logran apresar a los peones, engrillarlos y conducirlos detenidos a Gran Bretaña para ser juzgados. Allí permanecen por varios meses presos hasta que el ministerio fiscal, estudiados los antecedentes del caso, le aconseja al Almirantazgo dejarlos en libertad y embarcarlos de vuelta a Buenos Aires, lo que así ocurre. Se ha afirmado -aunque sin demostrarlo- que el gaucho Antonio Rivero perdió la vida mucho después, luchando valientemente para la Confederación en el combate de la Vuelta de Obligado. Fuentes: - Investigación histórica de Pablo Hernández y Horacio Chitarroni. LAGAZETAFEDERAL.COM.AR Prof. GB