miércoles, 12 de octubre de 2011
LA LEALTAD CALLEJERA DE 1973.
Afiche pegado en la Unidad Básica de la Resistencia de la Familia Lizaso, en el año 1973.
Munro, partido de Vicente López, Buenos Aires.
Futura Casa de la Memoria.
Prof GB
17 de OCTUBRE, LEALES
martes, 11 de octubre de 2011
Fallo caso Ragone: “35 años de impunidad quedan atrás”, dijo Urtubey
Fecha: 11/10/2011 | Hora: 14:29 | Categoría: Noticias de Salta
Fallo caso Ragone: “35 años de impunidad quedan atrás”, dijo Urtubey
El gobernador Juan Manuel Urtubey asistió este mediodía a la audiencia, donde se dio a conocer la sentencia para los acusados del secuestro y desaparición del exgobernador Miguel Ragone. El fallo, fue considerado como histórico.
El Tribunal Oral Federal en lo Criminal dictó este martes al mediodía la condena a prisión perpetua para Carlos Alberto Mulhall, Miguel Gentil y Joaquín Guil, acusados del secuestro y desaparición del ex gobernador Miguel Ragone.
El gobernador Juan Manuel Urtubey estuvo presente en la sala de la Ciudad Judicial y señaló que la sentencia deja atrás 35 años de impunidad. En la sala de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial, el Tribunal dio a conocer su fallo, considerado histórico, contra Mulhall (exjefe de la Guarnición Ejército Salta), Gentil (ex jefe de la Policía de Salta) y Guil (exdirector de Seguridad).
Frente al edificio se montó un espectáculo, con el cantante Ignacio Copani a la cabeza, mientras se desarrollaba la audiencia.
“Creo que a partir de hoy podemos decir que Ragone puede descansar en paz. Termina una parte de la historia y empieza una nueva, la de convertir en realidad los anhelos, los sueños de Miguel Ragone y de toda su generación; ese es el gran desafío que nos queda por delante”, dijo el mandatario provincial.
Al finalizar la audiencia, el gobernador Urtubey dijo que el fallo vale “muchísimo” porque “los salteños podemos redescubrir el sentido de la justicia. Una Justicia federal que durante tanto tiempo fue esquiva en avanzar en este tema, hoy dio una respuesta y los salteños hemos sido testigos de un hecho histórico, que debe lograr transformar la realidad de los salteños”.
Antes de retirarse de la sala, el gobernador Urtubey saludó a la viuda de Ragone, Clotilde Suárez, quien estuvo acompañada por sus hijos y nietos.
Miguel Ragone fue secuestrado el 11 de marzo de 1976, durante el último gobierno militar, y desde entonces nunca se detuvo el pedido de justicia.
El Tribunal también condenó a dos años de prisión de ejecución condicional a Pedro Javier Herrera y Raúl Nelson Herrera. Absolvió al expolicía Andrés del Valle Soraire y a Jorge Héctor Zanetto, exvocero de la Triple A. En el proceso también se investiga el homicidio del comerciante Santiago Arredes y las lesiones sufridas por Margarita Martínez de Leal.
Fuente de la Información: Secretaría de Prensa
Info: Prensa UPCN Salta
GB
lunes, 10 de octubre de 2011
12 DE OCTUBRE.
Subject: Página/12 :: Dialogos :: “El Estado se construyó sobre un genocidio”
Date: Mon, 10 Oct 2011 03:58:54 -0300
Dialogos|Lunes, 10 de octubre de 2011
La antropóloga Diana Lenton, a propósito de un nuevo 12 de Octubre
“El Estado se construyó sobre un genocidio”
Integrante de la Red de Investigaciones en Genocidio y doctora en Antropología, Diana Lenton aporta pruebas del genocidio de los pueblos originarios. Campos de concentración, asesinatos masivos, fusilamientos y niños robados. Roca, el papel del Estado, la sociedad y los intelectuales.
Por Darío Aranda
–¿Por qué afirma que el Estado argentino se funda sobre un genocidio?
–El Estado moderno constituye una forma de entender las relaciones entre Estado y sociedad, y construye todo un modo político de accionar, una normativa, instituciones que se fundan en el mismo momento que se realiza el genocidio. Y no lo relacionamos sólo porque es contemporáneo al genocidio sino porque esa estructura de Estado requirió que no hubiera más diversidad interna en el Estado. Se anulan los tratados con los indígenas, el Estado se garantizó que no iban a interferir en la constitución de ese Estado. Es lo que se llama genocidio constituyente, son genocidios que dan origen a un Estado.
–Existen sectores que aún niegan que haya sido un genocidio. ¿Qué pruebas dan cuenta de que sí lo fue?
–Las ciencias sociales no tienen un concepto analítico acabado. Desde el campo jurídico internacional sí, lo provee Naciones Unidades en 1948 para juzgar los crímenes del nazismo. Esa definición habla de distintos elementos. Es genocidio cuando se puede establecer la intencionalidad de destruir a un pueblo. Otra característica es impedir la reproducción de ese grupo y también el robo de niños, cuando son secuestrados y entregados a familias de grupos dominantes, y se les reemplaza los nombres, porque así se atenta contra la continuidad de ese pueblo porque se le roba la memoria.
–¿Qué hechos concretos hubo?
–Matanza de población civil. Algunos tienen la imagen de batallas al estilo romántico de un ejército contra otro. La característica de la campaña de Roca es que está principalmente dirigida a la población civil. Las memorias del comandante Prado dicen claramente que el ataque a las tolderías es para caerles encima a las mujeres y niños que quedaron cuando los hombres no estaban. Estaba planificado así para llevarse el botín, sobre todo el ganado, y las familias porque ésa era la operación que iba a llevar a los indios a rendirse. Son operaciones contra la población civil, donde mueren mujeres y niños, o eran enviados como mano de obra esclava para el trabajo doméstico urbano o para la agroindustria, caña de azúcar y viñedos. También se cumplen otros elementos de genocidio, el someter a la población a condiciones que acarreen daño en su subsistencia, que pueda provocar enfermedad o muerte, y eso implicaron los traslados de la población sometida a campos de concentración.
–Ustedes dan cuenta de que el diario La Nación lo llamó crímenes de lesa humanidad.
–Mitre decía que lo que hacía Rudecindo Roca, hermano de Julio Argentino, eran crímenes de lesa humanidad porque se fusilaban prisioneros desarmados y se tomaban prisioneros a mujeres y niños. Para un sector del espectro político no era lo correcto, incluso Mitre, que no era nene de pecho, que tuvo responsabilidad en la guerra del Paraguay con episodios espantosos, sin embargo estaba asombrado, no criticaba que se hiciera la Campaña, sí cuestiona que un gobierno estuviera minando su propia legitimidad al desoír lo que eran avances de la civilización.
–También hubo campos de concentración.
–Hubo campos de concentración en Valcheta, Martín García, Chichinales, Rincón del Medio, Malargüe, entre otros. Son todos lugares donde se encierran a las personas prisioneras sin destino fijo. La autoridad militar era la dueña de la vida y muerte de ellos. La idea era de depósito porque iban a ser distribuidos. Eran prisioneros y esclavos. Se recibían pedidos de Tucumán, ingenios, de Misiones, estancias. Llegaban como familias y se los separaba. Hay pruebas de la violencia, cartas entre curas y arzobispos. Había muerte por las condiciones a las que estaban sometidos, ahí está también el genocidio. Y también había suicidios por el trauma social al que estaban sometidos. Los padres sabían que les quitaban a sus hijos, lo veían y decidían matarse. O mujeres que se tiraban al agua con sus hijos. En Valcheta hay documentos donde se describe que no se les daba alimentos y morían de hambre.
–¿Qué documentos existen?
–Existe mucha documentación oficial para discutir la historia impuesta. Los archivos oficiales, Archivo General de la Nación, la Armada, los archivos de las provincias. Y archivos privados de personas, de militares que han escrito cartas. También documentos de la Iglesia: de ahí surgen datos de cientos de chicos destinados a Jujuy y Tucumán. Quedan claras las edades de servicio doméstico, chicos desde los 2 o 3 años y hasta los 8. Los adultos que eran destinados al cañaveral y morían con sus familias, eso también es parte del genocidio.
–¿Hay cifras?
–El Poder Ejecutivo decía para 1879 que se habían trasladado 10 mil prisioneros de lo que era la frontera, se estaba recién en la zona norte de Patagonia, para trabajar hacia el Norte y Mendoza, industrias, servicios doméstico y Martín García. Para 1883, un informe oficial ya dice que son 20 mil. En el Chaco son cifras mucho mayores.
–¿Por qué la campaña militar al Norte no es tan conocida?
–No ha habido una manera sistemática de presentar la historia y menos la historia de los pueblos indígenas. Nos han legado imágenes, hemos aprendido que el Estado o territorio actual se completa con Roca, y él estuvo en el Sur.
–Suele justificarse la violencia con que “hay que situarse en la época”, como si fueran normales esas campañas militares.
–Algunos senadores como Aristóbulo del Valle, quizá la voz más clara contra la Campaña, preguntaban cuáles habían sido los resultados de la campaña al Sur y se decía que esos territorios no están incorporados al trabajo. Era el momento que se estaba rifando territorio, como dijeron en esa época observadores militares, no era para los pioneros ni para los agricultores, como se había prometido, sino para latifundistas. Aristóbulo del Valle denunciaba que el hombre había sido esclavizado, la mujer prostituida, los niños utilizados para el trabajo esclavo. No había, decía, ni avance económico ni cívico. Incluso hubo oposición de sectores de las elites.
–Igual se realiza.
–Se hace y es un fracaso desde el punto de vista militar. Hacia 1884 lo que consigue el general Victorica, que estaba al frente como ministro de Guerra, es derrotar a los principales jefes, pero no consigue ocupar el territorio. Eso recién pasará hacia 1911. No consigue ocupar porque el Chaco estaba mucho más densamente poblado por pueblos indígenas y con una variedad de pueblos, de lenguas y culturas distintas.
–¿Fue igual de cruenta que la del Sur?
–Sí, no sólo fue igual sino que esa operativa de secuestrar chicos, atacar mujeres, se extendió hasta avanzado el siglo XX; aun hoy todas las comunidades tienen recuerdos de los chicos robados por el Ejército.
–¿Cifras?
–No las tenemos, estamos trabajando, pero las víctimas superan ampliamente las cifras de la Patagonia. Y hay otros sectores del país donde tampoco se sabe mucho.
–¿Por ejemplo?
–Cuyo y la Puna. Estamos comenzando a trabajar lo que fue la Campaña a la Puna, que se conoció como Campaña al Susques, que se da por terminada en 1874, con la batalla de Quera. Aparentemente lo que más hubo fueron fusilamientos masivos que acabaron con la resistencia, lo que se llamó la Pacificación de la Puna, fusilamientos masivos durante 1874 y 1875.
–En Cuyo hubo campos de concentración...
–Sí, por la campaña al sur de Mendoza y norte de Neuquén, donde tomaron gran cantidad de familias prisioneras, que fueron utilizadas en la industrias de la vendimia en lo que hoy es Malargüe. La persona que más sabe es Diego Escolar, que vive allá, tiene muy documentado y cuantificado no sólo los prisioneros sino también la cantidad de chicos que eran enviados solos a la vendimia para trabajar para siempre, no iban y venían.
–¿Roca es sólo un símbolo o el responsable?
–Roca fue responsable del genocidio. Tuvo posibilidades de otro tipo de política. Hay pruebas de que él se informó con un enviado de su confianza en Estados Unidos para ver cómo funcionaban las reservas. Y estudió también a los franceses en Argelia. Decidió el modelo francés porque decía que el modelo de reservas era muy costoso. Hubo campañas militares anteriores, pero la de Roca fue la más sistemática y que tuvo un objetivo más declaradamente genocida. Hay declaraciones de Roca sobre destruir hasta el último indígena. Su discurso de asunción de la presidencia festeja que no cruza un solo indio la pampa.
–Es conocida la postura de los intelectuales de la derecha sobre Roca y los pueblos originarios. ¿Y la mirada de los intelectuales de izquierda o progresistas?
–Hay cierto progresismo que se construyó sobre el paradigma que dio lugar al genocidio y a una noción de la Argentina sin indígenas. A gran parte de los intelectuales no les importan los pueblos originarios. Se ha construido una idea de progresismo que puede ignorar a los pueblos originarios como si no existieran y tenemos una izquierda que ha ignorado las luchas indígenas, por eso todo es mucho más difícil.
–¿Por qué el genocidio sigue pareciendo algo sólo de la dictadura y no también algo que afectó a los pueblos originarios?
–Porque cuesta a gran parte de los argentinos considerar la historia de los pueblos indígenas como parte de la historia argentina. Tiene directa relación con asumir si es algo que les pasó y pasa a los argentinos o les pasó y pasa a otros.
–El juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, le agrega el factor de la clase social afectada.
–Sin duda tiene que ver la clase social víctima, pero sobre todo hay una mirada racista dentro de lo que es el sentido común argentino. La sociedad argentina es racista respecto de los pueblos originarios. Se piensa que lo que sucede con otras personas no es tan importante, por eso hay dolores que no nos conmueven y otros que sí. Para mucha gente un campo de concentración se define como tal cuando ahí adentro hay gente que se parece a mí, si no, no es un campo de concentración.
–¿De ahí la negación del genocidio?
–Tenemos un paradigma donde la palabra “genocidio” se puede aplicar cuando a mí me importa, cuando mi grupo de pertenencia es el afectado. Y la mayor parte de la intelectualidad, de la gente que construye teoría y construye consenso social en estas situaciones, compartimos un sistema cultural de pertenencia. Hasta tanto no podamos siquiera entender el dolor de los otros y sentirlo como el propio, no hay interculturalidad posible. No hay forma de dialogar.
–¿Interpreta continuidades de las campañas militares a fines del siglo XIX y la situación actual de muerte por desnutrición en Chaco, Misiones y Salta, o por represión en Formosa?
–Los pueblos originarios son víctimas de un genocidio que aún no terminó. Por eso como Red hablamos de que en la Argentina existe un proceso genocida de los pueblos indígenas porque no le podemos encontrar la fecha de finalización. No sólo el Estado se construye sobre un genocidio sino que también nuestro marco de pensamiento se construye sobre el genocidio, de tal manera que no hemos salido aún de él. El genocidio realizado por el nazismo tiene fecha de finalización. El fin de la guerra, el suicidio de Hitler, los tribunales de Nuremberg. El genocidio de la dictadura tuvo una Conadep, juicios. El genocidio indígena no tiene fecha de finalización y no hay juicios.
–No existió un “Nunca más” para los pueblos originarios.
–No hubo fecha de finalización. No hay ni hubo una instancia de reparación. ¿Cuál sería la instancia autorizada si queremos hacer juicios? Porque el Estado es el mismo Estado genocida. La única manera para poder realizar algo similar a los juicios de la dictadura es que también esté integrado por pueblos originarios.
–¿Lo cree posible?
–Hoy en día hay un movimiento importante de pueblos originarios que no había hace diez años, y en algún momento se va a dar. No puede ser la misma sociedad genocida la que lleve la acusación; lo que sí puede hacer la misma sociedad genocida es movilizar la posibilidad de generar un cambio interno.
–¿Por qué “sociedad genocida”?
–Porque hay procesos que se siguen produciendo. Si bien hay una apertura muy importante para la inclusión de los derechos específicos de los pueblos indígenas dentro de los derechos humanos, la actitud del Estado hoy en día no es la misma que se tenía hace diez años, hay un cambio positivo. Pero cuando esos derechos reconocidos de los pueblos originarios confrontan contra intereses económicos, ya sea del Estado o de particulares, siempre se atenta contra los pueblos originarios.
–¿Por ejemplo?
–El Estado sustenta buena parte de su modelo en actividades como la soja, el petróleo y la minería, entonces el derecho indígena se cae. El mismo Estado que habilita a los pueblos originarios a hacer determinados reclamos por otro lado los hace callar con la violencia que sea necesaria cuando está en juego una actividad económica que el Gobierno impulsa.
–¿Cómo se entiende esa contradicción?
–Por eso digo que la sociedad no terminó aún de ser genocida con los pueblos originarios. Porque frente a estos dos parámetros en conflicto automáticamente le da la razón al paradigma económico.
–¿La sociedad o el Gobierno?
–Van uno con el otro, es un ida y vuelta. El paradigma económico es el que se constituyó junto con el Estado y hoy se desarrolla la continuidad de ese paradigma. Si bien hay espacios de apertura interesantes, cuando confrontan paradigmas el que sale ganador es el paradigma racista, donde tenés derecho a decir lo que quieras, pero si tenés petróleo en tu comunidad el organismo que decide no es el INAI, el Inadi, ni una oficina de interculturalidad, sino la Secretaría de Energía. Y punto, no hay discusión posible.
–Es la economía...
–Cuando lo que está en juego son intereses económicos, siempre se atenta contra los derechos indígenas, con leyes que debieran respetarse.
–Las campañas militares tuvieron una matriz económica, una decisión política y una complicidad o al menos una indiferencia de la sociedad. ¿Observa paralelos?
–Es muy similar. ¿Cómo se definió el avance económico a fines del siglo XIX? Se decidió por la apertura de nuevos terrenos para la explotación intensiva junto con nuevas tecnologías que tenían que ver con el manejo de la ganadería, alambrados, nuevas técnicas que acompañaban la inclusión de territorios para el mercado exportador. Y ahora estamos viviendo lo mismo, la soja es exactamente eso. La nueva tecnología y la incorporación de nuevos territorios que antes estaban libres, donde había comunidades que podían vivir.
–El petróleo y la minería repiten la misma lógica.
–Lo están padeciendo, entre otros, los mapuches en zona de meseta. Cuando las comunidades se habían establecido en la meseta, ese lugar no era objetivo de explotación; ahora sí. Hoy sufren un acoso tremendo e ilegítimo de parte de mineras y petroleras.
–Hay un argumento legitimador que se repite: el progreso.
–Sí, hoy es el desarrollo, como una utopía de la sociedad occidental, pero el problema es que se establecen como si fueran características que pudieran tener sólo la sociedad occidental y los otros no, y que además son a costa del vivir de los otros. El problema de este concepto de desarrollo o progreso, hoy encarnada en la política económica extractiva, es que se les da una entidad más importante que la vida y la dignidad humanas. El desarrollo es importante, pero, ¿es tan importante como para avalar que el avance petrolero, minero y sojero ocasione contaminación y muerte? Y, no es casual, siempre ese “progreso” es a costa del “otro”, nunca es a costa del grupo de pertenencia dominante.
–Usted afirma que el genocidio aún no tiene fecha de finalización, mientras los pueblos originarios se organizan y luchan.
–Sin dudas, hoy han ganado visibilidad como nunca antes y tiene directa relación con la organización y los conflictos que enfrentan en los territorios. Por eso siento mucho respeto por los dirigentes e intelectuales indígenas, sé que hay diferencias como en cualquier espectro político, pero tengo un gran respeto porque tienen que tener mucha decisión y coraje, ya que están haciendo un trabajo de concientización, de educación política a todo el resto de la sociedad. Ser dirigente indígena sigue siendo profesión de riesgo, sobre todo en algunos provincias, porque es muy probable que vayas preso o te maten por defender el territorio. Nunca hay que olvidar que son pueblos que sufrieron un genocidio, pero se mantienen vivos.
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Gracias Profesor Mera, UNLZ.
GB
Date: Mon, 10 Oct 2011 03:58:54 -0300
Dialogos|Lunes, 10 de octubre de 2011
La antropóloga Diana Lenton, a propósito de un nuevo 12 de Octubre
“El Estado se construyó sobre un genocidio”
Integrante de la Red de Investigaciones en Genocidio y doctora en Antropología, Diana Lenton aporta pruebas del genocidio de los pueblos originarios. Campos de concentración, asesinatos masivos, fusilamientos y niños robados. Roca, el papel del Estado, la sociedad y los intelectuales.
Por Darío Aranda
–¿Por qué afirma que el Estado argentino se funda sobre un genocidio?
–El Estado moderno constituye una forma de entender las relaciones entre Estado y sociedad, y construye todo un modo político de accionar, una normativa, instituciones que se fundan en el mismo momento que se realiza el genocidio. Y no lo relacionamos sólo porque es contemporáneo al genocidio sino porque esa estructura de Estado requirió que no hubiera más diversidad interna en el Estado. Se anulan los tratados con los indígenas, el Estado se garantizó que no iban a interferir en la constitución de ese Estado. Es lo que se llama genocidio constituyente, son genocidios que dan origen a un Estado.
–Existen sectores que aún niegan que haya sido un genocidio. ¿Qué pruebas dan cuenta de que sí lo fue?
–Las ciencias sociales no tienen un concepto analítico acabado. Desde el campo jurídico internacional sí, lo provee Naciones Unidades en 1948 para juzgar los crímenes del nazismo. Esa definición habla de distintos elementos. Es genocidio cuando se puede establecer la intencionalidad de destruir a un pueblo. Otra característica es impedir la reproducción de ese grupo y también el robo de niños, cuando son secuestrados y entregados a familias de grupos dominantes, y se les reemplaza los nombres, porque así se atenta contra la continuidad de ese pueblo porque se le roba la memoria.
–¿Qué hechos concretos hubo?
–Matanza de población civil. Algunos tienen la imagen de batallas al estilo romántico de un ejército contra otro. La característica de la campaña de Roca es que está principalmente dirigida a la población civil. Las memorias del comandante Prado dicen claramente que el ataque a las tolderías es para caerles encima a las mujeres y niños que quedaron cuando los hombres no estaban. Estaba planificado así para llevarse el botín, sobre todo el ganado, y las familias porque ésa era la operación que iba a llevar a los indios a rendirse. Son operaciones contra la población civil, donde mueren mujeres y niños, o eran enviados como mano de obra esclava para el trabajo doméstico urbano o para la agroindustria, caña de azúcar y viñedos. También se cumplen otros elementos de genocidio, el someter a la población a condiciones que acarreen daño en su subsistencia, que pueda provocar enfermedad o muerte, y eso implicaron los traslados de la población sometida a campos de concentración.
–Ustedes dan cuenta de que el diario La Nación lo llamó crímenes de lesa humanidad.
–Mitre decía que lo que hacía Rudecindo Roca, hermano de Julio Argentino, eran crímenes de lesa humanidad porque se fusilaban prisioneros desarmados y se tomaban prisioneros a mujeres y niños. Para un sector del espectro político no era lo correcto, incluso Mitre, que no era nene de pecho, que tuvo responsabilidad en la guerra del Paraguay con episodios espantosos, sin embargo estaba asombrado, no criticaba que se hiciera la Campaña, sí cuestiona que un gobierno estuviera minando su propia legitimidad al desoír lo que eran avances de la civilización.
–También hubo campos de concentración.
–Hubo campos de concentración en Valcheta, Martín García, Chichinales, Rincón del Medio, Malargüe, entre otros. Son todos lugares donde se encierran a las personas prisioneras sin destino fijo. La autoridad militar era la dueña de la vida y muerte de ellos. La idea era de depósito porque iban a ser distribuidos. Eran prisioneros y esclavos. Se recibían pedidos de Tucumán, ingenios, de Misiones, estancias. Llegaban como familias y se los separaba. Hay pruebas de la violencia, cartas entre curas y arzobispos. Había muerte por las condiciones a las que estaban sometidos, ahí está también el genocidio. Y también había suicidios por el trauma social al que estaban sometidos. Los padres sabían que les quitaban a sus hijos, lo veían y decidían matarse. O mujeres que se tiraban al agua con sus hijos. En Valcheta hay documentos donde se describe que no se les daba alimentos y morían de hambre.
–¿Qué documentos existen?
–Existe mucha documentación oficial para discutir la historia impuesta. Los archivos oficiales, Archivo General de la Nación, la Armada, los archivos de las provincias. Y archivos privados de personas, de militares que han escrito cartas. También documentos de la Iglesia: de ahí surgen datos de cientos de chicos destinados a Jujuy y Tucumán. Quedan claras las edades de servicio doméstico, chicos desde los 2 o 3 años y hasta los 8. Los adultos que eran destinados al cañaveral y morían con sus familias, eso también es parte del genocidio.
–¿Hay cifras?
–El Poder Ejecutivo decía para 1879 que se habían trasladado 10 mil prisioneros de lo que era la frontera, se estaba recién en la zona norte de Patagonia, para trabajar hacia el Norte y Mendoza, industrias, servicios doméstico y Martín García. Para 1883, un informe oficial ya dice que son 20 mil. En el Chaco son cifras mucho mayores.
–¿Por qué la campaña militar al Norte no es tan conocida?
–No ha habido una manera sistemática de presentar la historia y menos la historia de los pueblos indígenas. Nos han legado imágenes, hemos aprendido que el Estado o territorio actual se completa con Roca, y él estuvo en el Sur.
–Suele justificarse la violencia con que “hay que situarse en la época”, como si fueran normales esas campañas militares.
–Algunos senadores como Aristóbulo del Valle, quizá la voz más clara contra la Campaña, preguntaban cuáles habían sido los resultados de la campaña al Sur y se decía que esos territorios no están incorporados al trabajo. Era el momento que se estaba rifando territorio, como dijeron en esa época observadores militares, no era para los pioneros ni para los agricultores, como se había prometido, sino para latifundistas. Aristóbulo del Valle denunciaba que el hombre había sido esclavizado, la mujer prostituida, los niños utilizados para el trabajo esclavo. No había, decía, ni avance económico ni cívico. Incluso hubo oposición de sectores de las elites.
–Igual se realiza.
–Se hace y es un fracaso desde el punto de vista militar. Hacia 1884 lo que consigue el general Victorica, que estaba al frente como ministro de Guerra, es derrotar a los principales jefes, pero no consigue ocupar el territorio. Eso recién pasará hacia 1911. No consigue ocupar porque el Chaco estaba mucho más densamente poblado por pueblos indígenas y con una variedad de pueblos, de lenguas y culturas distintas.
–¿Fue igual de cruenta que la del Sur?
–Sí, no sólo fue igual sino que esa operativa de secuestrar chicos, atacar mujeres, se extendió hasta avanzado el siglo XX; aun hoy todas las comunidades tienen recuerdos de los chicos robados por el Ejército.
–¿Cifras?
–No las tenemos, estamos trabajando, pero las víctimas superan ampliamente las cifras de la Patagonia. Y hay otros sectores del país donde tampoco se sabe mucho.
–¿Por ejemplo?
–Cuyo y la Puna. Estamos comenzando a trabajar lo que fue la Campaña a la Puna, que se conoció como Campaña al Susques, que se da por terminada en 1874, con la batalla de Quera. Aparentemente lo que más hubo fueron fusilamientos masivos que acabaron con la resistencia, lo que se llamó la Pacificación de la Puna, fusilamientos masivos durante 1874 y 1875.
–En Cuyo hubo campos de concentración...
–Sí, por la campaña al sur de Mendoza y norte de Neuquén, donde tomaron gran cantidad de familias prisioneras, que fueron utilizadas en la industrias de la vendimia en lo que hoy es Malargüe. La persona que más sabe es Diego Escolar, que vive allá, tiene muy documentado y cuantificado no sólo los prisioneros sino también la cantidad de chicos que eran enviados solos a la vendimia para trabajar para siempre, no iban y venían.
–¿Roca es sólo un símbolo o el responsable?
–Roca fue responsable del genocidio. Tuvo posibilidades de otro tipo de política. Hay pruebas de que él se informó con un enviado de su confianza en Estados Unidos para ver cómo funcionaban las reservas. Y estudió también a los franceses en Argelia. Decidió el modelo francés porque decía que el modelo de reservas era muy costoso. Hubo campañas militares anteriores, pero la de Roca fue la más sistemática y que tuvo un objetivo más declaradamente genocida. Hay declaraciones de Roca sobre destruir hasta el último indígena. Su discurso de asunción de la presidencia festeja que no cruza un solo indio la pampa.
–Es conocida la postura de los intelectuales de la derecha sobre Roca y los pueblos originarios. ¿Y la mirada de los intelectuales de izquierda o progresistas?
–Hay cierto progresismo que se construyó sobre el paradigma que dio lugar al genocidio y a una noción de la Argentina sin indígenas. A gran parte de los intelectuales no les importan los pueblos originarios. Se ha construido una idea de progresismo que puede ignorar a los pueblos originarios como si no existieran y tenemos una izquierda que ha ignorado las luchas indígenas, por eso todo es mucho más difícil.
–¿Por qué el genocidio sigue pareciendo algo sólo de la dictadura y no también algo que afectó a los pueblos originarios?
–Porque cuesta a gran parte de los argentinos considerar la historia de los pueblos indígenas como parte de la historia argentina. Tiene directa relación con asumir si es algo que les pasó y pasa a los argentinos o les pasó y pasa a otros.
–El juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, le agrega el factor de la clase social afectada.
–Sin duda tiene que ver la clase social víctima, pero sobre todo hay una mirada racista dentro de lo que es el sentido común argentino. La sociedad argentina es racista respecto de los pueblos originarios. Se piensa que lo que sucede con otras personas no es tan importante, por eso hay dolores que no nos conmueven y otros que sí. Para mucha gente un campo de concentración se define como tal cuando ahí adentro hay gente que se parece a mí, si no, no es un campo de concentración.
–¿De ahí la negación del genocidio?
–Tenemos un paradigma donde la palabra “genocidio” se puede aplicar cuando a mí me importa, cuando mi grupo de pertenencia es el afectado. Y la mayor parte de la intelectualidad, de la gente que construye teoría y construye consenso social en estas situaciones, compartimos un sistema cultural de pertenencia. Hasta tanto no podamos siquiera entender el dolor de los otros y sentirlo como el propio, no hay interculturalidad posible. No hay forma de dialogar.
–¿Interpreta continuidades de las campañas militares a fines del siglo XIX y la situación actual de muerte por desnutrición en Chaco, Misiones y Salta, o por represión en Formosa?
–Los pueblos originarios son víctimas de un genocidio que aún no terminó. Por eso como Red hablamos de que en la Argentina existe un proceso genocida de los pueblos indígenas porque no le podemos encontrar la fecha de finalización. No sólo el Estado se construye sobre un genocidio sino que también nuestro marco de pensamiento se construye sobre el genocidio, de tal manera que no hemos salido aún de él. El genocidio realizado por el nazismo tiene fecha de finalización. El fin de la guerra, el suicidio de Hitler, los tribunales de Nuremberg. El genocidio de la dictadura tuvo una Conadep, juicios. El genocidio indígena no tiene fecha de finalización y no hay juicios.
–No existió un “Nunca más” para los pueblos originarios.
–No hubo fecha de finalización. No hay ni hubo una instancia de reparación. ¿Cuál sería la instancia autorizada si queremos hacer juicios? Porque el Estado es el mismo Estado genocida. La única manera para poder realizar algo similar a los juicios de la dictadura es que también esté integrado por pueblos originarios.
–¿Lo cree posible?
–Hoy en día hay un movimiento importante de pueblos originarios que no había hace diez años, y en algún momento se va a dar. No puede ser la misma sociedad genocida la que lleve la acusación; lo que sí puede hacer la misma sociedad genocida es movilizar la posibilidad de generar un cambio interno.
–¿Por qué “sociedad genocida”?
–Porque hay procesos que se siguen produciendo. Si bien hay una apertura muy importante para la inclusión de los derechos específicos de los pueblos indígenas dentro de los derechos humanos, la actitud del Estado hoy en día no es la misma que se tenía hace diez años, hay un cambio positivo. Pero cuando esos derechos reconocidos de los pueblos originarios confrontan contra intereses económicos, ya sea del Estado o de particulares, siempre se atenta contra los pueblos originarios.
–¿Por ejemplo?
–El Estado sustenta buena parte de su modelo en actividades como la soja, el petróleo y la minería, entonces el derecho indígena se cae. El mismo Estado que habilita a los pueblos originarios a hacer determinados reclamos por otro lado los hace callar con la violencia que sea necesaria cuando está en juego una actividad económica que el Gobierno impulsa.
–¿Cómo se entiende esa contradicción?
–Por eso digo que la sociedad no terminó aún de ser genocida con los pueblos originarios. Porque frente a estos dos parámetros en conflicto automáticamente le da la razón al paradigma económico.
–¿La sociedad o el Gobierno?
–Van uno con el otro, es un ida y vuelta. El paradigma económico es el que se constituyó junto con el Estado y hoy se desarrolla la continuidad de ese paradigma. Si bien hay espacios de apertura interesantes, cuando confrontan paradigmas el que sale ganador es el paradigma racista, donde tenés derecho a decir lo que quieras, pero si tenés petróleo en tu comunidad el organismo que decide no es el INAI, el Inadi, ni una oficina de interculturalidad, sino la Secretaría de Energía. Y punto, no hay discusión posible.
–Es la economía...
–Cuando lo que está en juego son intereses económicos, siempre se atenta contra los derechos indígenas, con leyes que debieran respetarse.
–Las campañas militares tuvieron una matriz económica, una decisión política y una complicidad o al menos una indiferencia de la sociedad. ¿Observa paralelos?
–Es muy similar. ¿Cómo se definió el avance económico a fines del siglo XIX? Se decidió por la apertura de nuevos terrenos para la explotación intensiva junto con nuevas tecnologías que tenían que ver con el manejo de la ganadería, alambrados, nuevas técnicas que acompañaban la inclusión de territorios para el mercado exportador. Y ahora estamos viviendo lo mismo, la soja es exactamente eso. La nueva tecnología y la incorporación de nuevos territorios que antes estaban libres, donde había comunidades que podían vivir.
–El petróleo y la minería repiten la misma lógica.
–Lo están padeciendo, entre otros, los mapuches en zona de meseta. Cuando las comunidades se habían establecido en la meseta, ese lugar no era objetivo de explotación; ahora sí. Hoy sufren un acoso tremendo e ilegítimo de parte de mineras y petroleras.
–Hay un argumento legitimador que se repite: el progreso.
–Sí, hoy es el desarrollo, como una utopía de la sociedad occidental, pero el problema es que se establecen como si fueran características que pudieran tener sólo la sociedad occidental y los otros no, y que además son a costa del vivir de los otros. El problema de este concepto de desarrollo o progreso, hoy encarnada en la política económica extractiva, es que se les da una entidad más importante que la vida y la dignidad humanas. El desarrollo es importante, pero, ¿es tan importante como para avalar que el avance petrolero, minero y sojero ocasione contaminación y muerte? Y, no es casual, siempre ese “progreso” es a costa del “otro”, nunca es a costa del grupo de pertenencia dominante.
–Usted afirma que el genocidio aún no tiene fecha de finalización, mientras los pueblos originarios se organizan y luchan.
–Sin dudas, hoy han ganado visibilidad como nunca antes y tiene directa relación con la organización y los conflictos que enfrentan en los territorios. Por eso siento mucho respeto por los dirigentes e intelectuales indígenas, sé que hay diferencias como en cualquier espectro político, pero tengo un gran respeto porque tienen que tener mucha decisión y coraje, ya que están haciendo un trabajo de concientización, de educación política a todo el resto de la sociedad. Ser dirigente indígena sigue siendo profesión de riesgo, sobre todo en algunos provincias, porque es muy probable que vayas preso o te maten por defender el territorio. Nunca hay que olvidar que son pueblos que sufrieron un genocidio, pero se mantienen vivos.
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Gracias Profesor Mera, UNLZ.
GB
JUAN LAVALLE - LA ESPADA SIN CABEZA II PARTE
El ejercito “Libertador”
Ningún tratado con la Confederación daba a Francia el trato de “nación más favorecida” que tenía Inglaterra por tratado correspondiente. Rosas se negaba a dárselo sin una concesión de su parte.
Ofendida en su “orgullo”, “La France” buscó excusas por el trato a súbditos franceses en Bs.As., por cuestiones policiales, para agredir a la Confederación y presionarla para que diera el trato de “nación más favorecida”.
"La iniciación de la lucha tuvo, pues, por base, la seguridad netamente positiva de que bastaría una simple amenaza de Franca para dominar al general Rosas. La amenaza ya había sido hecha y Rosas ni se dignó tomarla en cuenta. Se decidió, entonces, al ver que las palabras no surtían efecto, que M. Roger abandonase Buenos Aires. El cónsul de Francia cerró su cancillería y Rosas vio sin inquietarse desaparecer nuestra bandera de su vista. La ofensiva continuó: hay que declarar leal interdicto a la costa Argentina - se dijo - bloquear Buenos Aires, y veremos desecho el orgullo del dictador. El contralmirante Leblanc pronunció la fórmula sacramental del bloqueo, pero el general Rosas permaneció impasible: había visto cerrar sus puertos, tomar su isla Martín García y formarse y crecer, ante nuestro llamado, una coalición de todos sus enemigos, sin inmutarse siquiera." (Theogene Page: “Guerra colonialista franco-argentina 1838-1840”.p.72. Informe al gobierno francés. T. Page, edecán del vicealmirante barón de Mackau)
“El Cónsul Martigny hacia recaer sobre Rosas todas las funestas consecuencias de esta lucha en la que Francia defendía la causa de al humanidad y de la civilización frente a un gobierno que se negaba a someterse, no solo al derecho de gentes, sino a las leyes eternas de la justicia de la humanidad” (ibidem.p.70)
Por su parte los argentinos emigrados a Montevideo, enemigos de Rosas, veían esta situación propicia para librarse “del tirano”, y que mejor que Juan Lavalle, el héroe de la independencia para comandar un ejercito “Libertador” invasor. Lavalle estaba instalado en su estancia El Vichadero y no entendía a esos jóvenes que despreciaban a esa “esa horda de esclavos amedrentados por el tirano, que se opone a los paladines de la humanidad” y escriban en la presa
“Por otra parte, es fácil comprender el alistamiento de los proscriptos argentinos en esa coalición fundada bajo los auspicios de Francia. Esos desdichados sin patria se precipitaban a las órdenes de quien les ofreciera una sombra, una esperanza de éxito. El general Rivera los vio reunirse en gran número bajo sus banderas; don Juan Lavalle era todavía su Jefe. Pero no tardaron en reconocer que los había embaucado una esperanza vana. Engañados en sus más ardientes deseos, se retiraron maldiciendo al autor de sus profundas decepciones. Indignado con Rivera, a quien siempre consideró falaz, el general Lavalle se retiró de Colonia para devorar allí su amargura, jurando no dejarse atraer nunca más por promesas caso siempre engañosas. Así se desvaneció como un sueño toda esperanza de aquella coalición de la que solo quedó un recuerdo penoso” (ibidem.p.66)
“¿Estará el deshonor, entonces, en ligarse al extranjero para batir al hermano? - preguntaba Alberdi el 29 de noviembre de 1838 – Sofisma miserable. Todo extranjero es hombre y todo hombre es nuestro hermano. La doctrina contraria es impía y bárbara. No es nuestro hermano un hombre porque ha nacido en la misma tierra que nosotros. Nosotros no somos hijos de la tierra sino de la humanidad. De lo contrario las bestias que han nacido en nuestro suelo serían nuestras hermanas” (Alberdi, Escritos póstumos)
“Para el provinciano la patria es su provincia. Para el nacional no hay hermanos ni semejantes fuera de sus fronteras. Y para los espíritus vastos y serios, que saben no estacionarse en el círculo estrecho de la nación, para los Rousseau, los Saint-Pierre, los Lerminier, los Bentham, los Saint-Simon, los Leroux, los Lamennais, la patria es la humanidad, el pueblo es el género humano” (Alberdi, Escritos póstumos)
Allá fueron a buscarlo para convencerlo por distintos medios. La “Comisión Argentina” le mando 3.500 pesos, que Lavalle devolvió ofendido.
Lavalle le escribe a Chilavert extrañado por “un larguísimo artículo de sofismas y de una charlatanería oscura, llamando pobres y estúpidos a los que no piensen del mismo modo. Estos hombres conducidos por un interés propio mal entendido, quieren trastornar las leyes eternas del patriotismo, el honor y el buen sentido; pero confío – termina - en que toda la emigración preferirá que la revista la llame estúpida a que su patria la maldiga mañana con el dicho de vil traidora” y agrega “porque Vd. tiene un pecho argentino, y sentirá lo que yo siento”, y llegado “el caso de llevar la guerra a nuestra patria los pabellones francés y oriental, entonces haremos nuestro deber”.
A francisco Pico, que lo visitara en El Vichadero, Lavalle de dice:
“A Rosas no puede vencérselo sino por la fuerza de la República Argentina, reuniendo el espíritu de resistencia por una doctrina puramente nacional bajo la bandera nacional y por jefes argentinos que obren sin complicaciones extranjeras. Sólo así podrá nuestro partido conquistar la opinión nacional; solo con ella podrá conservar el triunfo ¡Dios nos libre de suscitar contra nosotros el espíritu nacional! Desde entonces no sería nuestro enemigo Rosas sino la nación entera”.
Insistían los unitarios (Carril, Varela, Alberdi, Alsina, etc) y le escribían y visitaban tratando de convencerlo de que Francia tendría “respeto a la nacionalidad” y que para eso era necesario la comandancia del general Lavalle. La Comisión le escribe “en nombre de la patria” para pedirle que “se consagrase a su redención y libertad”. El mismo Alberdi le escribe:
“Mi glorioso general: Aunque no tengo el gusto de conocerle personalmente, conozco sin embargo una parte de la historia de mi patria u conservo en mi memoria las páginas que hablan de San Lorenzo (en la que no participó Lavalle, que era cadete) Maipú, Junín Ituzaingo, etc. Soy uno de los muchos jóvenes que hemos aprendido a venerar el nombre de Lavalle…una de las glorias americanas más puras y más bella. Decidida como está la juventud por vocación, por simpatía, por deber y por religión por decirlo así, a abrazar de nuevo la adormecida causa de la revolución americana, ella se ha acordado de los héroes de esta causa, y por tanto de usted...Seré lacónico porque usted ama el laconismo: se trata que usted acepte la gloria que le espera y una gran misión que le llama...en esta segunda faz de la revolución de Mayo. Los laureles de Moreno y de Castelli buscan unirse en la sienes de usted a los laureles de Maipú y de Junín…La obra inmortal de usted sufre hoy las infames hostilidades de un bárbaro…He aquí la necesidad de una cosa importante: que usted se venga a Montevideo con toda la celeridad posible, porque el momento es bello y no hay que malograrlo. No tiene que ver el objeto con que es llamado, el de las distintas insinuaciones y solicitudes que le han sido dirigidas…Estoy persuadido de que sus oídos nunca fueron tardos cuando sonó la voz del interés y del honor de la Republica Argentina…” (menos mal que le dijo que sería lacónico, si nó le recita la biblia competa. Hasta de lindo lo trató).
Tantos elogios y alabanzas levantaron tanto el concepto de si mismo en Lavalle, que finalmente acepta bajo (ciertas condiciones formales) comandar el ejercito invasor integrado por franceses y hombres al mando del “Pardejón” Rivera. Este, como siempre, le “haría de las suyas” intentando birlarle la gloria de la supuesta futura derrota sobre Rosas. “Exijo un millón de francos para los gastos de guerra...” (Lavalle al almirante Le Blanc. 28 de dic.1839)
Lavalle no encuentra en la población del territorio nacional ningun apoyo. Muy por el contrario le hacen un vacío que lo llenan de impotencia y desesperación.
“Se engañarán los bárbaros si en su desesperación imploran clemencia. Es Preciso de degollarlos a todos...!Muerte, muerte sin piedad!” (proclama del Gral. Lavalle al pisar Corrientes). “Derramad a torrentes la inhumana sangre para que esta raza maldita de Dios y de los hombres no tenga sucesión” . (Proclama del Gral. Lavalle el 20 de noviembre durante la campaña de Corrientes.)
Como su propia mujer le reprochara la ferocidad del documento, Lavalle se disculpa ante ella diciendo que como el “estaba muy ocupado, la proclama la escribió Frías”. Luego, en carta a Ferré, Lavalle le dice “...he tomado en las inmediaciones del Sauce un oficial y cuatro soldados del enemigo que cruzaban el campo. Mandé aquí uno o dos que eran correntinos y degollé al oficial con los otros”.
Pedro Ferré consigan en sus “Memorias” que Lavalle formo su Legión Libertadores con enganchados a 27 patacones por cabeza con fondos recibidos de Francia, el enemigo exterior que bloqueaba los puertos de la Patria. No obstante ello al arribar a Curuzú Cuatiá, su infantería se había reducido a 33 hombres. Descorazonado Lavalle, escribía a sus familiares: “Estoy absolutamente solo contra Rosas, sin más aliados que los barcos franceses…” (Carta de Lavalle a sus familiares, 1° de febrero de 1840)
En la provincia de Buenos Airs el vacío de la gente de la campaña es mayor aún, que llegan a hostigarlo. Desde Giles le escribe a desengañado a su mujer:
“Esta carta te va a hacer derramar lágrimas. No he encontrado sino hordas de esclavos, tan envilecidos como cobardes y muy contentos con sus cadenas. Es preciso que sepas que la situación de este ejército es muy crítica. En medio de territorios sublevados e indiferentes, sin base, sin punto de apoyo, la moral empieza a resentirse, y es el enemigo que más tengo que combatir. Es preciso que tengas un gran disimulo, principalmente con los franceses, pues todavía tengo esperanzas.”
“Tú no concibes muchas esperanzas porque el hecho es que los triunfos de este ejército no hacen conquistas sino entre la gente que habla: la que no habla y pelea nos es contraria, y nos hostiliza como puede. Este es el secreto origen de tantas y tantas engañosas ilusiones sobre el poder de Rosas, que nadie conoce hoy como yo.”
La odisea del “ejercito libertador” de Lavalle no deja ligar a dudas el sentimiento de la gente de la campaña. El pueblo le hizo un vacío absoluto en cuanto lugar llegara u ocupara. Las campañas del litoral se le mostraron hostiles sin disimulo; la deserción alcanzó cifras insólitas. Impresionado Lavalle por el comportamiento hostil, extendió la siguiente orden a su edecán: “Haga Ud. prender a todos los canallas pertenecientes al primer Ejército Libertador, sean o no ciudadanos, que han fugado cobardemente, y para justificar su vileza han ido esparciendo noticias aterradores. Esta especie de canalla que me ha sido funesta muchas veces en todo el curso de la guerra. Trátelos como bandidos”. (Orden del general Lavalle a su edecán Elío, coronel Elío, después de la batalla de Quebracho Herrado. 28 de noviembre de 1840.( Juan ERlía. Memoria Histórica.) (AGM.PLA.p 225)
El pueblo sabía muy bien lo que elegía, y era llamado por los liberales, “pueblo” cuando se sometían, y “plebe” cuando les eran contrarios. Alberdi en 1837 les salía al paso en el Salón Literario de la Asociación de Mayo: “…por el pueblo no entendemos aquí – había dicho – la clase pensadora, la clase propietaria únicamente, sino también la universalidad, la mayoría, la multitud, la plebe…” y agregaba “porque la plebe es humanidad, como ella es la Nación; todo el porvenir es de la plebe” (Alberdi, J.B. Fragmento preliminar al estudio de Derecho. Lectura en el Salón Literario. 1837)
“En tiempo de la campaña de Entre Ríos – escribe Paz en sus memorias – y juzgo que lo mismo fue después, no se pasaba lista, no se hacía ejercicio periódicamente, no se daban revistas. Los soldados no necesitaban licencia para ausentarse por ocho o quince días, y lo peor es que estas ausencias no eran inocentes, sino que las hacían para ir a merodear y devastar el país”. (Paz, José Maria, Memorias póstumas del Brigadier Gral.)
Lavalle espera frente a Buenos Aires varios días un levantamiento popular, que nunca se produjo, y la llegada del refuerzo de 3.000 infantes franceses. Llegaría en cambio Mackau, con instrucciones de Thiers para hacer la paz, sin importarle Lavalle ni “los auxiliares que hemos encontrado en las riberas del Plata, que no han querido o no han podido cumplir sus promesas; para cuyo éxito han pedido y recibido de nosotros socorros, sin retribuirnos, ni aun en leve proporción, los servicios recibidos”.
Lavalle inicia la retirada. Los franceses le ofrecen retirarlo a Francia con grado de mariscal, que Lavalle rehúsa por que no se lo permite “el honor” y los mismos que le cantaron loas desde Montevideo, se lo reprochan ahora por boca de Varela:
"No hay una persona, una sola, General, incluso sus hermanos de usted y aun su sensatísima señora, que no haya condenado ese funestísimo movimiento. No comprendo, General, cómo se justificará usted ahora ni nunca. Ese ha sido, General, el defecto capital de usted: no pedir consejo ni oírlo de nadie, decidir por sí solo. Y por desgracia no decide usted lo mejor”.
Lavalle reflexiona tal vez sobre la defraudación de los doctores, en contraste con los paisanos que defendia “la patria”, y entra en una profunda depresión y abandono.
Esteban Echeverría seguirá cantando:
“Todo estaba en su mano y lo ha perdido.
Lavalle es una espada sin cabeza.
Sobre nosotros entre tanto pesa
su prestigio fatal, y obrando inerte
Nos lleva a la derrota y a la muerte”
Lavalle, el precursor de las derrotas.
Oh, Lavalle! Lavalle, muy chico era
para echar sobre sí cosas tan grandes.
Mucho más grande que Lavalle era Echeverría,...pero con la pluma, claro,... sin exponer el pellejo.
Derrotado Lavalle en Quebracho herrado, será muerto en Jujuy por un tiro de pistola. Algunos dicen que se suicidó. Otros lo atribuyen a su amante, que de esta forma vengó la muerte de su hermano y de su padre, fusilados por Lavalle
Rosas, da amnistía a los proscriptos “si en el término de un mes abandonasen su actitud hostil y siempre que su presencia no sea incompatible con el orden y la seguridad pública”.
Fuente: www.lagazeta.com.ar
pd La pintada está realizada al pie del monumento a Lavalle en Tribunales, Ciudad de Buenos Aires.
Prof GB
sábado, 8 de octubre de 2011
TN ES PERONISTA
El grupo Clarín en su versión televisiva con Bonelli,Edgardo Alfano o Nelson Castro desesperan por encontrar en Duhalde y/o Das Neves, por separado,obvio, nunca se los ve juntos, un peronismo que se oponga al gobierno.
Prolijo, ordenado, decente, con liderazgo, y que detenga según Duhalde un futuro como el del 2001, que ya estaría entre nosotros.
Es decir, un peronismo que no le mienta al Pueblo, que no lo engañe, a decir de la propaganda de De Narvaez: ahora hay que votar por la vida (?),; pareciera que el Pueblo viene votando por la violencia y la muerte.
Desespera Clarín porque según propias palabras de sus periodistas (Julio Blank) por ejemplo, asusta la intención de voto de la presidenta para el 23 de octubre.
Instala Clarín la posible reelección eterna de la presidenta.
No la voten que se queda para siempre preciera decirnos, advertirnos, junto a Duhalde, Das Neves y De Narvaez, aquellos peor-nistas que estaban unidos, juntitos, y así nos presagiaban un país serio, moderno, integrado al mundo, en contraposición a un kirchnerismo agotado, bobo,malo de toda maldad.
VOX POPULI, VOX DEI.
En agosto y pareciera ser que en Octubre, este Pueblo, sabio y prudente como decía el General, no se suicidó, no se suicidará, elige, vota, con el sentimiento y la razón de su Historia y su Presente.
A pesar de tns y clarines de guerra que como sirenitas desorientadas intentan engañarnos.
GB
Prolijo, ordenado, decente, con liderazgo, y que detenga según Duhalde un futuro como el del 2001, que ya estaría entre nosotros.
Es decir, un peronismo que no le mienta al Pueblo, que no lo engañe, a decir de la propaganda de De Narvaez: ahora hay que votar por la vida (?),; pareciera que el Pueblo viene votando por la violencia y la muerte.
Desespera Clarín porque según propias palabras de sus periodistas (Julio Blank) por ejemplo, asusta la intención de voto de la presidenta para el 23 de octubre.
Instala Clarín la posible reelección eterna de la presidenta.
No la voten que se queda para siempre preciera decirnos, advertirnos, junto a Duhalde, Das Neves y De Narvaez, aquellos peor-nistas que estaban unidos, juntitos, y así nos presagiaban un país serio, moderno, integrado al mundo, en contraposición a un kirchnerismo agotado, bobo,malo de toda maldad.
VOX POPULI, VOX DEI.
En agosto y pareciera ser que en Octubre, este Pueblo, sabio y prudente como decía el General, no se suicidó, no se suicidará, elige, vota, con el sentimiento y la razón de su Historia y su Presente.
A pesar de tns y clarines de guerra que como sirenitas desorientadas intentan engañarnos.
GB
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