martes, 14 de junio de 2011

N° 720 - Prolijidades y cuadernitos, Agenda de Reflexión.com.ar















En 1829 Tomás Sánchez de Bustamante pidió que el gobierno de Jujuy reconociera deudas por ganado que le fuera confiscado durante la Guerra de la Independencia. Cuando se quejó por tal situación, un comandante le recomendó que “no se fatigase la cabeza con esas prolijidades, que el orden es el desorden”.
Las prolijidades que desdeñaba aquel comandante no eran otra cosa que los límites a los desbordes de ambiciones y pasiones, a los que deberían haberse ajustado personas y gobiernos no sólo en períodos de relativa normalidad, sino también en tiempos de guerra evitando, como dijo San Martín, se faltara el respeto al “sagrado derecho de las gentes”.
Aunque el acta del 25 de mayo de 1810 dejó establecido que los integrantes de la Junta estaban excluidos “de ejercer el poder judicial”, dos meses después la Junta ordenó el fusilamiento de los conjurados de Córdoba. No resultó extraño que los enunciados no se compadecieran con los hechos.



En el siglo XIX en Catamarca, como en la mayoría de las provincias, pese a “todas las garantías de la propiedad que contenía el Reglamento” o Constitución local, las confiscaciones fueron una práctica corriente. El respeto al domicilio no fue “sagrado”, pues las casas eran asaltadas por los déspotas locales, y las garantías a la libertad de prensa eran arrojadas como las imprentas empasteladas.
A lo largo de la historia argentina el desprecio a la ley aparece como una constante que la impregna y atraviesa. A su lado galopan reiterativos pretextos y sofismas para explicar esa conducta que se justifica y presenta como inevitable en periodos de excepción, olvidando que, en plena guerra, San Martín se sometió al imperio de la ley.
Pensaba que la causa fundamental de la inestabilidad de América y su estado de permanentes trastornos políticos “no pende tanto de los hombres como de las instituciones”. Estaba convencido que “mientras el problema de las instituciones no fuera resuelto no habría paz”.
Esta idea difiere y se contrapone a la de muchos de los que combatieron en esas guerras. Al colocar la guerra y el conflicto como centro y periferia de las preocupaciones, esa visión relegaba y desplazaba las preocupaciones institucionales del centro de interés, cuando la nuestra es, en primer lugar, una anomia institucional.



Esa visión puso al revés la idea de San Martín: mientras no se terminara la guerra el problema de la organización institucional no podía ser encarado y, menos aún, resuelto. De este modo, el desorden seguiría siendo la forma que, fatalmente, debía asumir el orden. La construcción institucional quedaba diferida sin término. Los argentinos no debíamos fatigar nuestras cabezas con tales prolijidades.
Para Bolívar, en América, “los tratados son papeles; las Constituciones, libros”. Lasalle comparó la Constitución con una “tira de papel”, que no podía interponerse entre un déspota y Dios. Rosas dijo que la Constitución -”ese cuadernito” o “libro soñador”- debía sancionarse cuando las provincias se organizaran. Sus seguidores tuvieron poder vitalicio y no lo hicieron. Ibarra gobernó 31 años y no organizó Santiago del Estero.



Los golpes de Estado y el deterioro de la calidad institucional son las dos expresiones más visibles y letales de ese desprecio a la ley. No son las únicas. Una constelación de conductas sociales e individuales, son correlato de aquel desprecio practicado desde el poder. Los golpes de Estado, la falta de respeto a las instituciones por parte de sus responsables y la viveza criolla forman un sólido entramado.
Esa tendencia alcanzó su punto de mayor degradación en 1976, al instaurarse la dictadura que consumó la proeza de violar el andamiaje de su propia y discutible legalidad condenando a las instituciones a la ilegalidad, y de usar procedimientos criminales equiparables, y de mayor alcance, que los utilizados por bandas armadas.
En junio de 1966, Onganía justificó el derrocamiento del gobierno constitucional de Illia por el supuesto desorden de esa administración. Justificó su deseo de mantenerse sin término en el poder con la teoría de los tres tiempos, inspirada en los pretextos que retrasaron medio siglo nuestra organización como país.



Esa teoría postulaba que el gobierno de facto se ajustaría a tres periodos. En primer lugar, en el “tiempo económico” debía resolver problemas estructurales. Una vez cumplido ese objetivo, abriría el “tiempo social”. Por último, en plazo incierto, se llevaría al país al “tiempo político”.
La realidad se encargó de hacer añicos aquella ingeniería política que, lejos de imponer el orden basado en la ley, terminó abonando el camino a la mayor violencia política de la Argentina en el siglo XX. La dictadura implantada en 1976 repetía que “el proceso no tenía plazos sino objetivos”, y que tendría las urnas guardadas bajo siete llaves.



Esos regímenes olvidaron que el estado de guerra no impidió a San Martín poner las bases institucionales del Perú, creando la Corte Suprema de Justicia. Frente a las tentaciones del poder absoluto, dijo: “me abstendré de mezclarme jamás en el solemne ejercicio de las funciones judiciarias porque su independencia es la única y verdadera salvaguardia de la libertad del pueblo”.
Aquel orden que otros creían legítimo era el sustentado en la voluntad, en la arbitrariedad personal y en la fuerza. No se apoyaba en la ley sino en su inobservancia y en el desprecio a las normas morales, jurídicas, sociales y religiosas. Era un orden recostado en un desorden, con una “justicia administrada sin formas y sin debates”, observó Sarmiento.



Para Sarmiento, la extensión geográfica, la inmensidad del paisaje, las distancias, la escasez y el aislamiento de la población, explican el predominio de la violencia brutal, el culto al coraje, la justicia por mano propia y la debilidad de la justicia civil, alimentos de “la autoridad sin límites y sin responsabilidad de los que mandan”.
Hace veinte años Carlos Nino, uno de los pensadores más importantes de la Argentina, redactó Un país al margen de la ley, obra fundamental para comprender esta mentalidad que registró como una causa de nuestra declinación. La ley se acata pero no se cumple, o se cumple de forma ritual ignorando “valores y objetivos” a los que sirve.
Nino reconoce que son complejas y combinadas las causas de ese proceso; otorga relevancia a los factores institucionales, políticos y culturales. En los años ‘60 estuvo de moda predicar la necesidad de cambiar estructuras. Las distintas versiones ideológicas de ese cambio evitaban incluir el respeto a los valores y a las instituciones.



De derecha a izquierda se coincidió en despreciar la Constitución “formal” y la legalidad “burguesa”, percibidas como obstáculos para demoler estructuras, condición necesaria para implantar la revolución. ¿Se puede predicar una justicia particular, y construirla, negando la justicia en general y despreciando valores universales?
Alberdi advirtió que la caída Rosas no colocaba al país en posesión de cuanto necesitaba. El fin de las dictaduras tampoco proporciona condiciones suficientes para consolidar una democracia. Remover el autoritarismo no es un punto de llegada, sino de partida de una democracia no exenta de contradicciones y carencias.
“Cuando la ley está sujeta a alguna otra autoridad y no tiene ninguna por sí misma, el colapso del Estado, en mi opinión, está a la vista”, leemos en Platón. Aún perduran remanentes de nuestra inclinación a despreciar la ley. Algunos siguen creyendo que el desorden de la arbitrariedad es el único orden posible.



Gregorio A. Caro Figueroa[Editorial del número de mayo de 2011 de la revista "Todo es Historia"]


4 de Junio de 1943, por Agenda de Reflexión.com.ar












N° 719 - Junio del ‘43: algo más que un prólogo










Por Luis Alberto Murray





Luis Alberto Murray fue un peronista, católico de firmes convicciones, con importantes incrustaciones anarquistas, admirador de León Trotsky y de Gilbert Keith Chesterton, poeta y cuentista, gran amigo de la Izquierda Nacional y un extraordinario bebedor de Old Smuggler”.
Murray, que falleció en 2002 a los 79 años, también escribió dos libros imprescindibles (”Pro y contra de Alberdi” y “Pro y contra de Sarmiento”); integró las redacciones de Crítica, Democracia, Vea y Lea, El Pueblo, Confirmado, Mayoría, Télam y Clarín. Fue director del semanario La Hipotenusa y, en su juventud, integró el Grupo Obrero Revolucionario que lideraba Liborio Justo.
Esta lúcida e imperdible crónica de las jornadas históricas de 1943 fue publicada en el nro. 4 de la revista Sudestada, que dirigía José María Rosa, el 4 de agosto de 1987. [Julio Fernández Baraibar]





Mediodía del 4 de junio de 1943. Quienes recorrían la Plaza de Mayo miraban con curiosidad, yendo a sus ocupaciones habituales, hacia la Casa de Gobierno, hervidero de tropas en nervioso trajín. El edificio del Banco de la Nación, sólo a medias construido aún, exhibía en sus huecas ventanas soldados en actitud de alerta entre bolsas de arena.
Nadie entendía nada. Menos, todavía, quienes contábamos veinte años, hipnotizados como estábamos los porteños de cierto nivel cultural por motivaciones de “izquierda” o “derecha”, que no eran aquí otra cosa que máscaras de la subordinación de la Argentina a los Aliados o al Eje, en plena carnicería casi universal.
El único signo, si no de entusiasmo ante el movimiento castrense, de repudio a lo que él acababa de desplazar, fue el vuelco e incendio de algunos ómnibus de la Corporación de Transporte, monopolio inglés impuesto por Justo y bendecido por Ortiz.
El Ejército y la Armada habían dispuesto al presidente en ejercicio Ramón S. Castillo, veterano conservador catamarqueño, no encenegado en el fraude electoral, prestigioso profesor universitario y patriota decidido, pero también obsesionado por imponer la candidatura del “impotable” Robustiano Patrón Costas, uno de los dependientes amos criollos del azúcar.
En las calles céntricas -y exclusivamente por su mantenimiento de la neutralidad en la guerra ajena sólo defendía a Castillo la Alianza Libertadora Nacionalista conducida por Juan Queraltó. Civiles fueron las únicas bajas de aquella insurgencia militar: varios ocupantes de un colectivo que pasaba junto a la Escuela de Mecánica de la Armada cuando se produjo por error, informaron un tiroteo con efectivos del Ejército.
El trato dispensado a Castillo, fue cortés. Como sucedería mucho después con Arturo Illía, no se lo encarceló, a diferencia de lo ocurrido a los también electos Yrigoyen, Frondizi y María Estela Martínez de Perón.





Tras unas horas de navegación en el estuario, se lo dejó en su domicilio. El 4 y al siguiente día, el general Arturo Rawson, simpatizante de los radicales “galeritas” (Alvear había muerto un año antes) y partidario de alinear al país en el bando imperial, pugnó en vano por ser el presidente provisional. En su lugar lo fue el propio ministro de Guerra de Castillo, general Pedro Pablo Ramírez, de mentalidad considerada nacionalista.
El periodismo no acertó en sus cautelosos pronósticos. “Noticias Gráficas”, basándose el 5 en la aún no frustrada candidatura de Rawson, definió al movimiento como “respetuoso de la democracia”, lo que en el discurso político de entonces significaba el sometimiento incondicional a Gran Bretaña y, en menor medida, a los Estados Unidos.
Pero pronto se supo que el propósito de las fuerzas armadas no era terminar con la neutralidad, sino refirmarla con el vigor de que carecía, debilitado políticamente hasta la extenuación, el solitario gobernante depuesto.





Asistimos a curiosas novedades. Radio del Estado, en cadena con todas las demás emisoras del país, difundía durante una hora decretos y editoriales, con énfasis y desafío. Antes y después resonaban las marciales notas de una marcha finalmente llamada “4 de junio”. Esa única hora era la única excepción en un medio totalmente “privado”, en no pocos casos sinónimo de extranjero.
El informativo oficial se daba el gusto de romper lanzas, casi todos los días, con un matutino “liberal” al que mencionaba por su nombre (actitud hoy en desuso). Se inició proceso por “desacato a la nacionalidad” a un imperceptible escritor que se permitía descreer de las virtudes gauchescas. Un fiscal que recibió un documento de identidad extraviado por un teniente coronel en un alojamiento no precisamente familiar, le entabló juicio por adulterio.
La etapa iniciada aquella neblinosa mañana de 1943, no fue fácil ni divertida. Con el tiempo, y merced a aciertos de gestión mezclados con errores y contradicciones, apreciaríamos que fue necesaria. No se redujo a un mero “prólogo a Perón”, como aún creen algunos olvidando o menospreciando las realizaciones intrínsecamente “junianas”.
Uno de los escasos políticos que entonces vio claro fue Arturo Jauretche, a quien lo anecdótico no distraía de lo esencial, y que venía clamando, como otros argentinos angustiados y furiosos, por una reacción militar de signo y contenido nacional que compensara e hiciera olvidar el 6 de septiembre de 1930. Saludó el pronunciamiento sin la mística mesiánica del nacionalismo de “derecha” y sin ilusiones, pero lo saludó.
Coexistieron en los equipos de Ramírez pronazis, probritánicos, agentes yanquis, neutralistas consecuentes y nacionales “propiamente dichos”. Algunos de éstos, ya sin partido, cooperarían en la creación del peronismo.
Las agrupaciones políticas “tradicionales” olfatearon enseguida que aquel gobierno no las amaba, y correspondieron a tamaño desdén -sin precedentes con notable simetría. El general Carlos von der Becke demostró en el Círculo Militar la “absoluta imposibilidad de un desembarco aliado en Normandía”, práticamente a la misma hora en que éste había comenzado, según pudo saberse poco después. En 1955 presidió el tribunal “de honor” que privó a Perón del grado y el uniforme… Dos patéticos ejemplos de su ligereza como profeta.
La marcha de la contienda mundial, y la ya inocultable importancia adquirida por el coronel Juan Perón en los mandos militares y cargos de gobierno, se tradujeron en el relevo de Ramírez por el general Edelmiro J. Farrel. El desplazado había tenido que asimilar en silencio un episodio incómodo: la intervención de Tucumán, toda ella nacionalista, “fusiló” el retrato presidencial antes de irse dejando la bandera a media asta, por la declaración de guerra de Alemania, con el Japón rendido e Italia “fuera de combate”.
No es arbitrario asignar al régimen “juniano” los siguientes aportes:
• La tímida, precaria sustitución de importaciones a causa de la guerra en los mares, devino nacimiento de la industria argentina pesada. Fabricaciones Militares, hasta entonces poco más que un sello, se convirtió en hada tutelar del acero nacional. Con el general Savio alcanzaría, en la primera presidencia de Perón, niveles comparables a los actuales.
• El Ejército ocupó la franja vacante, por dejación del empresariado industrial nativo, en sectores decisivos del desarrollo.
• La dinámica social tuvo un portentoso impulso por parte del consabido coronel que asumió las tres oficinitas del Departamento Nacional del Trabajo con más entusiasmo y orgullo que la Vicepresidencia y los ministros de Guerra y Relaciones Exteriores.
• Con autoritarismo en ciertos casos cavernario, se reivindicaron sin embargo valores de la nacionalidad vinculados con la religión, el idioma, la cultura, las artes y letras, la investigación histórica y antropológica.
• En lo hechos, y sobre la marcha, se concretó lo que después se dio en llamar “alianza popular-militar”, sin la cual (nada que ver con “pacto” alguno) no hubiese llegado Perón a la presidencia ni permanecido en ella hasta septiembre de 1955.





A nuestros veinte años no saludamos el 4 de junio de 1943 porque, siendo políticamente populares, no éramos todavía del todo nacionales. Desconfiábamos de unas fuerzas armadas en apariencia idénticas a las de 1930. Pero en 1946, al dejar la Casa de Gobierno el general Farrel, ya habíamos entendido y aprendido algo.

lunes, 13 de junio de 2011

Modelo II.



"LA REACTIVACIÓN SE VUELVE VACILANTE EN EE.UU."



#desempleo del 9,1% en alza.



# de 223.000 empleos crados en abril a 54.000 en mayo.



# "son números abstantes sombríos" según la economista en jefe para América del Norte del BNP Banco Paribas.



# EE.UU. enfrenta una cirsis de empleo, dijo Mohamed El-Erian, CEO de Pacific Investment Management., que administra el mayor fondo de bonos del mundo.



# El crecimiento del PIB en el primer trimestre cayó a 1,8% anual, de 3,1% anual en el trimestre previo.



# La industria creció en mayo a su menor ritmo en el año.




Argentina.


"La producción de acero en el país viene creciendo desde hace dos años y las perspectivas del negocio son sólidas, a partir de una fuerte demanda interna, motorizada en especial por al industria automotriz, al cosntrucción, electrodomésticos de línea blanca y metalmecánica.
También tiene proyección positiva la demanda externa, impulsada por los emergentes asiáticos y latinoamericanos."

"En 2010 la industria automotriz y la siderurgia fueron los dos sectores estrella, solo la industria automoriz representó el 70% del PBI industrial, sostiene Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica. El economista prevee un año bueno para la siderurgia, aunque un poco menos que en 2010 y considera que si el sector automotriz se mantiene fuerte, y va a demandar chapa de acero, y a también a nivel internacional se va a mantener, porque China es el principal consumidor y seguirá siendolo".

Argentina.

"El negocio de la gastronomía está sacudido por la ofensiva de marcas internacionales de comidas y cafeterías, el llamativo desembarco de grandes cadenas del interior del país y el desarrollo de nuevos sellos, que intentan sumarse a una movida que se inició hace dos años y que se expande a paso muy veloz."
"Tras retirarse de la Argentina a fines de los ´90, Wendy´s y Pizza Hut tienen previsto retornar al mercado local de la mano de quienes controlan Havanna; el mismo grupo además estudia la posibilidad de traer a KFK ( Kentucki Fried Chicken); los mexicanos de ALSEA socios de Burguer King y Starbucks harán lo propio con PFChang´s China Bistró.
Los cordobeses de Grido en plena expansión; Mostaza tiene previsto crecer a 60 locales en 2011, Tucson la cadena de parrillas estilo norteamericano ya cuenta con 8 locales y se dirige al interiror del país.

Los norteramericanos de Subway apuntan a duplicar sus 20 locales este año y llegar en el mediano plazo a 200.
Dicen que "el negocio está en expansión y hay mercado para nosotros y otros competidores."

(Fuentes consultadas del Suplemento económico i Eco del monopolio, del día 5 de junio del corriente; claro opositor al gobierno nacional, sin embargo...., los datos son mas que elocuentes, diría el General: "La única verdad es la realidad")

Chinos, mexicanos, estadounidenses, argentinos, confían en el presente y en el futuro ecconómico de la Argentina.
Modelo de inclusión industrial, de alimentos, de servicios, transportes, hacia el mercado inerno y hacia el exterior.
Llegan capitales de inversión genuina: trabajo y consumo.
Dignidad y sindicatos.

Esperamos la propuesta que profundice, y/o mejore y/o cambie si es necesario el rumbo de estos ítems de la economía mundial de boca por ejemplo de: Marcelo Longobardi o Marcelo Bonelli y luego de sus voceros: Alfonsín, Lilita, De Narvaez, Pino, Mauurizio, Das Neves y Duhalde.

GB



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MODELO.








El titular de la Cámara Argentina de la Construcción, Carlos Wagner, aseguró que el sector cerrará el año con dos dígitos de alza.


Mientras que Fausto Spotorno, economista de Orlando Fereres y Asocicados, dijo "que la construcción es uno de los sectores mas dinámicos, junto a los bancos y el comercio."


Armando Pepe, presidente del centro inmobiliario SOM, reconoció " es claro que las viviendas impulsan el índice, y esto se comprueba contrastando esta cifra con la cantidad de escrituras que comunica mes a mes el Colegio de Escribanos".


"Hay que aclarar que se construye vivienda pero también mucha industria, sobre todo en el interior del país. De hecho, nosoros registramos alta demanda de cemento en zonas como Rosario y el resto del corazón agrícola." ( Wagner).




Y..., "La industria textil bonaerense ya ocupa a mas de 44 mil trabajadores."


Estas cifras oficiales del ministerio de economía de la provincia afirman además que la ocupación en el sector supera en un 56,3% a la del 2003.


Un total de 11 distritos con las de 620 empresas dedicadas a la moda y a la indumentaria.




Estos datos pueden encontarase en Tiempo Argentino del día 1 de junio del corriente.


Como podemos ver, fuentes privadas y oficiales coinciden en la dinámica de la economía argentina por estos tiempos.


Mientras Ricardito Alfonsín nos va a enseñar cómo es esto de la "ética de la inflación", según sus declaraciones recientes junto al liberalismo de su candidato a vice y su Alianza con De Narvaeztengounplanvotamevotatealicaalicate.


Y para ello va a referirse al proceso hiperinflacionario que nos legara la UCR en el gobierno pocos meses antes de abandonarlo allá por 1988, con un promedio del 160% mensual en el alza de precios.




Modelo es inclusión con mercado interno activo; salarios, consumo, producción, comercio, inversión en el campo y en la ciudad.


Antimodelo es hiperinflación y liberalismo económico exclusivo y excluyente.


Para mas data al respecto ver situación actual en Europa y EEUU. de la mano del neoliberalsimo económico y social.




Prof GB

miércoles, 8 de junio de 2011

"Hay que hacer lo que es justo hacer"







...dijo Jorge Luis Borges con respecto a los fusilamientos del 9 de junio del año 1956.






Compañeros: Cano, Cortínez e Ibazeta, Caro, Noriega y Videla, fusilados en Campo de Mayo.


Compañeros Yrigoyen, Costales, Lugo,Braulio y Norberto Ros, Albedro fusilados en la comisaría de Lanús.


Compañeros Lizaso, Carranza,Garibotti, Rodríguez y Brion, fusilados en los basurales de José León Suárez.


Compañeros Irigoyen, Zanetta y Ramón Videla, fusilados en La Plata el 10 de junio.


Compañeros Cogorno y Abadie, fusilados el 11 y 12 de junio en La Plata.


Compañeros Gareca, Quiroga, Paolini y José Rodríguez fusilados en la Escuela de Mecánica.


Compañero Maurino ametrallado en el Automóvil Club Argentino de la Cap. Fed.


Compañeros, Costa, Paunetti, Luciano Rojas y Valle, fusilados en la Penitenciaría Nacional.


Compañero asesinado simulando suicidio por ahorcamiento en la comisaría de Lanús, Jofré.


Presentes en la Memoria y la Historia de la Resistencia Peronista.

Son nuestra Identidad.

GB

Rodolfo Walsh






Intelectual, periodista, guerrero de la palabra, pensador, crítico, extremista de la reflexión, militante, guerrillero, peronista, clandestino, investigador, interpelador de la dictadura genocida, en qué palabra y/o concepto entrarían los periodistas Fernando Bravo, Alfredo Leuco, Marcelo Slotowiazda, Ernesto Tenembaun, Pepe Eliaschev, Edgardo Alfano?.


A qué altura de la historia personal y colectiva estarían estos nombres y apellidos de Rodolfo Walsh, el periodista guerrillero, peronista y montonero?.

Asesinado en sus convicciones por una patota de la ESMA el 25 de marzo de 1977.?

Murió peleando, no atrás de un micrófono, escondido, gracias a la protección de empresas capitalistas que lucran con la mentira, el descrédito y la desinformación.


Son, Ellos, soldados mercenarios de la despiadada globalización.

Su modelo.


Rodolfo Walsh, era, y sigue siendo soldado de la liberación.

Nuestro Modelo.


GB

Feliz Día del Periodista, compañeros Mariano Moreno y Rodolfo Walsh




Libertad, Mercado, Neoliberalismo, Monopolios, Sistema Capitalista, Colonialismo, Derecha, Imperios, Dictadura, Grondona, Neustadt, Hadad, Longobardi, Gelblung, Lanatta, Bonelli, Van der Kooy, Blank, Kirschbaun, Marcelo Moreno, Bartolomé Mitre, Majul, Magdalena Ruiz Guiñazú, Feinman, Susana Viau, Fontevecchia,todos y todas, lejos demasiado lejos de Mariano Moreno, el abogado jacobino, que pretendió una Revolución dentro de la Revolución de Mayo, y, derrotado, muere en altamar, quizás a manos de sus ex-compañeros de ruta.




Sus ideas fueron continuadas por Bernardo de Monteagudo, Manuel Belgrano, José de San Martín, José Gervasio de Artigas, Martín Miguel de Guemes, (el Partido de la Independencia), todos ellos, lejos muy lejos de los apellidos ilustres antes mencionados, claros aliados a la antipatria y al antipueblo, que jalonó y marca sus carreras monetarias al servicio de sus bolsillos.




Lejos muy lejos de Rodolfo Walsh, peronista, montonero y militante por la vida.


Asesinado por los genocidas que todos y todas desde sus tribunas de libre expresión avalaron oportunamente.




Cerca, muy cerca, del odio, de la sinrazón, de la destitución de los gobiernos nacionales y populares.


GB