sábado, 27 de enero de 2018

CONINTES -LISANDRO DE LA TORRE

El Plan Conintes

Por Eva Rearte

A 47 años del Plan de Conmoción Interna

Los libros solían asolarse por horas en las ventanas cuyas persianas caídas por el corte intencional de las correas, colgaban para preservarse de las visitas de Coordinación Federal en las barriadas militantes.
La marchita se silbaba con provocadora picardía .

De la calle Florida las solapas con “ no me olvides” rompían el silencio impuesto a los proscriptos.
Las esquinas del centro se veían alteradas por actos relámpagos de la incipiente JP, que reclamaba por el respeto a la voluntad popular y el regreso del líder.

La persecución al campo popular y en forma particular a los peronistas había comenzado con el bombardeo de la Plaza de Mayo en el 55 y no se detendría….

Don Arturo Frondizi asume la Presidencia de la República en febrero del 58 a través del pacto con Perón . Se conviene: Reestablecer las conquistas populares en el campo económico, político y social. Levantar la proscripción. Reestablecer el salario de los trabajadores. Amnistía general. Normalización de los sindicatos y de la CGT.

La fusiladora, escondida tras Frondizi, debe negociar porque no puede normalizar pero no abdica respecto del real poder.
Los peronistas recobran la identidad amordazada pero la amnistía se tornó selectiva; el salario es devorado por la inflación y surge la pelea por la Laica en oposición a la Libre.
En septiembre la Huelga General repudia los contratos petroleros.
Se alza el Frigorífico Lisandro Latorre frente al negociado con la carne : ocupado por los trabajadores, son ferozmente reprimidos por 3000 efectivos de seguridad al mando del tristemente recordado Comisario Margaride. El saldo de la barbarie es 5.200 trabajadores cesanteados…..Mataderos se convierte en el representante representativo de los barrios insurrectos….
Se agudiza la represión y con ello surgen nuevos modos de lucha producto del imaginario colectivo que hace resistencia : corren chanchos por la calle Florida denostando al ministro Alvaro Alzogaray, estallan los rojizos buzones desparramando volantes que denuncian al régimen mentiroso; Artigas es envuelto con papel higiénico en su plaza en la Republica de Oriental del Uruguay para permitir aglutinar y luego denunciar los atropellos que se cometen en nuestra orilla.

El Plan CONINTES que Perón no aplicara en su segundo gobierno contra los que luego lo derrocan, adquiere 4 años después, vigencia.
Se encarcela pueblo por contrariar al orden público. La democracia juzga almas libres con Tribunales Militares.

Las cárceles de todo el país se pueblan de resistentes.

El dolor y la impotencia frente a la arbitrariedad y la incertidumbre transforma aún más a los espíritus inquietos de saber que devienen analíticos y reflexivos.
Ignorantes, los barrotes sirven de escuelas para formación de cuadros.

Las familias descabezadas hacen tramas solidarias para el cuidado de los hijos, para el acompañamiento en las horas difíciles, para dar albergue; se ligan en la bùsqueda de abogados y la asistencia en salud. Surge COFADE (Comisión de Familiares de Detenidos) con Spina y Margarita -la tia- Contursi.
Los asaltos a la petrolera Shell marcan una coherencia en la lucha contra el petróleo y las multinacionales a la vez que los dineros sirven para alimentos y abrigos a las familias diezmadas por cesantías, exilios y encarcelamientos.

Muchos de los CONINTES crecen en las luchas populares, soportan el onganiato, soportan la Triple A y los más son victimas del genocidio del 76/82.

Otros mueren en condiciones de misérrima pobreza.

Los pocos sobrevivientes hace más de 15 años claman y exigen ante todas las administraciones de gobierno el reconocimiento histórico merecido por haber regado la Patria de sueños y prácticas de libertad entendiendo que el bienestar individual lo es en relación a la existencia del bienestar en todos.

Éste 16 de marzo se cumplen 47 años del nefasto Plan de Conmoción Interna.
Miércoles 27 de febrero de 2008
Fuente: www.evareartejp.blogspot.com


Los obreros de la carne ocupan el 16 el frigorífico, en desacuerdo con su privatización. Cuando Frondizi se dirige el 18 con su comitiva rumbo al aeropuerto internacional de Ezeiza, una rechifla lo acompaña durante casi todo el camino. Desde Estados Unidos, el mandatario afirma que “la conducción del país la tiene el gobierno y no los gremios” y asegura que la huelga general “es un golpe comunista-peronista”. Declarada la ocupación del Lisandro de la Torre , llegan al lugar ómnibus con policías, carros de asalto de la Guardia de Infantería, coches patrulleros y más de cien agentes de civil de la División Investigaciones con armas largas. Como está en vigencia el Plan Conintes, el gobierno ordena al Ejército que intervenga para terminar con la toma. Los militares llegan con cuatro tanques de guerra Sherman y jeeps con soldados provistos de ametralladoras al mando del teniente coronel Alejandro Cáceres Monié.

Tropa de Gendarmería se unen a los policías y soldados que rodean la zona.

Las fuerzas de seguridad son recibidas a pedradas por los trabajadores y el vecindario, donde viven muchos de los huelguistas. Uno de los tanques destroza las puertas de edificio, y agentes y soldados entran violentamente a desalojar a los ocupantes. Noventa y cinco obreros son detenidos y varios son heridos; hay siete policías lesionados. Durante varios días hay enfrentamientos en Mataderos. Se libran pequeños pero encarnizados combates propios de una insurrección urbana. Del 17 al 20 de enero estalla una huelga general en apoyo a los trabajadores del Lisandro de la Torre y en protesta a la intervención del ejército en cuestiones sindicales. En los días siguientes, las fuerzas de seguridad allanan los principales sindicatos peronistas y varios domicilios particulares, junto con la sede central de Partido Comunista y 25 comités de esa organización. Poco después, los detenidos son 400.

Entre ellos se encuentran dirigentes como Augusto Timoteo Vandor, Amado Olmos y John William Cooke, y nuevos militantes como Susana Valle y Felipe Vallese.
El Plan Conintes se instaura con mayor fuerza. En La Plata , Berisso y Ensenada, principal enclave de los frigoríficos extranjeros y con gran concentración de obreros, se declara “zona militar” custodiada por el ejército. Tropas de la marina ocupan la destilería de petróleo de La Plata.

A lo largo de todo el mes estallan bombas por todas partes: en el domicilio de Rogelio Frigerio, en comités de la UCRI , en las vías de los ferrocarriles Belgrano, Mitre y Sarmiento, en el Servicio de Informaciones de Estados Unidos, en la ciudad de la La Plata... Cuando el paro concluye, renuncia el ministro de Trabajo. Frondizi regresa al país el 2 de febrero y declara sin inmutarse: “He encontrado gran madurez en Estados Unidos para la comprensión de los problemas latinoamericanos”.
Los atentados de los comandos de la Resistencia Peronista , al contrario de lo que sucederá a fines de la década del 60 y comienzos del 70, no están destinados a eliminar personas ni causar heridos. Los caños se colocan afuera de domicilios, locales partidarios, objetivos económicos, lugares de producción, pozos de petróleo, tanques de combustible, líneas férreas. A pesar del odio político hacia el enemigo, se conserva el respeto por la vida.

A consecuencia del violento desalojo del Lisandro de la Torre y de la ola de atentados que le siguen, la Unión Cívica Radical del Pueblo da a conocer una declaración: “El presidente de la República conocía perfectamente la índole de los materiales humanos e ideológicos manejados y encumbrados por él. El país entero los denunció; pero él los sostuvo... Y cuando los trabajadores se alzan repudiando la entrega del petróleo y la electricidad, cuando se alzan protestando contra la carestía de la vida, entonces son perturbadores, peronistas y comunistas”. Antes, a mediados de enero, los radicales del pueblo habían solicitado el juicio político al presidente.

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