Don Padilla, sus asados domingueros, sus bocaditos de carne con grasita para el niño deseante, a través del alambrado.
Doña Julia su esposa, la mamá de Cacho, (barrendero y peronista, albañil, cordobés y peronista).
Camina cansina entre el gallinero, la huerta y llevatrae huevitos, lechuga, ají.
Don José, herrero, de Rácing, dos atados por día ( casi tres), se duerme, quema la cama.
y...casi casi...
Gloria su esposa, la mamá de la Lili y Gracielita, ceba mates paradita, delantal, al lado del herrero.
Don Antonio, obrero de Eveready, taciturno, alto, dueño de un Auto Unión bordó, sábados arma y desarma, arregla y desarregla, siempre trabaja, menos lo domingos.
No se lo ve.
Don Alfonso, tano y verdulero, marido de Doña Rosa, tana y verdulera, siempre en chancletas, invierno y verano. Me enseñó a descubrir arañas "pollito" entre los cachos de banana.
Y a matarlas.
Don Félix, riojano, morochazo, peronista, hablaba solo con la mirada: El Almacenero.
Carrito empujado por él, invierno y verano llevando pedidos "a domicilio".
Vasito de soda fresca, parada obligada en casa por aquellos diciembres.
Don Montivero, también cordobés, alto, morochón, obrero, camiseta blanca, de Boca, peronista, y su mujer La Betty, con paraguas bajo el sol veraniego por temor a ser mas morocha de lo que ya era.
Vaya a saber uno qué estigmas la perseguirían...
Tantos dones con su dones.
Tantas doñas con sus dones.
Tanto barrio de apellidos o sobrenombres identificatorios (Rodríguez o Toto) como marcas indelebles de sus vidas recién iniciadas en el Eva Perón de Beccar.
Dejando atrás plazas, sindicatos, diecisietes, cincuenta y cincos.
Borrón y cuenta nueva.
Un barrio de ex o de nomeolvides, pero manso.
Hasta que un par de niños/as se nos ocurrió desempolvar cajones, roperos, galpones,
y fueron apareciendo fotos de un señor Sonrisa eterna, de uniforme, a caballo con pintitas
y se nos ocurrió preguntar quién.
Y ahí los Dones y las Doñas, polacos o tanos, criollos o no, tuvieron que decir, contestar, afirmar:
y...ese...esteee...ese es Perón, el General.
Y el barrio se hizo gracias a... esteee...Evita....
Tenemos la casa gravias a Evita retumbaba en cada jardín, mateada, cocina, vereda...
Ajá....hubiéramos dicho, pero no, eramos curiosos/as, pícaros/as, rebeldes, buscones/as.
Empezamos a hurgar en vidas y misterios.
Un verano aburrido de 1970, arrancamos entre bombita y baldazos carnavaleros a pensar volver
aunque no hubiéramos estado ni sido.
GB
El pago de intereses de la deuda empieza a significar un costo muy alto en las cuentas públicas nacionales. Según se informó oficialmente, en lo que va de enero se destinaron 11 mil millones de pesos a ese ítem. La cuenta es muy gráfica: por hora, el Gobierno destinó 20 millones de pesos para cancelar el servicio de la deuda.
Otro dato relevante: lo que se dedica a pagar deuda es prácticamente lo mismo que se transfirió al ministerio de Trabajo (16 mil millones) para que se ocupe de tres programas sociales - laborales: asignaciones familiares, seguridad social y el plan Progresar. Total normalidad...
Según reveló El Cronista Comercial lo pagado hasta el momento para servicios de la deuda, aunque parezca mucho, es solo el 2,83% de lo estipulado para 2018. Este año, se destinarán a ese rubro $ 406 mil millones.
Además, y siempre de acuerdo a la información de Cambiemos, este año el Ejecutivo espera volver a tomar deuda por más de 15 mil millones de dólares, a un ritmo similar a los dos años anteriores. No hay país emergente en el planeta que se esté endeudando a esa velocidad. Incluso el neoliberal FMI se mostró "preocupado" por la situación de "algunos países no desarrollados". No nombró a la Argentina, pero no hizo falta para saber a qué país se refería.