sábado, 30 de noviembre de 2013
112. Hacía la colimba en la ESMA y pasó a ser un desaparecido que sobrevivió
Se trata de Alejandro Hugo López, quien fue secuestrado mientras realizaba el servicio militar obligatorio. Permaneció en cautiverio ahí mismo. Luego fue liberado y reincorporado a sus tareas en la ESMA, donde pasó a ser el chofer del represor Alfredo Scilingo.
El caso de Alejandro Hugo López (52)
Fue privado ilegalmente de su libertad, con violencia, abuso de funciones y sin las formalidades prescriptas por la ley el 13 de julio de 1976. El secuestro se produjo dentro de la ESMA, donde cumplía el servicio militar obligatorio. Los captores pertenecían al Grupo de Tareas 3.3.2. Alejandro permaneció en cautiverio en ese mismo predio bajo condiciones inhumanas de vida. Fue liberado el 18 de julio de 1976.
El testimonio de Alejandro: un colimba detenido-desaparecido en la ESMA
"En 1976 era conscripto, trabajaba como oficinista, tenía acceso a los talleres de la ESMA. Entré en 1974. Me hice desertor y volví después de marzo de 1976. La tarde del 13 de julio un suboficial me pide que vaya al salón Dorado con él para tomar medidas para un trabajo", relató el testigo. Le preguntaron quién era esa persona y dijo que "lo conozco y muy bien, pero entiendo que es uno de los que me salvó la vida. Si estoy obligado doy el nombre, pero para mí es una persona de bien. Él me dejó en la puerta del salón Dorado. De los que me acuerdo, me recibieron me acuerdo de Savio, Acosta y otros más. Me hicieron sentar en un sillón. Savio me dijo que me iba a mostrar fotos de un procedimiento para ver si conocía a alguien. De atrás me ponen una capucha, me pegan, me caigo, me vuelven a pegar en el piso, no me levanto, me ponen ropa de civil en lugar de la de la Marina. Primero me llevan arriba. Conocía el Casino porque conocía al capitán Cobas, a quien le limpiaba el cuarto. Ahí me engrillan, me esposan, siento las bombas, sé que estoy al lado del tanque de agua de la Casa de Oficiales, porque conocía. Se sentían voces, gritos que las callaban, se abrían puertas, sentía gritos. Me di cuenta de que venían pisando a la gente. Después me llevan abajo, me picanean, no me preguntaban mucho, no entendía por qué. Me preguntaban dónde había veraneado tres años atrás, hasta que alguien me preguntó por un colimba llamado Tarnopolsky (caso 53), a quien no conocía. Yo estaba en el sector de Ingeniería. Así pasan los días. Después, más allá de pegarme el que pasaba, yo estaba tirado en una colchoneta, esposado con las manos atrás, encapuchado y engrillado. No pasaba nada, hasta que un día me sacan a la noche al exterior, me sacan los grilletes, me atan las manos, pero con una soga. Me sacan las esposas, me suben al piso de un Falcon".
Clavos
"Me preguntaban si yo le había dado clavos a alguien en cantidad. Yo estaba en el depósito, yo sabía de antes lo que pasaba en el salón Dorado", contó López. Estas preguntas se refieren al caso de Tarnopolsky, acusado de haber colocado una bomba en la ESMA, destinada a Eduardo "El Tigre" Acosta.
Volver
Después del cautiverio, Alejandro fue reincorporado a sus tareas previas: "Ahí estaba ´220´ (Weber). Nos hace sacar la capucha y dijo: ´esto es para contarle sus nietos´. Estaba en un sillón con una pistola de cada lado". Así, Alejandro retomó sus funciones y "una vez, estacionando un camión, veo a Scilingo en Automotores. Pasaron unos días y me buscaron y me pidió que lo llevara al edificio Libertad. A partir de ahí paso a ser su chofer".
El caso de Luis Carmelo Achurra Ulibarri (660)
Fue privado ilegalmente de su libertad, con violencia, abuso de funciones y sin las formalidades prescriptas por la ley el 4 de agosto de 1976, aproximadamente a la 1:00, en su domicilio en Constituyentes 5759, en la Ciudad de Buenos Aires. El operativo fue realizado por personas uniformadas, quienes se trasladaron en tres o cuatro vehículos. Luego de romper la puerta de entrada, ataron a Luis, lo vendaron y después de una hora lo introdujeron en la parte de atrás de un auto.
La víctima fue llevada a la ESMA, donde permaneció en cautiverio bajo condiciones inhumanas de vida. Fue liberado dos semanas después, cuando lo metieron en una camioneta con cúpula, haciéndolo bajar en una plaza ubicada en Av. Fernández de la Cruz y General Paz.
El testimonio de Luis
"Estaba en casa con mi mujer y mi chico, entre junio y julio de 1976. Vivía en Constituyentes y Albarellos, en Villa Pueyrredón. Vino gente y me llevó, quedaron mi hijo y mi mujer en el departamento. Estuve atado en el piso con los brazos para atrás y las piernas también unos 12 ó 13 días. Me torturaron. El lugar donde me ponían era una madera con las piernas para abajo, siempre estuve vendado. Después de ese tiempo, cuando me largan, me llevan a la calle Fernández de la Cruz y General Paz, para el lado de Capital, y me dejan en una plaza a unas 3 ó 4 cuadras. Ahí me saqué la soga y la venda, y me tomé un colectivo", relató el sobreviviente de la ESMA, quien tenía 33 años de edad cuando fue secuestrado.
Luis contó que sufrió una gangrena en una de sus piernas por las condiciones de cautiverio en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio. "Estaba atado con la soga, entonces me agarraron fuerte el tobillo con la soga y, por el movimiento que hacía yo con la picana, se ve que se cortó el hueso. Después me operaron en el Policlínico de San Martín. Yo decía que me dolía, entonces me dieron inyecciones ahí en el piso. Me quedaba abombado, no sé si por las inyecciones o por el dolor, estaba todo infectado".
Torturas
Luis contó que durante las sesiones de torturas le preguntaban por armas. "Yo no sabía nada, por más que me pegaran y me pegaran. Me decían: ´levantá la mano cuando quieras hablar´, y me seguían picaneando".
El caso de Ricardo Luis Cagnoni (674)
Era empleado de Ford, lo apodaban "Colimba". El 3 de abril de 1977 a la tarde fue privado ilegalmente de la libertad, con violencia, abuso de funciones y sin las formalidades prescriptas por la ley. Estaba en el andén 14 de la Estación de trenes de Constitución. El operativo fue realizado por un grupo de aproximadamente diez individuos vestidos de civil y armados, pertenecientes al Ejército. Ricardo fue llevado a la ESMA, donde permaneció en cautiverio bajo condiciones inhumanas de vida. Habría sido "trasladado" entre junio y julio de 1977 y sigue desaparecido. Cuando lo secuestraron tenía 23 años de edad.
El testimonio de Miguel Jorge, hermano de Ricardo
"Hay cosas que viví y otras de las que me enteré", aclaró el testigo. Luego narró lo que fue su secuestro: "el 3 de marzo de 1977 va un grupo armado a la casa de mi padre. Yo estaba durmiendo y me despierto con una persona apuntándome con una pistola. Me preguntan por mi hermano. Yo no sabía si estaba. Después me enteré de que cuando escuchó los ruidos se fue por el fondo. Me llevan secuestrado, me suben a un Falcon verde. Había un militar y lo primero que hace es pegarme una trompada en la cata. Me encapuchan, me tiran en el piso del auto y mientras me van pegando. Después de aproximadamente 15 minutos, se siente que abren un portón, silbato de guardia, entran el auto. Yo siempre encapuchado. Me bajan cerca de una puerta que tenía una escalera descendente corta, en el descanso me hacen chocar la cabeza contra la pared y me dicen: ´¿no mirás por dónde caminás, pelotudo?´. Así llego al subsuelo, me atan a un camastro, me empiezan a preguntar por todas mis actividades del día. Me había recibido de agrónomo y estaba buscando empleo. Me preguntaron qué tenía en mi billetera y mientras me pegaban con un palo. No me dieron picana, me pegaron mucho. Cerca de la madrugada me soltaron. Me dijeron que me vistiera, que me iban a matar. Me subieron a un auto, me llevaron a un descampado frente a la ESMA, en la entrada del club CUBA, me ponen una pistola en el cinto, que se la habían llevado de casa, amagan un fusilamiento. Después me arrancan la capucha y se van. Dijeron que no mire. Volví a casa, se quedaron con mi reloj y mi documento".
Secuestro en Constitución
"Después no tuve contacto con mi hermano. Sabía que mantenía contacto con mi padre y que había planeado irse a vivir al Sur. Un mes después, era la fecha en que se iba, 3 de abril. Fuimos amigos y parientes a despedirlo a Constitución y llega la misma gente que me había llegado a mí. Bajan del tren con mi hermano a la rastra y se lo llevan. Me quedé paralizado. Mi papá se acercó a preguntar qué pasaba y le pegaron un culatazo. Se llevaron a mi hermano y nunca más supimos nada, hasta que Lidia Vieyra (caso 241) dijo que lo había visto en la ESMA".
Montonero
Miguel contó que cuando lo interrogaron le preguntaron por su hermano: dónde trabajaba, quiénes eran sus amigos, cuál era su ideología. "Peronista, él era montonero", les respondió Miguel. Militaba en Zona Norte. Su compañera es Ana María Clement y la hija de ambos se llama Soledad.
"Tal vez los acusados tengan tiempo en el futuro para meditar, ya que han sido causantes de tanto mal. Sería bueno que en esa meditación encuentren la forma de ayudar a las madres y abuelas que aún buscan a sus hijos y nietos. Aún mantienen ese pacto de silencio absurdo", dijo el testigo para concluir.
El caso de Alberto Roque Krug (806)
Fue secuestrado el 2 de diciembre de 1976 a la noche, con Diego Jacinto Fernando Beigbeder (caso 805), "El Turco", y Guillermo Lucas Orfano (807), "Guille". El operativo fue hecho por un grupo de entre 35 y 40 personas vestidas de civil, quienes se movilizaban en vehículos Ford Falcon. Las tres víctimas fueron golpeadas y encapuchadas y luego llevadas a la ESMA, donde permanecieron en cautiverio bajo condiciones inhumanas de vida. Los tres siguen desaparecidos.
El testimonio de Carlos Federico, hermano de Alberto
Alberto trabajaba en el Banco Nación y era hincha de Racing. Los dos hermanos militaron juntos en la Juventud Peronista. "El 2 de diciembre de 1976 fue secuestrado. Mi hermano siempre solía llamar a mis viejos. Ese fin de semana no llamó. El lunes recibimos un llamado diciendo que sabían que habían secuestrado a mi hermano y a otros compañeros, no sé quién. Nos encontramos en San Juan y Directorio con un compañero, ´El Tarta´, que nos dijo cómo había sido el secuestro", contó Carlos.
Alberto tenía 24 años de edad y le decían "Beto". Tenía una novia, Ana Soria. Estudiaba en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
El caso de Nora Peirano (263)
La apodaban "Liliana", su novio era Rolando Hugo Jeckel (caso 255). Fue privada de su libertad de manera ilegal el 15 de abril de 1977 a la mañana en la vía pública, cuando iba al trabajo. El secuestro estuvo a cargo del Grupo de Tareas 3.3.2. Nora fue llevada a la ESMA y sigue desaparecida. Rolando fue capturado el 18 de marzo de 1977, llevado a la ESMA, y desaparecido desde entonces.
El testimonio de Alicia, hermana de Nora
"Cuando desapareció, mi hermana tenía 25 años, era abogada, militante de la JP, vivía en Independencia 457, 4° piso. En el 6 ó 7 vivía la madre de Rolando Jeckel, ´Germán´. Estuvo casada con Bettini, aunque la familia lo niega. Mi hermana estuvo en la ESMA, lo investigó mi familia. Desapareció el 15 de abril de 1977 por la mañana. Trabajaba como abogada", contó Alicia, y agregó: "Yo quiero que se haga justicia, es lo único que me interesa".
El caso de Roberto Luis Stéfano (237)
Lo apodaban "Pipo". Fue secuestrado a principios de marzo de 1977 en un bar de la Ciudad de buenos Aires. Ahí tenía que encontrarse con un compañero, a quien halló encadenado a una mesa. Roberto intentó escapar del lugar, pero los miembros del operativo dispararon armas de fuego, matando a Roberto. Luego, fue llevado a la ESMA, a donde habría llegado sin vida.
El testimonio de Graciela Sánchez, compañera de Roberto
"Estuvo mucho tiempo en la JUP. Estudiaba Sociología, trabajaba en el Banco Nación. Después dejó de trabajar ahí, aproximadamente unos dos años antes, y tenía militancia en el Banco, incluso salió en el diario con una urna levantada por fraude en las elecciones. Cuando ya estábamos casados me contó que estaba en Montoneros", sostuvo la testigo.
Próxima audiencia
El juicio continuará el jueves 28 de noviembre desde las 9:30 horas con más declaraciones testimoniales.
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