jueves, 26 de septiembre de 2013
Reato: el intento de reducir la tragedia a un problema contable
Las intervenciones de Ceferino Reato, al igual que las de el “Tata” Yofre o Vicente Massot, entre otros “intelectuales”, tratan de embarrar la cancha (...) para dejar de lado lo que se logró hacer en estos años.
Por Nicolás Adet Larcher
La Nación vuelve a provocar desde sus columnas y a desatar la polémica, esta vez de la mano de Ceferino Reato, gran defensor en los hechos de la teoría de los dos demonios (aunque diga lo contrario en algunos reportajes, por ejemplo, a AGENCIA PACO URONDO).
Una columna escrita por Ceferino Reato en el diario La Nación volvió a generar polémica respecto a un tema sensible que el diario parece querer tocar siempre para tratar de llamar un poco más la atención. “Hablan de 30.000 desaparecidos y saben que es falso” es el nombre en cuestión del artículo, y se empecina en tratar de desbaratar una supuesta “mentira” organizada por los organismos de Derechos Humanos (Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS, etc.) sin una justificación clara que pueda sostener Reato. En su texto no argumenta por qué los organismos de Derechos Humanos mentirían respecto a eso y qué podrían haber ganado en cuanto a una diferencia numérica. Según los cálculos de Reato, el número real seria de 7.158 víctimas.
En uno de los párrafos de la nota, el periodista enumera las fuentes de donde sacó sus datos, y además aprovecha el momento para promocionar su último libro. Curiosamente la única fuente que llega a mencionar Reato de manera específica es el “Nunca Más” y un documento publicado por el Gobierno que no detalla cuál es. Omite mencionar que la Inteligencia chilena -en 1978- había contabilizado, hasta ese momento, 22 mil desapariciones en un documento secreto de Arancibia Clavel, funcionario de inteligencia chileno en la Argentina. El funcionario se basa en informes del Batallón 601, e inmediatamente fue enviado a la sede de la DINA en Chile.
Ceferino Reato olvida (intencionalmente) que cuando se realizó el documento de la Conadep a los miembros de la Comisión no se les permitió ingresar a varios centros clandestinos de detención, por ejemplo: al 3º Cuerpo del Ejército en Córdoba, que se negó a concederles la entrada. En varias oportunidades, quien era Secretario de Derechos Humanos, Luis Duhalde, agregó: "La cifra de 30.000 no es ni arbitraria ni caprichosa, aunque es lamentable reducir la dimensión de la tragedia argentina a un problema contable".
En el año 2003, el diario Clarín publicó una nota al respecto de este tema numérico que desvela a Reato, y en el artículo se mencionaba: "Estas listas incompletas son las que tenemos y por diversas razones no reflejan la totalidad de los detenidos-desaparecidos", aclaraba la solicitada de los ocho principales organismos de Derechos Humano publicada en Clarín el martes 25 de octubre de 1983. Sobre el número de los 30 mil, las Madres de Plaza de Mayo aclararon que se llegó a dicha cifra por la desproporción existente entre el número real de víctimas y las denuncias oficiales efectuadas. Citan un ejemplo: "En La Plata, sabíamos que habían desaparecido en un primer momento unas 2.500 personas y que sólo hubo 800 denuncias".
En esa nota de Clarín se detallaba lo pronunciado por el Gobierno: "Aquí no hay tarea concluida. Todos los días nos visitan familiares de desaparecidos o se nos acerca documentación para completar este archivo, que registra la más grande tragedia de nuestra historia y que custodiamos como parte de la memoria de nuestro pueblo".
La cifra elaborada por Reato trata de frivolizar la cuestión de los desaparecidos en una simple cuestión matemática que pretende hablar de números y no de víctimas. Además, deja en claro la falta de rigor al momento de investigar omitiendo datos para implementar la clásica teoría de los dos demonios. En una de sus ingeniosas columnas, Eduardo Blaunstein retrata a Reato: “Lo (relativamente) nuevo que propuso es entrarle otra vez al tema sólo que por derecha (a lo Tata Yofre), con una mirada conservadora, de pequeño periodismo, de suspicacias maliciosas. Suspicacia maliciosa es ocuparse, por ejemplo, de trazar una confrontación entre ‘las millonarias indemnizaciones pagadas a los parientes de los guerrilleros caídos en Formosa y su asimetría con relación a la mísera pensión mensual que reciben los padres de los conscriptos muertos’. Y eso que Reato se presenta como alguien que impugna las lógicas binarias del kirchnerismo, ‘un estilo político basado en la lógica amigo-enemigo, que era la lógica también de Montoneros’”. La nota de Blaunstein viene de la presentación del anterior libro del periodista de los dos demonios, “Disposición Final”, donde se entrevistaba a Videla como a cualquier otra persona, con una pasividad escalofriante.
Las intervenciones de Ceferino Reato, al igual que las de el “Tata” Yofre o Vicente Massot, entre otros “intelectuales”, tratan de embarrar la cancha para situar discusiones frívolas en la sociedad, y dejar de lado lo que se logró hacer en estos años y lo mucho que todavía falta. Actores como los diarios La Nación, La Nueva Provincia, la Revista Cabildo, e incluso “militantes” como Cecilia Pando que defendieron y defienden hasta el día de hoy a los genocidas, deben ser tomados con cautela por una sociedad que logró recuperar su memoria.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario