lunes, 30 de septiembre de 2013
30 DE SETIEMBRE DE 1966 Y NUESTRA PRESIDENTA.
Las siete banderas argentinas del Operativo Cóndor
María Cristina Verrier, tercera al mando de la Operación Cóndor que intentó la recuperación de las Islas Malvinas en 1966, señaló a la Presidenta su esperanza de que todas las políticas y acciones llevadas a cabo por el gobierno desde 2003 den sus frutos y que en el futuro los jóvenes ingleses "van a querer venir al continente en crecimiento".
"Sólo tenía que esperar, la historia los traería a ustedes, Cristina y Néstor", dijo Verrier en la carta que dirigió a la Presidenta y que fue leída hoy durante un acto que la mandataria encabezó en Casa de Gobierno en homenaje a Antonio "El Gaucho" Rivero, un peón de campo que lideró el 26 de agosto de 1833 un alzamiento contra la ocupación británica de las islas.
Al entregarle a la Presidenta las siete banderas que durante 36 horas flamearon en Malvinas en 1966, Verrier le dijo en la misiva que hasta ahora era ella la que las custodiaba y que creía que había llegado el momento que fuera Cristina quien siguiera su custodia como "símbolo que une la voluntad de todo el pueblo".
Verrier expresó en este marco su deseo de que se realice una "campaña con las banderas, con reclamo ante los organismos internacionales", pero, sobre todo, "con fe, porque los jóvenes ingleses pronto van a querer venir a este continente en crecimiento y luz, y no escucharán los encorsetados mensajes de los viejos ingleses que no quieren ver que la Gran Bretaña se viene abajo".
En el texto, Verrier dice también que fueron la Presidenta y Néstor los que "dieron a conocer al mundo" los derechos argentinos sobre las Malvinas, los que "hicieron conocer a Ushuaia como un bellísimo lugar, con hoteles y turismo, y, por encima de todo", su reclamo "en vivo", y no con "cartas oficiales que iban y venían".
Con la presencia familiares de los integrantes de la Operación Cóndor, el 1 de marzo de 2013 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional una vitrina con una de las siete banderas argentinas que flamearon en Malvinas en septiembre de 1966.
Verrier expresó su voluntad de que sus banderas, que -dijo- "están vivas" recorran "de punta a punta la Argentina, para mostrarlas al pueblo", pero también para que dos de ellas queden depositadas, una en la Virgen de Itatí, a la que considera la protectora del operativo Cóndor, y otra "en el mausoleo de Néstor Kirchner, tu compañero".
Respecto a su voluntad de que una de las banderas esté en el mausoleo de Néstor Kirchner, Verrier recordó que "no sólo se inmoló por sus ideales, sino que puso a la mujer en igualdad con el hombre, hombro a hombro, algo nada fácil en un país machista, acostumbrado a tomar para su beneficio las capacidades de la mujer que tienen al lado".
"Este es mi deseo, campaña con las banderas, reclamo ante los organismos internacionales y fe, porque los jóvenes ingleses pronto van a querer venir a este continente en crecimiento y luz, y no escucharán los encorsetados mensajes de los viejos ingleses que no quieren ver que la Gran Bretaña se viene abajo", advirtió en su texto.
Dijo también que "las monarquías desaparecerán" y que "lo único azul será el color que se vende en la pinturería" y lanzó desde la Argentina "un profundo grito de Viva la Patria, al gaucho Rivero que en su tiempo defendió las islas a caballo y a degüello, y murió a su ley en la Vuelta de Obligado".
En su post data, Verrier le pidió a la Presidenta que "la releve" como custodia de estas banderas que el 28 de septiembre de 1966 flamearan en las islas usurpadas.
Cristina detalló que, como Verrier se lo pidió en una carta y personalmente durante una reunión que mantuvieron en la residencia de Olivos, una de las banderas "ya está con él", en el mausoleo que guarda los restos del ex presidente Néstor Kirchner en Río Gallegos.
En tanto, la Presidenta señaló que otra de las banderas "irá a la Virgen de Itatí, en Corrientes como me pidió María Cristina".
"El resto de las banderas van a ir una al Museo de las Malvinas que vamos a inaugurar el año que viene; otra al Museo del Bicentenario; otra para el Patio Malvinas Argentinas que está aquí (en la Casa de Gobierno) y otra tiene que estar en el Congreso Nacional", precisó.
Una de las siete banderas fue llevada por la Presidenta a la Basílica de Itatí, Corrientes, tal como fuera solicitado por María Cristina Verrier.
Agregó que "la séptima, por pedido mío, irá a la Catedral de Luján, consagrada a la Virgen de Luján que es la patrona de todos los argentinos".
El miércoles 28 de septiembre de 1966 un grupo de 18 jóvenes tomaron el control del vuelo 648 de Aerolíneas Argentinas, que había despegado del aeroparque Jorge Newberry hacia Río Gallegos, en lo que fue el inicio del Operativo Cóndor.
Dardo Cabo, en ese momento de 25 años, quien diez años después, durante la dictadura militar, fue asesinado, fue el jefe del comando.
Lo secundaron Alejandro Giovenco, María Cristina Verrier, Ricardo Ahe, Norberto Karasiewicz, Aldo Omar Ramírez, Juan Carlos Bovo, Pedro Tursi, Ramón Sánchez, Juan Carlos Rodríguez, Luis Caprara, Edelmiro Jesús Ramón Navarro, Fernando José Aguirre, Fernando Lisardo, Pedro Bernardini, Edgardo Salcedo, Víctor Chazarreta y el director del diario Crónica, Héctor Ricardo García.
En Puerto Rivero -después sería Puerto Argentino- Dardo Cabo firma el siguiente comunicado: "Operación Cóndor cumplida. Pasajeros, tripulantes y equipo sin novedad. Posición Puerto Rivero, Islas Malvinas, autoridades inglesas nos consideran detenidos. Jefe de Policía e Infantería tomados como rehenes por nosotros hasta tanto gobernador ingles anule detención y reconozca que estamos en territorio argentino".
Los jóvenes descendieron del avión y desplegaron siete banderas argentinas: cinco en los alambrados, una en el avión y otra en un mástil.
La nave fue rodeada por varias camionetas y más de cien isleños, entre soldados y milicianos de la Fuerza de Defensa.
El 30 de septiembre, tras permanecer en el avión y luego de muchas negociaciones, los jóvenes abandonaron la nave siempre y cuando fueran acogidos por las autoridades de la Iglesia Católica de las islas, y así fue.
El viaje desde las Malvinas hasta Tierra del Fuego se extendió desde las 19:30 del 1 de octubre hasta las 3 de la mañana del 3 de octubre, cuando llegaron a Ushuaia. Luego vino un proceso judicial por parte del gobierno de facto de Juan Carlos Ongania.
Quince de ellos fueron dejados en libertad luego de nueve meses de prisión, en tanto Cabo, Giovenco y Rodríguez permanecieron tres años en prisión debido a sus antecedentes políticos como militantes de la Juventud Peronista.
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