jueves, 26 de septiembre de 2013

El tercer gobierno de Perón y el kirchnerismo

40 años del último triunfo de Perón. En general, quienes apoyan y se oponen al gobierno actual han coincidido en referenciar al kirchnerismo con la JP y no con el último gobierno del General. Sin embargo, muchas leyes, medidas y disposiciones de gestión estatal del FreJuLi fueron retomadas por los gobiernos de Néstor y Cristina. Por Horacio Bustingorry Son pocas las interpretaciones que se detienen en lo más sustancioso del último gobierno de Perón. Desde la izquierda han planteado que el sentido de esa gestión fue la salvaguarda del sistema capitalista, en riesgo por la fuerte activación del campo popular. Más matizada fue la lectura de quienes integraron la Tendencia, pero su conclusión terminó siendo la misma. Esas lecturas fueron formuladas de manera contemporánea a los sucesos y siguen siendo el punto de partida de muchas de las interpretaciones académicas sobre el periodo. Lo que está ausente en esas miradas es el profundo proyecto popular que Perón encarnó. Quienes abrevan en el antikirchnerismo oponen el rol pacificador del último Perón a la lógica confrontativa de Montoneros. A éste espacio lo ligan directamente con el kirchnerismo y por lógica transitiva contraponen a Perón con el proyecto K. El planteo es ridículo porque el General no fue un adalid del consenso sino el líder de un proyecto de liberación. Contra quienes quieren ver al último Perón como un pacificador sin más, cabe decir que su programa implicaba un fuerte disciplinamiento del gran capital, y que recibió contestaciones de la embajada norteamericana, buena parte del empresariado y las corporaciones agropecuarias. En su último discurso del 12 de junio de 1974, Perón cargó duramente contra la oligarquía por boicotear su proyecto. En ambas interpretaciones lo que impera es un negacionismo del verdadero proyecto de Perón. Si se indagara en las medidas impulsadas por su último gobierno saldrían a la luz las enormes coincidencias que tienen con el proyecto kirchnerista. Medidas que han servido de inspiración para las políticas K, pese a que estas últimas todavía no alcanzaron el grado de profundidad planteado en el programa del FreJuLi. Veamos: El rol interventor del Estado en los mercados agropecuarios y la redistribución de la riqueza a través de las retenciones a las exportaciones tienen sus antecedentes en las leyes 20.535/73 y 20.573/73 que otorgaron amplia facultades a las Juntas de Carnes y Granos, respectivamente. En aquél entonces el Estado también intentó poner en producción las tierras ociosas, problema ya perimido por la alta productividad actual del agro argentino. El proyecto industrializador y las políticas de control de las importaciones pueden referenciarse en la Ley 20.545/73 de Protección al trabajo y la producción nacional, y la Ley 20.557/73 de control de las Inversiones extranjeras, conteniendo esta última fuertes restricciones al envío de remesas y siendo por esa razón, muy resistida por Estados Unidos. La política de Patria Grande y el no acatamiento a los dictados del Imperio que hoy sustenta el kirchnerismo nos retrotraen a los acuerdos comerciales con el bloque socialista cuyos hitos fueron Cuba en febrero de 1974 y Polonia y la URSS en mayo de ese año. La reforma financiera propugnada por Carlos Heller a través de la Ley de Servicios Financieros tiene como antecedente inmediato la Ley 20.520/73 de Nacionalización de los depósitos bancarios. A diferencia del proyecto parcial de Heller, la ley setentista ponía bajo orientación del Estado todo el crédito bancario. La reforma impositiva, materia pendiente del kirchnerismo, fue sintetizada en la Ley 20.629/73. La normativa gravaba el capital y la riqueza y permitía una real distribución de la riqueza. La política de control de precios y la labor de Guillermo Moreno en la Secretaría de Comercio Interior es una readaptación de las facultades que adquirió el Estado en los 70 a través de la Ley 20.680/73. El texto autorizaba fijar precios máximos y sancionar a las empresas que realizasen maniobras especulativas. En materia laboral son varios los logros del kirchnerismo. La reapertura de paritarias, la derogación de la Ley Banelco y su reemplazo la Ley 25.877 que rehabilitó la convocatoria al Consejo del Salario retoman algo del espíritu original de la LCT 20.744/74, sin alcanzar, sin embargo, los niveles de protección al trabajo que implicaba aquélla normativa En el rubro de seguridad social y salud hay avances innegables pero falta una política global como la 20.748 del Sistema Integrado de Salud. Más profunda fue la incorporación de nuevos jubilados y la sanción de la Ley de movilidad jubilatoria que supera ampliamente a la Ley 20.118/75 Por último, el avance estatal reflejado en el rol regulador del Estado y las estatizaciones parciales son un logro que remite a los 70, aunque sin alcanzar la actividad sistemática y planificadora de aquéllos años. La coordinación de las distintas áreas del Estado se había delegado en un mega-organismo, la Corporación Nacional de Empresas del Estado (CNEE), entidad creada por la ley 20.558/73 Es cierto que el proyecto de Perón tuvo corta duración y ciertos ribetes de derechización política. Sin embargo, la profundidad de sus medidas no tiene parangón hasta la fecha. Frente a los que levantan a Perón pero silencian su práctica, proponemos rescatar su último gobierno, con los aspectos problemáticos, pero sobre todo en su rol de conductor de un proyecto de liberación, sustentado en un capitalismo nacional, antiimperialista y popular. El mismo proyecto que retomó el kirchnerismo, y que hoy más que nunca necesita su profundización.

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