miércoles, 30 de enero de 2013

MAXIMA SIN SU PADRE GOLPISTA Y COMPLICE DE LA DICTADURA



 
PAPA ZORREGUIETA NO SERA INVITADO
Ausente con aviso
El 30 de abril de este año, Jorge “Coqui” Zorreguieta no podrá asistir a la ceremonia de coronación en la Nieuwe Kerk, la misma iglesia que no pudo pisar cuando su hija Máxima contrajo matrimonio con el príncipe Guillermo Alejandro, en febrero de 2002. La televisión holandesa hizo trascender que la propia futura reina consorte informó al primer ministro Rutte acerca de la ausencia de su padre, vetado por el gobierno civil hace once años y presumiblemente factor de incomodidad todavía hoy, cuando sobre las espaldas del suegro real pesa, además de haber sido funcionario de la última dictadura militar, el hecho de que la Justicia lo esté investigando por su actuación entonces. Desde principios de este año, el juez federal Daniel Rafecas investiga una denuncia por complicidad civil con desapariciones y listas negras en el INTA que involucra al padre de la inminente futura reina de Holanda.

La causa judicial impulsada por un sobreviviente y familiares de los cuatro empleados del INTA desaparecidos señala el peso de la complicidad civil en la represión clandestina. Antes del golpe de 1976, el INTA contaba con 5000 trabajadores, casi 800 de ellos cesanteados durante la dictadura; entre ellos, además de los cuatro desaparecidos, hubo detenidos, obligados a renunciar, trasladados y asesinados. Las víctimas se presentaron en el juzgado de Rafecas para reclamar un análisis de lo ocurrido y una revisión de las responsabilidades penales a la luz de la actuación de los civiles y la Sociedad Rural Argentina. La entidad agropecuaria, integrante del Consejo Directivo Nacional del organismo, tuvo un rol importante en la depuración, que tuvo mayor impacto en el Centro Nacional de Investigación Agropecuaria de Castelar.

Zorreguieta, subsecretario de Agricultura de la Nación entre 1976 y 1979, y secretario entre 1979 y 1981, ocupó espacios clave. Primero, desempeñó un puesto directivo en Coninagro, y había revistado en la Comisión Directiva de la Sociedad Rural cuando llegó a subsecretario de la mano del ministro José Alfredo Martínez de Hoz. En 1981, el suegro del príncipe Guillermo elogió la gestión del empresario David Arias al frente del INTA.

En el otoño de 1976, tras esmeradas gestiones en la Sociedad Rural Argentina, Zorreguieta fue designado subsecretario de Agricultura de la Nación. Sin embargo, su nombramiento había sido más que cuestión de suerte. Durante esforzados ocho meses previos al golpe del 24 de marzo, “participó de varios de los encuentros clandestinos del denominado Club Azcuénaga, un grupo de militares y civiles de la derecha antiperonista, encabezado por el carismático general Federico de Alzaga, que se reunía en una casona de la calle Azcuénaga para conspirar contra la presidenta María Estela Martínez de Perón y elaborar el plan económico del futuro gobierno de facto”, tal como reconstruyeron losperiodistas Gonzalo Alvarez Guerrero y Soledad Ferrari en su libro sobre la biografía de Máxima..

En carta a Michel Baud –que había sido contratado por el Estado holandés para investigar a Máxima antes del compromiso con el príncipe–, Zorreguieta negó la acusación. A él le escribió: “Debo dejar aclarado que no participé de ninguna manera en la preparación del golpe militar del 24 de marzo de 1976. El programa económico del gobierno del Proceso fue formulado por un grupo de personas que se reunían en el llamado Club Azcuénaga, del cual yo no participaba. La parte correspondiente al Sector Agropecuario la redactó el doctor Mario Cadenas Madariaga...”. Sin embargo, escribieron los biógrafos de su hija, “su propio amigo Cadenas Madariaga lo desmiente: ‘No era el participante más activo, pero sorprendió con algunas de sus intervenciones’”.

Las acciones empresarias de desestabilización previas al golpe, en las cuales Zorreguieta fue un operador importante, incluyeron lockouts. Alvarez Guerrero y Ferrari detallaron que “en septiembre del ’75, justo cuando él asumía como director-secretario de la Sociedad Rural Argentina, las entidades del campo estuvieron once jornadas sin enviar carnes ni granos a los mercados. En octubre elevaron la apuesta con una huelga empresaria que duró dieciocho días. Zorreguieta también asistió a las reuniones de la Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias (Apege), donde se encargó de articular ese espacio multisectorial y participó en la organización del paro empresario del 16 de febrero del ’76, que terminó de sellar la suerte del gobierno democrático”.

El 9 de abril de 1976, a tres semanas de sucedido el golpe, Zorreguieta juró como subsecretario de Agricultura; también asumió como presidente de la Junta Nacional de Granos. Zorreguieta mantenía diálogo fluido con el ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz; fue él quien lo retuvo en el gobierno cuando su gestor, Cadenas Madariaga –hacedor, en 1978, del anuncio “construiremos una gran Nación, incluso si tenemos que oponernos a la gran mayoría de los argentinos”–, se alejó de la administración.

Entre 1979 y 1981, Zorreguieta se desempeñó como secretario de Agricultura. Desde su designación en el Estado, señaló Baud en su informe, “en un período saturado de declaraciones político-ideológicas y de posicionamientos políticos, Zorreguieta hablaba en público exclusivamente sobre cifras y datos técnicos”. De allí que, años después, negara todo conocimiento de la represión ilegal, los asesinatos, secuestros y campos de concentración que llevaba adelante la dictadura.

29/01/13 Página|12
GB

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