A los obreros tranviarios.
12 de setiembre de 1945.
Cultura del Trabajo, cultura
social. La libertad.
“Debemos imponer definitivamente en el país
los principios éticos del trabajo que estamos defendiendo hace casi dos años.
Es necesario llegar a la elevación máxima de la cultura social de las masas
trabajadoras, a la significación absoluta del trabajo y a la humanización del
capital, que ha de llegar, pese a quien pese y resista quien resista.
Recuerden y difundan entre sus
camaradas la necesidad de tener presente el programa de acción que ha de
desarrollarse en el sentido de la justicia social. No hay que creer que
reclamar un salario es todo cuanto debe hacerse, ni que la tarea esta terminada
con la sola abstención de las conquistas materiales a que el trabajo da
derecho. No; es necesario pensar que hay un programa integral que cumplir.
Ese programa integral al que me refiero
toma todo lo relativo a al organización del trabajo, que no solo se reduce a los
limites del taller y a las condiciones indispensables para no enfermarse o para
no trabajar en exceso; la organización del trabajo va mucho mas lejos. Es
necesario asentar una legislación del trabajo, completarla, echar las bases jurídicas
del trabajo argentino y defender a las asociaciones obreras, que son su
complemento indispensable.
Todo
esto esta ligado a la obligación del Estado, pero ello no libera al sindicato
de su propia obligación. Ustedes saben por experiencia que cuando los
sindicatos no presionaron, no mantuvieron despierto a los poderes públicos y
patronales, ninguna de las cuestiones del trabajo fueron resueltas benéficamente
para los trabajadores. Ello impone la necesidad de propugnar en el futuro como
una organización con fuerza de estado a cada uno de los sindicatos obreros.
Hace un año y medio que estamos luchando en
ese sentido. Llegamos a este momento de la vida argentina y tenemos fe en el
buen tino y juicio de los trabajadores. Si mañana todas estas conquistas y las
que pudiéramos obtener todavía llegaran a derrumbarse, habría un solo culpable
la masa trabajadora, por no defenderlas como corresponde. La responsabilidad
que pesa sobre todos nosotros en estos momentos esta en saber afrontar ese
futuro. Nosotros seremos responsables ante la historia si habiéndose presentado
esta oportunidad brillante de resolver nuestros problemas no lo hiciéramos por
incomprensión, por venalidad o por cobardía: en fin, por no haber sabido estar
a la altura de as circunstancias.
Y la libertad, señores, se defienden en el
campo, en el taller, en la calle, en la casa y en todas partes; porque no se
puede aceptar que uno sea libre en su casa mientras es esclavo en el taller, en
la fabrica, el la calle o en otro lugar. Es necesario que los obreros
comprendan esto. Deben seguir adelante con su organización y defenderla. La
libertad individual es base de la libertad colectiva.”
Prof GB
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