La estrecha perspectiva country de una protesta
Por Alejandro Horowicz
¿Cómo interpretar la marcha con cacerolas del jueves pasado?
¿Como el éxito del discurso de la prensa comercial concentrada? ¿Como debilidad del gobierno nacional? ¿Como un curioso efecto interno de la crisis global? Los que esperen una respuesta sencilla y rápida quedarán defraudados. Aun así, señalo el hilo conductor de mi lectura: la bancocracia mundial, el camino elegido por la Reserva Federal de EE UU para enfrentar una crisis financiera, transformándola en sistémica y por tanto en política. Ese es el punto: entender la naturaleza del gobierno mundial del capitalismo realmente existente.
Comencemos. Wen Jiabao alivió los nervios de los inversionistas al señalar el miércoles pasado que China se encamina hacia su meta de crecimiento para este año: 7,5 por ciento. El primer ministro reconoció que está bajo una "notable presión a la baja"; con elegancia oriental sugirió que el gobierno podría anunciar un plan de estímulo, al informar que el superávit fiscal chino supera los U$S 158 mil millones, sin olvidar que el fondo de reserva es por cierto mucho mayor. Mientras tanto, Europa y EE UU siguen enfrentando el déficit fiscal.
Casi en simultaneo, una multitud colapsó Barcelona; con el lema "Cataluña, nuevo Estado de Europa", desafió al gobierno de Mariano Rajoy. Dos millones de personas, según los organizadores (1,5 millones, dijo la policía local), se manifestaron por ahora festivos. El presidente regional, el moderado Artur Mas, quien el próximo 20 de septiembre se reunirá con Rajoy para reclamar un nuevo pacto fiscal, advirtió que si esa propuesta fuera rechazada el camino hacia la libertad queda abierto. "Cataluña produce suficientes recursos para vivir mejor de lo que vivimos. No hay batalla ni reto más urgente que la soberanía fiscal", subrayó Mas.
Hay más. Cientos de miles se manifestaron el sábado en Madrid para exigir a Rajoy que someta a referendo sus políticas de ajuste perpetuo. Es la primera gran movilización tras las vacaciones y llega cuando España estudia pedir otro rescate. Bajo el lema "¡Vamos! ¡Quieren arruinar el país, hay que impedirlo!", los manifestantes, convocados por unas 200 organizaciones sociales y los principales sindicatos de España, pidieron un drástico cambio de rumbo. La "marea social" acusa a Rajoy de pasar del Estado de bienestar al de beneficencia. El secretario general de las Comisiones Obreras sostuvo que el gobierno tiene la llave de la huelga general, la segunda desde que el Partido Popular llegó al poder en diciembre. Ignacio Fernández Toxo advirtió: "Esto no termina aquí, llegaremos tan lejos como el gobierno quiera llegar."
En Francia, por su parte, el recorte tomó fuerte impulso. François Hollande pidió el sacrificio mayor en 30 años: 33 mil millones de euros para 2013. El presidente sostuvo: "Voy a fijar una agenda de recuperación. ¿El plazo? Dos años." Es la primera vez que un presidente anuncia un paquete de medidas fiscales por TV. Tres sectores quedarían a salvo: educación, justicia y seguridad. Y el carácter "socialista" del recorte pasa por los 10 mil millones de euros que aportarán los ingresos más altos. Incluye en la "medida excepcional" –confiscatoria dirían en la Argentina– un gravamen de 75% a los ingresos por encima de un millón de euros, y concierne a 3000 personas.
También Portugal vivió jornadas contra las "medidas de austeridad". Los manifestantes rechazaron la política exigida por la troika Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional, que mantiene bajo estrecha vigilancia las finanzas portuguesas. Nadie pareciera inmutarse. En la reunión de ministros de economía de la Eurozona analizaron la propuesta de avanzar hacia una unión bancaria.
El Banco Central Europeo asumirá los poderes de supervisión de todos los bancos. Los Veintisiete se mostraron divididos, y las diferencias amenazan el objetivo: un organismo de control a partir del 1º de enero de 2013. Este proyecto va de la mano con la puesta en marcha del MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad). Mario Draghi ha dicho que si el MEDE adquiere bonos soberanos, cosa que por ahora sólo pueden hacer los bancos privados, el artículo 123 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que prohíbe la impresión de dinero para financiar gobiernos, sería letra muerta. El gobierno alemán se opone a la mutualización de la deuda, esto es a garantizarla con sus propios recursos, pero el MEDE es precisamente eso, la mutualización sin techo teórico. Claro que las decisiones del MEDE serán tomadas por una mayoría calificada del 85%, cuando Alemania dispondrá del 20% de esos votos; es decir, Alemania controla el mecanismo mediante un derecho a veto implícito. Pero, en última instancia, todo depende de que la Reserva Federal de EE UU sostenga su política monetaria actual: dinero muy barato para los bancos.
Las esperanzas de un nuevo estímulo de la Fed, compra de bonos y activos tóxicos, fueron reforzadas por el informe que muestra que la economía estadounidense generó en agosto 96 mil empleos, una cifra menor a la esperada. Analistas de Goldman Sachs Group dicen que la probabilidad de que la Fed anuncie el programa esta semana está "ahora por encima de 50 por ciento". Con anterioridad, sostenían que el anuncio se produciría a fines de año. Goldman espera que el banco central estadounidense compre (por mes, mientras haga falta) alrededor de U$S 50 mil millones en valores respaldados por hipotecas y bonos del Tesoro. Economistas de J.P. Morgan Chase dijeron que esperan que la Fed anuncie compras por 300 mil millones que terminarían en enero. Analistas de Barclays, en cambio, predicen que la Fed destinará 500 mil millones a esas compras. Esa es la política monetaria de los EE UU; el BCE no hace otra cosa que alinearse con ella, ya que depende de que Barack Obama no cambie el rumbo.
EL CASO ARGENTINO. En los primeros siete meses del año las exportaciones cayeron un 2%, y las importaciones se redujeron el 6 por ciento. Casi nada, si se compara con la caída de ventas brasileñas: 20 por ciento. Importa observar que ha crecido la importación de combustible. Así como el precio de la soja se sostiene apalancado en la burbuja financiera, otro tanto sucede con los combustibles fósiles. Ambos comportamientos son resultado directo de la evolución de la crisis. Disfrutar una ventaja supone soportar la cara débil, esto es, dos aspectos de una sola cuestión.
Una lectura estructural demuestra que en el último medio siglo América Latina ha sido un exportador neto de capitales. Una crisis financiera funciona como una aspiradora de capitales. Para el BCRA la conservación de sus reservas es su norte estratégico. Antes de 2008 era posible acumular reservas, mejorar el nivel de consumo popular, sin que la fuga de dólares rompiera el diseño de la balanza de pagos. Hoy no.
El gobierno estableció una suerte de exitoso "cepo cambiario". La fuga de capitales se redujo, de 18 mil millones el año pasado pasó a 3000… hasta ahora. A mi juicio es tiempo que el gobierno establezca un sistema de cotizaciones diferenciales para el dólar. Una franja cambiaria para la importación de bienes de capital y las exportaciones tradicionales. Otra para bienes no estratégicos, y una tercera para turismo e importaciones suntuarias. De este modo las reglas del juego, en esta coyuntura particular, quedarían claras. Y los que pueden pagarse vacaciones al exterior no serán subsidiados por una sociedad que no puede afrontar semejante gasto. En cuanto a los caceroleros movilizados, son las curiosas víctimas de un orden global donde precisamente ellos no suelen ser las víctimas. Desde su estrecha perspectiva country su protesta es lógica; al mismo tiempo, pensar que pueden ser la base de alguna propuesta política que no sea el regreso liso y llano a la Convertibilidad de Cavallo es casi ridículo. Se trata de saber si la sociedad argentina está dispuesta a retroceder hasta 1999.
17/09/12 Tiempo Argentino
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