El frágil titular de La Nación desesperada
Por Daniel R. Fernández
¿Con tal de oponerse al gobierno pueden utilizarse métodos reñidos con el profesionalismo y la ética periodística?
Para los cientistas sociales, especialmente para quienes nos dedicamos a la investigación social, resulta imprescindible comentar la nota principal del diario La Nación del domingo pasado, de forma tal que más allá de la interpretación de los datos queden al descubierto las características técnicas del trabajo que le da origen.
La noticia principal que se presenta como titular exclusivo, a seis columnas, declara: "El 66% de los votantes rechaza una reforma que habilite la reelección". Cuando analizamos el contenido de la nota caemos en la cuenta que la encuesta exclusiva realizada que da sustento al titular del diario es de 1000 casos a nivel nacional. Cuando indagamos en la nota interna un poco más sobre los detalles técnicos los encontramos con una letra ínfima manifestando que se trata de una encuesta telefónica, siendo el universo de hogares particulares y obviamente de aquellos que poseen teléfono y "centros urbanos de más de 10 mil habitantes".
Para que se sepa y se debata, hay que decir que una muestra nacional de esa magnitud es ciertamente endeble, especialmente si la metodología de aplicación es telefónica ya que la penetración telefónica, con excepción de la Capital Federal, es lo bastante baja como para dejar afuera vastos sectores poblacionales especialmente en el interior del país Sectores que por otra parte conforman los niveles socioeconómicos más bajos, que precisamente son aquellos con mayor adhesión al gobierno nacional, tal como lo muestra la mayoría de los estudios.
Si a esto le agregamos que la limitación de la muestra a ciudades de más de 10 mil habitantes deja fuera de medición cerca de tres millones de personas, ya tenemos a la vista la fragilidad y los límites de lo presentado.
La publicación de estudios con estas características resulta frecuente en nuestro país y se ha discutido largamente la necesidad de dar a conocer las fichas técnicas detalladas de los trabajos de investigación publicados en los medios con el fin de que la población tenga la posibilidad de evaluar los mismos.
Ahora bien, que esto sea usual no habilita que un diario centenario, considerado "serio" por una gran cantidad de confiados lectores, publique una conclusión del estudio como titular del día domingo. El análisis obliga a las siguientes preguntas: ¿Conoce o no conoce el director del periódico estas cuestiones técnicas? ¿Es una acción de buena fe o es una acción desesperada? ¿Con tal de oponerse al gobierno (lo cual puede ser válido y respetable), pueden utilizarse métodos reñidos con el profesionalismo y la ética periodística? ¿Puede la desesperación de buscar una noticia "conveniente" concluir en este dislate?
No he querido en esta nota entrar en un análisis más político y comunicacional del artículo que seguramente resulte más interesante. Hay mucha tela para cortar en este sentido. Para contestar algunas de las preguntas planteadas basta sólo con leer algunas frases de uno de los principales analistas de "la nación" (*), que refiriéndose al titular analizado dice: "Era una discusión de café. Había muchos parroquianos apasionados y oyentes cautivados. Pero eran muy pocos, con todo, para definir si la Constitución argentina debería ser cambiada otra vez. Ahora apareció la sociedad. Una enorme mayoría, más del 66%, rechaza que la Presidenta tenga otra oportunidad de reelección consecutiva. El debate debería darse por concluido..."
Señores: seamos serios. No es serio el titular y tampoco es serio este editorial que, basándose en el estudio citado, afirma con un tono introductorio de taller literario que el resultado de la encuesta es la opinión de la sociedad, 1000 casos sesgados son la sociedad y esto por sí solo basta para dar por concluido el debate. (¿!!?). Lo leo y releo y continúo asombrado.
Nos ha costado tanto reconquistar la democracia, y en esta "tribuna de doctrina", en su barra brava, en "la nación" cada vez más pequeña y envilecida parece no haber lugar ni respeto para la sociedad ni para los representantes del Poder Legislativo electos democráticamente por la ciudadanía ni para la democracia ni para sus necesarios debates.
Tan sólo parece haber sitio para el frágil titular de una "nación" desesperada.
(*) Definitivamente creo que hay que comenzar a citar este periódico con minúscula.
Infonews
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