EL 21 de setiembre de 1955, el golpe contra el gobierno democrático del general Perón triunfaba tras cinco días escaramusas entre las tropas "leales" y los subversivos;liderados por la Marina de guerra, ya habían intentado tres meses antes, mediante un bombardeo indiscriminado sobre la Capital Federal en un día laborable matar a Perón.
El presidente se vio obligado a renunciar cuando, la mayoría de los mandos del Ejército comenzaron a defeccionar, aún teniendo la situación militar resuelta.
El jefe de la contrarrevolución, el general Lonardi, meses mas tarde se arrepentiría de su participación enviándole una carta al propio Perón.
Era demasiado tarde.
La Revolución Libertadora venía a libertar al Pueblo argentino de un tirano dépota y sangriento.
Demagogo, y pro-comunista; hábil con su porpaganada nazi para engañar a las masas obreras y tenerlas hipnotizadas durante una década.
Su compañera, su esposa, Eva Perón, fallecida tres años antes, era la representación del Mal para estos libertadores y los sectores sociales de las clases medias urbanAs, favorecidos por la economía peronista pero culturalmente racistas, intolerantes y "civilizadores" ante tanta barbarie obrera con educación, trabajo y salud.
No había lugar para la negrada y no lo hubo durante casi 18 años.
Perón y el peronismo fueron prohibidos, exilados, encarcelados, tortutrados, reprimidos, hechados de sus lugares de trabajo.
Fusilados.
Parias en su tierra, resistieron todos esos años con la consigna de traer de vuelta el general a su Patria.
El general Aramburu, y el contralmirante Isaac Rojas, fueron la cara visible de un revanchismo casi sin antecedentes en la Historia Argentina.
Y construyeron un relato que permaneció incólumne hasta nuestros días.
El antiperonismo no murió.
Está mas vivo que nunca.
Libertad se reclamaba frente a un gobierno democrático refrendado en el año 1973 con el 62% de los votos,; Libertad se reclama hoy, ante una supuesta Dictadura, al igual que en el año 1955.
Sin cárceles atestadas de opositores, ni exilados, ni asesinados, ni torturados, ni proscriptos, ( como sí los hubo entre los años 1955 y 1973); hoy las clases meias urbanas protestan por las calles libremente; violentas y con odio.
Como en el año 1955, y con el apoyo de los partidos políticos en su conjunto.
Como hoy.
Maten a Cristina destilan desde sus guaridas como diría Evita.
Maten a Perón, como en 1955.
Ayer el Golpe, Hoy, el Golpe de las cacerolas.
GB
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