¡ESTAMOS EN LA FINAL! ¡ESTAMOS EN LA FINAL! ¡ESTAMOS EN LA FINAL! Pellizcate, volvete a pellizcar, abrazate con tus amigos, tus amigas, tu mamá, tu papá, tus hijo/as, tu pareja, abrazate de a dos, de a tres, de a mil; volvé a ver los goles una vez más, emocionate con la corrida de Messi, los festejos de Julián, la entrega del Cuti. Hacé lo que quieras, todo lo que tengas ganas. Disfrutá. Hay más de doscientas selecciones en el mundo. Sólo dos llegan a la final del Mundial. Nosotros ya somos una de ellas. Una nación periférica, situada ahí al ladito de la Antártida, lejos del centro del planeta, con un montón de problemas; un lugar muchas veces muy castigado y sufrido pero lleno de gente buenísima, laburante; gente con talento, creatividad, sentimientos, amor, emoción… Un país que es de todos y todas. ¡ESTAMOS EN LA FINAL! LAS CLAVES DEL DÍA¡Argentina, en la final del Mundial! Cuando perdimos el primer partido, contra Arabia Saudita, todos y todas pensamos lo peor. Tanto tiempo esperando, tanta expectativa, y la chance latente de que todo se terminase un ratito después de empezar. Yo mismo me lo pregunté, te voy a ser sincero: ¿qué pasará con este newsletter si nos quedamos afuera antes de octavos de final? Tres semanas después (y te pido perdón por el uso excesivo de mayúsculas, pero esto no es algo que sucede todos los días)… ¡ESTAMOS EN LA FINAL DEL MUNDIAL! El equipo dirigido por el enorme Lionel Scaloni venció 3–0 a Croacia y el próximo domingo a las 12, ante Francia o Marruecos, disputará el partido de fútbol más importante del mundo, el que todos los futbolistas sueñan con jugar. Los croatas, que venían de dejar afuera al gran candidato Brasil, se vieron completamente superados por un conjunto argentino que, desde el momento en que abrió el marcador, se mostró como claro dominador del encuentro y ya no los dejó reaccionar. La primera media hora de juego fue bastante trabada. Ambos equipos se estudiaban y se compartían la tenencia del balón, pero sin crear chances claras. Sin embargo, a los 34 minutos, un pase en profundidad de Enzo Fernández encontró a la defensa croata desguarnecida y el arquero Dominik Livakovic le terminó cometiendo penal a Julián Álvarez. El equipo europeo se quejó, al considerar que el italiano Daniele Orsato los había desfavorecido con el fallo, pero no hubo siquiera llamado del VAR. Lionel Messi, entonces, clavó la pelota en el ángulo derecho y puso el 1–0 para Argentina. El penal de Messi desmoronó a los croatas, que hasta entonces se mostraban sólidos y compactos y, a partir de ahí, se vinieron abajo. Y cinco minutos después, en una corrida memorable, Álvarez anotó el 2–0 con una definición buenísima, tras una serie de rebotes que lo favorecieron. Sea lo que sea que suceda en la final, el Mundial que está jugando el cordobés nacido en Calchín, un pueblo de 2.500 habitantes, es sencillamente inolvidable. Cuatro goles marcados, habiendo comenzado como suplente, y consolidado como uno de los mejores delanteros del planeta; espectacular. Y si en el segundo tiempo, intentando emular a los neerlandeses, los croatas mandaron más delanteros a la cancha e intentaron descontar para que aparecieran otra vez los fantasmas argentinos, Messi, el mejor del Mundial, sentenció el partido con una obra de arte, una de las más importantes de su ya mítico repertorio. La tomó en el lateral izquierdo, lejísimos del arco, y empezó a correr. Quien lo marcaba era Josko Gvardiol, uno de los mejores defensores de la competencia y quien apenas tiene 20 años. Pero Messi, quince años mayor, lo sacó a pasear, como cuando tenía 18 y deslumbraba en el Barcelona. Y tras dejarlo en el camino, tocó atrás, con un pase quirúrgico para Álvarez, que le metió la puñalada definitiva a las aspiraciones balcánicas. A partir de ese momento, fue cuestión de esperar que pasasen los minutos y el árbitro pitara el final. Entraron Paulo Dybala, Ángel Correa y Juan Foyth, los únicos tres jugadores de campo que aún no habían debutado, y el aliento desde las tribunas se volvió ensordecedor. Messi, que había dado señales en el primer tiempo de dolores en el aductor izquierdo, terminó jugando los 90 minutos y celebró la clasificación con una inmensa sonrisa. Por primera vez desde que empezó la Copa, la hinchada argentina dedicó una histórica canción al entrenador: “Que de la mano de Scaloni todos la vuelta vamos a dar”. El desempeño de todos los jugadores de la Selección, sin llegar a los extremos de genialidad de Messi y la extraordinaria contundencia de Álvarez, fue espectacular. Dibu Martínez brindó seguridad todo el tiempo. El Cuti Romero y Nicolás Otamendi, como en toda la Copa, fueron garantía en la defensa. Nahuel Molina, una máquina de correr y desbordar, y Nicolás Tagliafico jugó uno de los mejores partidos en toda su trayectoria albiceleste. Rodrigo De Paul mordió como nunca -y como siempre-, y se impuso ante el mediocampo croata, uno de los mejores del Mundial; Enzo Fernández y Alexis Mac Allister siguen a un nivel altísimo, y Leandro Paredes distribuyó en el centro del campo con mucha claridad. Como cada vez que entra, Exequiel Palacios cumplió con creces y Lisandro Martínez, el jugador número doce, también marcó y quitó con solvencia y determinación. Ángel Di María se quedó en el banco de suplentes, probablemente cuidado por Scaloni para llegar en buenas condiciones físicas a la final. Luego del partido, el extraterrestre Messi dijo: “Disfrutemos porque es un logro extraordinario lo que venimos haciendo durante todo el Mundial, vamos a dar el máximo en la final y dejar todo para llevarnos la Copa”. Y agregó: “Nos tocó empezar perdiendo, pero estábamos confiados en que este grupo lo iba a sacar adelante. Le pedimos a la gente que confíe porque sabemos lo que somos, que este grupo es una locura”. Scaloni (¡qué hombre!), en tanto, manifestó: “Estoy en el lugar soñado para cualquier argentino. Todos actuarían de la manera que actúo yo. Cuando representás a tu país, es imposible no hacer lo que hacen estos chicos. Lo de la gente también. Al final, va todo de la mano. En los momentos difíciles, cuando perdimos con Arabia, la gente estaba con nosotros. Quiero agradecerles. Argentina está en el pedestal del fútbol”. Esta es la sexta vez en la historia que Argentina llega a la final de un Mundial. Recordemos las anteriores: Uruguay 1930 (perdió 4–2 ante Uruguay; el DT era Francisco Olázar); Argentina 1978 (ganó 3–1 ante Países Bajos; DT: César Luis Menotti); México 1986 (venció 3–2 a Alemania Federal, DT: Carlos Salvador Bilardo); Italia 1990 (0–1 ante Alemania, DT: Bilardo) y Brasil 2014 (0–1 ante Alemania, DT: Alejandro Sabella). Lionel Scaloni es el quinto entrenador en conseguir este logro. Tras la victoria, además, se desataron festejos populares y la gente salió a la calle a celebrar en todos los rincones del país. Como diría León Gieco, de Ushuaia a La Quiaca Argentina se unió en una sola celebración: ¿cuántas horas faltan ya para el domingo? Por el lado de los croatas, el técnico Zlatko Dalic dijo: “Primero quiero felicitar a Argentina por su pase a la final y dar las gracias a mis jugadores por este partido. Hay que reponerse para jugar por el tercer puesto. Empezamos bien pero nos marcaron un gol. No hemos creado ocasiones importantes”. Y sobre Messi, caracterizó: “No hay mucho que decir de él, ha sido el mejor en los últimos 15 años. Tiene explosividad, técnica… nos encontramos con el Messi que esperábamos ver”. El partido por el tercer puesto se disputará el próximo sábado a las 12. La final, como te dije, el domingo a la misma hora. Y antes de pasar al siguiente tema, una vez más quiero decir, por el amor de D10S, y con muchísima alegría: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡ESTAMOS EN LA FINAL!!!!!!!! Francia y Marruecos definen al otro finalista Desde las 16, en el estadio Al Bayt y con el arbitraje del mexicano César Arturo Ramos, las selecciones de Francia y Marruecos definirán el segundo pase a la final del Mundial, donde los esperamos nosotros. Los franceses buscan convertirse en el primer equipo en llegar a dos finales consecutivas, desde que Brasil lo lograse en 1994 y 1998 (luego, también en 2002). Los marroquíes, por su parte, se convirtieron en el primer conjunto africano en clasificar a esta instancia y no quieren que nadie los despierte de su gran sueño. El conjunto francés está de muy buen ánimo tras la muy sufrida y meritoria victoria ante Inglaterra en cuartos de final. Su gran estrella, y uno de los jugadores más desequilibrantes del Mundial, es Kylian Mbappé, que además, con cinco goles, es con Messi el máximo anotador de la competencia. Olivier Giroud, que en la Copa anterior no había hecho ningún gol, lleva ahora cuatro -al igual que Julián Álvarez- y es otro de los baluartes del equipo. Además, en el mediocampo, Adrien Rabiot y Aurelien Tchouaméni formaron un muy buen tándem. Los galos tienen muchísimo picante en la ofensiva, pero en varios partidos se mostraron frágiles en defensa; en lo que puedan hacer sus delanteros descansa gran parte de sus chances de éxito. Marruecos, en tanto, es el soplo de aire fresco que necesitaba el fútbol mundial. Antes del torneo, nadie los imaginaba siquiera pasando la primera ronda y, de repente, ya están en semifinales luego de eliminar a tres gigantes europeos: Bélgica, España y Portugal. La columna vertebral del equipo está formada por el arquero Yassine Bounou, el defensor central Roman Saiss, el lateral Achraf Hakimi, el centrocampista Sofyan Amrabat, el talentoso volante ofensivo Hakim Ziyech y Youssef En-Nesyri, el nueve de área que metió el gol ante los lusos en cuartos de final. Uno de los mejores futbolistas del plantel y gran revelación de la Copa, Azzedine Ounahi, está siendo sondeado por el Barcelona de España, según varios medios europeos. El DT marroquí, Walid Regragui, dio una conferencia de prensa muy interesante ayer. Dijo: “Yo busco un cambio de mentalidad profundo. Si nos conformamos con la semifinal no podremos romper esa frontera. Estamos acá para ganar el Mundial. Puede parecer una locura, pero es lo que buscamos”. Y agregó: “No queremos desperdiciar esta oportunidad de poner a África en el techo del mundo. No quiero que dentro de 30 años se repitan estos debates, que nos hagan las mismas preguntas. Estamos aquí para marcar territorio”. El entrenador, además, respondió a quienes dicen que el estilo de juego de su equipo es defensivo y sin tener mucho la pelota. “¡Cómo los hace soñar tanto la posesión! ¿Un 70% de posesión para patear dos veces al arco? Le voy a decir a Gianni Infantino que entregue un punto a los equipos que superen el 60% de posesión. Estamos aquí para ganar, no para tener la posesión”. Didier Deschamps, en tanto, dijo: “Marruecos tiene tantas posibilidades de jugar la final como nosotros, el partido será 50 y 50. De todas maneras, el hecho de haber llegado a las semifinales ya configura un buen Mundial para nosotros”. Hugo Lloris, arquero del equipo, también habló: “Ellos les han ganado a grandes naciones. Y eso no es casualidad, habla de su calidad en el campo, pero también de su cohesión y espíritu de equipo. Marruecos es un adversario temible. No obstante, Francia está preparada para todo, con serenidad y tranquilidad”. El partido, además de poner en juego un lugar en el encuentro más importante del Mundial, estará cargado de tensión política. Esto se debe a que en Francia viven un millón y medio de marroquíes, que ya fueron reprimidos por la policía local cuando celebraban el último triunfo ante Portugal. De cara a posibles disturbios y enfrentamientos, los cuerpos de seguridad de las principales urbes francesas estarán en alerta máxima. Antes de conseguir la independencia, una buena parte del actual territorio de Marruecos fue protectorado francés desde 1912 hasta 1956 y las relaciones entre ambos países quedaron para siempre signadas por ese pasado colonial. De hecho, en agosto de 1844, ambas naciones entraron en guerra, que culminó con victoria europea. El presidente francés, Emmanuel Macron, estará presente en el estadio: “Esto se trata de apoyar a la selección en lo que será un momento importante del deporte francés y de la amistad franco-marroquí”. La formación de Francia sería la siguiente: Hugo Lloris; Jules Koundé, Raphael Varane, Dayot Upamecano y Theo Hernández; Aurelien Tchouaméni y Adrien Rabiot; Ousmane Dembélé, Antoine Griezmann, Kylian Mbappé; y Olivier Giroud. Se espera, en tanto, que Marruecos forme así: Yassine Bounou; Achraf Hakimi, Jawad El Yamiq, Badr Benoun, Yahia Attiyat Allah; Azzedine Ounahi, Sofyan Amrabat, Selim Amallah; Hakim Ziyech, Youssef En-Nesyri y Sofiane Boufal. PC FÚTBOLPor supuesto, infaltables los festejos en India y Bangladesh, nuestros hermanos del Indostán, que se merecen una gira del equipo en 2023 (hay miles de fotos en las redes: estas también son buenísimas) ¡Aplausos para este hilo de la AFA: festejos argentinos en todo el país y el planeta! Como de costumbre, otro texto grandioso y muy sentido de Zequi Scher, autor de Prepárense para perder: ¡Vamos a jugar la final! Algunos datazos: 1) este, sobre Messi -que además superó a Gabriel Omar Batistuta y ya es el máximo goleador de la historia de la Selección Argentina en Mundiales, con 11 goles. Pero eso no es todo, Leo además alcanzó a Lothar Matthaus y con 25 partidos son los jugadores con más encuentros disputados en Copas del Mundo-; 2) tremendo récord de Julián; 3) otra vez, un número increíble de asistentes en el estadio. En Brasil, una favela de Río de Janeiro se olvidó un rato de la verdeamarela y se pintó de celeste y blanco. El rosarino Giovani Lo Celso, jugador que hizo muchos méritos para estar en este Mundial y lamentablemente no pudo por una lesión, se dio el gusto de celebrar con sus compañeros en el campo de juego.
Por último, fotón de la araña Álvarez en plano cenital ;-) No me voy a cansar de decirlo: ¡ESTAMOS EN LA FINAL, CARAJO! ¿Será contra Francia o contra Marruecos? Te mando un enorme abrazo, repleto de felicidad: de finalista a finalista. Fer |
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