¡Hola! ¿Cómo estás? Qué difícil pensar en otra cosa más que en ¡somos campeones del mundo! Todos sabíamos que tenía que ser así, pero qué manera de sufrir. Qué lindo sentir esto, que podemos ser felices. Y ojalá este enamoramiento colectivo con el país no se termine nunca. Pero la vida sigue, este es el último news del año, así que también logramos sobrevivir a este 2022. Nos felicito. ¿De qué vamos a hablar hoy? Tengo una mezcla de sensaciones de que ya nadie lee. Y, sobre todo con algunos comentarios que recibí de gente últimamente que me dijo: “Che, el news que escribiste sobre aquel tema me sirvió para tal cosa”, pensé que en esta última entrega del año tenía sentido hacer un repaso de las cosas más interesantes que charlamos y aprendimos este año. Sumando algunos avances o estados actuales de esos temas. ¿Cómo funciona una evaluación de impacto ambiental?A partir de la discusión por la exploración offshore y varias dudas sobre las evaluaciones de impacto ambiental (EIA), principalmente esa idea de que como “los pagan las empresas, siempre les dan bien”, profundizamos sobre este tema para entender cómo funcionan. La EIA es un proceso amplio donde se incluye la audiencia pública y el Estudio de Impacto Ambiental. Este estudio lo presenta la empresa interesada previo al comienzo de cualquier actividad y es realizado por un profesional matriculado independiente, consultoras o empleados de las mismas empresas (las más grandes tienen áreas de sustentabilidad permanentes, mientras que las más chicas tercerizan). Los EsIA suelen ser documentos largos y complejos que constan de varias partes (la línea de base ambiental, el marco legal, la identificación y valoración de los potenciales impactos ambientales y sociales, el Plan de Gestión Ambiental, etc). Luego, la empresa presenta el EsIA a la autoridad ambiental correspondiente que va a evaluar si aprueba, pide cambios o rechaza la evaluación. De esta manera vemos que hay muchos actores involucrados en la preparación y la evaluación. Cabe preguntarse, obviamente, por las capacidades técnicas y humanas de evaluar este tipo de estudios y controlar las actividades y los programas de gestión ambiental. Pero a la vez, hay un poco de una dinámica del huevo y la gallina entre la demanda y la oferta de la capacidad de control de estas actividades. ¿Tenemos que dejar de comer carne?Respuesta corta: medio que sí. Respuesta larga: El aspecto más relevante en materia de impacto ambiental de los alimentos es el momento de la producción, y esta varía mucho dependiendo del alimento en cuestión. Con lo cual, qué es lo que comemos y no dónde se produjo o cómo está envuelto es la primera pregunta a hacernos. Y la ciencia coincide en que “la transformación a dietas saludables para el 2050 requerirá cambios sustanciales en la dieta. El consumo mundial de frutas, vegetales, nueces, semillas y legumbres deberá duplicarse, y el consumo de alimentos como la carne roja y el azúcar deberá reducirse en más del 50%.”. Un plato saludable y sostenible se vería más o menos así: |
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