Buenas, ¿cómo estás? Hoy se termina la fase de grupos del Mundial. Cuando sean las 18, y se escuche el pitazo final de los dos últimos partidos del día, se habrá acabado buena parte de la Copa. Es triste decirlo, porque uno ya empieza a pensar en el vacío que vendrá después, pero, a partir de mañana, sólo faltarán 16 encuentros para el fin de Catar 2022. La expectativa que nos mueve, la esperanza que todos y todas tenemos es que, de esos 16 partidos, Argentina juegue 4 y que el último sea la gran final. Mañana a las 16 vamos contra Australia. ¿Dónde lo vas a ver? LAS CLAVES DEL DÍAAlemania, ¡fuera del Mundial! No quiero que la emoción me lleve a exagerar, pero creo que el Grupo E del Mundial fue uno de los mejores de toda la historia de la competencia. Arranquemos por los resultados para luego desmenuzar todo lo que sucedió en los dos partidazos que se jugaron ayer. Japón dio otro enorme batacazo, le ganó 2–1 a España y clasificó como líder de grupo a octavos de final. Los españoles también avanzaron, por diferencia de gol. Alemania, por su parte, derrotó 4–2 a Costa Rica, pero no le fue suficiente para pasar de ronda. Los germanos se quedaron afuera en la primera fase por segunda vez consecutiva: ¡la mayor sorpresa de Catar 2022! El inicio de ambos partidos fue el esperable. España empezó ganando con gol de Álvaro Morata y Alemania hizo lo propio, por medio de Serge Gnabry. En ese momento, ambos equipos europeos se clasificaban y, además, se mostraban muy superiores: ni Japón ni Costa Rica parecían tener muchas chances. Al cabo, se estaba dando la lógica, algo que escaseó bastante en este torneo. Pero todo cambió súbitamente en una ráfaga, al comenzar los segundos tiempos. Japón empató inesperadamente con un gol de Ritsu Doan y tres minutos después, para sorpresa del mundo, lo dio vuelta gracias a Ao Tanaka. Este gol se discutirá durante mucho tiempo: pareció que la pelota se había ido fuera antes del centro que culminó en el impacto y, de hecho, eso es lo que se ve claramente en esta cámara. En esta, sin embargo, desde otro ángulo, la pelota no sale al 100%. Sea como sea, el tanto fue dado por válido, en una jugada cuyo margen fue milimétrico (para quienes no son tan futboleros: la pelota debe salir de la cancha en su totalidad para que el árbitro la considere afuera; si un 0,01% del esférico toca la línea o su perpendicular imaginaria hacia arriba, está adentro). Pero si la remontada de Japón sorprendía, más aún lo que sucedió en el otro partido. Costa Rica lo empató y, al rato… ¡también se puso en ventaja! Con goles de Yeltsin Tejeda y del arquero Manuel Neuer en contra, pasó a ganar 2–1 a los 70 minutos. Un equipo que había perdido 7–0 en su debut estaba venciendo a Alemania. En el pequeño lapso en que Costa Rica y Japón estaban al frente, España y Alemania se quedaban afuera. La atmósfera en ambos estadios era de drama total. Dos gigantes estaban por caer a la vez… Sin embargo, Alemania empató rápido con un tanto de Kai Havertz y España, pese a la derrota, volvió a calmarse (aunque otro gol de Costa Rica hubiera eliminado a la Furia Roja). Los germanos necesitaban ganar y esperar el empate o la victoria de los españoles. Los dos partidos se jugaban, al mismo tiempo, en dos canchas. Cada minuto parecía una eternidad. Al final, Alemania venció 4–2 (otro de Havertz y uno de Niclas Füllkrug) y así culminó el sueño de Costa Rica, que de todas formas se fue del Mundial con la cabeza altísima. Hasta el último segundo, los campeones de 2014 estuvieron esperando la igualdad de España, que los hubiera clasificado, pero esta nunca llegó. Los de Luis Enrique no lograron remontarlo y los germanos quedaron eliminados. Una de sus grandes estrellas, Thomas Muller, anunció su posible retiro de la selección luego del juego. Y la cara de Havertz al recibir el premio como mejor jugador del encuentro es espectacular. El festejo de Japón tras el triunfo fue alocado. Un equipo que tumbó a Alemania y España en nueve días, enorme revelación. Contra los españoles, tuvieron la pelota el 17,7% del tiempo: ¡nunca antes, desde que se toman estas estadísticas en los Mundiales, un equipo había ganado con tan poca posesión del balón! En octavos de final, jugarán contra Croacia. Será el lunes a las 12. España, en tanto, mostró dos caras. En el primer tiempo, se llevó por delante a los japoneses. En el segundo, fue un equipo apático y timorato, de toque intrascendente, que hasta parecía conforme con la derrota y la clasificación en segundo lugar, evitando así ir por la misma llave que el gran cuco, Brasil. En octavos se enfrentarán a Marruecos, el martes al mediodía. Situaciones como la de ayer, de emoción y adrenalina total, nos hacen recordar por qué se dice que el fútbol es el deporte más hermoso del mundo. Marruecos, la esperanza del mundo árabe El Grupo F, que en los papeles parecía un simple trámite para Croacia y Bélgica, nos entregó una de las grandes sorpresas del Mundial. Marruecos venció a Canadá y finalizó como líder de la zona; los belgas, que salieron terceros en Rusia 2018 y según el ránking de la FIFA son el segundo mejor equipo del planeta, se quedaron afuera, un enorme fracaso para un conjunto que soñaba con llegar mucho más lejos. Los croatas, actuales subcampeones del mundo, sufrieron muchísimo con los dirigidos por Roberto Martínez (que renunció) pero entraron en el segundo puesto y siguen en carrera. Los marroquíes, apodados “Leones del Atlas”, tuvieron una previa de Mundial muy agitada. El DT que los clasificó al torneo, el bosnio Vahid Halilhodzic, fue despedido en agosto debido a que estaba peleado con Hakim Ziyech, una de las estrellas del equipo, y no lo convocaba. De urgencia, las autoridades fueron a buscar al local Walid Regragui, que obviamente volvió a incluir a Ziyech y apenas tuvo un par de meses para trabajar con el plantel. Los resultados fueron espectaculares: empate con Croacia en la primera fecha, victoria ante la favorita Bélgica en la segunda y ayer otro triunfo: 2–1 ante la ya eliminada Canadá, para finalizar en el primer puesto de la zona. Todo el mundo árabe se volcó masivamente a apoyar a Marruecos: desde Túnez hasta Palestina y también los cataríes. Lo interesante es que de los 26 jugadores de este plantel, 14 son parte de la diáspora; es decir, nacieron en otros países. Se suele hablar muchísimo de los futbolistas que representan a selecciones europeas pero tienen ascendencia africana y, sin embargo, el fenómeno se está dando también al revés. Jugadores nacidos en Europa, de padre y madre inmigrantes, que deciden representar a la nación que les dio la sangre y no a la que los cobijó. Achraf Hakimi, la gran estrella del equipo, nació en Madrid en 1998. El ya nombrado Ziyech, en 1993, en Países Bajos. Bélgica también cimentó su crecimiento de los últimos tiempos en varios hijos de inmigrantes, por ejemplo Romelu Lukaku, de sangre congolesa. Ayer, no obstante, el equipo belga se convirtió en la primera gran decepción del Mundial (porque jugó antes que Alemania). Necesitaba ganarle sí o sí a Croacia para pasar, pero no pudo salir del empate en cero y se despidió. Lukaku entró en el segundo tiempo, todavía recuperándose de una lesión, y tuvo varias chances clarísimas, casi imposibles de errar, que no aprovechó. Si por algo será recordado el plantel de Bélgica en este torneo es por los conflictos internos que, evidentemente, mermaron mucho el potencial colectivo del conjunto. Croacia, por su parte, la pasó muy mal pero –con mucha ayuda de la suerte- consiguió la igualdad que necesitaba y entró en el segundo lugar. Como siempre, lo más destacable de este conjunto es el talento y despliegue de Luka Modric, que, con 37 años, continúa impresionando por su altísimo nivel. El VAR les anuló a los balcánicos un penal debido a una posición adelantada de milímetros, más fina incluso que la de Lautaro Martínez contra Arabia Saudita. Creo que muy pronto tendremos novedades sobre posibles cambios en el reglamento respecto al uso de la tecnología, ya que estas posiciones adelantadas milimétricas resultan bastante incompatibles con el espíritu del juego. El offside fue creado con el objetivo de que los atacantes no se quedasen esperando deliberadamente cerca de los arqueros para meter los goles; un delantero que está una milésima de centímetro por delante del último defensor no está intentando sacar ventaja a propósito y termina siendo condenado por una distancia que el ojo humano no puede medir. En la Liga de Inglaterra se instauró este año la novedad de la segunda línea: se traza una línea paralela y lindante a la del último defensor, y esa es la que cuenta. “Efectivamente le devolvemos 20 goles al deporte que fueron anulados la temporada pasada. Las uñas de los pies y las narices de los jugadores que estaban fuera de juego ya no lo estarán más”, dijo Mike Riley, Director de Árbitros del campeonato. Como ya te dije, Marruecos jugará contra España el martes a las 12, mientras que Croacia lo hará frente a Japón, un día antes en el mismo horario. ¿Suiza o Serbia? Altísima tensión política Para entender por qué este partido es tan importante hay que hacer un poquito de historia, irnos bien lejos en el tiempo y ver un mapa. Año 1389, siglo XIV: desde Anatolia, las tropas del Imperio Otomano, musulmán, intentan invadir los Balcanes, en el este de Europa. Se enfrentan entonces con los soldados serbios, cristianos, que se defienden de la incursión en una región llamada Kosovo Polje (el campo de los mirlos). Los otomanos son mucho más numerosos y se espera un triunfo fácil, pero los serbios resisten heroicamente y, aunque caen derrotados, crean, con su denuedo y resistencia, el mito fundacional de su futuro país. Mucho después en el tiempo, siglo XX, estamos en Yugoslavia. La nación es gobernada por el Mariscal Josip Broz Tito, que consigue mantener la cohesión de muchos pueblos diferentes en el mismo país: croatas, eslovenos, serbios, bosnios y varios más. La capital es Belgrado, en la República Serbia. A lo largo de los siglos, la región de Kosovo, tan importante en la historia, se ha ido poblando de inmigrantes llegados desde la vecina Albania (musulmanes). Son mayoría; de hecho, se crea un nuevo gentilicio: los albanokosovares. Cuando Tito muere, en 1980, Yugoslavia empieza a desintegrarse. Y en la década del ’90, tras varias guerras, se crean nuevos países: Croacia, Eslovenia, Macedonia y Bosnia y Herzegovina. Desde Belgrado, los serbios ven cómo, lentamente, van perdiendo todo. Pero hay algo que no están dispuestos a dejar ir: Kosovo. No se trataba de una cuestión solamente territorial, también entraba en el terreno de lo mítico. Allí, en el siglo XIV, había nacido el orgullo nacional. Por eso, cuando los albanokosovares deciden que también quieren independizarse, empieza la guerra contra Serbia (que aún representaba a lo que quedaba de Yugoslavia): es un conflicto cruel y terrible. Ambos bandos cometen atrocidades. Y muchas familias de albanokosovares se exilian por la violencia. Hoy, años después, Kosovo es una nación independiente de reconocimiento limitado. La mitad del mundo (entre ellos, EE.UU y casi toda la Unión Europea) lo reconoce como un país soberano. La otra (entre ellos, China, Rusia y Argentina) dice que no, que es territorio serbio. Para Serbia, esta es su causa número uno. Uno de los más férreos defensores de Kosovo como parte irrenunciable de la nación es el gran tenista Novak Djokovic. Entre todas las familias de albanokosovares que emigran están los Xhaka y los Shaqiri. Se van a Suiza. Con el tiempo, sus hijos demostrarían ser muy buenos jugando al fútbol y, cuando los llaman de la selección helvética, no lo dudan: representarían al país que los cobijó de pequeños. En el Mundial de Rusia 2018, paradoja del destino, se enfrentan Serbia contra Suiza (la de los jugadores albanokosovares). El partido es histórico. Suiza gana 2–1 e, increíblemente, los goles los hacen Granit Xhaka y Xherdan Shaqiri. Ambos celebran sus tantos con un festejo que da la vuelta al mundo: con sus manos, imitan el águila de doble cabeza que aparece en la bandera albanesa. En Serbia estallan de bronca: no sólo perdieron el partido, sino que hubo doble reivindicación albanokosovar. En Albania y en Kosovo, por supuesto, se siente como haber ganado la final del mundo, aunque haya sido Suiza el triunfador. Hoy a las 16 juegan otra vez, la revancha del 2018, Serbia contra Suiza. Shaqiri y Xhaka siguen en el plantel helvético. En el juego ante Brasil, los serbios colgaron una bandera en el vestuario. En ella se veía el mapa de Serbia, incluyendo a Kosovo, y una leyenda en albanés: “No habrá rendición”. El partido será realmente para alquilar balcones (o Balcanes) porque, además, el que gane clasificará. El empate sirve a los suizos (3 puntos), ya que los serbios sólo tienen una unidad. En el otro duelo del Grupo G, a la misma hora, Brasil enfrentará a Camerún. Los brasileños, ya clasificados, harán varios cambios respecto al equipo que venció a Suiza mientras siguen esperando la recuperación de Neymar. Los cameruneses, en tanto, tienen una mínima chance de clasificar: deben ganarle a la “verdeamarela” y esperar el resultado del otro partido. Como te dije, de todas formas, la atención estará puesta en Serbia-Suiza, un choque de alta tensión política que remonta sus orígenes a lo que sucedió más de 600 años atrás. Uruguay, por la clasificación El Mundial fue, hasta ahora, muy decepcionante para Uruguay. El equipo que dirige Diego Alonso empató sin goles con Corea del Sur y luego cayó 2–0 ante Portugal. Hoy tendrá la última chance si quiere pasar de ronda: deberá vencer sí o sí a Ghana y esperar, además, que los surcoreanos no den la sorpresa ante los portugueses. En caso de empate, los sudamericanos se quedarán afuera y, muy probablemente, pasará el equipo africano. Si bien el entrenador uruguayo aún no confirmó el equipo, se espera el regreso a la titularidad de Luis Suárez en lugar de Edinson Cavani y el ingreso del talentoso volante Giorgian de Arrascaeta, para tener más volumen de juego. Para los ghaneses, en tanto, el partido tiene un cierto sabor a revancha: en los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010, estos dos equipos se enfrentaron con victoria charrúa. En uno de los choques más emotivos de la historia de la competencia, Suárez “atajó” un cabezazo con destino de gol ghanés con la mano, luego Asamoah Gyan erró el penal y, en la definición desde los dos doce pasos, Sebastián Abreu la picó y le dio el triunfo a Uruguay. En el otro partido del Grupo H, Portugal, ya clasificado, jugará ante Corea del Sur, que sí o sí tiene que ganar. Ambos juegos serán a las 12. LA SCALONETAÁngel Di María terminó el partido contra Polonia con una molestia muscular, ayer se entrenó diferenciado y está en duda para jugar contra Australia. Uno de los candidatos para reemplazarlo es Paulo Dybala, que aún no debutó en el torneo. Por otro lado, Graham Arnold, el DT australiano se mostró muy confiado: “Por supuesto que le vamos a ganar a Argentina”. Vaya si se tiene fe el hombre… En este newsletter, pensaba contarte un poquito más sobre Australia, pero pasaron tantas cosas que lo dejo para mañana. Estate atento, eh. PC FÚTBOLUno de los videos más hermosos que vas a ver en el torneo: ¡la carita de emoción de los chicos al saludar a Lionel Messi! Luis Enrique se entera recién en la conferencia de prensa que, durante unos minutos, España estuvo eliminada del Mundial. Cuando te digo que los cataríes apoyan a Marruecos, te hablo de esto. El arquero de Polonia, Wojciech Szczęsny, le hizo una apuesta a Messi en pleno partido, la perdió y ahora no quiere pagar. Fea la actitud. Y hablando de polacos, el lateral Matty Cash recibió el regalo más esperado gracias a Dibu Martínez, su compañero en el Aston Villa. Por último, a esta maravilla yo la llamo arte: el meme más simple y espectacular del torneo. ¿Se fue o no se fue? A QUIÉN SEGUIRYa que te hablé tanto del Serbia-Suiza, vamos con lo obvio. Todas las miradas del mundo van a estar puestas hoy en Xhaka y Shaqiri. Por el lado serbio, Aleksandar Mitrovic es la gran esperanza para conseguir el triunfo y vengar aquella afrenta de hace cuatro años. Te mando un abrazo grande, espero hayas disfrutado y aprendido con este newsletter. Fer |
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