Luego de una semana intensa, el Presidente Alberto Fernández recibió al Cohete en RPO, como denomina el personal que la custodia a la Residencia Presidencial de Olivos. Con una disposición admirable se prestó a un extenso diálogo sobre los principales temas de la agenda nacional e internacional: la pandemia y la cuarentena, el precio de los alimentos, la inflación, la escalada del dólar, las discusiones entre el ministro de Economía y el presidente del Banco Central, las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, la relación con Cristina, el acto del sábado 17 de octubre en la CGT, los planteos de las cámaras patronales, como la UIA y AEA, el per saltum que debe resolver la Corte Suprema, las propuestas del comité consultivo para el funcionamiento del Consejo de la Magistratura, el Ministerio Público y la misma Corte, la posición argentina sobre Venezuela en Naciones Unidas, los cambios en el gabinete, las tomas de tierras y la solución del problema de la vivienda. Este es el diálogo, que además se puede ver y escuchar. Antes de comenzar le pregunté cómo prefería que nos tratáramos en cámara. «No me gusta fingir. Nos conocemos desde hace 35 años, cuando yo tenía 26. Es absurdo que nos demos de usted».
Una autocrítica
—Voy a empezar por una autocrítica.
—¿Vas a hacerte una autocrítica?
—Te la voy a hacer a vos. Me preocupó ver el acto de Ezeiza donde palmeaste a la gente que recibió las llaves de los departamentos. El Presidente es demasiado importante para descuidarse así, y además da un mal ejemplo porque horas después dice lo importante que es cuidarse y la gente lo vio a las palmadas.
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