sábado, 17 de octubre de 2020

SER PERONISTA II

 DOSSIER //// 17.10.2020

Protagonistas del 17 de Octubre: Beatriz Belo

Aquel 17 de octubre de 1945 Beatriz Belo vivía con su familia en un pequeño pueblo del interior de la provincia de Buenos Aires. Era una niña de 9 años. En esta entrevista rememora y celebra aquellos días. 

    Por Enrique De La Calle | Ilustración: Karina Beltrán

    Agencia Paco Urondo: ¿Qué recuerda del 17 de octubre de 1945?

    Beatriz Belo: Yo tenía 9 años y vivíamos junto a mis padres y mi hermano en una estación del Ferrocarril provincial que se llamaba “Francisco Magnano” y del que mi padre era Jefe. Era un pueblo chiquito, en provincia de Buenos Aires, cercano a La Pampa, cuyos habitantes no llegaban a cincuenta personas. Serían 15, 20 casas todo el pueblito. Mi recuerdo es que estábamos escuchando radio (a batería, porque no teníamos luz eléctrica, ni agua corriente) en la oficina de la Estación, junto a mi padre y dos auxiliares, escuchando los acontecimientos de ese día, y recuerdo cuando se produjo la salida de Perón al balcón de la casa de Gobierno,  el pueblo que le preguntaba dónde había estado, y él respondiendo: “Estuve preso en Martín García”. Era un bullicio lo que escuchábamos y uno de los auxiliares salió al andén de la Estación, se colgó de la campana, empezó a tocarla, y el otro auxiliar empezó a tirar tiros al aire. 

    Recuerdo como si fuera ahora que la gente del pueblito empezó a juntarse en la Estación, mi padre sacó un farol, lo colgó en el medio del andén y ese grupo de personas aplaudían, gritaban, alababan al General Perón. Todo era algarabía, era una nueva fuerza que surgía, porque se estaba viviendo muy mal, y desde ese pueblito remoto se lo festejó de esa manera. 

    APU: ¿Quién era Perón para tu familia? ¿Qué implicaba que fuera liberado por el pueblo en las calles? 

    B.B: Los humildes lo adoraban, lo mismo cuando empezó a actuar Evita con su Fundación, nadie se había ocupado de esa clase tan pobre. Nosotros después vinimos a vivir a Avellaneda.

    APU: Vivió su infancia en ese primer peronismo (de los 8 a los 18 aprox). ¿Qué recuerda en especial de ese momento?

    B.B: Cuando tenía 18 y ya vivíamos en Avellaneda, mi papá era Jefe de ahí, en Ferrocarriles. Yo no había vivido otro presidente, todo lo vivía como algo normal, lo vivía bien, no entendía por qué había gente que era anti peronista, porque yo otro gobierno no había conocido. Ahora una de grande ve la primera presidencia de Perón y fue magnifica, y la segunda con altibajos. Trabajaba en Once, cerca de Plaza Miserere, y me acuerdo que era el año 55 y estaba esperando el tranvía para ir a trabajar, vino mi papá a decirme que no viajara, que había revolución. Justo llegaba un tren así que se armó un alboroto bárbaro, y un recuerdo que tengo, que nunca se me va a borrar, son los camiones de gente con palos, con banderas argentinas. Los tranvías llenos, la gente colgada, en el techo, a dar la vida por Perón.  Para cruzar a Capital tenían que hacerlo por el puente antiguo puente Barracas. Lavantaron el puente, mucha gente no pudo pasar (si no, hubiese sido una tragedia) pero muchos lo cruzaron a nado. Desde la terraza de la Estación veíamos los aviones en picada y bolas de fuego, que eran las bombas que tiraban los aviones.

    Otra cosa que recuerdo, no sé si fue a la semana posterior a la Revolución, cerca de la Estación había una villa de casitas, Villa Tranquila, venía un tren y lo pararon, se subieron las mujeres (los que no eran peronistas salieron con escarapelas) y las mujeres de esa villa subieron al tren 

    APU: Por lo que vio en su familia de trabajadores. ¿Qué cambio en ellos ese 17 de octubre y cómo vivieron los días posteriores, las elecciones de 1946?

    B.B: El medio de vida, un mejor pasar. Para mi familia como para tantas otras, fue un cambio muy bueno porque estaban viviendo muy mal, por esta causa mi padre había dejado su puesto en el provincial y en busca de ascensos habíamos ido a vivir al campo. Mi familia paterna eran todos radicales, mi abuelo había tenido un Comité y lo echaron del Ferrocarril, y la llegada de Perón para los trabajadores fue muy buena porque subieron los salarios, tuvieron muchas mejoras, el aguinaldo, vacaciones pagas. Vivíamos en un pueblo remoto y la gente estaba contenta por todos los cambios que se avecinaban. Las obras en construcción, hospitales, escuelas, son recuerdos de mi niñez. 

    La candidatura de 1946 arrasó con todo, todo el mundo lo votó, la dupla Perón y Evita hicieron por los humildes muchísimas cosas.

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