lunes, 18 de marzo de 2013
Masacre de Devoto "Configura un delito de lesa humanidad"
APU entrevistó a la abogada Claudia Cesaroni, sobre la masacre de 64 "presos comunes" ocurrida el 14 de marzo de 1978. Pide que sea considerado como un delito imprescriptible.
AGENCIA PACO URONDO: Se cumplen 35 años de la masacre del penal de Villa Devoto. ¿Contanos cómo fue la masacre?
Claudia Cesaroni: Esto sucedió el 14 de marzo de 1978. En ese momento, el penal era lo que se conoce como una cárcel vidriera. La cárcel está ubicada en la Capital Federal, donde se alojaban presos políticos. En ese momento, había unas 1.200 presas políticas que estaban en un pabellón especial, muy pocos varones que no se han reconocido como presos políticos y miles de presos comunes.
Esa cárcel cumplía la función de alojar a todas las personas detenidas en Capital Federal por delitos comunes. Dos meses y medio antes del mundial, era la cárcel que se mostraba cuando venía alguna delegación de la Cruz Roja, cuando llegó al año siguiente la Delegación Internacional de Derechos Humanos. Era una cárcel que se podía mostrar y donde se llevaba a los presos que se legalizaban, muchos detenidos desaparecidos que habían estado en Campo de Concentración, pasaban por Devoto cuando eran legalizados por la dictadura.
En esa cárcel, el 14 de marzo, en el pabellón 7 que tenía lugar para 70 presos y había 160 presos alojado. Recordemos que en esa época había racia permanentemente, tensiones masivas en la calle y uno de los objetivos de la Dictadura era limpiar, no sólo a los subversivos , sino a cualquiera que pudiera afectar el aspecto que tenía que dar la Ciudad de Buenos Aires, que ya estaba recibiendo miles de futboleros y periodistas para el mundial 78. En ese pabellón, por un incidente menor, la noche del 13 de marzo, los presos estaban mirando una película que era atractiva para ellos donde trabajaba Steve McQueen, El cañonero de Yang-Tse y que se trataba de un motín a bordo de un barco.
Estaban muy tranquilos viendo la película, vino un celador y les dice que apaguen el televisor y quien se negó fue una de esos conocidos como presos viejos, un tipo muy respetado. Ese incidente fue menor, podía haber quedado ahí, pero tenía rebeldía. Para ell Servicio Penitenciario Federal era intolerable, ya que estaba subordinado al 1º Cuerpo del Ejército. Una de las primeras normas de la Dictadura, el mismo 24 de marzo, es determinar que toda Fuerza de Seguridad, quedan subordinadas a la estructura militar de cada área.
En el caso de la cárcel de Devoto era de la estructura que pertenecía al 1º Cuerpo del Ejército, esa mínima rebeldía no se toleraba y a las 7 y 30 de la mañana ingresa una requisa particularmente brutal que hace que los presos que estaban en el pabellón intenten defenderse de los palazos que les daban y correr afuera del pabellón. Intentan que los dejen de seguir moliendo a palos y que se lleven a Tolosa, ese era el motivo de la requisa. Ahí empieza la represión brutal con balas de goma, con lanza gases, vomitivos, se prenden fuego los colchones que eran de poliuretano y se desarrolla un infierno ahí adentro que dura minutos, pero que alcanza para que mueran al menos 64 presos quemados y con disparos de balas de goma.
APU: Además, cuando algunos intentan escapar o subir a los ventanales para intentar respirar un poco, de afuera de la cárcel les disparan...
CC: Exactamente, eso está descripto y ese es el otro aspecto que me parece muy interesante. Es que todo esto está dicho, no lo descubrió nadie. Se dijo en el año 85 -en un libro de Daniel Barberi, que era testigo- y cuenta todo esto con lujo de detalle. Otro libro imprescindible, se llama Crónica de muertes anunciadas de Elías Neuman, que en el año 87 transcribe un relato de un sobreviviente de esa masacre, Horacio. Sobre ese relato que Horacio hace, es que el Indio Solari escribe su tema “Pabellón 7º". Hay una causa judicial, está en el Juzgado de Instrucción Nº28, donde los presos con una enorme valentía cuentan esto.
Los sobrevivientes relatan frente al propio personal penitenciario que era quien instruía la causa, esto parece una locura, pero sigue sucediendo. Cuando un hecho atroz o un delito cualquiera sucede en una cárcel federal, quienes toman las declaraciones de las víctimas, es el propio Servicio Penitenciario.
APU: A sus propias víctimas...
CC: Exactamente. En este caso, el instructor designado que lleva adelante toda la etapa de la investigación más inmediata, es el Subdirector de la cárcel de Devoto. Sobre esa base, sobre esa seudo investigación, el Juez Guillermo Rivarola -el mismo que no investigó nada sobre la masacre de los curas palotinos y que luego se dedicó a perseguir a Eduardo Kimel, quien escribió un libro sobre este caso y denunció la inacción judicial-, lo que hizo fue denunciarlo. Lo cito porque fue un caso que dio lugar a una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y luego la decisión en la gestión del Presidente Kirchner de derogar el delito de desacato para el caso de las iniciaciones periodísticas.
Ese mismo Juez Rivarola, no investigó absolutamente nada y luego se declaró incompetente, con lo cual el caso pasó a la Justicia de Instrucción y tampoco se investigó profundamente. Nunca se investigó como una masacre, siempre se investigó como un motín y la conclusión judicial es, si ustedes se prenden fuego, ahí tienen las consecuencias, la culpa es de las propias víctimas.
APU: Sí, siempre quedó como un motín que habría desencadenado la violencia y no quedó muy claro cómo habían muerto esas personas.
CC: Nosotros, como pudimos encontrar a un sobreviviente, obtuvimos la copia de la causa -que era muy difícil acceder si no demostrás un interés para poder obtenerla-. Cualquier persona que lee esa causa, queda absolutamente convencida que eso fue una masacre. Hay un detalle, los bomberos llegaron a las 9 de la mañana y les dicen que "no pueden entrar por razones de seguridad, nosotros nos ocupamos de todo".
Ni siquiera los dejaron entrar para que apaguen el incendio, eso lo cuentan los propios bomberos que dependen de la Policía Federal. No sólo es evidente, a partir de lo que dicen los presos, sino este informe de los bomberos que llegan a apagar un incendio y le dicen que no, que se queden afuera. Es evidente que se trataba de castigar a esos presos y en particular a Tolosa. Tenemos testimonio de que Tolosa fue rematado, hay un testimonio desgarrador de un sobreviviente que dice que iban abriendo puerta por puerta hasta que encuentran a Tolosa, lo sacan y le meten un balazo en la cabeza.
APU: ¿La causa prescribió?
CC: Prescribió si entendemos que es un delito común. Nosotros entendemos que todo esto configura un delito de lesa humanidad. Si eso hubiera sucedido sobre presos políticos no estaríamos debatiendo si es un delito de lesa humanidad, lo sería sin duda, si hubiera sucedido en la ESMA o en el pabellón de presas políticas no estaríamos preguntándonos si es un delito de lesa humanidad. Nosotros sostenemos que el delito configura un crimen brutal contra la humanidad, aunque haya sido ejecutado sobre presos comunes.
APU: ¿La justicia se está haciendo eco del planteo de ustedes?
CC: Todavía no nos presentamos, lo vamos a hacer mañana, que es el aniversario y vamos a presentarnos ante el Dr. Rafecas, que es quién lleva la causa del 1º Cuerpo del Ejército, planteándole esta posición y pidiéndole que reabra la causa y se vuelva a investigar.
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