Círculo
de agua el tiempo.
Gorriones
grises, monótonos, extraños, la mañana.
Los
pasos sin huellas sobre la arena, aprendimos así.
El
silencio de la respiración de tanto en tanto, sabíamos que debía ser así.
La
noche se desliza lenta, como gota de sal.
La
madrugada estimula la ansiedad del músculo.
Salimos
lentos, atentos, ojos en ciento ochenta grados.
Por
hoy, pudimos atravesar las paredes, los jardines, las esquinas.
Todo
un barrio espejado y ni siquiera nos reflejamos.
A
buscar un guijarro de café, una almohada, un cigarrillo y una cocina.
Una
palabra confiable, un sereno día de verano, y que todos vuelvan.
Así
fundamos de nuevo un pueblo, un amor, sin triste ni castigo.
GB
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