martes, 23 de febrero de 2021

 

Cenital

OFF THE RECORD

Ivan Schargrodsky
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Información, ideas y apuntes sobre política y justicia.
23/02/2021

Hola, ¿cómo estás? Espero que bien. Días (muy) difíciles para un oficialismo que había logrado, por primera vez en mucho tiempo, disputar la agenda y ubicarse nuevamente en el centro del ring. Historia antigua.

“Fue más que un crimen, fue un error”

Ante el fusilamiento en 1804 del duque de Enghien, acusado de participar en un complot de los realistas para derrocar a Napoleón, Joseph Fouché acuñó una de las frases por las que ha pasado a la posteridad: “Fue más que un crimen, fue un error”. Fouché, como bien lo define Stefan Zweig, era un genio tenebroso. Sería injusto calificar así a los responsables del escándalo de la vacunación VIP. Injusto para Fouché.

La suma de errores no forzados es para un caso de estudio. El descalce con la realidad de millones de argentinos le infringió al gobierno la peor crisis desde que asumió en diciembre del 2019. Peor que la pandemia. La liviandad con la que Ginés González García le respondió a Alberto Fernández ante el rigoreo que recibió por parte del Presidente evidencia hasta qué punto no calibró el exministro de Salud una decisión que signó el fin de su carrera en la función pública de una manera que no le hace justicia a su historia como militante y sanitarista.

Esto ocurrió el jueves en la Quinta de Olivos. Fernández estaba cenando con Martín Guzmán cuando lo llamó el vocero presidencial Juan Pablo Biondi y le anticipó que en la edición del diario Clarín del día siguiente iba a publicarse un artículo sobre lo que luego se conoció como el vacunatorio VIP. El Presidente se comunicó con el entonces titular de la cartera de Salud y recibió una respuesta tranquilizadora. En este punto las versiones se bifurcan. En el gobierno aseguran que Ginés habló con un periodista del diario y que esas gestiones dieron resultados. Altas autoridades del Grupo lo desmienten con énfasis. El resto es historia conocida. Horacio Verbitsky quiso anticiparse a la publicación de los medios, lo contó al aire y la escalada no se detuvo hasta la renuncia de su amigo.  

El gobierno tuvo un pecado original, como tantas otras veces, de criterio político que derivó en un problema de comunicación. La falta de enfoque integral -sobre la medida, la narrativa, su comunicación y la eventual gestión de crisis- en la toma de decisiones alarma hasta al más confiado e irrita hasta al más comprensivo. Entender por qué no hizo explícito y público el criterio parece tener más que ver con una comentada falta de vocación en esas áreas que con hipótesis de conspiración. Vacunar a quienes el Estado considera personal estratégico hubiera generado un malestar inicial y momentáneo. Poco más de 100 vacunas sobre las 1.8 millones que llegaron hasta el momento parecía un costo tolerable en un momento en el que la oposición se burlaba de la Sputnik V. En ese tiempo se vacunaron, por ejemplo, los suegros de Sergio Massa. Esto mereció un tuit con información confidencial de Patricia Bullrich. Mientras Fernando Galmarini y Marcela Durrieu se inmunizaban, Mónica Frade -aliada de Bullrich en JxC- presentaba la denuncia en Comodoro Py por envenenamiento contra el Presidente y su entonces ministro. Mala fortuna también para el fiscal Guillermo Marijuan que hizo escalar el escándalo y a las 48 horas apareció en la nómina un apellido que se cuida mucho en no comprometer.

La presencia de la familia Duhalde generó también una particular sorpresa en diversos actores de la coalición oficialista. “Seis vacunas se llevó el duhaldismo”, provocó #OffTheRecord. “Con eso cerrábamos en el 2005”, fue la respuesta de un peronista que mantiene el protagonismo a través de los años. La ausencia de dirigentes de peso de La Cámpora entre los vacunados y el avance sostenido del cronograma en PBA le permitió un respiro a una Cristina Fernández de Kirchner que ocupó parte de su fin de semana en un extenso almuerzo de trabajo en el sur con el ministro Guzmán. “Imaginate a los medios y la oposición si hubieran estado Máximo, Wado, Fernanda o Luana”, reflexionaban desde el entorno de la VP. 

La tranquilidad por la ausencia de figuras de primer orden de la organización fue mutando en molestia por los nombres que empezaron a trascender con el correr de las horas. Y esa molestia se transformó en preocupación cuando llegaron los reportes de las mesas de vacunación que tiene distribuidas el gobierno en el conurbano. Al menos en Avellaneda y Lomas de Zamora los insultos que recibieron los militantes oficialistas no se escuchaban desde la crisis por los bolsos de José López.

Una lectura prudente sobre la vacunación y los privilegios, entonces, debería separar a quienes cumplieron con los protocolos y requisitos -siempre mejorables en cuanto a su calidad y claridad-, los quiebres normativos que inevitablemente ocurren y aquellos que son responsabilidad directa del gobierno y conviven en la inaceptable lógica del privilegio. En Argentina hay ejemplos de las tres y que haya habido casos vinculados a la responsabilidad política directa le costó el cargo de ministro a Ginés. Como deliberar sobre cuestiones de política doméstica se volvió imposible, hagamos algunos paralelos fuera de nuestras fronteras. La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, de 56 años, se vacunó el 29 de diciembre antes que casi nadie y en su carácter de senadora ya que su triunfo no había sido aún proclamado por el colegio electoral. ¿El motivo? La normativa estadounidense. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, había diseñado un estricto protocolo para que las vacunas llegaran sólo a los que más necesitaban. Debió flexibilizarlo de forma sucesiva dos veces tras desperdiciar cientos de dosis en aras de evitar injusticias. En Chile, los registros del ministerio de Salud cuentan 37 mil personas que no cumplirían los requisitos entre los más de dos millones y medio de inoculados. No hay, claro, evidencias de responsabilidades políticas hasta el momento. 

Un aspecto menos epidérmico de la crisis en curso concierne al vínculo de la sociedad con la política. El oficialismo debería prestar atención al efecto cultural que podría tener la imagen de políticos vacunándose entre ellos, porque si bien es un retrato estereotipado, la caracterización puede ir creciendo de la mano de la pasión más peligrosa: la antipolítica. Al respecto, el sociólogo y consultor Ignacio Ramírez formuló un interesante aporte: compartió en Twitter un fragmento de un estudio sistemático sobre la cultura política de los argentinos que lidera desde 2013. Cuenta que en 2013 desarrolló un indicador para medir el share de nihilismo político. Es decir el grado de adhesión que tiene la representación de los resabios del 2001: "Son todos iguales". Según el estudio, en 2013 sólo un 36% suscribió a esa idea, pero desde entonces viene creciendo y en 2020 alcanzó el valor más alto de la serie con un 45% de argentinos que se manifestó de acuerdo con el concepto. Con relación a las conductas, pero también con sus lecturas y reacciones, Ramírez deja una reflexión que propone un desafío, un delicado equilibro: repudiar los hechos pero sin convalidar visiones que cultiven generalizaciones dinamizadoras del nihilismo total, una emoción que pese a su aspecto "antipolítico" es políticamente explotada por los productores de desconfianza. No colabora para eso viajar a una gira en el avión privado de Messi. 

Bonus track

  • Alberto Férnandez llegó a México, donde será el único jefe de estado extranjero invitado a la conmemoración de los 200 años de la independencia mexicana. El anfitrión lo recibió con un reconocimiento por la gestión del presidente argentino para que su país acceda a la Sputnik V, pero también con un vaso de ácido al hablar de los que "se saltan la fila". "No se ha abusado, (no ha habido) toda esta situación que se ha presentado en varios países de que hay vacunación secreta para los de arriba", declaró. AMLO tuvo fortuna que el mandatario argentino no le consultara qué hace su gobierno con los que, como el general y exministro priísta Salvador Cienfuegos, se saltan las acusaciones de narcotráfico.
  • El viernes se dio una situación particular. Mientras Axel Kicillof comenzaba la vacunación a las fuerzas de seguridad después de terminar con el personal de Salud, la página del gobierno de la Ciudad colapsaba en su debut para obtener turnos. #OffTheRecord consultó por qué están vacunando psicólogos en CABA. “Son personal de salud y atienden a personas con problemas graves”, fue la respuesta. Para debatir, al menos.
  • Mañana 9:30 se conocerá la sentencia a Lázaro Baez. En función del veredicto se podrá leer qué tipo de mensaje le envía la Justicia a Cristina Fernández de Kirchner.
  • México está demorado con la producción de vacunas de AstraZeneca por una restricción a las exportaciones de insumos que tienen los países centrales que garantizan primero su abastecimiento local. Esa demora puede provocar una distorsión en los planes de Argentina, pero hay alternativas. Una ya comenzó: el 1.6 millones de vacunas de India. La segunda es que Astra envíe el equivalente a 12.8 millones de vacunas desde Estados Unidos donde está demorada la aprobación. El laboratorio de Hugo Sigman ya envió el equivalente a 6.4 millones y esperan que lleguen en abril a nuestro país.

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