04 de julio de 2020
Potentia attornatum
Poder Judicial, periodismo y espionaje: el coctel PRO
Las acciones en las que participan periodistas como parte de operaciones de inteligencia no tienen nada que ver con el periodismo ni con la libertad de prensa. Son actos repudiables que perjudican al periodismo en general.
Por Luis Bruschtein
El sagrado y permanente Poder Judicial --como el latín del título-- es lo único inmutable en los vaivenes democráticos de la Argentina posdictadura. Desde su pedestal habilita a unos y desautoriza a otros y siempre son los mismos. El juez de Reconquista, Fabián Lorenzini, rechazó un decreto presidencial y habilitó al directorio de Vicentín denunciado por estafa por sus mismos accionistas. Pero cuando la Cámara Federal rechazó la preventiva ilegal a dos empresarios perseguidos por Mauricio Macri, el macrismo la despedazó y tres de sus cuatro jueces, Eduardo Farah, Eduardo Freiler y Jorge Ballestero salieron expulsados por la ventana; los jueces Luis Arias y Martina Fons que detuvieron el aumento desmedido de tarifas fueron aniquilados por el macrismo; y los jueces laborales Mirta González Burbridge, Diana Cañal y Luis Raffaghelli, que reinstalaron trabajadores despedidos por el macrismo más los jueces Enrique Arias Gibert y Graciela Marino que se opusieron a los despidos en Telam, fueron todos denunciados por el gobierno de Cambiemos ante el Consejo de la Magistratura que ellos controlaban.
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