Oliver LaughlandPeriodista. «The Guardian»
La decisión de Donald Trump de celebrar un acto de campaña en un estadio deportivo en Tulsa, Oklahoma, ha hecho aflorar la memoria sobre el que está considerado como el incidente más grave de violencia racista contra la población afroamericana desde la guerra civil norteamericana, en el que murieron alrededor de 300 personas. La visita de Trump ha servido para volver a impulsar un movimiento que reclama que se haga justicia y que se establezcan compensaciones económicas para los descendientes de las víctimas, residentes de una próspera zona de la ciudad conocida como el ‘Black Wall Street’ (Wall Street Negro).
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