“Gloria a Dios que es el amor y en
la tierra paz a los hombres que
luchan por la justicia.
Te alabamos, porque luchamos para que
nuestros niños hambrientos coman.
la tierra paz a los hombres que
luchan por la justicia.
Te alabamos, porque luchamos para que
nuestros niños hambrientos coman.
(…)
Te damos gracias, Señor,
porque no sois un Dios
espectador, sino un Dios hecho hombre
que padece el padecimiento de los
hombres.
Te damos gracias, Señor.
Tú que nos arrancas del egoísmo
impulsándonos a luchar contra la
explotación, ten piedad de nosotros.
porque no sois un Dios
espectador, sino un Dios hecho hombre
que padece el padecimiento de los
hombres.
Te damos gracias, Señor.
Tú que nos arrancas del egoísmo
impulsándonos a luchar contra la
explotación, ten piedad de nosotros.
(…)
Señor Dios, cordero de Dios,
que sigues desangrándote, en
los hacheros del Norte,
desangrándote.
En los mineros bolivianos, desangrándote.
En las favelas del morro, desangrándote.
En el frío de los pobres, desangrándote.
La carne del torturado, desangrándote.
que sigues desangrándote, en
los hacheros del Norte,
desangrándote.
En los mineros bolivianos, desangrándote.
En las favelas del morro, desangrándote.
En el frío de los pobres, desangrándote.
La carne del torturado, desangrándote.
(…)
Señor, Tú solo eres el amor!"
(Selección de Parte 1 y 2 de la “Misa para el Tercer Mundo” de Carlos Mugica, año 1974)
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