Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda, tiene como principal misión generar expectativas positivas.
Imagen: Leandro Teysseire
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La economía argentina no registró cambios macro importantes en los últimos dos años. El optimismo de inversores del extranjero que apuestan por activos financieros locales puede ser un resultado de la capacidad de vender expectativas del Gobierno pero seguro que no se basa en los fundamentos de las variables. Cash analizó ocho indicadores claves de la macroeconomía y no encontró diferencias relevantes para el promedio del primer semestre de 2017 respecto de los registros del mismo período de 2015. Lo que sigue es un análisis de esta comparación en el que se detallan los parecidos más importantes entre los indicadores.
Precios. La inflación mensual entre enero y junio de 2015 había sido de 2,5 por ciento, mientras que en la primera mitad de este año se ubicó en el 2,0 por ciento. La diferencia no es relevante si se tiene en cuenta que el discurso del equipo económico desde que asumió fue que su prioridad número uno iba a ser bajar la inflación en forma significativa. Las tasas de interés en niveles altos y una economía que el año pasado se desplomó en términos de consumo y producción parecen un sacrificio muy grande para la sociedad para registrar una disminución de los precios de sólo medio punto porcentual al mes.
Tipo de cambio real. La paridad cambiaria del peso contra el dólar al descontar el efecto de la inflación fue casi idéntica en el primer semestre de 2015 respecto de la que se anotó en igual período de este año. La cotización real del dólar, utilizando como base los valores de diciembre de 2001, se ubicó en 0,95 pesos entre enero y junio de 2015, al tiempo que fue de 1,0 pesos para los primeros seis meses de 2017. El ingreso de dólares especulativos y de deuda planchó el tipo de cambio en términos nominales y el proceso inflacionario que en 2016 anotó sus mayores niveles en 25 años se encargó de apreciar la cotización real. Antes de asumir los funcionarios de Macri aseguraban que la paridad cambiaria no era competitiva para economías regionales, industria y otros sectores dedicados a exportar. ¿Ahora por qué lo sería?
Gastos y Déficit fiscal. Los gastos del sector público crecieron en el primero semestre de 2015 a un ritmo de 31 por ciento interanual, mientras que en igual período de ese año lo hicieron a una tasa del 34 por ciento interanual. El equipo económico aseguró estar enfocado en limitar el gasto público por ser distorsivo pero en la práctica las erogaciones siguieron aumentando. El déficit del sector público se mantuvo en el equivalente a los 2000 millones de dólares por mes tanto en el primero semestre de 2015 como en igual período de este año.
Déficit comercial. El desequilibrio entre exportaciones e importaciones es otro de los elementos que no sólo no se mejoró sino que continuó profundizándose. El déficit comercial había sido de 417 millones de dólares por mes en la primera mitad de 2015, al tiempo que en los primeros seis meses de este año la cifra se elevó a 438 millones. El problema adquiere dimensión si se tiene en cuenta que entre julio y agosto se continuó incrementando el déficit comercial y anotó pérdidas de alrededor de 800 millones de dólares al mes.
Base monetaria, reservas y deuda externa. La emisión de base monetaria aumentaba al 36,3 por ciento interanual en 2015 y este año lo hizo al 36,3 por ciento. Sin palabras. En cuanto a reservas internacionales, se ubicaron en 30 mil millones de dólares en la primera mitad de 2015, mientras que sumaron 47 mil millones de dólares en la primera mitad de este año. Este aumento de los activos se sobre compensó por el incremento de los pasivos. La deuda externa pasó del 102 mil millones de dólares a 145 mil millones. Los activos sumaron 15 mil millones de dólares en los últimos dos años y los pasivos unos 43 mil millones.
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