Querían autocrítica? Acá la tienen. Pero no esperen de nosotros que saquemos trapitos al sol ante la vista del enemigo. No vamos a decir que “el candidato no sirve”, que “no se militó lo suficiente” o que “no se supo hablarle a la gente”. El problema trasciende una campaña y es un problema cultural: mientras no aprendamos a tener conciencia y orgullo de clase popular, abandonando el versito de la “clase media”, y no asumamos al enemigo, vamos a seguir teniendo sacudones como el del pasado domingo. Paremos de discutir lo superficial, si “Scioli sí” o “Scioli no”, vamos al fondo de la cuestión. ¿Qué somos y qué queremos ser? ¿Cuánto estamos dispuestos a entregar y a renunciar para serlo?
Si no hacemos este tipo de autocrítica jamás saldremos del ciclo vicioso de mejorarle la vida a sectores sociales que luego votan a su verdugo.
Si no hacemos este tipo de autocrítica jamás saldremos del ciclo vicioso de mejorarle la vida a sectores sociales que luego votan a su verdugo.
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