"La diplomacia inglesa no reconoce amigos ni la cohíben los agardecimientos anturales. Quien se apoye en ella para medrar pagará muy caro el apoyo. Bernardino Rivadavia fue un prócer que en nuestra tierra facilitó en mucho la tarea diplomática de Inglaterra. Cuando Rivadavia vio al final de su presidencia que la compulsión inglesa lo había arrastrado hasta la mas terrible impopularidad y se sintió precipitar al vacío irremediablemente, aprovechó las últimas energías para vengarse, e instruir al país en los peligros de la diplomacia inglesa. La diplomacia inglesa no lo perdonó nunca y fue implacable con él. El 15 de julio de 1827 lord Ponsonby escribía a Canning: "Los diarios propagados por el señor Rivadavia difamaban constantemente a la legación de S.M.,insinuando contra ella las peores sospechas y desccribiendo sus actos como dirigidos a acarrear deshonor y agravio a la República."
En realidad Rivadavia solo trataba de disculparse a sí mismo mostrando que la paz firmada con el Brasil, que el país consideraba deshonrosa, era impuesta por la diplomacia inglesa. Poco después, el 20 de julio de 1827, Ponsonby escibía a Canning: "Confío en que esta aparente prevención contra Inglaterra cesará cuando al influencia y el ejemplo del señor Rivadavia sean completamente extinguidos."
Cinco días después, Rivadavia renunciaba a la presidencia y se disolvía para siempre en el silencio histórico. No se conocen papeles posteriores a su presidencia. Vivió aislado en el anónimo. Cuando quiso actuar se lod desterró. Estuvo en la Isla de las Ratas frente a Montevideo. De allí lo exilaron a Santa Catalina, pequeña isla al sur del Brasil.
Mas tarde se refuió en Ró de Janeiro, después en Cádiz, donde murió olvidado a los 65 años de edad el 2 de setiembre de 1845. ¡Había sido aniquilado!"
RAUL SCALABRINI ORTIZ.
POLITICA BRITANICA EN EL RIO DE LA PLATA.
Prof GB
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