La salida de capitales por compra de dólares para ahorro, turismo, giro de utilidades, entre otras, se potenció en los últimos meses, con las políticas de desregulación sobre los controles cambiarios del Gobierno de Cambiemos. El Banco Central publicó ayer el informe de Balance Cambiario, un documento que permite observar los flujos de entrada y salida de divisas del país, con datos al cierre del primer semestre del año. Las cifras encienden luces de alarma por la fuga masiva de moneda extranjera. La autoridad monetaria, pese al incremento notable en la salida de capitales, logró mantener e incluso aumentar el nivel de las reservas internacionales por efecto del ingreso de nueva deuda externa con bancos, fondos de inversión y organismos de crédito.
La adquisición de dólares de los particulares para formación de activos externos (principalmente para atesoramiento) sumó en los primeros seis meses del 2016 unos 5996 millones de dólares, cuando había sido de 3045 millones en el mismo período del año pasado, lo que implica una suba del 96,8 por ciento. La nueva gestión no sólo autorizó a comprar hasta dos millones de dólares mensuales por individuo sino que en las últimas semanas elevó la cifra a cinco millones de dólares y aseguró que la idea es eliminar los topes en el mediano plazo.
El turismo fue otro de los rubros en los que se aceleró la fuga de divisas de la economía, un problema estructural para la Argentina que en los últimos años generó tensiones notables en materia de actividad económica, al limitar la capacidad de la industria para importar insumos por la escasez de dólares en el mercado interno. La compra de moneda extranjera para viajes y turismo de argentinos al extranjero ascendió en la primera mitad de este año a 4118 millones de dólares, contra los 3604 millones del año pasado, computando un avance del 14,3 por ciento. Los turistas que llegaron del resto del mundo, pese a la unificación del mercado cambiario, no vendieron sus dólares en casas de cambio oficiales. Las ventas de divisas de estos extranjeros sumaron 721 millones de dólares, cifra similar a la de los años anteriores, cuando existían controles y la brecha de cotización entre el tipo de cambio legal y paralelo era elevada.
Un tercer foco de fuga de divisas fue el giro de utilidades y dividendos de las empresas multinacionales que operan en el país. Estas compañías giraron a sus casas matrices unos 1466 millones de dólares entre enero y junio de 2016, cuando los giros habían sido de 113 millones en igual período del 2015. La política de Cambiemos fue liberar los flujos de capitales, es decir desregular las transacciones con divisas, para incentivar la llegada de nuevas inversiones extranjeras. Las multinacionales aprovecharon para retirar sus ganancias del mercado local pero no incrementaron sus inversiones.
El informe del Balance Cambiario no sólo permite observar la salida de divisas de la economía sino que muestra que hubo un ingreso notable de divisas en los últimos meses por la vía del endeudamiento externo. Los préstamos financieros, títulos de deuda y líneas de crédito sumaron una entrada neta de 5364 millones de dólares en el semestre, cuando la cifra había sido de 1621 millones en igual período del año pasado, lo que equivale a un incremento del 230 por ciento. Los créditos negociados con organismos internacionales y otros organismos bilaterales también registraron una suba, al pasar de 6829 a 7241 millones de dólares entre 2015 y 2016. El endeudamiento fue lo que posibilitó sostener el nivel de las reservas internacionales, que subieron 4943 millones de dólares en la primera mitad del año, una cifra que es casi idéntica a los 5000 millones obtenidos con el repo negociado con la banca extranjera.
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