El Fondo Monetario Internacional celebra el ajuste fiscal de los miembros del Mercosur pero reclama que países como Argentina apuren mayores cambios para reinsertarse en el sistema financiero internacional. El tradicional y repetido diagnóstico fue realizado ayer por el Director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, Alejandro Werner. El funcionario del FMI se encuentra en Uruguay, donde consideró que “en toda la región se necesita llevar a cabo un proceso de consolidación fiscal gradual y sostenido”. Desde su perspectiva, las tareas de ajuste necesarias en el país vecino no son como las que atraviesan otros estados “donde sí pensamos que hay que hacer un cambio rápido, mandar una señal importante a los mercados”.
Durante la apertura de una conferencia en Montevideo donde ponderó el ajuste dispuesto por las autoridades uruguayas, Werner indicó que la desaceleración económica del país vecino responde a Brasil y Argentina: “Efectos geográficos de estar en una región donde encontramos los principales casos de contracción económica, de movimientos y volatilidad cambiaria, de incertidumbre y de caída de la inversión”, consideró el responsable del FMI para el continente.
En el organismo multilateral definen al camino elegido por Macri como una “política macroeconómica más coherente y creíble”, aunque advierten que la recesión será mayor que la proyectada a comienzos de año. “El impacto adverso de la transición económica fue mayor de lo previsto”, indicó con sorpresa el organismo la semana pasada al proyectar una contracción de 1,5 por ciento del PIB para 2016. El Fondo explicó que la ampliación en 0,5 puntos porcentuales de la caída del producto responde a la baja en el consumo privado. Aunque exige mayor “consolidación fiscal”, el propio Werner consideró que, si llega, la reactivación será de la mano del incremento en el gasto público y la reducción en las tasas de interés.
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