En el acto de entrega de la medalla peronista al chofer Walden
4 de febrero de 1948
Cultura social y valores de los trabajadores.
“Allí dijimos que era necesario elevar la cultura social de los trabajadores, pero que esa elevación no implicaba solamente el ir haciendo de nuestros trabajadores cada día un ente más capacitado para su vida, solamente en el orden material e intelectual, sino que por sobre todas las cosas había que buscar una mayor capacita¬ción en el orden moral. La elevación de los hombres, en su condición de tales, tiene corno punto de partida la educación de su espíritu. El hombre, además de sus condiciones de trabajo, debe saber practicar la virtud, sin la cual se desciende hasta los límites más extraordinarios. El honor más grande que se puede otorgar a un hombre es premiando sus condiciones morales, porque la virtud es una condición humana que está al alcance de todos. El lujo no está más que al alcance de los poderosos, pero la virtud está tan al alcance del poderoso como del más humilde. Luego, esa virtud, puede ser alcanzada por cualquiera de nosotros y valorada por nuestros semejantes.
Nosotros creemos que el cumplimiento del deber ha de es¬timularse para diferenciar las personas que cumplen con su deber de las que no cumplieron jamás con el suyo.”
“Tampoco creo en la existencia de un designio histórico que nos condene internacionalmente a la mansedumbre, a la sumisión o al coloniaje político y económico. Somos un pueblo fuerte por la intensidad del respeto a los derechos ajenos y a la exigencia del respeto a nuestros derechos; por el amor a nuestras instituciones y a nuestras libertades; por la conducta pacifista que no se quebró nunca; por el firme propósito de imitar al Padre de la Patria, al glorioso San Martín, que en dos continentes batalló en de¬fensa de los ideales de independencia, de esa férrea, de esa intransigente, de esa sagrada independencia típica del alma criolla que no se quiere doblegar ante nadie.”
General Juan D. Peron
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