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SEGUNDA PARTE DE LA NOTA.
Derechos y garantías
La jueza María Eugenia Capuchetti, quien investiga el magnicidio, es tan respetuosa como Ercolini de los derechos y garantías de las personas mencionadas en la causa. Por ejemplo, de Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz, cuyos teléfonos se negó a secuestrar, ante el pedido de la querella vicepresidencial. Los apoderados de Cristina presentaron un pedido de reposición, alegando que la negativa pone en jaque la investigación. En otro escrito habían cuestionado la actitud de la Corte Suprema de Justicia, que nunca respondió al pedido de Capuchetti de un refuerzo de personal para atender las tareas extraordinarias de esta causa, y de la Cámara de Apelaciones, que no la relevó de seguir atendiendo al mismo tiempo los demás expedientes de su turno. Esto contrasta con el diluvio de recursos que la Corte prodigó, cuando la investigada era Cristina, en la causa por el memorándum con Irán. La querella también pidió que se convocara a asistir en la investigación a la Dirección de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad de la Nación (DINICRI), porque los funcionarios judiciales, además de escasos, carecen de la formación necesaria para investigar casos complejos.
Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz son colaboradoras del diputado del PRO Gerardo Milman, ex secretario de Seguridad durante la gestión de Patricia Bullrich y asistente regular a las movilizaciones que desde mayo plantearon forzar la salida anticipada del gobierno de las autoridades electas en 2019, con horcas, guillotinas, antorchas y bombas de estruendo, según la minuciosa cronología del dictamen del fiscal Pollicita que publicamos la semana pasada, y abundantes fotografías de cada episodio. Gómez Mónaco es hija y nieta de oficiales de la Policía Federal y con Bullrich y Milman fue directora de la Escuela de Inteligencia sobre el Delito, precisamente de la DINICRI. Su hermana, Daniela Gómez Mónaco, estuvo a cargo de la administración de la DINICRI. El pedido de la querella desoído por el tribunal se originó en un llamativo episodio protagonizado por Milman y sus dos asistentes.
El 18 de septiembre, en la nota La conjura de los necios señalamos una serie vínculos que deberían investigarse entre el grupo visible de ejecutores del atentado fallido, sus propagandistas y sectores del poder económico y político. Además de la relación entre Caputo Hermanos y Jonathan Morel, identificamos un proyecto de resolución presentado el 18 de agosto por Milman, en el que se lee: “No vaya a ser que algún vanguardista iluminado pretenda favorecer el clima de violencia que se está armando, con un falso ataque a la figura de Cristina, para victimizarla, sacarla de entre las cuerdas judiciales en las que se halla y no puede salir, y recrear un nuevo 17 de Octubre que la reivindique ante sus seguidores”. Otro de los firmantes, el diputado cambiante Francisco Sánchez, pidió que se reimplantara la pena de muerte ¡y se le aplicara a Cristina!
La tentativa de homicidio se produjo dos semanas después, el 1° de septiembre. El 17, La Nación lo desdeñó en una nota editorial que repitió las palabras previas de Milman: “Un grupo delictivo escasamente profesional al servicio de sectores interesados en generar un particular clima o determinadas consecuencias políticas favorables a una líder política a quien la Justicia ha puesto contra las cuerdas”. La teoría del falso ataque.
Los abogados de Cristina, Marcos Aldazábal y José Manuel Ubeira, ofrecieron un testimonio bajo reserva de identidad. Pero el juzgado filtró que el testigo X era el ex diputado provincial santafesino Jorge Abello, asesor del diputado nacional de La Cámpora, Marcos Cleri. Abello declaró haber coincidido con Milman y dos chicas que lo acompañaban, en el restaurante Casablanca, frente al edificio del Congreso, a las tres de la tarde del 30 de agosto. El diputado habría dicho entonces: “Cuando la maten, yo estoy camino a la costa”. Al enterarse del atentado, cerca de la medianoche del 1° de septiembre, recordó el episodio y se lo comunicó a Cleri. Abello declaró el 23 de septiembre, pero Capuchetti recién citó a Gómez Mónaco y Bohdziewicz el 26 de octubre.
Ambas negaron haber estado en Casablanca con Milman. Pero las cámaras de seguridad demostraron lo contrario. El registro comprende tanto la llegada de los tres a Casablanca como su salida posterior y entrada al anexo del Congreso. También está filmada la proximidad de Abello a la mesa de Milman en el restaurante. Recién ante estas evidencias, las dos mujeres admitieron el encuentro, aunque negaron el diálogo. Bohdziewicz dijo que hablaron de un viaje de Milman a Pinamar, pero Gómez Mónaco lo negó. Al presentar el recurso de reposición, la querella sostuvo que se confirmaron las circunstancias descriptas por el testigo y se contradijeron las asistentes de Milman. Dijo que era “horrible» dejar ir a estas dos personas con esos celulares, lo cual «hirió gravemente la posibilidad de dilucidar esa hipótesis”. Considera obvio que Bohdziewicz y Gómez Mónaco “le comunicaron a su jefe lo sucedido y que, si había alguna prueba, se estarán encargando de que deje de existir”. El viernes, Milman presentó un escrito ante la jueza en el que negó haber pronunciado esa frase y denunció a Abello por falso testimonio. Milman es vicepresidente del bloque del PRO, que lo respaldó sin preguntarle por qué dos semanas antes habló de un autoatentado.
Si te he visto no me acuerdo
La semana pasada expusimos los contactos del guardia de seguridad Hernán Carrol con los políticos Ricardo López Murphy, Patricia Bullrich, Javier Milei y Gerardo Milman.
Ayer, en una entrevista que concedió a Jorge Fontevecchia con la inocultable intención de diluir su perfil de halcón y tender puentes hacia el centro tanto peronista como uceerreista y del propio PRO, la precandidata presidencial negó lisa y llanamente toda relación con Carrol.
—Hay una persona que se llama Hernán Carrol, que intervino en el encuentro tuyo con Milei, ¿lo conocés— le preguntó Fontevecchia.
—No, no lo conozco, porque esa persona tenía una camiseta de seguridad y nunca en mi vida ando con equipos con camiseta de seguridad, estaba ahí, no sé quién es. Y nunca he intercambiado palabra con él. No sé quién es. Estaba ahí, en una manifestación donde había cientos de miles de personas— respondió Bullrich.
Es cierto que en los actos callejeros y en la era del telefonito nadie puede garantizar que un desconocido se le acerque y registre el momento. Pero hay demasiados documentos gráficos que muestran una proximidad política pero incluso física entre ellos, en circunstancias distintas a las que no puede asistir cualquiera. Y no sólo con Carrol. También con el instructor de artes marciales Hernán Seivane, que es el abogado de la Nueva Centro Derecha.
Esto no convierte a Bullrich en cómplice de ningún delito, pero hace trizas su pretensión de que ni sabe quién es y reclama una manifestación sincera respecto del vínculo.
Brenda en el país de Carrol
Por otro lado, Carrol comparte actividades con los revolufederales de Morel y finalmente con los detenidos por el magnicidio, Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte. Y en la página de su Nueva Centro Derecha también publica insultos a los que llama zurdos e imágenes de los jefes de la última dictadura:
Sabag Montiel envió un manuscrito a Capuchetti en el que dijo que renunciaba a sus defensores oficiales y que Carrol designaría y costearía uno privado. El forzudo, creador de la agrupación Nueva Centro Derecha, dijo que no tenía relación con él. Que sólo había tomado contacto con Uliarte cuando la vio en Crónica TV despotricar contra los planes sociales y que hizo un vivo de Instagram con ella. A regañadientes agregó que la invitó a la fiesta de cumpleaños de Martín El Negro Almeida, un humorista que actúa como locutor en los actos del Ministerio del Odio. Uliarte asistió con el magnicida. Pero Carrol negó haber tenido cualquier otro contacto con ellos. Esta foto parece desmentirlo:
Una persona muy parecida a Uliarte aparece frente a la Casa de Gobierno junto con Carrol, Almeida y otros de los conspiranoicos: el agente de la AFI macrista Emmanuel Danann o Manuel Jorge Gorostiaga, a) Marco Galiani, y Seivane, a quien ya vimos abrazado con Bullrich.
Los abogados de la querella afirman que existe una estrecha vinculación de Carrol con Milman, al punto que “habría compartido viajes al exterior del país con quien fuera Jefe de Gabinete de la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad de la Nación”, Fernando Angel Villares, durante la gestión de Milman en Seguridad.
Luego de declarar ante la jueza Capuchetti, Almeida grabó un vivo de Instagram, del que también participó Carrol. En un tono ligero que no cuadra con la gravedad de los hechos, se refiere a aquel encuentro con Uliarte y Sabag.
Carrol incluso confirma la relación previa que tenían con Sabrina Basile. Almeida también revela que el vivo de la noche del atentado lo realizó con el editor de videos Lucas Maximiliano Di Dodo, quien es el responsable de la estrategia en redes de la Fundación Libertad y Progreso, un think tank neoliberal comandado por Alberto Benegas Lynch (h).
A Capuchetti le han negado los recursos para seguir estas pistas. ¿Pero tiene la voluntad de hacerlo?
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