miércoles, 8 de abril de 2020
inocencia y sabiduría.
Ríen los niños sioux, ríen los maya quitché,
dicen los nica y los salvadoreños, que estos ya les contaron
y por eso también ríen.
Ríen las niñas en la selva colombiana y en las afueras de la ciudad de Panamá.
También se enteraron y sonríen las niñas andinas, los niños a ambas orillas
del Río de la Plata, carcajean.
Llegó el rumor y tras el humo negro el piberío ríe en Siria, en Libia,
y cómplices las niñas palestinas también.
Se enteraron en Afganistán, en Irak, y a pesar de la falta de juguetes, todxs lxs niñxs
ríen y ríen sin parar.
Igual que esas primas que al oído se susurraron la buena nueva,
en Hiroshima y Nagasaky.
Con fuerza, ríen.
Porque dicen que les contaron lo que vieron lxs niñxs sioux:
a un águila calva, casi sin plumas volando en semicírculos,
atontada, con fiebre y mucha tos.
GB
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