El autor reflexiona sobre el rumbo económico y político que debe tomar el Gobierno Nacional en el contexto del coronavirus.
Por Diego Rosa
Foto: Leonardo Martinez
Foto: Leonardo Martinez
En el marco del cataclismo pandemico sanitario-económico no hay lugar para lo copulativo (esto y también lo otro), es momento de jugar fuerte y dejar la liturgia socialdemócrata. El presente es un humilde manifiesto que pretende exigir, con todo el apoyo al gobierno de Alberto Fernández, optar por el salvataje de las economías populares (trabajadores formales e informales, jubilados, pymes, comercios) a la mirada indiferente de bancos y billonarios.
Se entiende la fuerte presión que vive el gobierno y todo lo que está haciendo en el plano sanitario con sus grandes aciertos, pero debemos subrayar que tenemos la oportunidad de transformar el sistema financiero en pos de una soberanía financiera a merced de las economías siempre golpeadas por las crisis.
Estamos viviendo el mayor cataclismo económico y no hay lugar para titubeos en términos políticos. La mecha es corta y si el gobierno titubea puede ser devorado en el lapso de unos meses por sus propios pasos. En el pueblo, la gran mayoría intuye, que se acompañarán las medidas extraordinarias en momentos dónde “lo real” del capitalismo quedó al desnudo.
Se exige, en verdad, el aceleramiento de políticas financieras progresivas. Sugerimos y exigimos también la modificación de la ley de entidades financieras, el apoyo a leyes de gravamen a las élites billonarias de éstas latitudes, porque abundan registros históricos de salvatajes a privados (bancos, multinacionales) por parte del Estado .
La socialdemocracia ha muerto en el año 2008 de la mano de la caída de “Lehmann Brothers” no podemos seguir el modelo que ya ha fracasado en el mundo bajo la huestes del neoliberalismo acérrimo. Es momento de aplicar un peronismo a la altura de la pandemia, el Estado interviniendo en todas las vertientes de la esfera económica.
Las razones se reflejan en los testimonios que desde el conurbano vienen a constatar la caída del PBI - en un 6 PC que avizora el FMI para la argentina - el peor de la región - según el organismo. Es hora de que se rescate al pueblo, porque el pueblo engrandeció a los bancos, las multinacionales y a la empresa de Rocca. No olvidemos los episodios de las filas de bancos privados donde los jubilados padecieron la perversión del discurso amo financiero con la indiferencia de que les caracteriza.
¡Esto no va ser Bérgamo, Rocca, esto es Argentina! Debemos demostrarlo ahora, es el momento de que la peste sea el Estado, de peronizar las acciones financieras, de que presionemos desde las bases, de la manera que sea: virtualmente, con aplausos, y hasta con cacerolas “anti-bancos”, las que se nos ocurran en este momento de poca operación en calles.
No puede ganar siempre el slogan de Friedrich Jameson “Es más fácil el fin del mundo, que el fin del capitalismo”, es hora de que los militantes dejemos de jugar a la mancha burócrata, y recuperemos el sentido crítico ante lo que pasa y primero sugerir, luego exigir, que el presidente actúe como el peronista que es y no el hippie que desea.
El pueblo necesita que al final de esta edición, o a los días, se materialicen estas demandas.
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