Especial de Público para Página/12
El pasado día 10, Evo Morales anunció su renuncia forzda a la presidencia del país después de que el Ejército le “sugiriera” que se marchase. Posteriormente, el golpe de Estado se consumó y Morales tuvo que exiliarse a México mientras que la senadora opositora Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta en una sesión del Parlamento sin quórum. El jefe del Ejército Williams Kaliman, se encargó de colocarle la banda presidencial.
Mientras asistimos a las dificultades de la prensa para llamar “golpe de Estado” (no así Bernie Sanders) a una situación producida obviamente con la intervención del Ejército, vemos entrevistas de Áñez en las que la ‘presidenta interina’ justifica haber entrado al Palacio de Gobierno enarbolando una Biblia gigantesca por ser “un acto de fe” (ante la cara de incredulidad del presentador de la BBC).
Ahora, en las redes han recordado otro ‘pequeño’ detalle. La presidenta de facto pertenece al partido Movimiento Demócrata Social un partido que en las últimas elecciones tuvo en torno al 4% de los votos, con 4 diputados de 130 y 1 senador de 36. Una circunstancia que recuerda a la de Venezuela, donde el autoproclamado presidente de este país, Juan Guaidó, forma parte de un partido (Voluntad Popular) que tiene 20 diputados de 167 en la Asamblea Nacional.
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