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Irán advierte que "una sola bala" de EE.UU. hundirá en guerra a la región
TEHERÁN.- Con la amenaza latente de un ataque aéreo sobre su territorio, que horas antes estuvo a punto de volverse realidad, Teherán advirtió ayer que "una sola bala" disparada en su contra desatará una represalia devastadora contra los intereses estadounidenses y de sus aliados en la región.
"Disparar una bala contra Irán prenderá fuego a intereses estadounidenses y de sus aliados" en la región, dijo el general de brigada Abolfazl Shekarchi, vocero del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. "Estados Unidos, sus intereses y los de sus aliados serán consumidos por ese fuego", insistió. Y dijo que "el objetivo del enemigo", sobre todo de Israel, "es desarmar a Irán".
Las declaraciones incendiarias vinieron también del otro bando. Tras haber cancelado a último momento un operativo aéreo, el viernes, el presidente Donald Trump prometió ayer "una destrucción como nunca antes se ha visto" en caso de una guerra con Irán, que dijo no desear.
Entre su arsenal de advertencias, Trump intercaló su deseo de ser "el mejor amigo" de Irán, siempre que decida deshacerse de su programa nuclear, el objetivo del presidente.
Pero, lejos de alentar esa amistad, difícil de imaginar sobre la base de la desconfianza de Trump hacia Irán desde el comienzo de su gestión, el presidente anunció que impondrá otra ronda de sanciones "importantes".
"Vamos a poner sanciones adicionales importantes sobre Irán el lunes -escribió en Twitter-. Espero el día en que las sanciones sobre Irán se levanten y se vuelva una nación próspera y productiva otra vez. ¡Cuanto antes mejor!".
"No puedes tener armas nucleares", señaló el jefe de la Casa Blanca horas antes en una entrevista con la cadena Fox News. "Y si quieres hablar de ello, bien. De lo contrario, puedes vivir en una economía destrozada durante mucho tiempo".
Trump confesó anteayer haber ordenado y luego cancelado un bombardeo aéreo con tres aviones, que según algunas versiones ya estaban en vuelo, para evitar la muerte de unas 150 personas, de acuerdo con las estimaciones de bajas que le suministraron sus asesores militares.
El bombardeo se dispuso en represalia por el derribo durante la semana de un dron militar espía norteamericano, que según quién lo diga, estaba o no estaba violando el espacio aéreo iraní.
Irán afirmó que dispone de "pruebas irrefutables" que muestran que el dron ingresó en su espacio aéreo, y se dirigió al secretario general y al Consejo de Seguridad de la ONU para denunciar lo que consideró una acción "provocadora" y "muy peligrosa" de Estados Unidos.
El canciller iraní, Mohammed Javad Zarif, publicó en Twitter un mapa que muestra el supuesto recorrido del dron, una afirmación que Estados Unidos volvió a rebatir.
El gobierno iraní ajustó además la seguridad interna y anunció la ejecución por espionaje de un contratista del Ministerio de Defensa, Jalal Haji Zavar, a quien acusó de trabajar a las órdenes de la CIA.
El contratista cayó tras el desmantelamiento de una "nueva red de espías" y de "nuevos reclutas de los norteamericanos" al servicio de la CIA, según la denuncia del gobierno, y fue condenado a muerte por un tribunal militar en Teherán.
Pese a las reiteradas afirmaciones según las cuales ninguno de los dos bandos busca una guerra, la escalada y multiplicación de incidentes en el Golfo Pérsico levantan los temores de un conflicto. El vínculo entre Washington y Teherán se deterioró a partir de mayo de 2018, cuando Trump decidió retirar a Estados Unidos del acuerdo internacional firmado de 2015 para frenar las ambiciones nucleares de Irán, restableciendo duras sanciones.
Las relaciones empeoraron con los ataques contra petroleros en la región del Golfo Pérsico, en mayo y junio pasados, que Washington atribuye a Teherán y este desmiente, como en todas las demás acusaciones cruzadas en la larga y pronunciada escalada de amenazas.
Estados Unidos reforzó recientemente su dispositivo militar en Medio Oriente en medio de nuevos roces por el anuncio de Irán de que sus reservas de uranio enriquecido superarán el 27 de junio el límite previsto el acuerdo nuclear.
Las tensiones llevaron a algunas de las más importantes compañías aéreas del mundo, entre ellas British Airways, Qantas y Singapore Airlines, a suspender sus vuelos sobre el estrecho de Ormuz. En ese sentido Air India fue más lejos todavía en la toma de medidas para no ser víctima colateral del conflicto, y anunció ayer que desviaría sus vuelos del espacio aéreo iraní.
Agencias AFP y ANSA
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