miércoles, 26 de junio de 2019
domingo, 23 de junio de 2019
CASH 23 de junio de 2019 Guerra comercial Estados Unidos versus China “El multilateralismo está en crisis”
La crisis global desatada a partir del estallido financiero de 2008 no ha podido superarse. La dinámica del crecimiento de la economía mundial se desplaza hacia Oriente. China empieza a darle mayor importancia a la innovación tecnológica, lo cual preocupa a Estados Unidos.
Por Natalia Aruguete
“Se implementan cada vez más medidas proteccionistas”, afirma el economista Claudio Lara.
Imagen: Sandra Cartasso
Imagen: Sandra Cartasso
Mientras continúe, el impacto de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China sobre la economía mundial irá en aumento.El economista chileno Claudio Lara sostiene que la reacción de la administración Donald Trump pone en evidencia que las capas tectónicas se han desplazado hacia Oriente, no solo en materia de crecimiento sino en la capacidad de impulsar acuerdos internacionales. En su visita en Buenos Aires, invitado por el IADE y Clacso, Lara dialogó con Cash sobre la crisis “terminal” del multilateralismo y los efectos que tendrá esta puja entre gigantes sobre la región latinoamericana.
–¿Por qué el multilateralismo está en crisis? ¿Cómo influye la política comercial de Estados Unidos?
–Creo que el multilateralismo está en una crisis profunda, incluso terminal, en la medida en que ya no existe aquel multilateralismo que se había propuesto con la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Un elemento central es que esos acuerdos debían lograrse por consenso de todos los países participantes. Mientras avanzaba, la discusión entre los países fue encontrando obstáculos. En un determinado momento, la Ronda de Doha ya no pudo seguir operando y surgió la idea de avanzar en acuerdos plurilaterales, con lo que se abandonó la Ronda de Doha y, por ende, los propósitos iniciales de la OMC. Lo que existe hoy son esfuerzos para salvar esa crisis mediante acuerdos plurilaterales que también son difíciles de implementar.
–¿Por qué?
–En primer lugar, por el momento económico que estamos viviendo a nivel mundial. La crisis global desatada a partir del estallido financiero de 2008 no ha podido superarse. Desde aquel 2008 asistimos a un período de estancamiento de largo alcance, un estancamiento secular sin perspectivas de que pueda superarse. Los pronósticos del Fondo Monetario Internacional indican que el mundo va a seguir con un crecimiento y un intercambio comercial bajos. El comercio mundial crece a razón de 1/3 de lo que venía creciendo antes del 2008. En este contexto, asistimos a una agudización del proteccionismo mundial. El Trade Alert advierte que, aun cuando se avance en negociaciones y acuerdos, en la práctica se implementan cada vez más medidas proteccionistas.
–Usted alude a la crisis de 2008 como causante de una transformación en el mapa económico y geopolítico. ¿Dónde visualiza esa transformación?
–En que los países en desarrollo comienzan a tener una mayor importancia en la economía y en el comercio mundial, y van ganando posiciones lentamente. Estos países continuaron creciendo incluso considerando las dificultades que empiezan a aparecer en 2013. El crecimiento de China y de los países asiáticos se reduce, aunque el crecimiento del 6,0 o 6,5 por ciento no es nada despreciable si lo comparamos con el de los países desarrollados. Esto implica que las placas tectónicas se desplazaron hacia Oriente.
–¿Cuál ha sido la respuesta de China al proteccionismo de los países centrales?
–Lo primero que hizo China fue implementar un plan de intervención desde el Gobierno que redundó en inversiones por 650 mil millones de dólares. Eso le permitió mantener su crecimiento, aunque en un rango menor. Y en el año 2011, China decidió cambiar su modelo económico porque percibió que la situación internacional había empeorado sustancialmente a partir de la crisis y, por ende, requería implementar un cambio de modelo para acentuar el mercado interno antes que seguir apostando a su inserción en los mercados internacionales vía exportaciones. Eso se tradujo en un aumento de los salarios de los trabajadores, en una reorientación de la producción interna y en dar mayor importancia a la innovación tecnológica. Lo cual comienza a preocupar a los países occidentales, sobre todo a Estados Unidos.
–¿Cómo se combina ese cambio de modelo económico con su inserción política internacional y, más concretamente, con los acuerdos que impulsa en este escenario?
–China siempre entendió que debía ir tomando posición sobre el multilateralismo. Y gradualmente fue construyendo esa inserción. Empezó con alianzas políticas con los países vecinos en el área asiática y hacia 2014 se expandió con alianzas más allá de Asia, a través de la ruta de la seda. China proponía un mundo más tranquilo y equilibrado, en el que no hubiera disputas de poder sino solo ganadores. El discurso chino ha tenido un relativo éxito, por lo que ha ido ganando adhesiones no solo económicas sino políticas.
La ruta de la seda
–¿Cuál es la propuesta de China y, en especial, con la ruta de la seda?
–China cambia el sentido de los acuerdos comerciales. Mientras que los acuerdos habitualmente transitan sobre negociaciones muy complejas que demoran mucho, China da vuelta la orientación al comenzar con una propuesta bien concreta, como la ruta de la seda y una serie de proyectos de infraestructura. Además, introducen el elemento financiero, de manera que los países que participan de esos acuerdos tengan acceso a financiamiento y así posibilitar la concreción del acuerdo. El financiero es un aspecto que había estado ausente en otros acuerdos de libre comercio. En definitiva, no son acuerdos que se queden en lo discursivo y las buenas intenciones, sino que incluyen cuestiones que lo vuelven práctico y factible en el corto plazo. Pero al tratarse de una construcción hecha con la lógica de Oriente, la incorporación de países de América latina es más difícil y lenta.
–La entrada de este tipo de acuerdos podía hacerse vía Brasil a través de los Brics.
–Otros países también, como Uruguay, han respondido positivamente. Pero sigue siendo complejo porque la forma de inserción de los países latinoamericanos es a través del comercio de materias primas. En ese plano, la discusión se ha centrado en la idea de que China desplaza a los países avanzados que eran los demandantes de materias primas y ahora China estaría jugando ese rol. Es como si América latina hubiera cambiado el eje de su dependencia. Yo creo que China estaría dispuesto a incorporar otro tipo de producciones, por eso digo que es responsabilidad de los gobiernos latinoamericanos el haber optado por un modelo de primarización y no atreverse a un tipo de producción más diversificada.
–¿Qué puede pasar en el mediano plazo atendiendo al giro a la derecha de los gobiernos de la región y, en particular, con el escenario político actual de Brasil?
–En términos económicos, poco o nada pueden ofrecer los gobiernos de derecha. Además, lo que ocurre en la región está totalmente desfasado de lo que está ocurriendo en el mundo a nivel político. En el fondo, los países que mayores vínculos mantienen con China son Chile y Brasil, cuyos gobiernos de derecha proponen discursivamente un acercamiento a los Estados Unidos. Ese discurso es incoherente con su dinámica económica que, a esta altura, es imposible de romper, porque no tienen una propuesta alternativa que reemplace la exportación de materias primas a China. Las exportaciones de Chile a China han aumento y ahora se ubican casi en el 37 por ciento de las exportaciones totales. De manera que cualquier vínculo con Estados Unidos sería disfuncional.
–¿Qué porcentaje de las exportaciones chilenas va a Estados Unidos?
–Entre 13 y 14 por ciento. El caso de Brasil es similar. A Estados Unidos le preocupa el gran ascenso que ha tenido China, sobre todo en materia de desarrollo tecnológico, no solo el que está teniendo actualmente sino el que podría tener con el proyecto “Made in China 2025”. Entonces, ¿por qué rebota en América Latina? Fundamentalmente por Venezuela, donde China tiene influencia desde hace un tiempo. Y hoy vemos que Estados Unidos ejerce un grado de intervención en Venezuela, a través de la llamada “ayuda humanitaria”, como nunca se había visto en la región. Cuando uno se pregunta “¿a qué responde la obsesión de Estados Unidos con Venezuela?”, se da cuenta de que allí hay una preocupación más amplia: la confrontación con China.
–¿Qué actitud observa en los países de la región frente a esta intervención?
–Pienso que ciertos gobiernos latinoamericanos solo pueden apoyar directa o indirectamente esa estrategia norteamericana, pero a cambio de nada. En el caso particular de Brasil, se pone en cuestión el bloque Brics debido a razones geopolíticas en lo que atañe a su vínculo con Estados Unidos. En paralelo, vemos un intento de otros gobiernos latinoamericanos de romper con el eje Brasil-Argentina. La creación del Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur 0b) va en línea con el intento de los presidentes de Colombia, Iván Duque, y de Chile, Sebastián Piñera, de colocarse a la cabeza política de América latina y declarar la muerte de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Es una situación compleja dado que los países están más preocupados por resolver los problemas internos por sí solos que por buscar nuevamente acuerdos regionales
ECONOMÍA 23 de junio de 2019 Ajuste neoliberal, populismo “bueno” e inauguración de obras públicas realizadas por empresas de amigos y familiares Macri hace lo mismo en años de elecciones
Repetida estrategia económica electoral del macrismo. Cuando se acercan las elecciones, afloja un poco con el ajuste para crear una mejora económica ficticia. Pasado el turno de las urnas, el engaño queda al descubierto y continúa con la redistribución regresiva del ingreso.
Por Alfredo Zaiat
Inaugurar obras públicas de visibilidad masiva, mejorar un poco el poder adquisitivo del salario luego de haberlo depreciado fuerte, planes de créditos subsidiados, frenar medidas que afectan el presupuesto de las familias y prometer un futuro mejor. Esta fue la repetida estrategia electoral del macrismo administrando la Ciudad de Buenos Aires en los años impares, luego de uno anterior de ajuste y endeudamiento. El mismo plan fue trasladado a la gestión del gobierno nacional. Como en la administración central existen otras variables que influyen en el clima social en años de elecciones, la alianza Cambiemos sumó la estabilidad cambiaria a toda costa y la interrupción temporaria de los aumentos de tarifas. Es lo que hizo en 2017 y ahora reitera en 2019 en los tres principales distritos que gobierna. Teniendo en cuenta el recorrido de los casi doce años del macrismo en la CABA y los casi cuatro en Provincia de Buenos Aires y en el gobierno nacional, en caso de ganar la elección presidencial, no hay que esperar otra cosa de Macri en el 2020 que otra vuelta de ajuste y profundización de la distribución regresiva del ingreso.
El diseño de la estrategia electoral del macrismo es básico, financiado con un endeudamiento extraordinario. Lo hizo durante una docena de años en CABA y en estos casi cuatro años en el gobierno nacional. Mientras aprieta y afloja en la lógica del ajuste va entregando negocios (inmobiliarios, energéticos, de medios de comunicación, de obras públicas y financieros) a amigos, allegados, socios y familiares.
Un pilar fundamental de la gestión macrista es montar un aceitado dispositivo de la mentira planificada, diseñado y puesto en práctica desde la Jefatura de Gabinete. Este se despliega sin grandes cuestionamientos en la inmensa red de propaganda pública y privada oficialita. No recibe observaciones críticas por licitaciones adjudicadas a amigos del poder, por los sobreprecios en la obra pública o por los groseros conflictos entre el interés público y los negocios de la familia presidencial. Tampoco es señalada la utilización abusiva de recursos públicos para la campaña electoral y las desvergonzadas publinotas del jefe de Gobierno de la CABA, Horacio Rodríguez Larreta. Además dejó de ser un tema que inquiete a ciertos medios y periodistas los desproporcionados presupuestos de publicidad, la obscena protección mediática de la gobernadora María Eugenia Vidal, la concentración de esa pauta en la prensa oficialista y el abuso del color amarillo (CABA), verde (PBA) y celeste (Nación) en el paisaje urbano. Tampoco generan reacciones de cólera spots de campaña del gobierno nacional difundidos en el entretiempo de partidos de fútbol, tanto en los de la Superliga como en los de la triste Selección Nacional.
Obras públicas
El macrismo combina neoliberalismo económico clásico con el ejercicio político del conservadurismo popular de comienzos del siglo pasado. La apertura comercial y financiera y el ajuste en el gasto público conviven con el mantenimiento de estructuras de asistencia estatal a sectores vulnerados, vía la Asignación Universal por Hijos y los planes a organizaciones sociales. De ese modo ha construido un proyecto político que tiene como resultado una distribución regresiva del ingreso, pero que ha logrado convalidarse, hasta ahora, en las urnas.
La obra pública es el otro vértice del triángulo político del macrismo. La de mayor envergadura, como la del soterramiento del Sarmiento o el último y más oneroso tramo del Paseo del Bajo, es entregada a constructoras estrechamente vinculadas al presidente Macri. Las otras están destinadas al marketing urbano-electoral: veredas, metrobus, asfalto, alumbrado.
Los datos duros desmienten la publicidad engañosa del Gobierno de que hace obras que nunca antes se hicieron o de que hace más que en décadas pasadas. El caso de las de cloacas es uno de los más contundentes para dejar al descubierto la estrategia oficial de la mentira planificada. Funcionarios y voceros publicitan la “revolución de las cloacas”, cuando no existe como tal ni ha habido obras excepcionales de ese tipo. La refutación a la propaganda del macrismo proviene de un reciente informe del Indec sobre Condiciones de Vida de los Hogares, correspondiente al segundo semestre de 2018.
El reporte oficial indica que la cantidad de personas que no acceden a cloacas ascendió al 34,5 por ciento del total, 0,2 punto porcentual más que en el mismo período del año anterior. O sea, las obras de extensión no fueron suficientes para acompañar el crecimiento vegetativo de la población. En un año había 143 mil personas más sin acceso al servicio de cloacas. Los datos del Indec revelan que a fines del año pasado había 9,6 millones de personas que vivían en hogares sin cloacas.
“La revolución de las cloacas” del macrismo no mejoró nada y mantuvo estancado el indicador de “convivir en la mierda”, según la definición académica del Presidente Macri.
“La plata de los jubilados”
En la campaña 2017, el programa de créditos Anses diseñado para los meses previos a las elecciones, de abril a junio, había otorgado casi 600 mil a jubilados y pensionados en la modalidad 60x60 (préstamos de 60 mil pesos en hasta 60 cuotas). El monto involucrado sumó 20.486 millones de pesos. Junto a la tarjeta Argenta, la Anses entregó casi 2 millones de créditos en todos el país.
Este plan de fomento del consumo popular, expansivo de la demanda, formó parte del populismo “bueno” de la alianza Cambiemos en 2017. En general, las fuerzas políticas tienen un libreto propio y, si les dio buenos resultados, lo repiten, aunque se sabe que las circunstancias se modifican y las estrategias se desgastan.
En la campaña 2019, la Anses volvió a dar impulso a los préstamos con “la plata de los jubilados” (esta era la definición que hasta el 2015 analistas conservadores y los entonces opositores y hoy oficialistas tenían para la intervención en la economía de la Anses). En pocos meses, la Anses ya otorgó otros 2 millones de créditos y cuenta con un presupuesto para ese fin de 124.000 millones de pesos.
Son créditos para jubilados, pensionados, titulares de pensiones no contributivas por vejez, AUH, becas Progresar, pensión universal para el adulto mayor y prestación por desempleo. La tasa de interés se ubica entre 40 y 50 por ciento anual, cuando en el sistema financiero está por encima del 100 por ciento anual. Gran parte de los créditos que se estuvieron suscribiendo fueron para pagar deudas.
También se lanzó Beneficios Anses desde el 17 de abril pasado, una red de descuentos de hasta el 25 por ciento en las compras con tarjeta de débito de la cuenta bancaria donde el beneficiario cobra sus haberes. Existen más de 1800 comercios adheridos en la provincia de Buenos Aires, siendo la mayoría supermercados.
Populismo “bueno”
Estos créditos subsidiados y descuentos de la Anses se suman a la postergación de aumentos de tarifas y el impulso de acuerdos paritarios en los meses previos a las elecciones. También se integra a ese plan los descuentos del 50 por ciento un día en la semana en supermercados con la tarjeta Banco Provincia. Todo esto tiene el objetivo de frenar la caída del consumo popular. El subsidio para la compra de autos 0km forma parte del programa oficial de generar la “ilusión de consumo” antes de las elecciones. Pero después, viene el ajuste.
La primera iniciativa en este año electoral fue anunciada en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, cuando el presidente Macri informó que la AUH aumentará un 46 por ciento, en anticipo de las futuras subas de este año. Hasta el FMI participa en forma activa en la campaña electoral de Macri, no sólo por haber otorgado un auxilio financiero extraordinario para evitar el default, sino al definir la cláusula de “emergencia social” en el stand by. Estableció en el acuerdo original del año pasado que, si era necesario, se podían ampliar los “gastos sociales” en 0,2 por ciento del PIB, unos 40 mil millones de pesos, monto que este año lo elevó a 60 mil millones de pesos (0,3%del PIB).
Economistas del establishment y la prensa oficialista combaten con pasión el populismo “malo” y toleran el “bueno” con una militancia conmovedora, porque el deseo de que la alianza Cambiemos gane las elecciones es más fuerte que sus convicciones ideológicas.
En los años pares, cuando no hubo elecciones, el Gobierno publicitó que el consumo durante el ciclo kirchnerista fue un “engaño”, cuando en realidad era una variable clave para alimentar la demanda agregada como motor del crecimiento económico y, de ese modo, fomentar el círculo virtuoso de expansión e inclusión social. El actual presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, ha sido el abanderado de criticar el fomento del consumo por parte del populismo “malo”. Dijo que durante el kirchnerismo “le hicieron creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior”. Ahora no emite opinión acerca de las medidas de impulso al consumo efímero de su propio gobierno.
El consumo temporario, que pretende ilusionar a electores, es el de la economía macrista. Pasado el turno de las urnas, el populismo “bueno” revelará su verdadero rostro, que no es otro que el del ajuste regresivo sobre el ingreso de la mayoría de la población.
Ajuste
A diferencia de la campaña 2015, Macri no oculta que lo primero que realizará si logra la reelección será profundizar el sendero del ajuste. “Vamos a hacer lo mismo, más rápido”, dijo en la cena de la ultraortodoxa Fundación Libertad, ante una pregunta del Premio Nobel Mario Vargas Llosa. Macri también le habría prometido al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, que si gana avanzará en las reformas pendientes: previsional, laboral y tributaria.
En un eventual segundo mandato, la economía ingresaría así en la tercera etapa del ajuste. Después de culminar con tres de los cuatro años con caída del Producto Interno Bruto, el macrismo promete más de lo mismo.
El relato M denomina “gradualismo” al período inicial que consistió en una deliberada redistribución regresiva del ingreso. Primera etapa del ajuste que fue implementada con una megadevaluación, tarifazos, eliminación de retenciones, apertura comercial y financiera, y límites a los aumentos de salarios. En un reciente informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina-CTA acerca de la evolución de los salarios de los trabajadores del Conicet y de la Administración Pública Nacional durante la gestión Cambiemos, Mariano A. Barrera precisa que el presupuesto público también fue clave en esa redistribución regresiva, al indicar que “hubo un notable incremento del pago de servicios de deuda pública, que en el primer año se duplicó en términos constantes”. Señala que, luego de la primera mitad del mandato, el modelo de valorización financiera que reinstaló el macrismo mostró sus límites, lo que derivó en otra megadevaluación que aceleró notablemente la tasa de inflación.
Barrera apunta que se habilitó entonces la segunda etapa del ajuste económico y, en este caso, concentrado en una fuerte reducción del gasto público. El marco para implementarlo fue la interrupción del flujo de dólares vía endeudamiento externo y la creciente fuga de capitales. El saldo fue el abrazo desesperado al Fondo Monetario Internacional. Detalla que, de acuerdo con el gasto presupuestado, el gobierno de Macri finalizaría con un descenso del gasto público del 17,7 por ciento. “En esta línea, los gastos en remuneraciones del personal, que durante los primeros años habían descendido 5 por ciento, terminarían el período con una contracción del 24,8 por ciento”, indica Barrera.
Elecciones
La estrategia electoral del macrismo no es secreto. El menú es conocido: populismo “bueno”, conservadurismo popular con más planes sociales, mentiras planificadas y ajuste neoliberal. Después de haberla reiterado en más de una ocasión es difícil manifestar sorpresa. Pero esa repetición se va desgastando, y prueba de ello es que el macrismo corrió a abrazarse en forma desesperada a un operador peronista sin votos, con sólo promesas de conseguirlos, para evitar el regreso del peronismo a la Casa Rosada.
FOTOS | El infernal centro de detención de migrantes de México Yahoo Noticias Yahoo Noticias Hace 19 horas
FOTOS | El infernal centro de detención de migrantes de México
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TAPACHULA, México (AP) — El mecánico cubano de 36 años tiene la mirada perdida mientras recuerda cómo funcionarios de la estación migratoria Siglo XXI rompieron el documento que le acreditaba como solicitante de refugio en México. Era el principio de una pesadilla que empeoraría con la llegada de más migrantes detenidos: cubículos de 4x3 metros para 50 personas, heces que rebosaban las letrinas, falta de comida y agua.
Las mujeres dormían en los pasillos o en el comedor entre ratas, cucarachas, excrementos de palomas, niños llorando, madres reciclando pañales y el desprecio de los guardias. “Nos tiraban ahí como animalitos”, dice una joven hondureña.
Miles de migrantes que entran a México de manera irregular acaban en este lugar, considerado el centro de detención migratoria más grande de América Latina. Ubicada en Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala, la vida transcurre en la estación Siglo XXI lejos del ojo público y se han denunciado reiterados abusos que incrementaron con el hacinamiento registrado esta primavera.
El Instituto Nacional de Migración (INM), encargado de las instalaciones, negó a The Associated Press permiso para visitarlas y no respondió a una solicitud de comentarios. Pero una veintena de migrantes, funcionarios y miembros de ONG describieron el centro como un lugar insalubre, sobrepoblado y donde reina la arbitrariedad de los agentes al mando. La mayoría hablaron bajo condición de anonimato por temor a represalias.
Washington ha exigido a México que reduzca el flujo de migrantes, la mayoría centroamericanos que huyen de la pobreza y la violencia, pero también cubanos, haitianos y africanos. Además, el presidente Donald Trump mantiene viva la amenaza de poner aranceles a las importaciones mexicanas si no se cumple ese objetivo. Y aunque el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha lanzado un plan para enfrentar la llegada creciente de extranjeros, diversos observadores advierten que México no tiene los medios para albergar a más detenidos.
Si se detiene a más migrantes, “no se cuenta con la infraestructura correspondiente”, dijo el jueves Edgar Corzo, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, durante un recorrido justo antes del anunciado despliegue de 6.000 efectivos de la Guardia Nacional para ayudar a las labores de control migratorio.
Esta entidad oficial denunció a finales de abril que había más de 2.000 personas en la Siglo XXI, un lugar construido para 960. Cientos fueron trasladados a otras instalaciones, pero la semana pasada había 1.230 migrantes, según Corzo. Otras instalaciones en Tuxtla Gutiérrez, también en Chiapas, albergaban a 400, aunque están habilitadas sólo para 80.
“No imagino la estación siglo XXI teniendo tantas personas, todavía pongan 100 o cientos más... las estaciones migratorias no están para dar una respuesta de mayor capacidad porque han sido superadas”, añadió Corzo.
La Siglo XXI es una estructura carcelaria con muros de cinco a diez metros de alto, torres de control, cámaras de seguridad y espacios con techos enrejados por donde patrullan los guardias. Incluso hay una celda de castigo, el “Pozo”, que el gobierno se comprometió a no usar más, aunque el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, una de las pocas ONG que tienen acceso, no ha podido confirmar que eso sea cierto.
Al cruzar las rejas y dejar atrás a quienes abarrotan la entrada en espera de información, hay un patio y una especie de muelle de carga y descarga de seres humanos que van y vienen en autobuses.
A los que llegan, detenidos en redadas o engañados diciéndoles que iban a verificar sus papeles, les confiscan cordones de zapatos, cinturones y celulares, aunque siempre hay quien luego les ofrece una llamada, un cigarro o comida extra si pagan por ello, coinciden varios que estuvieron detenidos ahí.
Voces dentro y fuera de México, como el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, han denunciado desde antes de la crisis actual que los migrantes son detenidos sin los estándares mínimos, a veces son extorsionados o no tienen un debido proceso. También han pedido que la detención sea algo excepcional y que se elimine por completo en el caso de niños y adolescentes. Esto no ha ocurrido y una niña guatemalteca murió en mayo en la estación migratoria de Ciudad de México en circunstancias todavía bajo investigación.
Graciela, una hondureña de 29 años, cuenta que cuando estuvo en la Siglo XXI no podía ni dormir por el miedo a que le quitaran a sus dos pequeños, dos flaquitos de 7 y 9 años. Los rumores se mezclaban con la angustia, la falta de información y la insistencia de los agentes para que aceptara el retorno al país del que salió huyendo.
“(Los niños) me decían ‘vámonos´, ‘¿por qué estamos aquí?’”, recuerda. “A veces llorábamos todos”. Graciela salió de ahí porque logró que aceptaran su petición para solicitar asilo en México.
Julio, un cubano de 15 años, fue detenido junto a sus padres, pero separado de ellos nada más llegar a la Siglo XXI. Aunque estaban en la misma instalación, pasaron periodos incomunicados.
Su madre recuerda cómo ella entró en pánico después de uno de los motines que se dio en el lugar, porque no sabía cómo estaba su hijo y los rumores proliferaban. “Lloré, imploré para que me dijeran si estaba bien, pero nada. Tardé cinco días en verle”.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, ha reconocido recientemente que el gobierno no se ha preocupado en atender las instalaciones migratorias en la frontera sur, que están “muy por debajo de los estándares”, y Tonatiuh Guillén, hasta el viernes el jefe del INM, reconoció en una entrevista reciente con AP que “tienen un modelo muy severo de control”.
Sin embargo, López Obrador insiste en que el respeto a los derechos humanos es la máxima de su política migratoria y su gobierno dice estar estudiando opciones para construir nuevas instalaciones migratorias y Maximiliano Reyes, subsecretario de Exteriores, anunció en conferencia de prensa que justo este lunes comenzaba un plan de remodelación, modernización y mejora de las mismas.
Curiosamente, entre las medidas anunciadas está mejorar la salubridad de estos lugares y poner más cámaras de vigilancia y controles biométricos de los migrantes. Reyes, que hizo estos comentarios durante una conferencia de prensa en Tapachula, no explicó, sin embargo, cómo se atajaría el principal problema, el del hacinamiento.
La desinformación a la que son sometidos los migrantes es otro de los grandes problemas que todos denuncian. Sin embargo, pese a ella, a todos los que entran pronto les queda claro que solo hay dos maneras de salir: deportados en un autobús o con una solicitud de asilo como la que le rompieron al mecánico cubano. Que este documento --que teóricamente garantiza la libertad de un migrante-- pueda ser destruido tan fácilmente, es una muestra más de la arbitrariedad que hay en el lugar.
El gobierno federal ha reconocido que el INM es una de las instituciones más corruptas del país. Se han depurado a más de 600 funcionarios y a la Siglo XXI han llegado nuevos agentes, aunque se desconoce cómo va el proceso de depuración ahí.
Según Salva Lacruz, del Fray Matías, el centro sigue en manos “negligentes, irresponsables y racistas” que operan al margen de las directrices de Ciudad de México. Un funcionario migratorio recién llegado calificó a algunos de sus compañeros de “inhumanos”.
Por eso, en medio de la desesperación, se encontró otra formar de salir: amotinarse y escapar.
Más de 600 personas se fugaron en abril, algo nunca visto en México. En videos publicados en redes sociales se ve a gente corriendo por la entrada principal y las rejas abiertas. Los migrantes aseguran que la fuga fue alentada por las autoridades. Éstas lo niegan.
“Algunas celdas no tenían candado ese día”, asegura el mecánico que no huyó por temor a ser deportado.
Los motines elevaron la tensión, los choques entre internos, el miedo de los trabajadores y las represalias contra los cubanos, acusados de ser instigadores de los levantamientos.
Eliezer Pino, Jonathan Eduardo Merrero, Yunier Rives, Yasiel Rodríguez, Danilo Claro y Eduardo Martínez dicen haber sido seleccionados al azar durante uno de los motines, llevados detrás de unos autobuses y golpeados. Pino dice que lo patearon entre seis y casi le reventaron el ojo de un puñetazo. Su único delito, dicen todos, fue gritar “¡queremos salir!” y avanzar hacia la puerta junto a otros. Los policías federales, que apoyan en tareas de seguridad, evitaron una paliza mayor.
Una treintena, incluidos ellos, fueron trasladados esa noche a una caseta de migración en la carretera donde pasaron 45 días en condiciones similares a las de la Siglo XXI. “Pensé que no iba a salir cuando nos dijeron: ‘son comida para perros´’”, afirma Pino. No salían al sol, apenas se bañaban, casi no dormían. Estaban hacinados e incomunicados.
“Era una tortura, un infierno”, asegura Martínez.
“A mí hasta me velaron”, dice Rodríguez. Su familia en Cuba le creyó muerto.
Algunos no aguantaron y pidieron la deportación. Otros, gracias a las gestiones del Fray Matías, consiguieron solicitar asilo y ser liberados, aunque no pueden salir de Tapachula.
Desde enero, México ha detenido a más de 74.000 migrantes y deportado a más de 53.000, y desde hace semanas pueden verse soldados, marinos y policías federales apoyando las labores de los agentes migratorios o participando en redadas. Algunos de esos efectivos, ahora comienzan a llevar brazaletes que les identifican como Guardia Nacional.
Organizaciones gubernamentales y ONG celebran ciertos avances, como el cierre de cinco pequeñas estaciones, o el reconocimiento de deficiencias, aunque creen que no es suficiente.
Vidal Olascoaga, del Fray Matías, alerta de que pueden imponerse las “devoluciones en caliente, como hace Estados Unidos”, que deporta al migrante al cruzar y sin averiguar si tiene o no necesidades de refugio.
“Los flujos migratorios no se disminuyen por arte de magia y en el corto plazo sólo se logra con detenciones y deportaciones masivas”, asegura.
No obstante, el horror de la detención no detendrá el flujo migratorio.
Yanel, una hondureña de 21 años que estuvo dos semanas encerrada con su hija de dos años, tuvo miedo y asegura que recibió un trato denigrante, pero que lo que había dejado a atrás era peor: un esposo de la Mara 18, una de las pandillas más violentas de Centroamérica, que la golpeaba y casi hizo que perdiera a su bebé cuando estaba embarazada.
Pasar por la Siglo XXI, asegura, “vale la pena si le dan los papeles a uno”.
Todavía no sabe si después seguirá la ruta hacia el norte.Noticias Irán advierte que "una sola bala" de EE.UU. hundirá en guerra a la región
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Irán advierte que "una sola bala" de EE.UU. hundirá en guerra a la región
TEHERÁN.- Con la amenaza latente de un ataque aéreo sobre su territorio, que horas antes estuvo a punto de volverse realidad, Teherán advirtió ayer que "una sola bala" disparada en su contra desatará una represalia devastadora contra los intereses estadounidenses y de sus aliados en la región.
"Disparar una bala contra Irán prenderá fuego a intereses estadounidenses y de sus aliados" en la región, dijo el general de brigada Abolfazl Shekarchi, vocero del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. "Estados Unidos, sus intereses y los de sus aliados serán consumidos por ese fuego", insistió. Y dijo que "el objetivo del enemigo", sobre todo de Israel, "es desarmar a Irán".
Las declaraciones incendiarias vinieron también del otro bando. Tras haber cancelado a último momento un operativo aéreo, el viernes, el presidente Donald Trump prometió ayer "una destrucción como nunca antes se ha visto" en caso de una guerra con Irán, que dijo no desear.
Entre su arsenal de advertencias, Trump intercaló su deseo de ser "el mejor amigo" de Irán, siempre que decida deshacerse de su programa nuclear, el objetivo del presidente.
Pero, lejos de alentar esa amistad, difícil de imaginar sobre la base de la desconfianza de Trump hacia Irán desde el comienzo de su gestión, el presidente anunció que impondrá otra ronda de sanciones "importantes".
"Vamos a poner sanciones adicionales importantes sobre Irán el lunes -escribió en Twitter-. Espero el día en que las sanciones sobre Irán se levanten y se vuelva una nación próspera y productiva otra vez. ¡Cuanto antes mejor!".
"No puedes tener armas nucleares", señaló el jefe de la Casa Blanca horas antes en una entrevista con la cadena Fox News. "Y si quieres hablar de ello, bien. De lo contrario, puedes vivir en una economía destrozada durante mucho tiempo".
Trump confesó anteayer haber ordenado y luego cancelado un bombardeo aéreo con tres aviones, que según algunas versiones ya estaban en vuelo, para evitar la muerte de unas 150 personas, de acuerdo con las estimaciones de bajas que le suministraron sus asesores militares.
El bombardeo se dispuso en represalia por el derribo durante la semana de un dron militar espía norteamericano, que según quién lo diga, estaba o no estaba violando el espacio aéreo iraní.
Irán afirmó que dispone de "pruebas irrefutables" que muestran que el dron ingresó en su espacio aéreo, y se dirigió al secretario general y al Consejo de Seguridad de la ONU para denunciar lo que consideró una acción "provocadora" y "muy peligrosa" de Estados Unidos.
El canciller iraní, Mohammed Javad Zarif, publicó en Twitter un mapa que muestra el supuesto recorrido del dron, una afirmación que Estados Unidos volvió a rebatir.
El gobierno iraní ajustó además la seguridad interna y anunció la ejecución por espionaje de un contratista del Ministerio de Defensa, Jalal Haji Zavar, a quien acusó de trabajar a las órdenes de la CIA.
El contratista cayó tras el desmantelamiento de una "nueva red de espías" y de "nuevos reclutas de los norteamericanos" al servicio de la CIA, según la denuncia del gobierno, y fue condenado a muerte por un tribunal militar en Teherán.
Pese a las reiteradas afirmaciones según las cuales ninguno de los dos bandos busca una guerra, la escalada y multiplicación de incidentes en el Golfo Pérsico levantan los temores de un conflicto. El vínculo entre Washington y Teherán se deterioró a partir de mayo de 2018, cuando Trump decidió retirar a Estados Unidos del acuerdo internacional firmado de 2015 para frenar las ambiciones nucleares de Irán, restableciendo duras sanciones.
Las relaciones empeoraron con los ataques contra petroleros en la región del Golfo Pérsico, en mayo y junio pasados, que Washington atribuye a Teherán y este desmiente, como en todas las demás acusaciones cruzadas en la larga y pronunciada escalada de amenazas.
Estados Unidos reforzó recientemente su dispositivo militar en Medio Oriente en medio de nuevos roces por el anuncio de Irán de que sus reservas de uranio enriquecido superarán el 27 de junio el límite previsto el acuerdo nuclear.
Las tensiones llevaron a algunas de las más importantes compañías aéreas del mundo, entre ellas British Airways, Qantas y Singapore Airlines, a suspender sus vuelos sobre el estrecho de Ormuz. En ese sentido Air India fue más lejos todavía en la toma de medidas para no ser víctima colateral del conflicto, y anunció ayer que desviaría sus vuelos del espacio aéreo iraní.
Agencias AFP y ANSAsábado, 22 de junio de 2019
SOCIEDAD 21 de junio de 2019 · Actualizado hace 10 hs Una ceremonia diversa y plural
Tres escuelas sumaron la bandera mapuche al acto de promesa
El acto de promesa a la bandera donde también se rindió homenaje a la "wenufoye".
Imagen: Confederación Mapuche de Neuquén
Imagen: Confederación Mapuche de Neuquén
En un acto de interculturalidad, los estudiantes de tres escuelas públicas de Neuquén y Río Negro realizaron el tradicional acto de promesa de la bandera pero con una particularidad: sumaron a la ceremonia la “wenufoye”, como se le dice a la bandera mapuche, para que los chicos de esa comunidad pudieran también rendirle homenaje.
“Nuevamente nos encontramos acompañando a nuestros Pichikeche (niñas y niños) en este particular y reconfortante proceso de revalorización de la cultura mapuche dentro de la educación primaria”, informaron desde Pu Pichike Choike, una organización mapuche que busca revitalizar la cultura ancestral. El acto se realizó en la escuela Nº 266 de Neuquén y en las primarias 329 de Pilar II y la 154 de El Frutillar, en Bariloche, Río Negro.
Desde la organización compartieron la ceremonia como un ejemplo de “respeto y afecto” hacia los niños mapuches que circulan en ámbitos educativos estatales, donde muchas veces “operan las lógicas y normativas del Estado-Nación, el cual aún tiene sus resistencias a la hora de reconocer la diversidad”.
El hecho que los niños chicos de la comunidad indígena pudieran jurar lealtad a la bandera argentina y también a la de su propia comunidad genera, opinaron desde la organización, “nuevas instancias de reivindicación” contra las concepciones hegemónicas sobre identidad, territorio y nacionalismo.
“Son ellos, acompañados por sus familias y sus Lof (comunidades mapuche), los protagonistas fundamentales en esta búsqueda de espacios de diálogo y encuentro entre pueblos para ampliar la participación de su cultura y pertenencia”, remarcaron en un comunicado.
Las imágenes de los niños vestidos con atuendos tradicionales escoltando la bandera celeste, verde, roja y negra de su pueblo -que circularon rápidamente por los medios y redes sociales- recibieron halagos y críticas. Quienes repudiaron el acto, lo hicieron en nombre de un supuesto “nacionalismo” por el cual todos los ciudadanos deberían jurar lealtad únicamente a los símbolos patrios.
Sin embargo, desde la organización mapuche recordaron que la propia Carta Orgánica Municipal de Bariloche reconoce la preexistencia de los pueblos originarios y busca garantizar el respeto a la identidad promoviendo el derecho a una educación bilingüe e intercultural. Lo mismo ocurre con la Ley Orgánica de Educación que llama a “fortalecer la identidad nacional como construcción colectiva e intercultural”.
“Es desde este marco legislativo que se realizan estos actos políticos en las instituciones públicas y formadoras de ciudadanía, como lo son las escuelas primarias”, remarcaron.
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