miércoles, 11 de abril de 2018

GORDO COOKE.

Sería un error confiar el futuro del peronismo al fervor de la masa exclusivamente, o al grado de adhesión a su Jefe. Porque el pueblo necesita que esa idolatría a Perón – mito indestructible – se transforme en elemento aglutinante para crear el instrumento que resuelva los nuevos problemas que se van presentando: es decir, el Partido-movimiento. Debe ser el mejor partido, desde que responde a los mejores ideales, a la mejor doctrina, al sentido más progresista de la Historia. Por lo tanto debe tener los mejores dirigentes, los más revolucionarios, capacitados y ágiles. Así podrán cumplirse ahora sus planteos estratégicos y derrotar a los enemigos. Y cuando usted haya muerto, su supervivencia no será exclusivamente emocional, sino traducida en formas vivas y dinámicas, en realizaciones que prorrogarán su vigencia más allá del hecho físico.
La CGT fracasó, lo mismo que muchos altos dirigentes, pero la desintegración se detuvo en los delegados de fábricas y en muchos dirigentes medios, de forma que la clase obrera peronista tuvo una conducción a partir de la cual se fue organizando: en el Partido, en cambio, el proceso de desintegración no se detuvo en ninguna estructura, y para la acción contra la Tiranía hubo que valerse de los Comandos, nuevas formaciones que nada tenían en común con las formaciones políticas partidarias.
JOHN WILLIAM COOKE AL GENERAL JUAN D. PERON EN EL AÑO 1958 (AGOSTO).

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