lunes, 5 de febrero de 2018
Verde y negro.
Las Tres Marías fingen quietud y Alfa Centauri,
hacia arriba, a la derecha , en diagonal,
finge ser el único brillo posible.
(Ninguna lo es en este largo bostezo de Dios que es la noche).
Apenas antorchitas en sus pupilas entre cerradas.
Las vacas junto al zanjón,
mugen salobres.
Los grillos en su monotonía cincelan violines de pasto.
Los árboles recortan siluetas en este rompecabezas.
La música de una orilla irrumpe vidas, oscurecidas, latidas,
todas son absorbidas por ella, la simple corchea del anochecer.
GB
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