Una reflexión sobre su primer discurso ante la Unión, que pronunció el actual presidente estadounidense, Donald Trump. Por Ernesto Mattos.
Por Ernesto Mattos*
En una combinación de ejemplos individuales y heroicos sobre seguridad y patriotismo desarrollo Trump al cumplirse un año de gestión, y dio su visión de lo que pasó y de lo que vendrá. El discurso articulo entre la grandeza del pueblo norteamericano y, especialmente, la admiración a la bandera, ambos confluían en un patriotismo que busca rememorar el “american dream” o “sueño americano”.
La variable desocupación, un eje central en la alocución, que hoy se ubica casi en pleno empleo, junto a la caída en la solicitud de subsidios de desempleo serían los logros del primer año. La caída de la desocupación fue por la pesada herencia recibida de la administración anterior, este segundo año hay que seguir con detenimiento esta variable para evaluar mejor la situación social estadounidense porque la pobreza para la población de mujeres jefas de hogar es del 50% del total de familias.
La reducción de impuestos, parece un gran anuncio republicano pero no es la más baja de la historia, es menor a la realizada por Ronald Reagan y Obama, la magnitud del recorte fue de un 2,9% y 1,3% del PIB, respectivamente. La reforma tributaria implica menor pago de impuestos para los hogares y las industrias con la idea de relanzar por un lado el poder adquisitivo y por otro reactivar las inversiones. Señaló la apertura de plantas en Detroit y las nuevas inversiones de Exxon para 2018.
Siguiendo con el destino manifiesto planteado en el discurso surge otro interrogante ¿Qué nación construiremos? Basada en este alcanzar todo porque lo importante se puso en redescubrir el ser estadounidense, que va de la mano de creer en Dios aunque se respetara a todos los credos en el país. Por lo tanto, ser estadounidense es creer en Dios ¿Y los que no creen? ¿Serán estadunidenses? El reconocimiento a las fuerzas armadas no se hizo esperar por la vía del cuidado a los veteranos; para ello también se hará necesario reconstruir la relación entre ciudadanos y gobierno. El discurso continuó, una hora y veintiséis minutos, dejando en claro que la discusión del cambio climático, pacto de París, redobló la apuesta: carbón limpio. No obstante, durante el 2018 bajarán los precios de los medicamentos, drásticamente ¿Cómo lo habrán tomado las industrias farmacéuticas? En términos de tratados comerciales con otras naciones, el intercambio tiene que ser justo y proteger al trabajador estadounidense y la propiedad intelectual.
Reconstruir la industria acompañada de la infraestructura, para ello fue mejor salirse de tratado del pacifico rever el acuerdo con México y Canadá, y no pudo faltar el señalamiento a la construcción del muro en la frontera con México, porque los sueños deben ser cuidados. ¿Un The Wall? Al mejor estilo confortablemente adormecido de Pink Floyd, para ello los medios de comunicación contribuirán con todo lo que tienen pero grietas, siempre hay grietas. Porque el muro no solo cuida sueños, no solo adormece al que está del otro lado, no solo hace perder la sensibilidad por el otro, sino que el muro sirve para que los humildes de Caribe, principalmente, o Sudamérica no puedan saltarlo.
Entonces, tenemos un muro, reformas que mejoran la competencia de las empresas a nivel nacional y escala global, una desocupación que desciende sumado al adormecimiento necesario para reconstruir el arsenal nuclear, mantener Guantanamo porque hay que combatir el terrorismo, y al terrorista se lo aniquila. La insensibilidad que expresa el muro justifica el aniquilamiento del otro. Y ese otro terrorista, puede ser una dictadura comunista como Corea del Norte, según Trump. Ese otro enemigo a aniquilar es esa revolución martiana y bolivariana.
Quedó claro ante la Unión que la determinación y el sueño americano regresó bajo una simple explicación de la historia estadounidense: éramos un puñado de colonias en un territorio que no conocíamos y con salvajes.
Hoy esas colonias son un país y todo lo que está por fuera –del muro- son salvajes, llevaran la civilización capitalista como bandera de libertad, la pregunta es ¿Qué haremos los países “salvajes”?
Hoy esas colonias son un país y todo lo que está por fuera –del muro- son salvajes, llevaran la civilización capitalista como bandera de libertad, la pregunta es ¿Qué haremos los países “salvajes”?
* Economista (UBA) e investigador FCE-UBA / CESO / C. C. de la Cooperación Floreal Gorini.
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