Durante una conferencia en la Casa Rosada donde fue presentado formalmente como el designado ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne aseguró que su gestión se encargará de “continuar con el programa económico del presidente (Mauricio) Macri”, que este año puso en marcha ajustes, tarifazos y despidos; y anticipó que para ello pondrá la lupa en “cómo gastar bien” el dinero público. Prometió bajar la inflación al 5 por ciento anual, negó que piense aplicar un “ajuste” y dijo que en el Estado “no sobra ni un empleado público”. Dujovne habló acompañado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el futuro ministro de Finanzas, Luis Caputo, quien adelantó que el Gobierno emitirá más deuda.
El designado ministro de Hacienda subrayó que “se respetará” el esquema de ingresos y egresos pactados en el presupuesto para 2017 e indicó empezará a “mirar muy finito en cómo estamos gastando” a fin de que los recursos “lleguen a los sectores de la población que sufrieron el impacto de las medidas que hubo que tomar”.
Por otra parte, reconoció que tanto él como sus familiares mantuvieron relaciones comerciales con el futuro presidente estadounidense Donald Trump y aseguró que renunció a todas las sociedades privadas que mantenía con empresarios del periodismo, así como también a su puesto de asesor en el Senado.
Según precisó Dujovne, los andariveles de su administración serán tres: bajar el déficit fiscal, subir el gasto de infraestructura y reducir impuestos distorsivos. “Con esto lograremos mejorar la meta fiscal de 2017”, pronosticó.
Dijo que para eso parte “del principal desafío que es cumplir con el presupuesto votado por el Congreso”. Dujovne reemplazará a Alfonso Prat Gay, quien fue el primer funcionario de la primera línea del gobierno de Cambiemos en dejar el puesto por mantener diferencias con “el equipo” del Presidente.
Peña tomó el micrófono para hablar de cuánto creció la deuda externa. Dijo que el total de “las necesidades” para cubrir lo que se debe a privados y organismos internacionales de crédito este año es un total aproximado de 22 mil millones de dólares. “Hoy, la deuda que tiene el país representa 25 puntos del PBI”, precisó y añadió que el porcentaje “para 2020 va a terminar en el 33 por ciento”.
De la gestión saliente, Dujovne elogió el “excelente resultado” del plan de blanqueo de capitales y dijo que sobre esa base “es probable que tengamos una mejora en los ingresos” del año próximo. El destino de ese dinero, añadió, será “disminuir el déficit del 4,2 por ciento que teníamos pautado”.
En su criterio, esto “será posible” porque, durante este año, el equipo económico “se dedicó a desmontar el esquema perverso” de retenciones, cepo cambiario y subsidios a los servicios públicos, que este año estallaron en incrementos de entre el 300 y el 500 por ciento.
Dujovne auguró que si su paquete de medidas neoliberales se pone en marcha, el año que viene habrá “un PBI positivo”, y luego de admitir los índices negativos en todas las ramas de la economía vaticinó un cierre del segundo semestre con un aumento del 19,6 anualizado.
Negó, por otra parte, haber recomendado en un artículo periodístico un recorte de empleados públicos pero no dejó de justificar los despidos. Esta vez aseguró que “a nivel nacional no nos sobra ningún empleado público”, aunque no obstante criticó a los gobiernos provinciales por haber “reemplazado con empleo público el empleo privado, que no se ha creado”.
En este sentido fue consultado acerca de los últimos recortes en la planta de trabajadores en el Ministerio de Educación y fue entonces cuando Peña tomó la palabra para justificar esa medida: “Si hay personas que no cumplieron horarios de trabajo, esas personas pueden ser desafectadas”.
Dujovne retomó: “Queremos armar una macroeconomía pujante, donde se pueda crear empleo y en las provincias no haya migraciones de personas que vengan a vivir en condiciones hacinamiento” en Buenos Aires. “Esto ser va a resolver con un sector privado que va a generar empleo”, remarcó.
Al respecto, defendió la política de “desmontar algunos impuestos distorsivos que impiden que la actividad privada se desarrolle”, y defendió la eliminación de las retenciones al agro y otras medidas que favorecieron a las grandes corporaciones.
Por otra parte, el sucesor de Prat-Gay remarcó que buscará que “en tres o cuatro años” la inflación sea “del 5 por ciento anual, como en los países exitosos a los que nos queremos parecer”.
Y respecto de las versiones que lo vinculan con el presidente Trump, admitió que “desde hace tiempo” no tiene “contacto” con él, aunque admitió que su cuñado fue el desarrollador de una de las Trump Towers de Punta del Este, en Uruguay, y que el estudio arquitectónico de sus padres trabajaron en el diseño de esa obra. “No creo que yo juegue un rol en la relación entre la Argentina y la familia Trump. Eso lo va a hacer el presidente, que tiene una relación de más larga data con Trump”, subrayó.
Caputo, por su parte, precisó que la Argentina colocará deuda el año próximo por 43.000 millones de dólares para cubrir déficit de las cuentas públicas y refinanciar papeles vigentes y ya en enero lanzará un bono en los mercados internacionales, cuyo monto aún está en estudio.
El designado ministro de Finanzas sostuvo que la deuda que tiene la Argentina “con el sector privado y los organismos multiulaterales” representa “el 25 por ciento” del Producto Bruto Interno, pero advirtió que es “menos de la mitad de Brasil y sustancialmente menor a la de cualquier país de América Latina”. Además proyectó para 2020 que el nivel de deuda de la Argentina con “privados y organismos multilaterales” trepará al “33 ó 34 por ciento del PBI”, mientras que la deuda total será del orden del “60 por ciento del PBI”.
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