una nueva incursión en cuestiones propias del Poder Judicial, el presidente declaró que “le cayó bien” la decisión de la Sala I de Casación Penal de reabrir la causa por denuncia que hizo el fiscal Alberto Nisman contra la ex presidenta Cristina Kirchner y Héctor Timerman por el Memorándum con Irán. “Todos sabíamos que la causa se había cerrado de forma arbitraria y que el juez Rafecas inició un proceso inédito, en tiempo récord, que levantó un montón de sospechas alrededor”, opinó Macri cual jurista puesto a analizar un expediente. El juez federal Ariel Lijo es quien quedó a cargo de la causa que Casación ordenó reabrir.
En declaraciones a la radio mendocina Nihuil, el Presidente opinó que la denuncia de Nisman “es muy grave” y dijo que ahora hay que “probarla”. “Pero cerrarla de esa manera lo único que hizo fue alimentar más sospechas”, sostuvo Macri.
También destacó "la valentía y el coraje" de los jueces Gustavo Hornos y Mariano Borinsky, al subrayar que soportaron presiones de la restante camarista, Ana María Figueroa y de la agrupación Justicia Legítima. “Se ha dado un gran paso. Y han tenido mucho coraje, tanto el juez Borinsky como el juez Hornos, porque tuvieron mucha presión, de la compañera de sala, de otros jueces de Casación y de mucha gente alrededor, sobre todo de Justicia Legítima, intentando que esto no suceda”, manifestó.
La Cámara de Casación Penal ordenó ayer investigar la denuncia que el fallecido fiscal Nisman presentó hace casi dos años contra la ex presidenta Cristina Kirchner por el supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA, ocurrido en 1994.
El máximo tribunal penal del país revirtió así las resoluciones de Rafecas -quien fue apartado de la investigación- y de la Sala I de la Cámara Federal porteña, integrada por Eduardo Freiler y Jorge Ballestero, que habían ordenado no avanzar con la denuncia.
Apartado Rafecas del expediente, fue Lijo quien quedó a cargo. Así lo determinó el sorteo de rigor realizado esta mañana por la Cámara Federal porteña.
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